Aspectos formales del estilo Neoclásico
Si cuando nos acercamos al Renacimiento afirmamos que en ningún caso se trataba de una copia de la Antigüedad Grecorromana, ahora volvemos sobre este argumento para referirnos al Neoclasicismo. Tampoco el Neoclasicismo copia o mimetiza la Antigüedad Grecorromana sino que se propone dar continuidad a sus principios artísticos para finalmente mejorarlos e incluso renovarlos. Además, el Neoclasicismo no sólo tiene como modelo la Antigüedad Grecorromana sino también el Renacimiento, y en mayor medida las reflexiones de Alberti, Palladio, Bramante, Miguel Ángel, ... Pero sin lugar a dudas, no podemos olvidar tomar en consideración que el Neoclasicismo sumó a su perspectiva sobre lo Clásico los datos que ofrecían las campañas arqueológicas de Herculano en 1719, Pompeya en 1748, ... En este sentido resulta indispensable aludir a La Historia del Arte de la Antigüedad publicación en la que Winckelmann, entre otras publicaciones, sintetizan los conocimientos de la Antigüedad Grecorromana, del Renacimiento y de las excavaciones arqueológicas para finalmente justificar un ideal de belleza, una teoría del arte según la cual lo Clásico se alza como el primer estilo, el modelo por antonomasia. El Neoclasicismo se fundamenta en esta teoría del arte.
El Neoclasicismo fue el estilo abanderado por los ilustrados, identificaban este nuevo estilo con la revolución. Contraponían las formas del último Barroco, del Rococó, a la sobriedad del Neoclasicismo. El Neoclasicismo se prolongará hasta el período napoleónico y su estilo imperio. Napoleón valoraba el Neoclasicismo en tanto que el estilo que lo ponía al nivel de los césares del Imperio Romano. De acuerdo con la identificación del Neoclasicismo como el estilo de las revoluciones que desmantelaron el Antiguo Régimen y posteriormente como el estilo del Imperio Napoleónico, podemos comprender que Francia sea un contexto obligado para estudiar el Neoclasicismo. En cualquier caso, atendiendo a las exigencias del programa de Acceso a la Universidad, nos limitaremos a la escultura de Canova y la pintura de David.
Retrato yacente de Paulina Bonaparte (Galeria Borguese, Roma) es un ejemplo paradigmático de la escultura neoclásica, en ella predomina la temática mitológica en tanto que medio para hacer llegar la finalidad moralizante que cumple la obra; otro principio histórico-artístico fundamental para interpretar la escultura neoclásica es el de euritmia. La euritmia define el buen ritmo, la armonía y el orden entre las partes de un conjunto y de éste con todas de tal forma que en la estatua yacente de Paulina Bonaparte cada elemento, atributo está literalmente integrado en el conjunto de la obra. Podemos afirmar que la euritmia conlleva el punto máximo del canon. También podemos aludir al realismo idealizado ya que efectivamente se representa a Paulina Bonaparte, a una persona en concreto. Ahora bien, la retratada se representa conforme al estereotipo de personaje de la mitología, se representa idealizada de ahí el realismo idealizado. Sin lugar a dudas la selección del material, mármol blanco, responde a la exigencia del ideal de belleza que venimos describiendo, es otro de los aspectos que justifica la euritmia. En este sentido para poder comprender la intención de Canova, así como del conjunto de escultores neoclásicos, a la hora de preferir este material además de aludir al culto o tradición que se mantenía vigente desde la Antigüedad Grecorromana, podemos interpretar el uso del mármol blanco como un gesto de trasgresión/ oposición absoluta a la policromía y gusto por la decoración del Barroco.
