El tema del adulto mayor en América Latina y en el mundo ha motivado cada vez más a las autoridades a conocer más sobre el fenómeno del envejecimiento de la población. El avance de la medicina, las mejoras en la situación alimenticia en países que se mantenían deficitarios en esta materia, el incremento de las actividades deportivas, además de los avances científicos en el área de la biología y la salud, constituyen probablemente las causas principales que han determinado estructuras demográficas con mayor presencia relativa de individuos mayores de 65 años.
En la actualidad, la valoración social que reciben los ancianos varía según el medio geográfico o bien la condición económico-social de la comunidad en que viven. En comunidades campesinas de tradición artístico manual de México, Brasil, Paraguay, Bolivia y otros países latinoamericanos efectúan labores, son creativos y utilizan sus habilidades hasta muy avanzada edad. En ciudades de la costa, en que la pesca es su principal fuente de ingresos, los adultos mayores suelen sufrir enfermedades crónicas como artritis y reumatismo. En zonas mineras, en cambio, las rudas condiciones trabajo termina por obligarlos a jubilar y emigrar a la ciudad para vivir con sus familiares más cercanos; en los centros urbanos, las personas adultas a veces ayudan económicamente a los más jóvenes o, por el contrario, es el resto de la familia la encargada de velar por su bienestar. 1
En Africa, por otra parte, se dice que “cuando muere un anciano desaparece una biblioteca”. Aunque este proverbio sea distinto de un lugar a otro, su valor y significado es válido en cualquier sociedad. Esto es así porque las personas mayores son intermediarios entre el pasado, el presente y el futuro. De este modo su experiencia, su sabiduría e incluso su forma de ver la vida se constituyen en un verdadero vínculo entre generaciones, tremendamente necesario para el mejor desarrollo de la comunidad. 2
Antes de revisar algunos antecedentes para el caso latinoamericano, creo oportuno efectuar algunos alcances de carácter general sobre el fenómeno del envejecimiento. En primer lugar, se sabe que el envejecimiento es un fenómeno normal, por lo que la vejez no es una enfermedad. Más aún, las enfermedades son un estado de alteración de lo normal, en cambio el envejecimiento es un fenómeno irreversible, mientras que cualquier enfermedad puede ser reversible, aunque algunas de ellas en la actualidad no poseen buenos tratamientos. Las enfermedades se pueden prevenir, mientras que el envejecimiento no. En segundo lugar, se acepta que el envejecimiento es un fenómeno universal (incluso para todas las especies), irreversible (una vez que ocurre, el cambio no desaparece), acumulativo (como una suma de hechos que determinan un efecto final), secuencial (lo que ocurre hoy se debe a lo de ayer y a su vez provocará un suceso mañana) y progresivo (avanza regularmente sin desviarse). 3
En la práctica, la calidad de vida de las personas de más edad tiende a deteriorarse por razones tanto biológicas como sociales. En relación con lo primero, la atención de la salud física, dental y psicológica se complica con el paso de los años. Los cambios fisiológicos afectan a los órganos de la visión y audición, a los tejidos celulares, al sistema cardiovascular, a la capacidad respiratoria, el sistema endocrino, el sistema nervioso, el sistema gastrointestinal, el esquelético, el génito urinario, el inmunitario y la memoria. El anciano por lo general padece de males que las personas jóvenes no son afectadas, por ejemplo las enfermedades crónicas, degenerativas y tumorales.4
En el área psicoemocional, en la vejez aumentan el sentimiento de inseguridad, el temor y la dependencia, al punto de que algunas ideas o valores pueden llegar a constituir una verdadera obsesión: el individuo que fue ahorrativo en su juventud se vuelve tacaño; el precavido, temeroso; el generoso, derrochador; el miedo a la miseria lo lleva a acumular trastos inservibles como diarios antiguos, cartones, medicamentos o botellas vacías. Un aspecto delicado, desde el punto de vista psicológico, es que la tercera edad se reconoce como una etapa de pérdidas, por la muerte del cónyuge, familiares, amigos o seres queridos. Esta realidad psicoemocional, en todo caso, no debe ser considerada una pauta común para todos los ancianos, pues muchos de ellos pasan el resto de sus años con mucha tranquilidad, reflexionan de buena manera, ocupan bien su tiempo libre y hasta se divierten.5
