La afirmación de que los recursos pertenecen a la sociedad tiene dos sombras: la primera, lo que es ya una costumbre adquirida por los marginalistas de todas las épocas, esto es, la pretensión de identificar los intereses de los empresarios con los de la sociedad, pretensión que se expresa en la famosa frase: “lo que es bueno para la General Motors es bueno para el país”. Por otro lado, si los empresarios usan recursos que son de la sociedad, es decir, que pertenecen a ricos y a pobres por igual, entonces nos preguntamos: ¿Por qué los hombres probos y serenos que ofician de portavoces académicos de las corporaciones mercantiles se oponen a pagar impuestos, esto es, a pagar los derechos de propiedad de la Sociedad, siendo los primeros defensores de la propiedad como tal?