Hay dos puntos esenciales que debemos tomar en cuenta en el diálogo anterior.
Primero,
La presente obra han sido concebida para elevar la calidad de vida de la población avalado por un modelo político de Democracia en el marco de un Estado de Derecho y de no Exclusión. Por ello, la figura del ladrón, apropiándose del dinero del millonario para justificar una mejor distribución de la riqueza, es una falacia de argumento. Ésa es la razón principal por la que la Economía Vital rechaza la división entre la dimensión positiva y la normativa.
Segundo,
La Ética de la Economía Vital respeta los valores universales, como también los propios de una nación. Sobre estos temas hablaremos en un capítulo posterior. Ahora pasamos al análisis de uno de los instrumentos más artificiales e inservibles que el modelo marginalista neoclásico haya podido concebir: la llamada Curva de Indiferencia.