Pilar Lisette Duarte Cedillo
Gil Santome Kau
Instituto Politécnico Nacional / CINVESTAV, México
pilarlisette@gmail.com
Resumen
El hombre en recientes décadas, ha comenzado a revalorar su relación con la naturaleza. Con este propósito, varios autores han retomado ideas acerca de las formas de crear ciencia y conocimiento para adaptar los descubrimientos científicos y lograr hacerlos más acordes al medio ambiente, evitando así su depredación y destrucción de las especies existentes en el ecosistema. Son diferentes conjuntos filosóficos los que van abordado el problema de la destrucción ambiental, ideas y conceptos que permean entre otras disciplinas del conocimiento como la sociología y la economía. No obstante, varias de estas ideas no se enfocan en un cambio de un sistema actual de consumo y producción capitalista, y, por lo tanto, sus avances pueden quedarse cortos antes los desafíos actuales, y ante los peligros de crear severos problemas a las generaciones futuras.
ABSTRACT
The humanity in recent decades, has begun to reassess their relationship with the nature. For this purpose, several authors have taken up ideas about the forms to create science and knowledge and adapting this scientific breakthroughs to make them more consistent to the environment, avoiding depredation and destruction of the all species in the ecosystem. They are different sets ranging philosophical addressed the problem of environmental destruction, ideas and concepts that permeate among other disciplines such as sociology and economy. But several of these ideas do not focus on a change of the current system of capitalist production and consumption, and therefore, its progress can come up short before the current challenges, and the dangers of creating severe problems for future generations.
Para citar este libro puede utilizar el siguiente formato:
Ramón Rivera Espinosa, Coordinador. Libro 1700: “Filosofía de la ciencia y sustentabilidad”, Biblioteca virtual de Derecho, Economía y Ciencias Sociales (enero 2018). En línea:
//www.eumed.net/2/libros/1700/ciencia-sustentabilidad.html
ISBN-13: 978-84-17211-54-7
Introducción
El concepto de desarrollo sustentable
En 1992 se convocó por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas a una Conferencia mundial sobre el medio ambiente cuya sede fue Río de Janeiro, Brasil. Dentro de esta cumbre, se tocaron problemas sobre la pérdida de la biodiversidad y la necesidad de adoptar políticas en común para detener el deterioro causado al ambiente por las actividades humanas. En esta Cumbre asistieron todos los países del mundo, por lo que su organización se consideró como un éxito porque, con la asistencia de la mayoría de los ministros del medio ambiente del mundo presentes, se tomaron medidas para aceptar acuerdos que fueron plasmados en el documento cumbre en donde se hacían varias recomendaciones.
La Cumbre de Río promocionó el concepto de desarrollo sustentable, retomando las consideraciones del Informe de la Comisión sobre Medio Ambiente y Desarrollo, al indicar cómo las sociedades del mundo entero deberían de promocionar cambios en sus sistemas productivos para: “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de desarrollo de las generaciones futuras de atender sus propias necesidades” Por lo tanto, deberían de consumirse los recursos naturales de una forma óptima y eficaz.
Por la imposición del concepto de desarrollo sustentable, se impulsó la creación de una Agenda 21, con un impulso a acciones locales para que desde el ámbito más pequeño hasta el nivel de organización más avanzado se siguiera procediendo en la implementación de acciones que permitieran atacar los problemas existentes. La Cumbre de Río volvió a poner en la mesa de negociaciones la necesidad de tener el concepto de desarrollo sustentable muy presente, como una medida para los países, de lograr el crecimiento de su población, pero sin efectos nocivos hacia el ambiente.
Aunque el desarrollo sustentable fue un concepto visto con buena disposición de apoyo por parte de los países, no era la solución completa a nuestros problemas ambientales, porque sólo era un discurso ético y moral, el cual debería ser complementado con acciones efectivas y completas, donde a pesar de que todos están supuestamente comprometidos con el concepto, cada quien lo implementaba de diferente forma. Es así como: “El discurso de la sustentabilidad se apoderó de la década de los noventa en todo el mundo, primero en el desarrollado y después, o simultáneamente, en el no desarrollado. 1” Pero pocas fueron las acciones efectivas para efectivamente detener el deterioro ambiental.
