El cuerpo humano desollado y el esqueleto a menudo traen aparejados significados alegóricos. Veamos algunos casos.
Un ejemplo notable se manifiesta en la sucesión de láminas del célebre tratado de Andrea Vesalio De Humani Corporís Fábrica. Estas dan comienzo por unos alegóricos esqueletos dispuestos en diversas posiciones, para después mostrar una serie de hombres desollados que van desprendiéndose paulatinamente de su vestido de carne. Podemos ver que, en la mayoría de los grabados, los cadáveres tienen autonomía de movilidad. Parecen, ciertamente, imágenes de la muerte en una danza macabra. Esta metáfora era un tema muy popular desde el siglo XIV. La danza macabra, o danza de la muerte, movió profundamente el pensamiento de escritores y artistas desde el Medievo al Barroco. Su recreación en grabados, obras literarias y de teatro era habitual, representando especialmente la mortandad que azotó a Europa a causa de la peste en la Edad Media. En su plano moral tiene relación con lo efímero de la vida, otorgándole una función religiosa, de modo que sea recordado que los placeres mundanos son perecederos y que hemos de estar preparados para sucumbir. Pero también existía una lectura satírica, porque se subrayaba que tanto la belleza como la fealdad, la riqueza y la pobreza, la juventud y la vejez, todo quedaba igualado a la hora de bailar con la muerte.
Holbein: Danza macabra, y lámina 21 de De Humani Corporis Fabrica
En la Fabrica de Vesalio, el grabado 21 constituye un motivo derivado las danzas macabras. Un esqueleto montado se presenta asiendo una pala, que además le provee de equilibrio y seguridad adicional (si pensamos que hubo un modelo osteológico montado para la ilustración). Es un muerto cavando su propia tumba. En el grabado 22 se aprecia un esqueleto apoyado en una tumba con una calavera. Es una Vanitas, una alegoría que representa el tiempo de la vida y la muerte como inexorable. En la versión original, en la tumba aparecía escrito: Vivitur ingenio, caetera mortis erunt (El genio sobrevive, todo lo demás es mortal)1 .
Lámina 22 del De Humani Cortporis Fabrica y su versión original
Por otro lado, la estampa 79 del Epítome,(Humani corporis fabrica librorum epitome, un resumen práctico de la Fabrica de catorce hojas) es igual a este grabado 22, y en el Epítome esta figura tiene un poema en latín, que traducido al castellano reza:
“Todo esplendor es disuelto por la muerte, y a través de la nieve blanca los miembros roban la tonalidad estigia para estropear la gracia de la forma 2”.
El icono de las Vanitas es todo un clásico y aparece en numerosos tratados de anatomía. 3 En la obra de Dryander, por ejemplo, una calavera (la muerte) se apoya en un reloj de arena. En otro grabado se observa un tronco vestido con una chaqueta arremangada y desabotonada para mostrar el interior óseo, bajo el cual se lee la leyenda “Un hecho inevitable”.4
Dryander. Láminas de Anatomiæ, hoc est, corporis humani (Marburg, 1537)
Los exegetas de Vesalio copiaron en esencia su programa didáctico y se valieron de sus imágenes. En 1556 se publicó la Historia de la Composición del cuerpo humano, donde Juan Valverde de Amusco adoptó la exposición iconográfica de Vesalio, añadiendo algunas estampas originales. La más destacada es la de un hombre desollado que sujeta en alto su propia piel. Nos hallamos aquí ante un trasunto del tema religioso del martirio de San Bartolomé. Algunos lo consideran una cita a Miguel Ángel, porque en el Juicio de la Sixtina aparece representado este cliché anatómico. Tal vez parta de un dibujo de Gaspar Becerra, pues se sabe que a su vuelta a España después de formarse como artista en Roma trajo de Italia varios bosquejos del Juicio. En todo caso, la inclusión de este emblema en ilustraciones de anatomía es más antigua. En la Chirurgie de Henri de Mondeville, un manuscrito coloreado del año 1314, se ve un hombre que carga su propia piel, en asociación clara con el martirio de San Bartolomé.
Tres versiones contemporáneas del icono de Valverde de Amusco, por Damian Hirst, en plata, y Gunther Von Hagens, utilizando un cadáver plastinado, y Peter Callesen, con troquelado de papel.
