Hablar de la pobreza no es un tema fácil. En realidad presenta problemas difíciles de entender y sobre todo, de solucionar. Intelectuales y políticos a veces tienen una idea equivocada del asunto y asumen que la pobreza es la carencia de bienes de tipo material. Asimismo, en muchas ocasiones hemos escuchado decir que la pobreza es sinónimo de la mala distribución de la riqueza o bien, de la holgazanería de la gente. Cuan equivocados estamos y hasta donde hemos desviado el verdadero problema con la finalidad de obscurecer las causas de explotación que existen en un mundo, en donde los valores humanos se han deteriorado para dar paso a concepciones tecnócratas y difíciles de entender.
Parece contradictorio, pero lo cierto es que muchas de las causas de la pobreza esgrimidas por gobernantes, líderes de grupos sociales e incluso intelectuales, son verdaderas. Ya que tienen que ver con la pobreza, sólo que en cierto nivel de análisis y por supuesto, no explican en el problema en su esencia. Sin embargo, nuestra investigación tiene que ver con los aspectos medulares del conocimiento que buscan las causas últimas de la pobreza a efecto de ofrecer las alternativas de solución desde un plano más objetivo.
En los últimos años la interpretación y el análisis de la pobreza se ha asociado a la forma en que el Fondo Monetario Internacional y otros organismos financieros la estudian. Por cierto, en mucho han desviado el entendimiento del fenómeno y han trazado cortinas de humo con la finalidad de esconder la naturaleza de los procesos que lleven a su solución.
Por lo tanto, debemos asumir una postura diferente a la establecida hasta la actualidad y pensar en la pobreza desde planos que nos ubiquen realmente en su esencia. No sólo habrá que pensar en el lado material o económico de las cosas; lo cual sólo nos lleva al campo de la distribución del ingreso, sino en aquellos aspectos que tienen que ver con los valores humanos. Por ende, la pobreza tiene que ver con aspectos educativos, religiosos y culturales. La pobreza es un asunto en donde influyen el arte y el humanismo. Es también preocupación por la corrupción, por la libertad y la democracia. En suma, pensar en la pobreza desde el campo meramente material o económico, nos transporta a un reduccionismo y por ende, a soluciones equivocadas de la misma.
Por lo anterior, debemos cuestionarnos de dónde parte la pobreza y la mala distribución del ingreso y por ende, la solución de la misma. Este cuestionamiento básicamente lo vamos a centrar en hacer un estudio sobre las necesidades y el papel del Estado en la sociedad capitalista. Así mismo, haremos un recorrido de la forma en que los principales pensadores y corrientes del pensamiento encaran la distribución del ingreso.
Ser pobre, en una enciclopedia, se define como el que no tiene, o que tiene con mucha escasez, lo necesario para vivir. (Encarta 98). Y pobreza, nos comenta la misma enciclopedia, nos indica un significado como calidad de pobre, es decir, escaso. Así mismo, nos dice que rico es el poderoso y acaudalado, y riqueza tiene como significado calidad de rico y abundancia de bienes. Por otra parte, se puede leer el concepto necesidad bajo la definición de lo que es imprescindible para uno.
Ahora bien, antes de hablar de la pobreza, metodológicamente, es importante estudiar las necesidades como un aspecto básico para entender, así como también para comprender, la pobreza y la distribución del ingreso. Debemos considerar que no existe un documento o tratado sobre las necesidades que responda a los problemas en forma completa o precisa. Agnes Heller ha realizado una compilación sobre las necesidades en Marx y de suerte, es una investigación afortunada para dar base al presente apartado. Así también, el Programa para las Naciones Unidas para el Desarrollo, ha publicado algunos textos en torno al problema de la pobreza. Ambos, serán recuperados para tener una visión de la pobreza desde el plano esencial del conocimiento; sin abandonar, por supuesto, aquel que corresponde al aspecto superficial que retoma el funcionalismo.