La relación entre economía y medio ambiente
El abordar el desarrollo sustentable hace que necesariamente nos detengamos en la reflexión acerca de la relación entre economía y naturaleza, así pues, podemos decir que las relaciones entre ecología y economía han sido y son en cierta manera difíciles y contrapuestas, pero absolutamente necesarias.
La investigación científica ha jugado un papel testigo, de voz de alarma ante los innegables problemas medio ambientales con los que nos enfrentamos, ésta ha servido, en ámbitos disciplinarios diversos, como vertedora de diagnósticos a modo de termómetro ambiental, a fin de evaluar la situación de cada momento del medio ambiente y de las agresiones producto de la acción humana.
No obstante, la economía hasta hace relativamente muy poco tiempo ha sido totalmente insensible a los problemas y no los ha incluido entre sus prioridades. Los motivos son varios y las razones igualmente diversas.
De modo tal que se ha llegado a afirmar que “la economía se interesa por el crecimiento y aumento continuo de los bienes y servicios. La biología trata de la contingencia de la evolución de los seres vivos. En economía, lo que importa es la eficacia; en ecología la supervivencia. La biología estudia situaciones en las que una especie crece rápidamente y agota sus recursos alimentarios antes de desaparecer, estas situaciones son extrañas a la economía (…) La economía aísla al hombre de las otras especies que pueblan la tierra; la biología lo sitúa en seno del ciclo de la biosfera. La economía sólo contempla los plazos cortos, a lo sumo a escala de una década; la biología abarca varios siglos. La economía cercena el ciclo de los bienes y lo reduce únicamente a su parte mercantil; la biología considera el conjunto de este ciclo. Pero por encima de todo, la economía desprecia el concepto de escala, mientras que tal concepto es fundamental para la biología, especialmente para la ecología”2 .
Lo anterior nos muestra una visión donde la economía, la biología y dentro de ésta, la ecología son disciplinas, que están totalmente diferenciadas, disociadas e incluso contrapuestas.
Así, desde la óptica antropocentrista de la economía, hasta este siglo el “desarrollismo”3 ha sido la corriente económica imperante, hasta el punto de que ideas como el desarrollo económico ilimitado han sido asumidas como algo natural e incuestionable durante años. Sirva como ejemplo la afirmación de Spencer, que opinaba que “el progreso (…) no es un accidente, sino una necesidad… forma parte de la naturaleza” 4. Postura que en nada toma en cuenta el impacto medioambiental.
Pero es en el siglo XX cuando las investigaciones científicas disparan la voz de alarma sobre los peligros de degradación de la naturaleza y sus consecuencias catastróficas para el ser humano. Es en este siglo cuando la divulgación de las investigaciones científicas y el impacto de los sucesivos desastres ecológicos, sobre todo a partir de los años 50 hasta nuestros días, que nos hemos visto obligados a repensar planteamientos económicos que consideren al hombre inserto dentro de un medio natural finito.
El binomio medio ambiente–desarrollo comenzará a hacerse patente en el campo de la economía, la política y el derecho, dando lugar a conceptos nuevos y diferentes puntos de vista desde los que analizar la nueva manera de ver la economía.
Economía ambiental y economía ecológica
Nos parece relevante detenernos en dos aproximaciones para entender la relación entre la economía y el medio ambiente. El primer enfoque o enfoque tradicional usa modelos y técnicas identificadas con el pensamiento neoclásico 5 para aplicar conceptos económicos al medio ambiente. El segundo enfoque, conocido como economía ecológica toma una diferente perspectiva, pues en lugar de aplicar los conceptos económicos al medio ambiente busca encontrar el lugar para la actividad económica en el contexto de los sistemas biológicos y físicos que soportan la vida, incluyendo las actividades humanas.
El enfoque económico tradicional tiene como importante aplicación el atender el problema de la distribución de las fuentes no renovables a lo largo del tiempo. Este análisis es importante para entender el agotamiento de petróleo, gas y recursos minerales y también tiene aplicaciones para las fuentes renovables como los suelos agrícolas.
Otro concepto central dentro de la economía neoclásica es el de las externalidades o el de costos o beneficios externos, su teoría aporta un marco de análisis del costo del daño ambiental causado por la actividad económica o el beneficio social que produce ésta.