Vesalio no hizo una referencia tan explícita en sus ilustraciones, pero el otro gran emblema de la anatomía, el martirio de Marsías, aparece en una letra adornada de la edición de la Fabrica de 1555. Ovidio describe en las Metamorfosis cómo el fauno Marsías tras ser derrotado en un lance lírico con Apolo, es desollado como castigo a la presunción de haber retado al dios de la música… ¡y de la medicina! El tema fue representado por Ticiano, Rafael y Rivera “El Españoleto”, quien también hizo obras sobre San Bartolomé.
Representaciones del suplicio de Marsias. Letra capital del De Humani Corporis Fábrica, pinturas de Tiziano
En muchos tratados médicos las ilustraciones se acompañan de motivos que sugieren un significado especial. Por ejemplo, en los Commentaria de Berengario aparece una crucifixión como excusa para mostrar la anatomía, y en otro grabado se ve a un hombre desollado que juega con el cabo de una horca. Es probable que sea una alusión a Judas. Por otra parte, en el tratado de Felix Platter se presentan esqueletos de niños con un arco. En el tratado de Du Laurens también salen esqueleto de niños con flechas. Posiblemente sean cupidos.
Láminas de los tratados Berengario da Carpi y Cupidos en la obra de Platter.
Hay que mencionar, asimismo, que en muchos tratados aparecen representaciones de hombres zodiacales o astrológicos, que a veces son un trasunto de San Esteban, porque en su cuerpo se marcan los lugares donde hacerse las flebotomías. Se relacionan con el concepto de hombre microcosmos, muy en boga en el Renacimiento. El hombre es como un pequeño mundo y lo que le sucede al hombre tiene relación con lo que sucede en los astros. Para hacer sangrías había que tener cuidado de que la luna no estuviese en un signo que dominase sobre el miembro a sangrar, porque podría resultar peligroso5 .
Hombres astrológicos
Muy interesante es la estampa del anatomista anatomizado que aparece en el tratado de Valverde de Amusco, donde se mezcla el humor con lo grotesco. En realidad, los ilustradores de Valverde utilizaron dos figuras que en Vesalio aparecían separadas para componer esta lámina 6. Podríamos relacionar esta estampa con la idea generalizada en esta época de “Conócete a ti mismo”. En efecto, el texto latino Nosce te ipssum aparece insertado en el prefacio de gran cantidad de obras en el siglo XVI. Conócete a ti mismo es el leiv motiv para que el hombre del Renacimiento perciba en sí mismo –en su cuerpo- lo divino del trabajo de Dios. También, en otro sentido, denota la fragilidad humana y su mortalidad. El auto-conocerse no es un asunto de medicina sino de interés general, o bien para aquellos que buscaban saber los secretos de la maravillosa creación de Dios 7 . El historiador Laín Entralgo escribió que la Fabrica “no es primariamente una Anatomía, para médicos, sino para hombres interesados en saber lo que es y cómo es su cuerpo 8.”
Valverde: El anatomista anatomizado, y la plancha de referencia de Vesalio
Otro tema recurrente era el remitir a la Antigüedad. En el quinto libro de la Fabrica, la mayoría de las planchas muestran el torso diseccionado. El modo de mostrar el torso concuerda con la estatuaria fragmentada griega y romana, como el torso Belvedere. También Valverde de Amusco, en la edición de la Historia de 1560, se valió del recurso del pasado clásico exponiendo lorigas romanas que contenían las vísceras9 . En 1552, Giulio de’Musi hizo unas láminas para el tratado de Bartolomeo Eustachio, y en una de ellas se expone una figura desollada, mitad pedestal, que muestra los detalles de los músculos dorsales al tomar la postura del orador antiguo 10. Es muy peculiar una lámina del tratado de Charles Estienne De dissectione partium corporis humani, de 1545. En ella se ve a un hombre que es una parte más de los vestigios y ruinas. Es una comparación paisajística de la situación de su integridad corporal que quizá pueda también ser asociada con el tópico que enlaza el cuerpo humano con una arquitectura.
Lorigas en el tratado de Valverde. Láminas de las obras de Eustachio y Estienne
Mención aparte merece la Venus anatómica, casi un género en la ilustración anatómica. La iconografía anatómica siempre ha representado el cuerpo femenino, e incluso podríamos recordar algunas imágenes iluminadas de manuscritos de la Edad Media. Vesalio incluyó algunos torsos femeninos entre sus estampas para la representación de las vísceras, que como ya hemos comentado sugerían estatuas clásicas desmembradas, Sin emabrgo, Valverde de Amusco decidió que era mejor presentarla a cuerpo completo y adoptando la pose de la Venus de Medici.