Si empezamos nuestro análisis con los planteamientos del premio Nóbel de Economía Amartya Sen, debemos decir que éste maneja los conceptos: capacidades, realizaciones, bienes y servicios. Por realizaciones conceptualiza a aquellas como condiciones de la vida que tienen que ver con el ser y el hacer, mismas que pueden o no ser alcanzadas. Por otro lado, se tiene que las capacidades se definen como nuestra habilidad para alcanzar dichas condiciones de vida:
“Una realización es un logro, mientras que una capacidad es la habilidad para lograrla. Las realizaciones están, en cierto sentido, más ligadas con las condiciones de vida, puesto que son diferentes aspectos de las condiciones de vida. Las capacidades, en contraste, son nociones de libertad en el sentido positivo del término: las oportunidades reales que se tienen respecto de la vida que se puede llevar.”1
Por otro lado, Sen no considera la posición de bienes o servicios para determinar la pobreza, ya que piensa que estos varían de persona a persona, por ende, sustituye necesidades por realizaciones y capacidades, lo cual le permite rebasar la falta de bienes. Sin embargo, hace un análisis en torno a la línea de pobreza, cuyo significado es establecer un techo de necesidades mínimas para determinar quiénes son pobres y quiénes no.2
Para Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martin Hopenhayn, la preocupación sobre las necesidades, y el que éstas aumenten en la medida en que el tiempo pasa; no son verdad. En realidad, los autores determinan que las necesidades son finitas e iguales en cualquier momento histórico y cultural. Por ello, proponen un esquema de clasificación de necesidades con dos criterios: el primero tiene que ver con categorías existenciales como el ser, tener, hacer y estar. El segundo, se relaciona con categorías axiológicas como las de subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad.
“De la clasificación propuesta se desprende que, por ejemplo, alimentación y abrigo no deben considerarse como necesidades, sino como satisfactores de la necesidad fundamental de subsistencia. Del mismo modo, la educación (ya sea formal o informal), el estudio, la investigación,... son satisfactores de la necesidad de entendimiento. Los sistemas curativos, prevención y los esquemas de salud, en general, son satisfactores de la necesidad de protección.”3
Otro de los estudiosos de las necesidades es Abraham Maslow y su pirámide. Maslow establece que existe un proceso que el ser humano recorre y tiene que ver con las necesidades fisiológicas como alimentación, agua y aire. Después, le siguen las necesidades de seguridad, como la seguridad misma, la protección contra daño, etc. Así mismo, tenemos las necesidades de aceptación social como afecto, amor, pertenecía y amistad. Las necesidades de autoestima son éxito, prestigio y autovalía. Por último, tenemos, en esto que se ha dado en llamar la pirámide de Maslow, las necesidades de autorrealización como dar.
Para el autor la pirámide se va escalando paulatinamente y al rebasar una de las necesidades, no necesariamente se abandona para dar paso a otra. Por ejemplo, las necesidades fisiológicas se siguen teniendo aun cuando ya se esté en la punta de la pirámide en donde se tienen necesidades de autorrealización.
Los autores anteriores lo que hacen es clasificar las necesidades y establecer que siempre han existido. Existen en el espacio y en el tiempo. Esta idea es interesante, ya que nos permite distinguir el nivel en que se encuentra una sociedad determinada. Sin embargo, analizan en forma estática las necesidades y no de manera dinámica. Para Marx, el asunto es diferente y difiere de estos planteamientos. Porque las ubica de manera dinámica y van cambiando con respecto al tiempo y el lugar.
Pensamos que la taxonomía de Maslow bien podría interpretarse históricamente. De esta manera, en la base prehistórica tenemos que las necesidades fisiológicas son las que estarían presentes y las de autorrealización son cuando la humanidad haya rebasado la fase capitalista. Sin embargo, tales escalones pueden adaptarse a cada momento de una persona, en la medida en que las etapas más atrasadas las vemos en la infancia y las de autorrealización en la parte adulta del ser humano. Por ende, su progreso y realización constante.
Ahora bien, otra forma de entender las necesidades nos la da Agnes Heller al interpretar a Carlos Marx. Heller, nos presenta un análisis más acabado sobre el tema y nos hace comprender, bajo el concepto de necesidades, el desarrollo del hombre hacia espacios humanos.