La moderna teoría económica basada en estos fundamentos trata diversos temas desde la pesca desmedida, pasando por el agotamiento de los combustibles fósiles y la contaminación ambiental.
La economía ecológica toma una perspectiva más amplia en relación con los temas ambientales pues incorpora leyes derivadas de las ciencias naturales. Por ejemplo, para entender el colapso de varias especies de pesca, la economía ecológica considera tanto la población a nivel biológico y ecológico como la visión económica del pez como recurso para la producción.
La teoría de la economía ecológica enfatiza la importancia de los recursos energéticos como los combustibles fósiles en los sistemas económicos actuales.
Un principio fundamental de la economía ecológica es que la actividad económica debe estar limitada por la capacidad ambiental. La capacidad ambiental se define como el nivel de población y las actividades de consumo asociadas al mismo, sean animales o humanas en donde la disponibilidad de los recursos naturales está basada en su uso sin agotarlos 6.
A partir de aquí podemos cuestionarnos cuál será la mejor forma para conceptualizar la relación entre las actividades económicas y el medio ambiente. Una manera es empezar con el diagrama tradicional de flujo circular, usado la mayoría de las veces para explicar el proceso económico.
Muestra un modelo simplificado de la relación entre consumidores y vendedores en dos mercados, el mercado de bienes y servicios y el mercado de bienes de producción, los cuales se definen generalmente con los términos de tierra, trabajo y capital.
Los servicios producidos por estos factores son insumos para la producción de bienes y servicios, los que a su vez proveen las bases para las necesidades de los consumidores (hogares). Bienes, servicios y factores de la producción fluyen en el sentido de las manecillas del reloj; sus valores económicos se reflejan en el flujo de dinero que se usa para pagarlos, los cuales se mueven en el sentido contrario.
En ambos mercados la interacción entre la oferta y la demanda determina un precio de mercado y establece un nivel equilibrado de la producción final.
¿En dónde encajan los recursos naturales y el ambiente en este diagrama? Los recursos naturales generalmente caen bajo la categoría de tierra, los otros dos factores de producción, trabajo y capital, continuamente se regeneran a través del proceso económico del flujo circular, pero ¿por medio de qué procesos los recursos naturales se regeneran para un futuro uso económico? Para responder esta pregunta podemos elaborar un flujo circular más grande que incluya los procesos del ecosistema, así como la actividad económica.
Tomando esta visión más amplia nos damos cuenta de que el diagrama de flujo circular estándar omite efectos de desechos y contaminación generados en el proceso de producción, estos desechos de ambos agentes económicos (consumidores y productores) deben fluir de vuelta al ecosistema a través de la contaminación.
Además del simple proceso de extracción de recursos del ecosistema y de la devolución de desechos al medio ambiente, las actividades económicas también afectan al sistema en general en modos más sutiles, por ejemplo, la agricultura moderna intensiva cambia la composición y la ecología del suelo y el sistema de aguas, así como afecta los ciclos de carbón y nitrógeno en el medio ambiente7 .
Como se ve en el cuadro, el sistema está determinado por leyes biológicas y físicas en mayor medida que las económicas, este flujo tiene un solo insumo neto “la energía solar” y un solo producto “la pérdida de calor”, todo lo demás debe de alguna manera ser reciclado o contenido en el sistema planetario.
ECONOMIA VERDE
El diagrama de flujo ampliado además de representar a la economía ecológica, entraría en lo que se ha dado en llamar la economía verde, la cual se basa en lo siguiente: para poder cumplir con los propósitos del desarrollo sustentable, las diferentes disciplinas del conocimiento adecuaron sus conocimientos para tratar de contribuir a las soluciones posibles, y dentro del campo de la economía, la novedad fue considerar los recursos naturales como finitos, y por consiguiente, se deberían aportar mejores formas en el proceso de producción, distribución y consumo. Bajo este enfoque, se propone no sólo al gobierno como garante de un “ambiente sano” sino que participan activamente los poseedores de los factores de producción. En este caso, las empresas tienen el papel prioritario de adecuar sus procesos para lograr una disminución de procesos contaminantes, y ayudar en el sentido de la llamada ecoefiencia, para disminuir el consumo de materiales y de energía, así como la reducción de los insumos.
