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"Contribuciones a la Economía" es una revista
académica con el
Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360
Observaciones a la Ética y al Desarrollo
Raymundo Castillo Bautista (CV)
Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM
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Ética del desarrollo
Bajo las concepciones desarrolladas anteriormente de la ética analítica, podemos ubicar a la relación ética-desarrollo dentro de la ética aplicada. La Ética del Desarrollo puede ser entendida como aquella reflexión sobre los fines y medios que acompañan a los cambios socioeconómicos en los países y regiones pobres[1]. Esta definición presenta como principal traba el considerar como exclusivo de los países y regiones pobres el problema de la ética, se mueve en el supuesto de que los países desarrollados como tales han alcanzado su estado natural y por tal motivo no necesitan seguir desarrollándose, manipulación de la concepción Kantiana de la relación naturaleza-historia, de donde se continua, a su vez, que en los mismos tanto la ideología como la historia ha muerto, en el sentido de que ha llegado a su fin, concepción postmodernista, esto es, se ha llegado al fin último del hombre en su desarrollo.
IDEA, define a la ética del desarrollo como la reflexión sobre los fines y medios del desarrollo local, nacional y global. Explica que existen tres niveles de los problemas de valor: el reconocimiento de los problemas de valor como una parte importante del discurso del desarrollo, los cuales deben estar en el corazón de todo pensamiento sobre el desarrollo; la defensa cuidadosa de las teorías básicas normativas que justifican un modelo de desarrollo local, nacional o global; la aplicación de valores a una concreta toma de decisiones.[2]
Para Kjell Magne Bondevik, iniciador de la Iniciativa de Ética y Desarrollo, junto con Enrique Iglesias, presidente del BID en 1998, junto con el apoyo de Noruega, bajo la necesidad de dar una mayor preponderancia a la ética y a los valores entre los objetivos de política pública en la esfera internacional[3], comenta que es necesario que el mundo deje de estar regido por intereses económicos, por lo que los valores humanos y los principios éticos se pueden convertir en una fuente de movilización política y contribuir al cambio social[4]; siendo que para él, ambos se convierten en un medio, ellos están vinculados con la elaboración de las políticas públicas, ya que presupone juicios de valor que deben ser objeto de fiscalización y debate público. A su vez, en la concepción del mismo autor, se debe evitar entender a la ética como beneficencia ya que ella conduce a la exclusión social.
Kjell menciona que existen una serie de valores comunes, entre los cuales tres valores son esenciales para el desarrollo[5]:
1 Respeto a la vida y a la dignidad humana, reflejado en la protección y promoción de los derechos humanos
2 Protección del medio ambiente proyectado en el desarrollo sustentable
3 Compasión y solidaridad, base para la promoción de la justicia, el desarrollo económico y social, tanto a nivel nacional como internacional.
La ética adquiere importancia por tres motivos[6]:
1 En la situación actual puede resolver el problema de injusticia mundial y local que ha generado el desarrollo.
2 Las soluciones basadas en conocimientos científicos y modelos gratuitos han proporcionado soluciones temporales pero no han logrado mejores condiciones de vida, la pobreza ha aumentado.
3 Para combatir la pobreza y lograr un desarrollo sostenible, se necesita más que instituciones y normas jurídicas internacionales y nacionales, además es necesario que las personas sean responsables de su propio comportamiento y de su relación con la comunidad, es necesaria una conciencia ética.
En este sentido, el gobierno, las empresas y la sociedad civil adquieren una serie de responsabilidades[7], como son en el caso del primer agente el hacer frente a la injusticia y a la exclusión, a través de la deuda, el comercio y la inversión; actuar como legisladores, promotores y defensores de las derechos humanos “básicos” (políticos, sociales y económicos); dedicarse a la creación de ámbitos de diálogo; ser un modelo de conducta en cuanto a la gestión de los recursos humanos y la adopción de políticas ambientales, así como luchar contra la corrupción y el fraude; por último debe asumir su responsabilidad social en cuanto a que involucre a otros protagonistas.
La responsabilidad de las empresas debe traspasar la obtención de ganancias, el suministro de empleo y el pago de tributos, debe de cumplir con su responsabilidad social debido al alto grado de movilización del poder de lo público a lo privado; bajo la cual deben de preocuparse por sus empleados, la comunidad y el medio ambiente.
Mientras que la sociedad civil debe criticar y proponer soluciones, además de contribuir en la creación de valores comunes y la confianza entre los pueblos, siendo que, para Kjell, la Iglesia como institución juega un papel predominante, dada su solidez.
Se consideran como algunas de las fuentes de la Ética del Desarrollo:
Como precursores se encuentran Gandhi, Raúl Prébisch, L. J. Lebret, Franz Fanon y Gunnar Myrdal.[8] La crítica de las estrategias del desarrollo usadas por el colonialismo y la Segunda Post-guerra Mundial, los trabajos de Denis Goulet, los debates filosóficos angloamericanos sobre la ética del alivio del hambre, y las aproximaciones teóricas sobre el desarrollo de Paul Streeten y de Amartya Sen[9].