A partir de la obra de Vesalio se generalizó la interpretación de que el cuerpo es como un edificio. Valverde, en la Historia, al comenzar el libro tercero escribe: “Tratamos en el primer libro de los cimientos y armadura de esta fábrica, que son los huesos y ternillas; y en segundo de la clavazón y ornamento de ella 11.” Sin embargo, ya Brunelleschi, observando el modo de construcción de los antiguos romanos, creyó en ello reconocer una especie de miembros y de huesos12 . Seguramente, la idea latía en el espíritu del tiempo, ya fuera por Vitruvio, que remitía al hombre como medida de la arquitectura, o por exégesis religiosas, que comparaban al cuerpo con un templo. No sólo en el Nuevo Testamento se halla esta interpretación a propósito del cuerpo de Jesús, los judíos también la contemplan13 . Miguel Ángel, de modo sentencioso, llegó a escribir en una carta dirigida, probablemente, al cardenal Carpi: “es cierto que los miembros de la arquitectura dependen de los miembros del hombre y quien no ha sido o no es un buen maestro de la figura y de la anatomía nada puede entender sobre el particular 14”.
Actividades:
El ejercicio planteado consistiría en establecer una versión o relectura contemporánea de estas alegorías clásicas. Encontramos diversos ejemplos de actualizaciones de estos conceptos. Una danza de la muerte se puede disfrutar como curiosidad en el video de Walt Disney The Skeleton Dance, de 1929. Asimismo, algunas obras de artistas contemporáneos como Giorgio Berardi o el español Eleazar son reseñables para aportar ideas.
En el caso de las Vanitas y Memento Mori, podemos mencionar las calaveras de Damien Hirst. La primera fue For the Love of God, una calavera adornada con 8601 diamantes de alta calidad.Hirst creó esta pieza influenciado por las calaveras mejicanas precolombinas incrustadas con turquesas. Fue modelada en una calavera del siglo XVIII, pero la parte humana original era sólo la mandíbula y dentadura, el resto se confeccionó con titanio. Hirst la financió él mismo, oteando por meses el precio internacional de los diamantes, especialmente en África. Hay cierta controversia sobre si se trata de “diamantes de sangre”. Posteriormente, el artista ha trabajado con otras calaveras, incluso de niños.
Obra de Eleazar
Obras de Damian Hirst: Calaveras con diamantes y escultura The Virgin Mother
En cuanto a las Venus anatómicas, podemos volver a sacar a colación a Damian Hirst, ya que ha hecho varias obras relacionadas con este tópico. La muerte es uno de los temas centrales de este artista, famoso por una serie de obras sobre animales muertos y preservados, algunos diseccionados en formaldehido. Hirst tenía un empleo en un tanatorio cuando era aún un estudiante adolescente. Esto probablemente influenció su fascinación con la vida y la muerte.
La obra que nos interesa reseñar es The Virgin Mother, es una escultura de 35 pies de altura que costó un año y medio construir, y es una de las estatuas de bronce más altas en el mundo. Se trata de una representación anatómica de una mujer embarazada, que muestra una capa de piel sustraída que revela el feto.
Podemos utilizar cualquier medio a nuestro alcance. El ejercicio puede afrontarse con libertad de medios y procedimientos.
Una obra que conjuga el tema de la Venus anatómica es a la vez una actualización del tópica “recuerda que vas a morir”, es la serie de tondos de Fernando Vicente titulada Vanitas. Son un repertorio de retratos tipo Pin ups, de modelos femeninas efectuadas con medio pictórico y que llaman la atención por el contraste de belleza femenina y horror quirúrgico.
No obstante, este artista ha realizado otros trabajos distintos que se acercan más literalmente al concepto de la Vánitas medieval, por ejemplo una calavera que se prefigura en un mapa del mundo. La técnica usada para esta imagen, la de dibujar sobre una ilustración tomada de un libro o de una obra impresa, podría ser una buena idea de cara a proponer una actividad. Todos hemos hecho alguna vez un dibujo sobre una ilustración en el libro de texto, quizá para entretenernos en un período de espera o durante una clase aburrida. Es interesante cuestionarnos las implicaciones inconscientes que posee este ejercicio, porque es común seguir una sugerencia emocional en las líneas y manchas. Lo cierto es que el adornar imágenes científicas con dibujos se ha convertido en un género propio en el mundo del arte contemporáneo. Podemos mencionar, a Ángeles Ágrela como ejemplo de artista que trabaja en esta dinámica.