La llamada economía verde propone cómo “la tecnología es la tabla de solución de los problemas ecológicos”8 , y cómo las empresas con base en su innovación logran con mayor éxito estas nuevas tecnologías, entonces las empresas basándose en la adecuación de sus problemas de producción podrán ir disminuyendo sus afectaciones al medio, y ello, con un crecimiento en ventas, entonces, se podrá lograr un reparto equitativo de la riqueza. Por lo tanto, este enfoque establece el apoyar a las empresas para mejorar el acceso a la tecnología adecuada para sus medios de producción, logrando con ello no detener el crecimiento de la economía, porque sin este crecimiento no hay desarrollo para la sociedad.
La economía verde es criticada por aceptar implícitamente cómo las empresas de “buena fe” aceptaran modificar sus procesos de producción para ayudar al medio ambiente, más cuando la innovación tecnológica es un proceso de desarrollo muy largo y además costoso; este enfoque además considera que todas las empresas pueden dar el salto tecnológico y no producir contaminación, incluso las mineras, lo cual resulta erróneo en las condiciones de producción actuales. Esta economía, después de un análisis más profundo puede concebirse como continuación de la economía neoclásica, donde el capitalismo primero tiene que crecer y después arreglar los problemas.
Se debe considerar cómo dentro del capitalismo se ha fomentado el valor del egoísmo, en el cual enseñan a los hombres de una comunidad a ver el desarrollo como: “... el cumplimiento de todos nuestros deseos libidinosos; es el placer y el poder combinados. Hay deseos dentro de todos nosotros; lo que la economía mundo capitalista ha hecho como sistema histórico es hacer socialmente legítimos por primera vez estos deseos. ¡Acumulen, acumulen! Es el lema del capitalismo.” 9
EL IDEAL DE LOS TECNOSUEÑOS
A lo largo de la historia del hombre, siempre han aparecido personas que tratan de llevar el aspecto de la modernidad hasta sus últimas consecuencias. Este ideal filosófico nos propone realizar todas las actividades humanas posibles a nuestro alcance, para obtener una vida más confortable, logrando extender la vida de los individuos, otorgando un supuesto desarrollo hacia las próximas generaciones. En este modernismo un aspecto muy importante son los inventos de la tecnología, la cual hace posible controlar a la naturaleza, y si no se puede dominarla, entonces tratar de domesticarla.
Este ideal de apostar por el supuesto raciocinio humano, se demuestra en los experimentos que quieren hacerse en el campo de la biotecnología para lograr acabar con la mayor parte de las enfermedades y en muchos de los casos en revertir las decisiones que la madre naturaleza ha tomado, por ejemplo, el intento de clonación de especies ya extintas. El paradigma de la modernización nos lleva por el camino de pensar cómo todos los problemas pueden ser resueltos, por lo tanto, los individuos ya no deben preocuparse por su comida, los lugares donde vivirán o las enfermedades que padecerán, porque para solucionarlo todo, la tecnología estará a nuestro servicio para constituirse como la salvadora y guiadora de nuestro destino.
“La tecnología en ese sentido amplio, ha estado en el centro de la lucha de las sociedades humanas para controlar a la naturaleza en su favor. Desde la invención del fuego, hasta la actual biotecnología, el desarrollo tecnológico ha servido para mejorar las condiciones de vida de los seres humanos, aunque también ha producido un impacto negativo en muchas de las ocasiones en la integridad ecológica de la naturaleza.”10
Es así como se propone que la tecnología sea una base sobre la cual nos apoyemos para la construcción de una sociedad más prospera, pero a la vez que provoque cambios en la naturaleza. La misma tecnología nos propone el cómo los cambios a la naturaleza serán menos invasivos sobre otras especies y para cumplir con este objetivo, es necesario avanzar en mayores conocimientos acerca del comportamiento de la misma naturaleza. Pero la propia realidad nos ha demostrado cómo este ideal ha sido llevado al extremo por las expectativas de los individuos al tratar de superar a la naturaleza para conseguir los propósitos obtenidos.
El ser humano posee un cerebro dividido en dos hemisferios, uno de estos hemisferios es en donde se concentra la parte matemática del ser humano, sus partes de comprensión de las situaciones mecánicas, y donde se piensa, se establece las formas de racionalidad del ser humano. En la otra parte del hemisferio se concentra la imaginación y las habilidades artísticas, por lo tanto, los seres humanos pueden crear nuevos mundos posibles y concebir situaciones fuera de la realidad. A lo largo de su desarrollo, las personas van desarrollando estos dos hemisferios, aunque algunos sacrifican la evolución de la parte racional, por encima del hemisferio de la imaginación.
