La relación entre cultura y Fuerzas Armadas en América Latina contiene un fuerte componente histórico que data prácticamente desde la llegada de los españoles al Nuevo Mundo. Con el paso de los años, ya en la época contemporánea, las instituciones armadas han multiplicado su aporte en materia cultural a la calidad de vida de los pueblos americanos.
El legado histórico al que me refiero se manifiesta a través de construcciones militares que con el paso del tiempo han perdido su funcionalidad y que hoy constituyen parte del patrimonio nacional de distintos países de América. La contribución cultural actual se refleja principalmente en actividades relacionadas con museos, parques y hasta concursos para estudiantes o el público en general.
La lista de construcciones militares del pasado colonial en América Latina y que constituyen hoy en día un gran polo de atracción turística para miles de personas que las visitan, es bastante larga. Entre otras muchas, está el Fuerte San Felipe del Morro, construida en el extremo norte de San Juan, Puerto Rico, que data del siglo XVI.
Las noticias de su construcción de remontan al año 1539, cuando se autorizaron sumas de dinero que permitieron elevar un cubo o torreón abovedado. Otra defensa militar instalada en el siglo XVI fue el Castillo o “Baluarte” del Boquerón, sobre el cual se levantaría después el Fuerte o Castillo de San Jerónimo. Con el paso de los años se irían incorporando nuevas fortificaciones en San Juan, como el Fuerte Santa Elena -que reforzó el Castillo del Morro-, la Batería San Gabriel, el Fuerte San Agustín y las trincheras de la Puntilla de San Lázaro, que habían sido proyectadas en 1578 por el capitán Diego Menéndez Valdés. A mediados del siglo XVII por iniciativa del gobernador Mota Sarmiento, se construyeron baluartes y cortinas que, desde Santa Catalina y Real Fortaleza, cerraron el Sur de la ciudad hasta enlazar con el Castillo San Cristóbal. 1
En diversas urbes de América Latina aún permanecen restos de construcciones militares de carácter histórico y que otorgan una identidad diferente a cada lugar. Aún cuando este tipo de obras ya no dependa administrativamente de instituciones castrenses, sino estatales que resguardan el patrimonio o bien relacionadas con el turismo, su aporte al bienestar de nacionales y extranjeros consiste en el conocimiento del pasado al que los visitantes pueden acceder, lo que constituye un complemento perfecto al paseo por la ciudad. Con el paso de los años, muchas instalaciones militares actuales de América Latina seguramente perderán su utilidad práctica por obsolescencia y, en el futuro, formarán parte del patrimonio de los países.
Las construcciones militares de carácter histórico de Cartagena en Colombia ciertamente se confunden con la belleza y una gran cantidad de otros atractivos turísticos que posee. La ciudad misma es una de las más hermosas de América Latina, con un carácter colonial típico y su casco histórico amurallado, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. A los cuatro kilómetros de murallas -en su mejor momento llegó a tener 11 kilómetros-, se suman cerca de mil fortificaciones, 10 conventos, 12 iglesias y las fachadas restauradas de casas antiguas.2
Al estudiar las fortificaciones de la Cartago Nova colombiana, ingresamos al mundo de la poliorcética, que trata del arte de la defensa y ataque de plazas fuertes. Nos enseña, entre otras cosas, que la ingeniería militar no sólo ha debido ir mejorando la efectividad de dichas defensas, en un sentido práctico a través de los años, sino además, estableciendo estilos propios que dejan una impronta artística definida.3