Hacer un análisis del centro de atención marxista sobre el trabajo, nos lleva a oponer al hombre frente al animal. A diferencia de éste, el hombre trabaja en una forma consciente, histórica y universal, ya que funciona bajo el concepto de modificar su entorno social. El animal reproduce siempre las mismas formas de comportamiento instintivo y no le permite tener consciencia de su entorno. Desde este ángulo, entonces, podemos decir que el hombre es un constante creador de necesidades que coadyuvan a elevar su comportamiento a espacios humanos.
Antes de adentrarnos al análisis marxista debemos acotar que no existe un entendimiento claro del autor respecto a la necesidad. En algunos textos plantea ciertos conceptos sobre las necesidades y en otros modifica su pensamiento para ubicarlo en un espacio similar o diferente al que estableció. Sin embargo, debemos decir que a cambio de lo oscuro que representa su análisis, obtendremos la esencia misma del por qué de la pobreza. He aquí nuestra preocupación por integrar su pensamiento y su método en el presente trabajo de investigación.
1. - Si empezamos por hablar de las necesidades de carácter biológico diremos que en los manuscritos de economía y filosofía de 1844 se puede distinguir que el hombre sólo produce liberado de las necesidades físicas o biológicas que corresponden a la autoconservación de las condiciones vitales de él mismo.
2. - Desde el plano económico nos encontramos a un Marx que se debate en contra del capitalismo y sus formas de enajenación en todos los campos. Aquí, establece una diferencia entre necesidades naturales y socialmente determinadas. En su concepción, Marx establece que la dinámica del capital impulsa al trabajo más allá de los límites de su necesidad natural y crea, de esta manera, elementos materiales para el desarrollo de nuevas necesidades. Aquí, aparece el concepto de lujo como antítesis de las necesidades necesarias.
Al hablar del comportamiento del capitalismo Marx señala:
“...en su aspiración incesante por la forma universal de la riqueza, el capital como sistema socioeconómico, empero, impulsa el trabajo más allá de los límites de su necesidad natural y crea así los elementos materiales para la rica individualidad, tan multilateral en su producción como en su consumo, y cuyo trabajo, por ende, tampoco se presenta ya como trabajo, sino como desarrollo pleno de la actividad misma, en la cual ha desaparecido la necesidad natural en su forma directa, porque una necesidad producida históricamente a sustituido a la natural.” 4
3. - En su obra “El Capital” se establece una concepción de necesidades naturales como aquellas que corresponden al alimento, el vestido, la calefacción, la vivienda, etcétera y cambian respecto a las condiciones de vida, al clima y a las características naturales del país. Además, son un producto histórico que depende de la cultura, los hábitos, y los avances materiales exigidos por los trabajadores de dicho país.
Hasta aquí hemos de hacer un corte a nuestro estudio en el sentido que el pensamiento marxista corre de un concepto a otro. No por mera casualidad, sino por el método que siempre dejó impreso en sus interpretaciones. Dejamos claro, por un lado, que las necesidades físicas corresponden a las necesidades biológicas. Por otro, debemos pensar que las necesidades naturales son aquellas que corresponden a las físicas o biológicas, para modificarse, por esencia misma del capitalismo, en necesidades socialmente determinadas; según lo podemos ver en El Capital. En suma, tenemos un problema en cuanto a una definición precisa de la categoría necesidad en el pensamiento de Marx. Aunque a decir verdad, debemos razonar en forma dialéctica e histórica para encontrar la respuesta a su planteamiento.