Estos cambios descritos deberán ser comprendidos, en el futuro cercano, al interior de un contexto ético y moral muy distinto al que conocemos hoy en día. El incremento de las políticas preventivas, que se iniciarán a los 40 años para cada individuo, llevará a escenarios que no dejan de preocupar: actualmente a nivel mundial por cada niño que nace hay aproximadamente diez hombres que tienen 66 años o más; para el año 2020 la “Organización Mundial de la Salud” (OMS) proyecta por cada niño que nazca, serán quince los hombres de 66 años o más y para el 2050 se calcula que serán hasta veinticinco con edades superiores a 65 años.6
El fenómeno del envejecimiento de la población en Chile y América Latina ha adquirido cada vez mayor connotación pública y la preocupación por el tema ha impulsado la realización de estudios e implementación de políticas sobre el tema por parte de las autoridades nacionales. Un examen breve de las cifras históricas de población mayor de 65 años en Chile desde el año 1980 y su proyección hacia el 2040, revela un claro aumento proporcional de las personas ubicadas en esta categoría:
Cuadro Nº 1.12
Evolución y proyección del tamaño de la población de 65 años y más en Chile
(Años 1980 - 2040)
Años |
Población de 65 años y más |
|||
|
Hombres |
Mujeres |
Total |
Dato de % |
1980 |
260785 |
359047 |
619832 |
5.6% |
2000 |
453255 |
637132 |
1090387 |
7.2% |
2020 |
894731 |
1168995 |
2603726 |
11.0% |
2040 |
1576716 |
2031263 |
3607979 |
16.9% |
Fuente: Villalobos Courtin, Alicia et al, Norma de la atención integral de salud del adulto mayor, Gobierno de Chile, Ministerio de Salud, Litografía Valente, p. 9, Santiago de Chile, 2002. La fuente original según se indica es: CELADE 2000-2001, Estimaciones y Proyecciones Oficiales.
En el Cuadro Nº 1.12 se ha estimado el porcentaje del total de la población que corresponde a los adultos con edades de 65 y más años, en lapsos de 20 años, comenzando en 1980 y proyectando las cifras hasta el año 2040, fecha posterior a la celebración del bicentenario de las independencias nacionales de varios países de América Latina. En el caso de Chile, se aprecia claramente el aumento sostenido de la proporción de adultos mayores hacia el año 2040, hasta alcanzar prácticamente un 17%.
La cifra de por sí provoca cierta inquietud, pues estamos hablando de más de 3 millones de personas en el caso chileno, pues se debe agregar el aumento en la esperanza de vida, lo que significa que todo este segmento de población vivirá más años en promedio. Dicho de otro modo, son más personas adultas que desean y deben tener un mejor nivel de vida, en un contexto biológico distinto al que enfrentará el resto de la población más joven.7
Cuadro Nº 1.13
Países seleccionados de América Latina y el Caribe: proporción y tasas de crecimiento de la población de 60 años y más 2000-2050
(En Porcentajes)
País |
Población de 60 y más años de edad (%) |
Tasa de crecimiento |
|||
2000 |
2025 |
2050 |
2020-2025 |
2025-2050 |
|
Uruguay |
17,2 |
19,6 |
24,5 |
1,2 |
1,3 |
Argentina |
13,3 |
16,6 |
23,4 |
1,9 |
1,9 |
Cuba |
13,7 |
25,0 |
33,3 |
2,6 |
0,9 |
Barbados |
13,4 |
25,2 |
35,4 |
2,8 |
1,0 |
Chile |
10,2 |
18,2 |
23,5 |
3,3 |
1,5 |
Brasil |
7,9 |
15,4 |
24,1 |
3,7 |
2,3 |
México |
6,9 |
13,5 |
24,4 |
3,8 |
2,8 |
República Dominicana |
6,5 |
13,3 |
22,6 |
3,9 |
2,8 |
Bolivia |
6,2 |
8,9 |
16,4 |
3,3 |
3,4 |
Paraguay |
5,3 |
9,4 |
16,0 |
4,4 |
3,3 |
Honduras |
5,2 |
8,6 |
17,4 |
4,0 |
3,9 |
Total América Latina |
8,0 |
14,1 |
22,6 |
3,5 |
2,5 |
Fuente: Guzmán, José Miguel, Envejecimiento y desarrollo en América Latina y el Caribe, Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población, Serie Población y Desarrollo Nº 28, Naciones Unidas, CEPAL, ECLAC, p. 10, Santiago de Chile, mayo del 2002.
