Anahí Del Rocío Chambé Ruíz
RESUMEN
El estudio del dibujo infantil ha permanecido en constante actualización, a través de los años se ha consolidado como un objeto de estudio de suma importancia, retomada por muchas ciencias para la investigación del ser humano.
En la edad preescolar representa la herramienta más frecuente para identificar rasgos de la personalidad de los niños que no logran expresarse o que presentan conductas agresivas, impulsivas, de ansiedad, entre otras.
Es indispensable que el docente conozca estas teorías, de manera que facilite el diagnóstico y conocimiento de sus alumnos, cabe resaltar que este artículo no pretende convertir a los maestros en psicólogos, que evalúen y diagnostiquen, sino que a través de la observación y análisis fortalezca su trabajo en el aula.
PALABRAS CLAVE:
Dibujo, percepción, interpretación, indicadores de personalidad, proyectivo.
INTRODUCCIÓN
El trabajo con niños en edad preescolar, demanda al profesor conocimiento y compromiso para identificar características particulares de cada alumno, y de esta manera apoyarlo en su proceso educativo y en su desarrollo. El ingenio y el uso de diversas estrategias e instrumentos, es una tarea fundamental en el aula, por lo anterior, y con base en mi experiencia personal, considero importante conocer la relación del dibujo y la personalidad del niño, así como identificar el significado de rasgos particulares y características que inciden en estas producciones, en base a teorías y estudios sobre el tema.
El presente artículo, pretende dar respuesta a interrogantes sobre el dibujo infantil, pues la diversidad de los grupos en preescolar nos exigen buscar los medios para conocer sobre la percepción que tiene el niño de su mundo, y a través del contraste con información científica, lograr indagar en alumnos tímidos, poco participativos o con dificultad para realizar ciertas tareas, por citar algunos ejemplos.
A pesar de no ser expertos o psicólogos, si podemos enriquecer nuestros conocimientos y hacer uso de instrumentos, para tener una percepción más objetiva, y darle un valor significativo a sus producciones, ya que lo niños dibujan por gusto y placer y es necesario aprovecharlo al máximo.
DESARROLLO
El dibujo en la infancia constituye una fuente de admiración, encanto y novedad, simplemente son agradables de ver; en especial para mí, que siento predilección por expresarme de esta manera, cuando estoy triste, feliz o aburrida, es decir, en todo momento. Al estar frente a un grupo de educación preescolar, a diario me encuentro con dibujos, tengo la oportunidad de observar su evolución, me intriga la elección por ciertos elementos plasmados (colores, trazos, formas, etc.), y en especial de aquellos alumnos que son tímidos o poco participativos que únicamente por este medio logran participar en la clase; pero entonces surgen dudas, ¿Qué quiere expresar?, ¿Por qué algunos niños repiten patrones en cada dibujo?, ¿A qué se deben los cambios en sus trabajos?, por mencionar algunas.
Es indudable, que existe una relación entre la representación infantil y las características del individuo. Para comenzar a hablar de esto, es necesario definir la palabra dibujo. Leonardo da Vinci considera el dibujo como una deidad a través de la cual se creaba un mundo de la misma manera en que lo hizo Dios. (Díaz y Polito, 1992).
En opinión de Juan Acha (Díaz y Polito, 1992) lo "dibujístico" es la línea activa que revela subjetividades, describe figuras, las organiza en la superficie y las totaliza en una unidad sensitiva. Manuel Quintana Castillo (Díaz y Polito, 1992) ofrece una concepción más amplia al señalar que el dibujo es un ejercicio intelectual compuesto por un código de líneas y signos, mediante los cuales se puede interpretar la estructura de los objetos y la composición de los seres de la naturaleza. Estas definiciones nos permiten entender al dibujo como un trabajo proyectivo, en el cual el sujeto percibe de manera subjetiva su realidad, sus experiencias y sus conocimientos, y lo exterioriza a partir de sus posibilidades.
Ahora bien, el dibujo infantil es una expresión de su desarrollo intelectual, mezclado con sus emociones; por lo tanto no se puede estudiar de manera superficial; cada persona está sujeta a un entorno diferente, con individuos y experiencias diversas que afectan su percepción del mundo. Entonces, es necesario retomarlo desde el punto de vista de la psicología educativa, pues contempla estas producciones como un objeto de estudio e intenta interpretarlo de la manera más objetiva posible, desintegrándolo en elementos que indiquen rasgos de la personalidad.