“...El concepto de necesidades necesarias se va modificando de los Grundrisse a “El Capital”. Mientras que en los primeros éste se corresponde perfectamente con el de necesidades naturales, en el Capital queda subrayada la diferencia. Las necesidades necesarias son aquellas necesidades surgidas históricamente y no dirigidas a la mera supervivencia, en las cuales el elemento cultural, moral y la costumbre, son aspectos decisivos y cuya satisfacción es parte constitutiva de la vida normal de los hombres pertenecientes a una determinada clase de una determinada sociedad.”5
Hasta aquí podemos decir que el pensamiento Marxiano se mueve en el plano empírico y su base de comprensión radica en las formas materiales de existencia. En efecto, hasta el momento se hace un estudio bajo el entendimiento que nos movemos en el sistema capitalista en donde las necesidades necesarias son producto del desarrollo histórico y de la productividad. Sin embargo, estas necesidades están sujetas a la revalorización del capital en donde se persigue la ganancia y al obrero se le ve como un demandante más, dijéramos, desde el punto de vista de Malthus, un ente importante de demanda efectiva que incluso puede consumir bienes de lujo en determinado momento histórico.
Estas necesidades están asociadas a la valoración del capital; no contemplan el desarrollo humano. Por lo cual, se debe pasar de una sociedad de necesidad humana rica, a una de necesidades humanas ricas, en donde el trabajador se vea beneficiado del desarrollo material, pero sobre todo, de la libertad. Libertad para disfrutarla, autorrealizarse, desarrollarse y crecer. Aquí Marx pasa a estructurar un análisis sobre las necesidades entendiéndolas bajo el plano de realización humana. Sin embargo, el manejo de las definiciones presenta, al igual que las anteriores, cierto grado de confusión.
Una vez superadas las formas de enajenación que presenta el capitalismo, debemos entender que el comportamiento del ser humano se plantea de manera diferente. Aparece la categoría de necesidad social en donde la interpretación no debe ser la media de las necesidades, sino que se debe ver como un sistema de necesidades generales que se encuentran por encima de los individuos y de sus deseos personales.
De todo lo anterior se desprenden ciertos cuestionamientos que tienen que ver con las necesidades sociales. Uno de ellos sería el determinar cuáles son las verdaderas necesidades de los individuos en general. La respuesta se establece a partir de las formulaciones sobre necesidades reconocidas y no reconocidas. Es decir, se requiere del consenso de los líderes sociales en cuanto a qué necesidad es justa y cuál es injusta y estos líderes toman decisiones no verdaderas; en el sentido de que son necesidades que corresponden a la generalidad y no a la individualidad. Es decir, el líder social debe pensar en términos sociales y no particulares. Debe saber qué requiere la sociedad y no, cómo en el capitalismo, en donde la decisión radica desde el punto de vista del interés particular. Esta idea nos transporta al pensamiento de Smith, cuando lanza loas al capitalismo en el sentido de establecer que el egoísmo de los capitalistas nos lleva al funcionamiento de todo el sistema como si una mano invisible lo guiará; beneficiando a todos con este comportamiento. Claro está que esta idea smithiana no representa la buena voluntad de los seres humanas y se aloja en el egoísmo, haciendo que sólo unos cuantos ganan la mayor parte de la riqueza.
Una vez que Marx intenta definir la categoría de necesidad social, la aplica de diferente manera:
1. - Por ejemplo, habla de necesidades producidas que pertenecen a hombres particulares, e incluso establece la categoría de necesidad socialmente producida a aquella que pertenece al ser humano, sin que ello represente una categoría del valor.
2. - Por otro lado, tenemos la categoría de necesidad social como una categoría positiva. Es decir, es la necesidad del comunismo, del hombre socialista.
3. - También la categoría “necesidades sociales” emanada como la media de las necesidades que van dirigidas a una sociedad o clase. Aquí Marx ubica la categoría poniéndola entre comillas y la mantiene dentro de la demanda efectiva. Cuando quita las comillas se refiere a bienes materiales, pero no a la demanda efectiva. Entendiéndose por demanda efectiva, aquellas necesidades que no corresponden a la clase obrera y que incluso son transfiguradas.