Una obra sobre poliorcética muy notable y erudita es la del padre Gabriel Guarda, que aporta tanto aspectos generales sobre este arte en América Latina, como en detalle sobre el caso chileno. Su libro “Flandes Indiano”, ciertamente, va mucho más allá del arte y la ingeniería militar propiamente tales, pues además ilustra a los lectores debidamente en el tiempo y espacio histórico colonial latinoamericano, explicando el porqué de las diferentes políticas seguidas en torno a estas construcciones. Aparta, respecto de esto último, las determinaciones tomadas sobre el enemigo extranjero del doméstico. Es decir, separa el estudio de las instalaciones militares orientadas a la defensa, ante eventuales ataques de piratas o navíos de potencias extranjeras, de las requeridas para resguardar a los habitantes locales. 4
En el Sur de Chile, las principales fortificaciones históricas son las de Niebla, Corral y Mancera, cuyas ruinas aún subsisten. Cada año son visitadas por miles de turistas que pueden observar el Castillo de San Sebastián de Corral, que según un cronista Tamayo “el primer Fuerte sobre el puerto [fue] el Corral, capaz de doce piezas de artillería y ciento cincuenta soldados...”. La zona Punta de Niebla, llamada de Santa Cruz o Santa Elena, fue inicialmente reconocida por Antonio de Toledo en febrero de 1645, decidiendo más tarde fortificarla con una plataforma similar a la de Corral. En la Punta del Manzano o de Amargos, se erigió el último bastión del sistema Su construcción comenzó bajo el virreinato del Conde de Alba de Liste (1655-1661), pero inició sus actividades regulares por iniciativa del Gobernador Fernando de Bustamante y Villegas, a partir del 17 de septiembre de 1658.5
En la actualidad, la administración de los restos de estas construcciones militares está a cargo de la Ilustre Municipalidad de Valdivia y del Servicio Nacional de Turismo, instituciones que han promovido el conocimiento de estos lugares invitando a participar a otras organizaciones estatales y privadas, entre ellas Sercotec, Corfo, Instituto de Turismo de la Universidad Austral de Chile, Hotelga, Cámara de Comercio e Industrias, etc. La cifra de visitantes en el verano 2005-2006 fue de 70.000 en el Fuerte San Sebastián de la Cruz de Corral, lugar donde se realiza cada año la Reanimación Histórica de la Toma de Valdivia, y de 40.000 personas en el Fuerte-Museo de Niebla, que se potencia demás con ferias y encuentros gastronómicos. 6
Las fortificaciones militares de otros lugares de América Latina presentan distintos grados de conservación, una gran parte ha desaparecido o fueron trasladadas, otras se conservan en regular estado y algunas pocas siguen siendo motivo de orgullo de cada ciudad y son visitadas por miles de personas. En Cuba se mantienen el Castillo de la Fuerza (1558-1577), el Fortín de la Tocha de Júcaro a Morón en Ciego de Ávila, el Fuerte de los Tres Reyes del Morro en Santiago de Cuba, la Batería de La Reina en La Habana. En Uruguay, la arqueóloga Carmen Curbelo y refiriéndose a Montevideo ha escrito: “diferentes construcciones de origen militar, remanentes de la colonia, fueron dejadas de lado por obsoletas y falta de funcionalidad ante las nuevas tácticas y armamentos bélicos del siglo XIX o se fueron destruyendo poco a poco”. En Chile, una larga lista confeccionada por el padre Guarda sobre decenas de fortificaciones militares muestra que las ruinas subsisten sólo en algunos casos. 7
Los museos en general cumplen diversas funciones relacionadas con el desarrollo cultural de una nación. En primer lugar, reúnen colecciones de objetos valiosos que estudian y clasifican especialistas, contribuyendo de ese modo a la investigación histórica y arqueológica. En segundo lugar, realizan exhibiciones permanentes o temporales, ya sea por iniciativa propia o en convenio con otras instituciones, en ocasiones acompañadas de charlas especializadas y también información al público en general. En tercer lugar, constituyen un lugar de encuentro de estudiantes de diferentes niveles de educación, desde alumnos de escuelas básicas hasta universitarios, complementando su formación académica.
Todo este ámbito de actividades y posibilidades de interrelación entre estamentos educacionales y la ciudadanía, genera múltiples externalidades que inciden positivamente en el desarrollo nacional.