Existen diversos test utilizados en psicología, que se centran en evaluar al individuo a través del dibujo, por ejemplo el HTP, que fue creado por John Buck, en el año 1969, con el cual se logra identificar rasgos de la personalidad mediante el estudio de la representación de una casa, un árbol y una persona; a pesar de que la investigación fue realizada años atrás sigue vigente, ya que estudios actuales indican que los elementos y características plasmadas son patrones recurrentes en la mayoría de las personas. Aunque estas evaluaciones deben ser realizadas por un especialista, si es posible adquirir conocimientos para usarlos en el aula, con nuestros alumnos. A través de la búsqueda de información, me di cuenta que la figura humana es la que demuestra con mayor facilidad y de manera más comprensible nuestro afán de conocer más a fondo al individuo.
Considero que el Test del dibujo de la figura humana de Koppitz nos permite puntualizar elementos e hipotetizar a partir de los elementos identificados.
Las instrucciones finales que se le da al niño son las siguientes “Quiero que en esta hoja me dibujes una persona ENTERA. Puede ser cualquier clase de persona que quieras dibujar; siempre y cuando sea una persona completa y no una caricatura o una figura hecha con palos o rallas”. Puede realizarse con niños de 5 a 12 años y se considera principalmente el sexo y la edad de los participantes. La autora diseccionó la figura humana en 30 elementos, a los cuales denominó ítems evolutivos, en cada etapa del desarrollo existen ítems esperados y a medida que avanza deben evolucionar con ellos.
Los ítems esperados aparecen en un porcentaje entre el 80% y 90%, su ausencia puede indicar retraso madurativo; los ítems comunes y bastante comunes tienen una aparición entre el 20% y 80%; mientras que los ítems excepcionales comprenden únicamente al 15%. Una vez realizado el dibujo, el aplicador (en este caso el docente), prosigue a identificar elementos que aparecen o se ausentan del dibujo, y a través de ellos conocer más sobre la personalidad del alumno. Cabe destacar, que esta evaluación no es final, no podemos diagnosticar, pero si utilizarla cuando lo creamos necesario.
De acuerdo a Koppitz, E. M. (1987) los indicadores generales son: integración pobre (dificultad para agrupar las partes del dibujo), señala ser una persona agresiva y con problemas; el sombreado, que es un indicador de ansiedad y angustia; asimetría de las extremidades, presente en niños agresivos o niños de educación especial; inclinación de la figura en 15 o más grados, se da en niños tímidos; figura pequeña, es un buen indicador emocional; figura grande (si es mayor a 23 cms., se asocian con conductas impulsivas y de inmadurez; transparencia, indica ansiedad y preocupación; otros indicadores más específicos son: cabeza pequeña, ojos bizcos, brazos cortos, brazos largos, manos grandes, manos seccionadas, piernas juntas, figuras grotescas, más de dos figuras representadas, omisión de alguna parte del cuerpo, entre otras.
La observación es nuestra mayor fortaleza, ya que si decidimos realizarlo, es porque nuestro interés y compromiso sobrepasa nuestras responsabilidades, pero nos permite brindar un apoyo más pertinente a nuestros alumnos.
Con este artículo, no se pretende tener una postura de especialista, ni tampoco diagnosticar como un psicólogo, sin embargo es importante dar a conocer la relevancia del dibujo infantil; estos trabajos que están presentes cada día, son fáciles de realizar y sobre todo, siempre habrá disposición para realizarlo.
A veces las palabras no logran expresar todo lo que tenemos dentro, lo que sentimos, nuestro estado de ánimo, en ocasiones las palabras no coindicen con nuestro interior, pero con el dibujo si se puede, así que debemos aprovecharlo y utilizarlo, principalmente nosotros que trabajamos con niños dispuestos a hacerlo con gusto y placer.
CONCLUSIÓN
Los niños se expresan por diversos medios, cada uno haciendo uso de sus capacidades individuales, la mayoría lo hace de manera oral, y otros más se inclinan por las artes.
El presente artículo me permitió conocer más sobre la importancia que tiene el dibujo infantil en la psicología y en el ámbito educativo; ya que a partir de sencillas acciones podremos indagar y analizar elementos presentes en las producciones de los niños; y con esta información hipotetizar problemas y características individuales. El tamaño, la presencia u omisión de partes del cuerpo son elementos fáciles de identificar, pero que nos aportará información valiosa para brindar una educación de calidad a cada uno de nuestros alumnos.
BIBLIOGRAFÍA