4. - Por último, tenemos que el uso de necesidades sociales las ubica como la satisfacción social de las necesidades y a veces comunitarias que no tienen que ver precisamente con aspectos económicos, sino con Instituciones. Por ejemplo, la necesidad de educación se soluciona con instituciones adecuadas sobre la instrucción pública y si se necesita de salud o cultura, habría que recurrir a la misma deducción. Aunque en sentido estricto no se considera económico el uso del concepto cuando hablamos de Instituciones. Nos comenta Agnes Heller que en ocasiones sí se aplica dicho sentido. En la Crítica al Programa de Gotha, Marx señala la categoría bajo el manto económico; tratando de ubicarla como un descuento a la renta laboral. Es decir, al trabajo se le hace un descuento para destinarlo a satisfacción de las necesidades colectivas. (En otras palabras, es el impuesto indirecto al trabajo)
Ahora bien, si hacemos más complejo nuestro análisis nos encontramos con otro concepto sobre las necesidades en Marx. Dicha concepción consiste en las necesidades radicales, en donde se hace el planteamiento desde el plano de la comparación entre el capitalismo y el comunismo. Para ello se empieza con la idea de formación social en donde su definición es más amplia que modo de producción, en la medida en que encierra en su seno diferentes formas de producción o estructuras interdependientes esenciales para todo sistema social.
Una estructura componente del capitalismo es la de las necesidades radicales6. Dichas necesidades no son elementos de destrucción del capitalismo, sino ingredientes que lo constituyen, pero que el capitalismo no los puede satisfacer. Por lo que éstas llevan a los portadores de los mismos a superarlos (los obreros = colectividad) son accesorios como diría Agnes Heller y trasciende a él desde el punto de vista de los individuos que lo portan como un deber colectivo.
Este último pensamiento es necesario desarrollarlo y pensar en las antinomias o contradicciones tales como la base y la superestructura que más adelante tocaremos con mayor profundidad en el plano general. Sin embargo, en su aspecto más particular o específico las antinomias, en una formación social, habrá que relacionarlas con la producción de mercancías y el sentido del valor de uso y de cambio. Asimismo, desde el plano en el cual la mercancía se ha visto con cierto poder que no tiene (Fetichismo). Por ende, se hace necesario superar el concepto desde el plano económico hacia una revolución social total.
Estas antinomias particulares son libertad-necesidad, necesidad-casualidad y teleología-causalidad de cuyas concepciones se desprende la antinomia especial riqueza social-pobreza social. Estas antinomias, como dice Heller, se ven desde el punto de vista del desarrollo económico, y en donde el hombre es sometido al proceso de producción y no la producción al servicio del hombre.
a) Si sometemos a nuestro análisis la primera antinomia que versa sobre libertad necesidad, diremos que ésta surge desde el nacimiento del sistema capitalista y da cuenta sobre la necesidad de libertad del trabajo para el funcionamiento del sistema capitalista.
b) La segunda antinomia de necesidad causalidad esta relacionada con el valor de la mercancía y el trabajo. Aquí, la particularidad estriba en la mayor cantidad de valor internalizada en la mercancía a través de la productividad. En el mercado la cantidad de valor se transparenta como beneficio, precio de mercado o beneficio medio que ocultan al valor. Por ende, la producción y la necesidad se encuentran en el mercado de manera casual.
El comportamiento de los hombres en una sociedad capitalista tiene que ver con individuos fortuitos y no determinados por ninguna división del trabajo, pero sí por una estructura que los lleva a dicha división del trabajo. A su vez, esta estructura los conduce a desarrollar ciertas actitudes, capacidades, sentidos, etcétera, que están fuertemente determinados por la división del trabajo.
c) En cuanto a la antinomia causalidad-teleología esta referida no a la producción por la producción, sino a la producción para la valoración. Por lo que Marx nos detalla esta antinomia con la caída de la tasa de ganancia en donde se debe aumentar el capital constante que conduce causalmente a la caída de la tasa de ganancia.
d) Por último, pasemos a revisar la antinomia sobre riqueza-pobreza en donde al capitalismo le interesa la producción por la producción misma. Es decir, el desarrollo de la riqueza en sí, por ende, debemos plantear que aquí no se entiende el desarrollo humano y el desarrollo de la individualidad humana que requiere del sacrificio histórico de los individuos,7 Ello nos lleva a pensar en el futuro de la humanidad y su comportamiento; dada la antinomia que hemos revisado. Entonces, la solución futura de dicha antinomia radica en que la humanidad desarrollará sus capacidades. En pocas palabras, no será una humanidad sentada en los intereses materiales y en el constante aumento del PIB, sino en el desarrollo de lo material y no material.