En Chile, el Museo Histórico y Militar reinauguró sus actividades en diciembre del año 2002, ofreciendo al público la posibilidad de visitar entonces 7 de las 26 salas proyectadas, además del servicio de multimedia y la sala de eventos. Este museo, instalado en el mismo lugar donde estuvieron la Escuela Militar y la Escuela de Suboficiales, en avenida Blanco Encalada, exhibe uniformes antiguos, maquetas y reliquias históricas. En la vecindad, se encuentra el antiguo Batallón Logístico Nº 2 “Arsenales de Guerra”, que ha sido restaurado e incorporado al entorno cívico, mediante un convenio con la Ilustre Municipalidad de Santiago. Otra institución que contó con el apoyo del Ejército de Chile es el Museo San José del Carmen de El Huique, que incluyó la preservación de las instalaciones, construcción de baños públicos, administración, biblioteca y refacción de las dependencias. 8
El Museo Naval de Valparaíso ha cumplido la función de difundir la historia, cultura naval y marítima desde aproximadamente un siglo, permitiendo el intercambio de conocimientos, experiencias y el desarrollo de actividades de investigación. Por Decreto supremo Nº 779 de fecha 30 de abril de 1915, don Ramón Barros Luco dispuso crear a bordo del Monitor Huáscar el Museo Naval Arturo Prat, donde se guarden objetos navales de valor histórico, útiles para la instrucción y educación cívica de la marina. Un par de años después, con fecha 14 de agosto de 1917, don Juan Luis Sanfuentes derogaba el Decreto Supremo Nº 779 y creaba un Museo Naval en Valparaíso, anexo a la Escuela Naval, debiéndose trasladar allí los objetos históricos que se encontrasen a bordo del Monitor Huáscar anclado en Talcahuano.9
El Museo Aeronáutico de Chile cumple funciones pedagógicas similares, centradas en el ámbito de la historia y quehacer de la aeronáutica en general. Ubicado en el Camino a Melipilla Nº 5000, comuna de Cerrillos, otorga entrada liberada al público en general en horarios de 10:00 a 17:00 horas, martes a domingo. Para mayor facilidad de las instituciones educacionales, cuenta con un sistema de inscripción para programar una visita que es guiada por personal especializado. Está estructurado en sectores que incluyen exhibiciones sobre la escultura denominada “La Novia del Viento”, el hombre y el universo, Leonardo da Vinci y sus máquinas voladoras, el primer vuelo de los hermanos Wright, el primer vuelo en Chile, aviones patrimoniales, sala del espacio, etc. Además cuenta con un área de exposición permanente para discapacitados visuales y ciegos, servicios de biblioteca y un hangar de reactores. 10
El Museo Histórico de Carabineros de Chile, por otra parte, fue creado por iniciativa del General Director Jorge Ardiles Galdames en el año 1958. Sus colecciones y objetos han sido exhibidos a través de los años tanto en el Museo Histórico Nacional como en recintos ubicados en Victoria Subercaseux 141, Carrera 110 y en el Castillo Ortúzar de Irarrázaval 4250. En diciembre del año 2009 fue inaugurado el nuevo edificio del Museo y Centro Cultural ubicado en Avenida Antonio Varas y que lleva por nombre “General Director Don Alejandro Bernales Ramírez”.
En el Perú la lista de museos de carácter militar que tanto turistas como alumnos y público en general puede visitar es muy interesante. Entre ellos, cada uno con sus propias particularidades: el Museo de Criminalística de la Policía Nacional del Perú; Museo Histórico Militar Real Felipe; Museo de la Fuerza de Aviación Naval; Museo Naval; Museo de la Fuerza de submarinos; Museo Memoria Coronel Leoncio Prado; Museo Andrés Avelino Cáceres; Museo Bolivariano; Museo de los Combatientes del Morro de Arica; Casa Museo Miguel Grau y Museo Aeronáutico. 11
En Colombia destacan el Museo Escuela de Caballería, el Museo Escuela de Comunicaciones, el Museo Aeroespacial Colombiano (MAECO), el Museo General Francisco de Paula Santander, Museo Militar de Colombia, palacio Museo Histórico de la Policía Nacional, etc. En Buenos Aires, Argentina, están abiertos al público: el Museo de la Aviación Naval, ubicado en la base aeronaval Comandante Espora; el Museo Histórico del Ejército, con instalaciones logísticas en Ciudadela y material de guerra de la época de la Independencia, de la expedición del General San Martín, de la guerra de las Malvinas y de operaciones de paz para Naciones Unidas; el Museo Histórico y Tradicionalista “Fortín Independencia” en Tandil, institución privada con más de 10.000 artefactos de historia regional y temas militares.12
Las actividades culturales realizadas por Fuerzas Armadas de algunos países también incluyen colaboración en la mantención de parques o senderos, exposiciones de equipos o aparatos militares y hasta concursos históricos para estudiantes. Aún cuando estos quehaceres han tenido una incidencia menor o más bien tangencial en lo cultural, por lo menos reflejan cierto interés de parte de autoridades políticas y castrenses de contribuir al bienestar de la población por esta vía.