Por los estudios de Marshall Mc Luhan y B. Powers 11, podemos analizar el comportamiento del ser humano, donde al desarrollar completamente su hemisferio derecho, su parte racional, los seres humanos van formando un ideal de seguir con el crecimiento de la ciencia y tecnología, para posibilitar vencer a la naturaleza y adaptarla al crecimiento de una sociedad humana en expansión exponencial. Esta forma de pensar crea más problemas de los que pretende evitar, porque la naturaleza no puede seguir una evolución en el sentido humano, sino que establece sus propias reglas y sus caminos de lograr el avance de las especies.
Tenemos el ejemplo del desarrollo de las ciencias de la vida como lo son: la biotecnología y la genética, ciencias para investigar y modificar las circunstancias del medio ambiente, tratando de proporcionar mejores elementos de confort a las comunidades humanas, sin tener una perspectiva total de los efectos hacia otros organismos bióticos. Un ejemplo de esto es el desarrollo de los organismos genéticamente modificados, donde las empresas transnacionales están realizando este tipo de investigación para adaptar a plantas y animales de consumo humano, para hacerlos más resistentes a las enfermedades, no obstante, se han investigado los efectos de estos organismos en el ambiente, y cuál es su relación con otras especies existentes, observándose que crean un choque en la interacción, al provocar un desequilibrio ecológico.
La sociedad humana, trata de imponerse como la especie dominante del planeta, sin desarrollar su hemisferio izquierdo, donde se concentran aspectos como la comunicación y la tolerancia, la cual podrían hacer trazar nuevos caminos de entendimiento con otras especies, además de lograr un crecimiento sostenido donde no se afecte el desarrollo de otras especies, evitando la depredación total de los pueblos y las ciudades sobre los ecosistemas. Es por ello por lo que se destaca la importancia de no solo considerar la parte racional del cerebro humano, sino entender la necesidad del desarrollo de nuevas ideas alternativas, ser capaz de reconocer la existencia de varios tipos de soluciones, y no en la creencia de una verdad absoluta, la cual debería seguirse ciegamente.
Conclusiones
El desarrollo sustentable surgió como concepto, producto de la creciente preocupación de la sociedad ante la contaminación y la pérdida de recursos naturales. Aunque fue bien recibido tanto en países desarrollados como en no desarrollados, de él surgieron muy pocas acciones que se tradujeran en medidas efectivas para enfrentar la emergencia ambiental.
Si se quiere profundizar en por qué el desarrollo sustentable no rindió los frutos que prometía, por lo menos en el corto plazo, hay que revisar la relación que guarda la economía con la naturaleza.
El hecho de que la economía haya surgido principalmente para la producción y aumento de los bienes y servicios humanos hizo que ésta fuera insensible a los problemas ambientales. Es decir, la visión económica tradicional se centra en el desarrollo económico ilimitado.
Para entrar en la lógica del desarrollo sustentable, diversas disciplinas trataron de adaptar sus conocimientos para enfrentar el deterioro medioambiental, es así que aparece la economía verde para incorporar a la economía factores que proceden de la biología y ecología en afán de considerar los aspectos de contaminación y degradación del medio ambiente.
La principal crítica a la economía verde se sustenta en la falta de elementos que obliguen a las empresas a producir sustentablemente, cosa altamente importante si se consideran las circunstancias actuales de producción en donde muchas veces contaminar resulta más rentable.
Además, desde esta perspectiva la tecnología se erige como la panacea al problema ambiental; sin embargo, aunque es una buena herramienta consideramos que la imaginación y la comunicación pueden mostrarnos nuevos caminos para soluciones que no impliquen la visión dominadora del hombre sobre el medio natural, sino aquella que ve al hombre como un habitante que entiende y se sabe parte de un sistema amplio conformado por una variedad de especies en donde todas ellas cumplen un papel básico en dicho sistema.
Referencias
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Recibido: Enero 2018 Aceptado: Enero 2018 Publicado: Enero 2018