Para Marx, estas necesidades radicales garantizan la transición del capitalismo al comunismo, en donde el sujeto colectivo o clase obrera a través de la praxis revolucionaria garantiza una sociedad futura y su realización. Se garantiza en la medida en que la teoría se apodera de las masas y es atacada de raíz. De aquí que la tesis radical empiece por la raíz y la raíz sea el hombre mismo en donde la riqueza humana representa el máximo valor.
Así mismo, la praxis revolucionaria orilla al hombre a la necesidad de tiempo libre para evitar la alineación y a la necesidad de Universalidad que representa el desarrollo integral del hombre.
Hasta aquí hemos hablado de las tesis radicales que requieran de la praxis para su solución. Sin embargo, el problema radica en la forma en que la teoría radical se convierta en praxis y en cómo puede penetrar a las masas. Este es un problema de realización de necesidades en donde los portadores son los que pueden realizar la teoría radical. Para Marx los elegidos son los obreros y sólo ellos se pueden liberar en la medida en que liberan a la humanidad:
“Por lo tanto una clase de hombres nuevos, hombres totalmente modernos, será capaz de resolver las contradicciones de la modernidad, de superar las presiones aplastantes, los terremotos, los hechizos sobrenaturales, los abismos personales y sociales, en medio de los cuales están obligados a vivir los hombres y mujeres modernos”8
Ahora bien, la teoría radical para convertirse en praxis la encontramos en la base de las necesidades radicales que se ubican en el trabajo. Por ende, el nivel de consciencia es generado ahí mismo, en donde se genera la producción; en donde el trabajador solicita tiempo libre y derechos sobre jornadas de trabajo. Lo mismo podemos acotar de la necesidad universal del individuo en donde se vigile su desarrollo integral, y en donde la propiedad privada no esté presente como elemento de alienación.
“Toda sociedad (civilizada) es una sociedad de clases, basada en la división del trabajo y en la que también el sistema de necesidades aparece dividido. Las clases explotadas no pretenden más que una mejor satisfacción de las necesidades que le han asignado. Pero las propias masas se hacen conscientes (en diversas condiciones históricas) de la oposición existente entre su sistema de necesidades y el de las clases dominantes. Quieren eliminar entonces todo lo que obstaculiza la satisfacción de sus necesidades y generalizar su sistema de necesidades, es decir, hacer realizables en su provecho, para sí, determinados momentos del sistema de la clase dominante.”9
Siguiendo el esquema de Agnes Heller, como lo hemos estado haciendo, pasemos a analizar el último aspecto en torno a un sistema de necesidades y la sociedad de productores asociados. Como es lógico pensar, en el capitalismo las necesidades son alienadas y sujetas a un patrón en donde el hombre se ve oprimido y sin libertad. Por lo cual, sólo el comunismo permite liberar al ser humano de sus ataduras y establecer un sistema de necesidades sociales. Esta categoría, como ya lo hemos dicho, debe ser expuesta no como la sumatoria de necesidades particulares o como la media de las necesidades globales, es el reflejo de una necesidad general por encima de los individuos y sus necesidades individuales. Más aún, no se debe hablar de necesidad global, sino de un sistema de necesidades en una sociedad de productores asociados.
La idea gira en torno a que la sociedad no tiene necesidad, sino un sistema de necesidades que se basa en la producción, pero que rebasa a ésta, ubicando dicho sistema en elementos materiales y no materiales.
En cuanto a los elementos materiales debemos decir que en esta etapa los bienes materiales siguen creciendo dirigidos por los productores asociados. Además, el trabajo será ejecutado por máquinas. Por ende, el hombre tendrá más tiempo libre. Para Marx, la verdadera riqueza del hombre y de la sociedad no se constituye en el tiempo de trabajo, sino en el tiempo libre; independientemente de que hablamos de un trabajo como realización no alienado.