En lo que atañe a América Latina, el envejecimiento se constituye un fenómeno generalizado, debido a que todos los países de la región, a inicios del siglo XXI, mostraban un apreciable crecimiento de al población de 60 y más años. Un aspecto relacionado y que mantiene tanto la atención como preocupación de intelectuales y autoridades, es la alta incidencia de la pobreza y baja cobertura de seguridad social. El Cuadro Nº 1.13 permite apreciar algunas proyecciones de población de adultos mayores para varios países de América Latina, expresadas en porcentajes respecto de la población total de cada país indicado y hasta el año 2050. 8
Los datos del Cuadro Nº 1.13 revelan, además, que a la cabeza del envejecimiento demográfico se encuentran países como Uruguay, Argentina, Cuba, Barbados y Chile. En este grupo un más del 10% de la población es mayor de 60 años, lo que contrasta con el grupo constituido por Bolivia, Paraguay y Honduras, en los cuales menos del 6,5% de la población es mayor de 60 años. Un último conjunto de países seleccionados de la misma lista anterior es el de Brasil, México y República Dominicana, ubicados en una situación intermedia, pero que también se encuentran en una situación de transición demográfica avanzada.9
1 Orellana Otero, María Verónica, La ancianidad en las diferentes culturas, en Marín L., Pedro Paulo et al, Tiempo nuevo para el adulto mayor. Enfoque interdisciplinario., Colección Adulto Mayor, Programa para el adulto mayor, Vicerrectoría Académica Pontificia Universidad Católica de Chile, Impresos Universitaria S.A., 2ª edición, pp. 15-30, Santiago de Chile, junio de 1993.
2 Annan, Kofi, Discurso Inaugural del Secretario General de las Naciones Unidas, en Plan de Acción Mundial sobre envejecimiento, Impresora Madrid, p. 13, Madrid, España, 2002.
3 Quesney Langlois, Francisco, Disfrute plenamente su vejez, Banmedica, Editorial La Puerta Abierta, pp. 28-33, Santiago de Chile, s.a.
4 Jerez Klöpfer, Idilia, Proyecto de creación carrera gerontología social, documento de trabajo inédito preparado para la Universidad Católica Blas Cañas (actual Universidad Cardenal Raúl Silva Henríquez), pp. 1-14, Santiago de Chile, octubre de 1998.
5 Jerez Klöpfer, Idilia, ibidem.
6 Maryn, Siegfred; Metka, Markus y Kindel, Georg, El hombre 2000. El revolucionario programa antienvejecimiento para los hombres., Plaza Janes Editores S.A., 1ª edición, noviembre 2000, p. 27, Barcelona, España, 2000.
7 Villalobos Courtin, Alicia et al, Norma de la atención integral de salud del adulto mayor, Gobierno de Chile, Ministerio de Salud, Litografía Valente, p. 9, Santiago de Chile, 2002. La fuente original según se indica es: CELADE 2000-2001, Estimaciones y Proyecciones Oficiales
8 Guzmán, José Miguel, Envejecimiento y desarrollo en América Latina y el Caribe, op. cit., pp. 5 y 10.
9 Guzmán, José Miguel, op. cit., pp. 9 –11.
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