En este tipo de materias el Ejército de Chile ha participado apoyando el proyecto “Sendero de Chile” a través del Comando de Apoyo Administrativo del Ejército (CAAE), junto a la Asociación de Municipalidades. El aporte fue un contrato de servidumbre voluntaria en un predio ubicado en la comuna de Peñalolén, consistente en dos senderos, uno peatonal y otro para bicicletas, además de la reforestación de 25 hectáreas con apoyo de la empresa GASANDES S.A., el desarrollo de un proyecto aprobado por Naciones Unidas y la prohibición de caza en el contrafuerte andino de Santiago.13
Por otra parte, la regularización legal de algunos predios en la Región Metropolitana, en el cerro Chena de la comuna de San Bernardo, ha permitido efectuar un convenio con el Ministerio de Bienes Nacionales con el objeto de construir el Parque Metropolitano Sur “Ejército de Chile”. Este lugar se proyectaba como una nueva área verde para Santiago y con diversas instalaciones como el acceso general, acceso específico a un santuario existente, zonas de recreación, deportivas, picnic y un centro de educación ambiental.14
En el parque Santa Lucía de la Serena también se ha dado esta simbiosis entre una institución armada y la comunidad debido a actividades culturales. Una alianza entre la Ilustre Municipalidad de La Serena y el Regimiento de Infantería Nº 21 de Coquimbo ha permitido que cuarenta conscriptos fueran instruidos como guías de turismo del entorno del cuartel. El Alcalde Raúl Saldívar, junto con felicitar a los soldados en el momento entregar los certificados de capacitación, expresó que “los turistas suelen venir y conocer este regimiento: sus faldeos, su parque, sus áreas verdes, todo su entorno, de manera que ya es un proceso irreversible el que se convierta en una pieza más del conjunto de obras patrimoniales que la ciudad tiene y que están a disposición del uso, goce y disfrute de los vecinos”.15
En materia cultural cabe incluir algunos concursos que establecen las instituciones armadas con el objeto de difundir y ampliar el conocimiento de determinados hechos históricos que permanecen en la memoria colectiva o en actos costumbristas que también celebra la sociedad civil. Una muestra de ello lo constituyen las bases de un concurso para estudiantes universitarios organizado por la Academia de Historia Militar de Chile, con fecha de entrega de los trabajos el día 30 de septiembre del año 2008. El tema a tratar era, en esta ocasión, “El Ejército de Chile, 1823-1830”. Con un premio al primer lugar de $ 1.750.000..- (unos 3 mil dólares aproximadamente), podían participar en el concurso todos los estudiantes de Pedagogía en Historia de cualquier universidad chilena.16
Siguiendo la clasificación establecida en el marco teórico, esta actividad de llamado a concurso quedaría incluida en dos de los flujos que muestra la Figura Nº 1.3 (Esquema de actividades militares y civiles e impacto en la calidad de vida de la población): En el flujo (1) del impacto de las actividades militares en el mundo civil, de manera leve por cuanto es poca la población civil beneficiaria y en el flujo (3) del impacto de las actividades militares en el mundo militar, de manera más intensa debido a que apunta mayoritariamente a un beneficio al personal uniformado.
1 Zapatero, Juan Manuel, Las fortificaciones históricas de San Juan de Puerto Rico, en Militaria. Revista de Cultura Militar, Nº 1, pp. 147-149, Editorial Universidad Complutense de Madrid, 1989.
2 Montalva W., Sebastián, La restauración de Cartagena, en revista Domingo, Nº 2.146, pp. 16-21, diario El Mercurio, Santiago de Chile, 3 de febrero del 2008.
