El se impersonal se ha definido tradicionalmente como la marca del sujeto indeterminado, y la relación con la pasiva refleja ha sido una constante en su caracterización (Bidot, 2007: 35), aunque ya varios autores se han encargado de establecer las diferencias1 .
Las construcciones con se impersonal poseen un sujeto indeterminado o genérico expresado a través del pronombre o partícula se seguido del verbo en tercera persona del singular, y poseen varias posibilidades expresivas, según las cuales se pueden incluir en la indefinición genérica, existencial y hasta totalizadora 2, según el contexto o la situación comunicativa en que aparezca el pronombre se (Idem).
El uso de las oraciones impersonales con se se extiende a todo verbo transitivo cuyo objeto nocional vaya introducido por la preposición a; es decir, objetos animados, generalmente de persona y determinados. La construcción es obligatoria, como única expresión de la impersonalidad con se, para aquellos verbos que siempre se construyen con la preposición a como avisar, amenazar (1). Con verbos cuyo objeto es siempre de persona, pero que se diferencian de los anteriores en que los objetos sin determinante no requieren la presencia de a (2), la construcción impersonal alterna con la pasiva (reclutar).
Todos los verbos que tienen como complemento un sintagma preposicional [Ej.: hablar (de), soñar (con)] forman oraciones impersonales con se: Se habló de nuevos escándalos. Cuando el verbo permite tanto un sintagma preposicional como complemento, como un sintagma nominal, la oración impersonal alterna con la pasiva. Se discutió sobre varios asuntos vs. Se discutieron varios asuntos (Bosque y Demonte, 2000: 1689).
El se impersonal aparece también con verbos de percepción y causativos (como hacer y dejar) que tienen en común el hecho de que la construcción impersonal puede alternar con la construcción pasiva. Los verbos de percepción se caracterizan por tener una oración de infinitivo como objeto cuyo sujeto parece ser a la vez el objeto del verbo de percepción: Se ve a los ancianos sufrir (Ibid: 1692).
Por otra parte, el se genérico se puede presentar acompañando verbos con cláusulas reducidas como objetos. Por ejemplo, llamar, considerar, en los que el sintagma nominal objeto aparece acompañado de un atributo: Se considera inválidas las pruebas (Idem).
En cuanto a los pronombres clíticos en este tipo de oraciones, los autores señalan que cada vez es más frecuente el uso de los pronombres acusativos masculinos de persona. La fórmula más generalizada para referentes masculinos de persona es se le (s) - con clíticos dativos-, que en el español de América aparece frecuentemente para designar referentes femeninos. El uso de se lo (s) 3 está más extendido en la modalidad americana, mientras que se la (s) aparece con mayor frecuencia en la española (Ibid: 1696).
También encontramos el se genérico con verbos ditransitivos. Esto ocurre sólo cuando el pronombre está presente, pues de lo contrario sería pasiva la construcción: Se les entrega los premios a los ganadores (activa). Advierten además la presencia del se impersonal en contextos no transitivos:
■ Verbos intransitivos (Se canta; ausencia de un sintagma nominal que se pueda interpretar como objeto nocional del verbo)
■ Verbos inacusativos (Se crece más si se desayunan cereales). Estas construcciones deben aparecer con aspecto genérico; sin embargo, el aspecto puntual perfectivo es posible cuando expresan dirección: A causa del atasco se llegó tarde a Bernabéu) En este tipo de verbos se incluyen los de movimiento (descender, bajar, salir, llegar, etc.), los de “cambio de estado físico” (envejecer, crecer, adelgazar), y los de emisiones involuntarias (estornudar, toser)4 .
■ Verbos copulativos: Sólo pueden aparecer en contextos de aspecto imperfectivo: Se está bien allí.
■ Verbos con pasivas perifrásticas o con verbos pasivos: Se ha sido invitado a la fiesta. Estas oraciones parecen limitadas al tiempo presente.
(Ibid: 1701-1704)
Con relación al empleo de uno en lugar de se, en la GDLE se señala que ello se produce para evitar la reiteración de dicha partícula junto a verbos inacusativos pronominales con los cuales no es posible la construcción con se en español, y se cita como ejemplo: “Se se ahoga / Uno se ahoga (Bidot, 2007: 36). No obstante, hay casos en los que es posible la alternancia sin existir verbos pronominales. Esto sucede, verbigracia, en las oraciones activas impersonales, donde formalmente se convierte en sujeto genérico de la oración y signo de impersonalidad dentro de la misma: Se va al río de día y no se siente frío/Uno va al río de día y (uno) no siente frío (Bosque y Demonte, 2000: 1705).
De todas las estrategias de enmascaramiento de la primera persona del singular, el empleo del se genérico es la que evidencia un menor grado de compromiso hacia sí mismo (el hablante) y hacia el interlocutor. La referencia queda diluida en algo totalmente ajeno, externo, distante incluso, que sólo se matiza si se mezcla con otra de las variantes; por ejemplo, cuando se pasa de esa impersonalidad total al uso de uno, a la primera persona del plural o al yo, con una aparente intención de estar y no estar muy involucrados con lo que se dice: Cuando se pierde una madre uno cree que se muere (Pérez, 2006: 105).
Este criterio coincide con la interpretación de H. Haverkate, quien concibe la construcción pseudorreflexiva como un medio eficaz para desdibujar los límites de la zona deíctica del hablante. Con ésta, el hablante establece un distanciamiento respecto al contenido de la proposición para evitar dar la impresión de querer imponer su opinión al oyente. Valiéndose del carácter no específico de se, puede formular un criterio divergente sin correr el riesgo de perjudicar su relación con el interlocutor, a la vez que sugiere que lo que asevera no corresponde a su percepción, sino a una verdad generalmente aceptada o reconocida . Por consiguiente, dicha generalización tiene como fin aumentar la fuerza persuasiva de la aserción (Haverkate, 1994:132).
De esta manera, el autor observa en el uso de se un fin atenuador para desdibujar, por motivos de mitigación, los límites de las zonas ocupadas por los interlocutores en el centro deíctico, desfocalizando así su efecto perlocutivo, la identidad del hablante y del oyente (Ibid: 135).
Estos elementos convierten al se impersonal en la partícula que más posibilidades presenta en cuanto a la indefinición, lo cual le permite tener gran número de asociaciones referenciales que se explicitarán en dependencia del contexto en que se encuentra ubicado, las cuales siempre serán generales e indeterminadas (Bidot, 2007: 37).
2 Podemos advertir las diferencias en los siguientes ejemplos:
1) Cuando se come demasiado se engorda más rápido.
═ Cuando uno, tú, usted, cualquiera, todo el mundo.
(Lectura genérica o universal)
II) Se terminó el trabajo con excelentes resultados.
═ Terminaron (tercera persona del plural)
(Lectura existencial)
═ Nosotros terminamos
(Lectura totalizadora)
3 Aunque se lo tiene menos difusión, se va introduciendo con fuerza en la lengua (Bosque y Demonte, 2000: 1696).
4 Para ampliar vea Bosque y Demonte (2000).