Obras de Fernando Vicente y Ángeles Ágrela
Otra metodología afín que podemos utilizar para plantear una actividad sería el fotomontaje. Por este medio podemos crear obras utilizando ilustraciones anatómicas de obras médicas y artísticas, dando un sentido artístico al aprendizaje. Si miramos a la historia de esta técnica, a menudo encontramos referencias a la anatomía, Por ejemplo, es llamativa la obra de Raoul Hausmann, “Tatlin en casa” (1920), donde aparece una imagen anatómica conformando el interior de un maniquí. Siempre ha sido un atractivo para el artista representar de forma científica todas cosas, y en este mismo collage vemos el interior de un coche, con sus engranajes y motor, a la vez que un plano cartográfico.
El ejercicio consistiría en valernos de imágenes anatómicas y otras imágenes fragmentarias para componer una obra original, sin importar el grado de surrealismo pero tratando de elaborar un mensaje. Podemos utilizar técnicas manuales, incluyendo intervenciones de dibujo, o bien es posible valerse de técnicas infografías, en especial photoshop. En este sentido, vale la pena mencionar la serie de Juan Gatti titulada “Ciencias Naturales” consistente en collages realizados por medio de photoshop utilizando imágenes de grabados y dibujos de los siglos XVIII y XIX. El resultado final son unas atractivas impresiones digitales sobre lienzo.
Collages de Raoul Hausmann y Juan Gatti
1 O’Malley, Ch. / Saunders, C. M.: The illustrations from the Works of Andreas Vesalius of Brussels with annotations and translations. A discusion of the plates and their black ground, authorship and influence, and a biographical sketch of Vesalius. New York, 1950. pág. 86.
2 Ibidem, pág. 216.
3 Para el tema de vánitas, memento mori en España, cfr.: Martín González, J.J.: “En torno al tema de la muerte en el arte español”. Boletín del seminario de estudios de arte y arqueología de Valladolid, 1972.
4 Johannes Eichmann, conocido como Dryander (1500-1560). Anatomiæ, hoc est, corporis humani dissectionis pars, Marburg, 1537.
5 Sobre la implicación de la astrología en la figura humana, véase: Pérez Jiménez, A.: “Melotesia zodiacal y planetaria: la pervivencia de las ciencias astrológicas antiguas sobre el cuerpo humano” En Unidad y pluralidad del cuerpo humano. La anatomía en las culturas mediterráneas. Madrid, 1988.
6 O’Malley, Ch. / Saunders, C. M.: Ob. cit., págs. 178-179.
7 Carlino, A.: “Paper bodies: a catalogue of anatomical fugitive sheets, 1538-1687.” Medical History, supplement; 19. London, 1999, pág. 107.
8 Laín Entralgo, P.: “La anatomía de Vesalio y el arte del Renacimiento.” Revista de ideas estéticas, Madrid, 1948. Citado en Bonet Correa, A.: Figuras, modelos e imágenes en los tratadistas españoles. Madrid, 1993,pág. 248-249.
9 Véne, M.: Écorchés. L’exploration du corps XIV-XVIII siècle. París, 2001, pág. 31.
10 Ibidem. El tratado de Eustachio: Romanae archetypae tabulae anatomicae novis...1783. Cfr. Lepori, L. R. / Kohler, W.: Atlas de arte anatómico: una visión de seis siglos. Buenos Aires, 2003, pág. 19.
11 Alberti López, L.: La anatomía y los anatomistas españoles del Renacimiento. Madrid, CSIC, 1948, pág. 98.
12 Navarro de Zuvillaga, J.: Imágenes de la perspectiva. Madrid, 1999, pág. 150.
13 Por ejemplo, en la enciclopedia hebrea Ma’a’seh Toriyah (Las obras de Tobias) Venecia, 1708, se establece el correlato didáctico entre el cuerpo humano y una casa.
14 Cortés, V.: Anatomía, Academia y Dibujo Clásico. Madrid, Ed. Cátedra, 1994, pág. 96.