“mira” el retrato yacente de Paulina Bonaparte de Canova (Galería Borguese, Roma)
La estatua de Napoleón representado como si de un emperador romano se tratara está realizada en bronce, en este caso el material seleccionado responde en mayor medida a la tradición que al principio de euritmia. En cualquier caso el estudio de la anatomía justifica el idealismo de la obra, al igual que en el Retrato yacente de Paulina Bonaparte se trata de un realismo idealizado en la medida en que el retratado es Napoleón aunque se idealice su anatomía e incluso se represente con la postura de contraposto en la que tradicionalmente eran representados desde el siglo V a.e. los atletas vencedores de las olimpiadas.
“mira” Napoleón de Canova ( Milán )
De la Antigüedad Grecorromana no nos llega un número de manifestaciones pictóricas especialmente representativo. Esta circunstancia se ofrece un factor fundamental para comprender que la pintura neoclásica se define principalmente por la temática en la medida en que retoma argumentos de la mitología y de la historia de la Antigüedad. Desde el punto de vista técnico es sencillamente académica. Se trata de una pintura delineada o contorneada fácil de “leer” en la que se prioriza el contenido temático sobre la técnica o forma de representar. Los temas representados tanto en pintura como escultura cumplen una función moral, adoctrinan tal y como ya veíamos en los relieves del Imperio Romano y podemos interpretar en el Juramento de los Horacios de David.
“mira” el Juramento de los Horacios de David ( Museo del Louvre, París)
La muerte de Marat ofrece un cambio significativo en la trayectoria de Jean Louis David, ahora pone su arte al servicio de la Revolución, se convierte en un activo partícipe de la “revolución de los burgueses, de los procesos revolucionarios que tuvieron lugar en Francia y precedieron al Imperio de Napoleón. El mismo Napoleón, como emperador, distinguirá a David como pintor del Imperio. Pues bien, en esta obra de la Muerte de Marat, estamos ante un tema de contenido político en la medida en que el artista se hace eco de uno de los episodios políticos que acontecieron en su momento, la muerte del revolucionario Marat. Incluso podemos definir el lienzo con un alto contenido descriptivo dado que el cuchillo, la bañera, ... son elementos que ciertamente contextualizan la muerte del revolucionario atendiendo a los datos que ofrecían las noticias sobre este hecho.
“mira” La muerte de Marat de David ( Museo Real de Bellas Artes de Bruselas)
Juan de Villanueva junto con Ventura Rodríguez y Sabatini son los arquitectos del Despotismo Ilustrado en España, ejercieron para “el alcalde de Madrid”, expresión con la que se conoce a Carlos III por sus proyectos urbanísticos y arquitectónicos para el sector este de Madrid. Entre las obras de Juan de Villanueva destacamos el Observatorio Astronómico y el Gabinete de Ciencias Naturales.
“mira” el Gabinete- Museo de Ciencias Naturales de Juan de Villanueva (actualmente sede del Museo del Prado, Madrid)
En 1785 Juan de Villanueva recibe el encargo del Gabinete- Museo de Ciencias Naturales; proyecta un edificio simétrico en el que predomina la horizontalidad y la sobriedad decorativa. No obstante tenemos que afirmar que en el Observatorio Astrológico la arquitectura de Juan de Villanueva se muestra bastante más sobria desde el punto de vista decorativo. En la fachada principal, orientada hacia el Paseo del Prado, destaca en el cuerpo central un gran pórtico exástilo de orden toscano; cabe destacar que frente al clasicismo del orden predominante en esta fachada sin embargo Juan de Villanueva remata los vanos con frontón rectangular. La fachada posterior, el primer piso lo resuelve mediante una forma semicircular.
Las obras del observatorio comenzaron en 1791, presenta planta cruciforme con un gran salón central coronado por un templete redondo. Al exterior llama la atención la sobriedad decorativa, propia de la arquitectura neoclásica, de tal forma que tal sólo se identifican columnas de ordenes clásicos, columnas corintias en el pórtico principal y orden jónico en el templete de planta circular del segundo nivel en altura. También identificamos otros elementos tomados de la arquitectura renacentista como el motivo serliano a partir del cual resuelve la disposición de los vanos y acceso principal.