Crocker encuentra que entre los especialistas en Ética del Desarrollo existen por lo menos diez preguntas en las cuales hay consenso dentro de esta investigación[10]:
¿Qué debe tenerse por (buen) desarrollo?
¿Debemos continuar usando el concepto de desarrollo en lugar de, por ejemplo, “progreso”, “transformación”, “liberación”, o “alternativas postmodernas al desarrollo”?
¿Cuáles deben ser los fines y estrategias económicas, políticas, sociales, y culturales básicos de una sociedad, y cuáles principios deben regir su selección?
¿Cuáles asuntos morales surgen en el diseño y la práctica de las políticas de desarrollo y cómo deben ser resueltas?
¿Cómo deben concebirse los costos y los beneficios del desarrollo y cómo deben ser distribuidos?
¿Quién o qué debe tenerse por responsable en forjar el desarrollo? ¿El gobierno de una nación, la sociedad civil o el mercado? ¿Qué rol, si existiera alguno, deberían cumplir las naciones prósperas, las instituciones internacionales, las asociaciones no gubernamentales y los individuos, en el auto-desarrollo de los países pobres?
¿Cuáles son las virtudes (y vicios) de ciudadanos y de burócratas?
¿Cuáles son los más serios impedimentos locales, nacionales e internacionales para el buen desarrollo?
¿Hasta qué punto –en tal caso- el escepticismo moral, el relativismo moral, la soberanía nacional y el realismo político plantean un desafío a esta indagación ética que cruza fronteras?
¿Quién debe decidir estas cuestiones y por medio de cuáles métodos?
De igual forma, Crocker apunta que existen tres posiciones en torno al estatus de las normas morales[11], la primera de ellas conformada por los universalistas, en donde los fines y principios del desarrollo son válidos en todas las sociedades. La segunda por los particularistas, sostienen el universalismo responde al imperialismo cultural. La tercera posición intenta ser un punto medio a partir del consenso intercultural donde una sociedad toma decisiones de desarrollo entre una pluralidad de normas fundamentales. Para él, el crear una agenda de ética del desarrollo permite:
…aplicar la sabiduría ética para fortalecer el bienestar humano y el desarrollo internacional, a través de un diálogo interdisciplinario e intercultural que profundice y extienda el consenso actual.[12]
Como podemos ver, bajo esta postura en la relación ética-desarrollo, los valores se convierten en un medio para poder alcanzar el desarrollo, el fin. Además, esta nueva relación ética-desarrollo contempla y lleva implícita la fusión entre la ética y la economía, sin embargo la segunda al pertenecer a las ciencias, refleja la adopción del presupuesto realista por el cual los valores éticos quedan anulados al pertenecer o contener un sentido ideal, de ahí que la economía en su desarrollo tendiera a adoptar a las mercancías como bienes, pues en tanto que son materiales son lo único viable a ser considerado como bien. Morin, comenta que la ciencia occidental, a partir del S. XVII, en su afán de conocer por conocer eliminó a la ética, debía tener solo juicios de hecho, no de valor, debido a su oposición a la política y a la teología, sin embargo en la actualidad es necesario controlar y regular a la ciencia éticamente.[13]
De ahí, el preguntar si es esta una nueva fusión entre realismo e idealismo, entre juicios de hechos y juicios de valor, o es tan sólo la manera en que la primera adopta y absorbe a la segunda para así poder mantenerse. Si recordamos que desarrollo evoca el cumplimiento cultural tanto como el económico, social y político, él es la gran ascensión hacia las nuevas civilizaciones en las cuales todos los seres humanos tienen suficientes bienes para ser totalmente humanos.[14] Y si sólo es posible asegurar el comportamiento ético por medio de las leyes, el miedo y las convicciones personales[15] Entonces,¿en realidad esta relación implica que el desarrollo puede ser considerado cómo un bien intrínseco?, ¿acaso esto no nos conduce más hacia una ética de consumo?, ¿es una forma sofisticada de coerción?
[1] Crocker David A., Ética internacional del desarrollo: fuentes, acuerdos, controversias y agenda, 2004, p.1
[3] Magne Bondevik Kjell, Los nuevos Desafíos Éticos del Estado, la Empresa y la Sociedad Civil, 2003, p.3
[4] Ibid., p. 2
[5] Ibid., p. 2
[6] Ibid., p. 3
[7] Ibd., pp. 4-6
[8] Goulet Denis, A new Disciipline: Development Ethics, 1996; y Crocker David, Op cit.
[9] Op cit., 15, p. 1
[10] Ibid., p. 3
[11] Ibid., p. 6
[12] Ibid., p. 8
[13] Morin Edgar, Estamos en un Titanic, p. 2
[14] Heilbroner Robert, citado en Goulet, Op cit., 21
[15] Whithe Jerry E. (Maj Gen), Personal Ethics versus Profesional Ethics, Airpower Journal, 1996, p. 32