Precisamente es que en la sociedad de los productores asociados la necesidad del ocio es vital, ya que representa el momento en que el ser humano se desprende hacia desarrollos creativos, hacia el arte o literatura, es un tiempo que se despliega para sí; una vez terminada la pesada carga de trabajar para una parte de la sociedad (burguesa), el hombre, en una sociedad libre de la necesidad física y alienada se encuentra también libre de instituciones o política, se desarrolla el espíritu del mundo (Hegel) y el hombre se reconocerá en la filosofía:
“Todo esto esta muy bien expresado en La Sagrada Familia, donde Marx habla de la moral del futuro: ya Platón había comprendido que la ley debe ser exclusiva y abstraerse de toda individualidad. Por el contrario, en condiciones humanas la pena no será en realidad más que la condena del culpable por sí mismo. No se querrá convencerle de una violencia que se hace desde él exterior, es una violencia que él mismo aplica. Más bien, los demás hombres a sus ojos salvadores naturales que le liberan de la pena que habrá pronunciado contra sí mismo. En otros términos, la situación quedará totalmente invertida.”10
En suma, hasta aquí podemos decir que la pobreza puede ser vista bajo diferentes enfoques. El primero, tendría que ver con las capacidades del ser humano y con las líneas de pobreza. En segundo lugar y según la tesis de Neef y Maxlow, las necesidades son finitas e infinitas los satisfactores de éstas. Sin embargo, Marx nos detalla que las necesidades pueden ser estudiadas bajo dos campos: el empírico y el filosófico. Éstas aumentan en la medida en que se desarrollan los medios de producción. No sólo tienen que ver con el plano material, sino con el aspecto no material, normado no bajo un espíritu objetivo, sino en torno al espíritu mundial. Además, en el pensamiento de Marx encontraremos una definición de pobreza en forma relativa. Es decir, partiendo de que la pobreza es la carencia de elementos materiales y no materiales de existencia, y la riqueza representa lo contrario de la pobreza.
Todo ello debe ser visto en determinado momento histórico. Definición que hemos adoptado como hipótesis central, ya que pensamos que la pobreza, y en sentido contrario a lo que piensa Sen, debe ser definida y analizada bajo el marco relativo y con una alta consideración de los aspectos no materiales; sin olvidar que podemos hacer análisis absolutos, y definiciones absolutas que nos marquen niveles de conocimiento.11
Para concluir diremos que la utopía radical se engarza con las necesidades radicales creando un componente que posibilita las fuerzas humanas para su realización y superación verdadera de este enjambre de ideas que tienen atado a los pobres, haciéndole ver que su superación radica en elementos materiales de existencia y en todo aquello que involucra a este concepto. Así, la productividad, el prepárate para un futuro mejor, lucha por ganar más, etcétera, son ideas que debemos aquilatar y pasar por un tamiz analítico más complejo, ya que sólo acarrea engaño sobre las verdaderas causas sociales de la pobreza.
El estudio sumario sobre las necesidades nos ha llevado a esclarecer el problema sobre la distribución de la riqueza y a observar cómo el sistema capitalista tiene elementos que le han permitido aprovecharse de la riqueza social generada por la sociedad en su conjunto y la forma para superar dicho entrampamiento social están ubicadas en el desarrollo de las fuerzas productivas.
1 Amartya Sen, The Estándar of Living, Cambridge University Press, Cambridge, Gran Bretaña, 1987, p.36. tomado de la obra del PNUD sobre Pobreza Naturaleza Humana y Necesidades Básicas p.8.
2 Para identificar a los pobres debemos tener en cuenta, por ejemplo, la privación de los ciudadanos de regímenes autoritarios, desde Sudán a Corea del Norte, a los que se niegan la libertad política y los derechos civiles. Y debemos entender las tribulaciones de las mujeres que se ocupan de las tareas domésticas en las sociedades dominadas por los hombres comunes en Asia y África, que llevan una vida de docilidad no cuestionada; de los niños analfabetos a los que no se les ofrece oportunidad de ir a la escuela y de los grupos minoritarios que tienen que acallar su voz por temor a la tiranía de la mayoría.
