ANUARIO DE ARTE Y ARQUITECTURA

ANUARIO DE ARTE Y ARQUITECTURA

José Luis Crespo Fajardo. Coordinador
Universidad de Cuenca

Volver al índice

Sobre la arquitectura digital

Boris Orellana Alvear
Facultad de Arquitectura y Urbanismo
Universidad de Cuenca (Ecuador)

Resumen:
En la actualidad, el diseño asistido por computador se practica casi en la totalidad de oficianas de arquitectos.
La reflexión sobre los recursos necesarios para practicar arquitectura digital parece inexistente, los tecnófilos podrían no considerar la posibilidad de haber perdido destrezas espaciales, producto de utilizar las llamadas “herramientas inteligentes” disponibles en software tipo CAD o BIM.
Un breve, pero punzante cuestionamiento para los jóvenes arquitectos que dan por sentado el uso cotidiano del ordenador en el momento más importante de un Proyecto arquitectónico… su ideación.

Palabras clave: Arquitectura digital, Diseño asistido por computador.

Amamos la tecnología. Es nueva y brillante, y despierta cierta admiración, como la Gran Pirámide de Keops, o un bebé recién nacido. La tecnología nos ayuda en los trabajos pesados y permite a las personas concentrarse en pensamientos transcendentes. Bits y bytes, unos y ceros, sobrevuelan el planeta, pero tan sólo a discreción nuestra. El ordenador tiene un modelo de comportamiento: el nuestro. Los ordenadores son de plástico, metal y arena. Las personas son luz, discernimiento e imaginación. Admira a las máquinas. Adora a sus inventores

   Merrill Lynch (publicidad, New York Times, 16 de Marzo 1999)

Introducción

Definir a una cámara fotográfica  como una herramienta que únicamente captura una imagen podría traer complicaciones. Dista, ciertamente, de lo que se entiende por “fotografía” ya que como se sabe; practicar el arte de fotografiar no se reduce bajo ningún esquema a un acto mecánico como aplastar sencillamente un botón.

De modo similar, se conceptualiza a un lápiz como una herramienta que sirve para escribir o hacer dibujos.  Con una simple inspección de los bocetos de Leonardo, se puede concluir lo lejano de dicho argumento.

Nótese, que en estos dos ejemplos; tanto el de la cámara como el del lápiz, no son sino herramientas que se potencializan por su ejecutor.

Por simple que parezca, en el caso del ordenador pasa lo mismo. Resulta falso encajar a un computador como una herramienta que únicamente nos permite dibujar planos y retocar imágenes.

Pasada ya década y media del siglo XXI, la tecnología empresarial y doméstica con la que se cuenta es similar en todo el mundo, incluso el nivel de capacitación y destreza de distintos tipos de software ya no son diferenciables en frontera alguna.

Este fenómeno es apreciable arquitectónicamente. El CAD y BIM en nuestro medio es utilizado casi exclusivamente para “pasar a limpio” un proyecto, lo que termina representando “doble trabajo” para el quehacer arquitectónico.

1. La arquitectura del CAD y BIM

La idea centrada en la capacidad de un ordenador para resolver por sí solo un proyecto no es para nada falsa, aunque resulte extraño separar la “intensión humana” de la etapa de diseño.

La interrogante que se plantea relaciona al arquitecto con una pérdida progresiva del control sobre su proyecto y el nivel de “automatización” al que ha  debido someterse para sobrevivir en un mundo digitalmente colonizado por software especializado.

Las principales limitaciones instrumentales que encuentran los proyectistas se derivan de “herramientas inteligentes” (resolver automáticamente: cubierta, ventana, escalera, rampa, entre otras similares). En estos casos el arquitecto se encuentra restringido a actuar según las reglas y posibilidades disponibles en el software.

Por otro lado, los proyectistas que compartan la gramática de creación de objetos arquitectónicos  disponible por el software gozarán del potencial del mismo. Aspecto que ineludiblemente los define como “socios de diseño”.

2. Herramientas digitales – herramientas análogas

Otro grave error es el comparar las herramientas convencionales con las electrónicas. Ninguna es mejor o peor que otra, el lápiz por ejemplo cumple perfectamente con su finalidad (materializar bidimensionalmente una imagen mental de forma instantánea) , por otro lado, el de un modelo virtual está orientado a la percepción de un proyecto en la cuarta dimensión.

La maqueta digital se convierte entonces en un espacio “simulado” en el que se puede recorrer, comprobar, establecer relaciones y proporciones que han de ser posteriormente materializadas.

Aprender a modelar constituye algo que va más allá del simple uso de un programa de dibujo vectorial.

Entendamos que parte de la concepción de reglas geométricas propias del espacio virtual contienen axiomas, teoremas, principios y normas que nos permiten controlar en lugar de ser controlados por el lenguaje digital.

3. Arquitectura digital

Precisar el término “arquitectura digital” y el modo de practicarla, escapa a la longitud de este texto, así como enumerar un sin fin de ejemplos con los que podríamos demostrar que la arquitectura digital no es un estilo, sino una forma de pensar y hacer arquitectura.

En Bilbao podemos encontrar la catedral 1 de la llamada “era digital” mundialmente conocida por hacer gala de tecnología no sólo en la etapa de diseño, sino en el transcurso de su construcción.

Los socios del arquitecto Frank Gehry lograron adaptar un software 2  con el que se diseñaban aviones Mirage a los requerimientos plásticos del arquitecto, esto permitió traducir complejas maquetas volumétricas a modelos digitales que con los que se pudo diseñar y recortar al milímetro la estructura que soportaría el recubrimiento de titanio del Museo Guggenheim.

Si bien este ejemplo del siglo anterior constituye el hito de la era de la informatización, hoy en día se practica habitualmente arquitectura digital. Ya sea en la etapa de diseño, en el de la construcción, o en ambas, el ordenador es una herramienta arraigada en los nuevos arquitectos de este milenio, quienes constituyen la generación nativa digital que se enfrentará a la también creciente fe ciega de lo digital, en donde lo único que probablemente no llegue a ser electrónico sea la conciencia humana.

Notas:

Museo Guggenheim
CATIA

Bibliografía:

Dollens, Dennis. De lo digital a lo análogo. Barcelona: Gustavo Gili, 2002.
Steele, James. Arquitectura y Revolución Digital. Barcelona: Gustavo Gili, 2001.