3 Cabellos Barreiro, Enrique, Cartagena de Yndias. Mágica acrópolis de América., Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas CEDEX-CEHOPU, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Sociedad Estatal Quinto Centenario, p. 9, Madrid, España, 1991. Según explica este autor, el término poliorcética deriva de Demetrio I de Macedonia, sucesor de Alejandro Magno hacia el año 300 a.C., de sobrenombre Poliorcetes, que significa “tomador de ciudades”.
4 Guarda, Gabriel, Flandes Indiano. Las fortificaciones del Reino de Chile 1541-1826., Ediciones de la Universidad Católica de Chile, 1ª edición, Embajada de España, Banco Santander, Alfabeta Impresores, pp. XII-XVIII, Santiago e Chile, octubre de 1990.
5 Guarda, Gabriel, op. cit., pp. 66-68.
6 Oyarzún M., Eduardo; Caripan S., Héctor, Berger Fett, Bernardo et al, Barómetro de turismo. Análisis temporada 2005-2006., Mesa Público-Privada de Turismo, pp. 3-5, Valdivia, 2005-2006.
7 Véanse: (a) Ramos Zúñiga, Antonio, La fortificación española en Cuba siglos XVI-XIX, en ATRIO, Revista de Historia del Arte, Nº 5, Universidad Pablo de Olavide, pp. 49-64, Sevilla, España, 1993; (b) Curbelo, Carmen, Arquitectura militar colonial, arqueología y patrimonio. Dos ejemplos., documento sin enumerar, sin ciudad, sin país, sin fecha, en el sitio de Internet http://www.fhuce.edu.uy/maldonado/index_archivos/pdfs/arquitectura.pdf ; (c) Guarda, Gabriel, op.cit., pp. 370-379.
8 Cheyre Espinosa, Juan Emilio, (2002), op. cit., pp. 111 y 112.
9 Valenzuela Sotomayor, Patricio, Historia y naturaleza del museo, en Valenzuela Sotomayor, Patricio; Rivera Silva, Eduardo et al, Revista del Museo Naval y Marítimo, Valparaíso., Nº 1, páginas sin enumerar, Valparaíso, Chile, 2005.
10 -------, Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio. Cartilla autoguía para visitantes., Dirección General de Aeronáutica Civil, Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio, Santiago de Chile, sin año.
11 Véanse: (a) Guerra Chirinos, Diana, Directorio de la cultura y las artes en el Perú, Instituto Nacional de Cultura, Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación la Ciencia y la Cultura, pp. 217-267, Perú, sin año, y (b) el sitio Web del Instituto Nacional de Cultura de Perú: http://www.inc.gob.pe .
12 Información obtenida desde los sitios de Internet: (a) http://www.culturarecreacionydeporte.gov.co y (b) http://www.aeromilitaria.com.ar/psv/sitios/index.htm. Cabe señalar que el Museo de la Aviación del Ejército ubicado en el Aeródromo Militar de Campo de Mayo no autoriza la entrada de público.
13 Cheyre Espinosa, Juan Emilio, op. cit., pp. 83-84.
14 Ibid., p. 84.
15 Yáñez, Sergio, Conscriptos de Regimiento son ahora expertos en atractivos turísticos, en La Comuna, Diario Ciudadano Región de Coquimbo, versión digital, páginas sin enumeración, Coquimbo, Chile, martes 11 de agosto del 2009.
16 Ibañez Cortiella, Manuel, (en Consultas al concurso), Bases de concurso para estudiantes universitarios 2007-2008, Concurso Histórico Militar 2008, Academia de Historia Militar, páginas sin enumerar, Santiago de Chile, sin año, (¿ 2007 ?).
En eumed.net: |
1647 - Investigaciones socioambientales, educativas y humanísticas para el medio rural Por: Miguel Ángel Sámano Rentería y Ramón Rivera Espinosa. (Coordinadores) Este libro es producto del trabajo desarrollado por un grupo interdisciplinario de investigadores integrantes del Instituto de Investigaciones Socioambientales, Educativas y Humanísticas para el Medio Rural (IISEHMER). Libro gratis |
15 al 28 de febrero |
|
Desafíos de las empresas del siglo XXI | |
15 al 29 de marzo |
|
La Educación en el siglo XXI |