Aquellos a quienes les gusta el camino recto tienden a resistirse a ampliar la definición de pobreza. ¿Por qué no mirar simplemente los ingresos y plantear preguntas como: ¿cuántas personas viven con menos de, digamos, uno o dos dólares diarios? Este análisis restringido toma entonces la forma sencilla de predecir tendencias y contar a los pobres. Pero las vidas humanas se pueden empobrecer de muchas maneras. Los ciudadanos sin libertad política -ya sean ricos o pobres- están privados de un componente básico del buen vivir. Lo mismo se puede decir de las privaciones sociales como el analfabetismo, la falta de sanidad, la atención desigual a los intereses de las mujeres y las niñas, etcétera.
Tampoco podemos olvidar los vínculos entre las penurias económicas, políticas y sociales. Los partidarios del autoritarismo plantean una pregunta equívoca: "¿Conduce la libertad política al desarrollo?", pasando por alto el hecho de que la libertad política es parte del desarrollo. En respuesta a la pregunta equivocadamente planteada, dan una respuesta equivocada: "El crecimiento del PIB es mayor en los países no democráticos que en los democráticos". No hay estudios empíricos extensos que confirmen esta creencia. Ciertamente, Corea del Sur quizá haya experimentado un crecimiento rápido antes del restablecimiento de la democracia, pero no así la menos democrática Corea del Norte. Y la democrática Botsuana creció mucho más rápido que las autoritarias Etiopía o Ghana.
Además, el crecimiento del PIB no es la única cuestión económica de importancia. Reducir las privaciones políticas puede ayudar a disminuir la vulnerabilidad económica. Hay, por ejemplo, considerables pruebas de que la democracia, así como los derechos políticos y civiles, puede ayudar a generar seguridad económica, dando voz a quienes sufren de carencias y a los vulnerables. El hecho de que las hambrunas se produzcan sólo en regímenes de Gobierno autoritario y militar, y de que nunca se haya producido una gran hambruna en un país democrático y abierto (Aun cuando ese país sea muy pobre), ilustra sencillamente el aspecto más elemental del poder protector de la libertad política. Aunque la democracia india tiene muchas imperfecciones, los incentivos políticos generados por ella han sido, no obstante, adecuados para eliminar las hambrunas de la época de la independencia, obtenida en 1947 (La última, que yo presencié de niño, fue en 1943). Artículo publicado en periódico El País, 30 de agosto del 2000
3 MANFRED, Max-Neff, Antonio Elizalde y Martín Hopenhayn, Desarrollo a Escala Humana. Una opción para el futuro. Número especial de Development Dialogue, CEPAUR y fundación Dag Hammarskjold, Uppsala, Suecia, 1986, p 26. op cit. Pobreza Humana y Necesidades Básicas. PNUD. P9.
4 HELLER, Agnes. Teoría de las Necesidades en Marx. Edit. Península. 3ª edición. Barcelona. P. 30
mas adelante, en las mismas paginas, del libro de Heller podemos ver que: “ El lujo es la antítesis de lo naturalmente necesario” p. 30
5 Heller. Op. cit. p. 33 y 34.
6 HELLER, Agnes. “Las necesidades radicales” en Teoría de las necesidades en Marx. Ed. Península, Barcelona. 1998, pp. 87-113.
7 MARX, Carlos. Teorías sobre la plusvalía. Citado por Agnes Heller. Op. Cit. P. 99.
8 BERMAN, Marshall. Todo lo Sólido se Desvanece en el Aire. Edit. Siglo XXI. 2ª edición. México. 1982. p. 7.
9 Heller. op cit. p. 116.
10 Loc. cit. Anterior. p. 152.
11 Más adelante, cuando analicemos los métodos de medición veremos que Amartya Sen considera que para clasificar a los pobres se requiere especificar algunas normas de consumo o una línea de pobreza.