LA DESFOCALIZACIÓN DEL CENTRO DEÍCTICO A TRAVÉS DE LA SEGUNDA PERSONA DEL SINGULAR

LA DESFOCALIZACIÓN DEL CENTRO DEÍCTICO A TRAVÉS DE LA SEGUNDA PERSONA DEL SINGULAR

Hyagna Cabello Peña (CV)
Hermes Infante Miguel
(CV)
Universidad de Oriente

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1.2.1.3 La segunda persona del singular.

Benveniste señala que la primera persona se dirige a la segunda en un empleo ordinario,  más no único y constante, pues puede emplearse la segunda persona1 fuera de la alocución y hacerse entrar en una variedad de “impersonal”2 (Apud. Arroyo, 2000: 3).
El uso no referencial, específicamente de la segunda persona del singular, es denominado por María Luisa Hernanz singular arbitrario e interpretado como un yo encubierto,pero en la mayoría de los casos se nombra tú impersonal 3. En este sentido, Liliana Cubo de Severino habla del uso indefinido de vos y usted como sujeto, pronombres que suelen emplearse en un uso no-diagonal con sentido impersonal o indefinido, al pedirle al interlocutor que acepte un papel hipotético, que se ponga en su lugar de hablante. M. Criado de Val y Werner Beinhawer citan sólo como indefinido el uso de te y no aluden al de (Apud. Bidot, 2007: 39).
Con este uso, el hablante no remite al oyente, sino se refiere a un conjunto de individuos no determinado. Verbigracia: Realmente puedes contar los amigos de verdad  con los dedos de una mano. Aquí la referencia de la segunda persona del singular (puedes) es generalizadora, universal. Por tanto, podría ser parafraseada de la siguiente manera: Realmente, (todos) (nosotros) podemos contar los amigos de verdad con los dedos de una mano (Bosque y Demonte, 2000: 1733).
La segunda persona del singular con lectura indefinida puede convivir en su entorno oracional con formas pertenecientes a la esfera de otra persona: con una primera persona del singular e incluso con la primera del plural o con una tercera persona del singular o del plural, así como con el pronombre se, aunque de forma restringida. Por ejemplo:
- Creemos que en ese país vives de maravilla.  (Primera persona del plural)
- Uno sabe que es entonces cuando tienes que ayudar. (Indefinido uno)
- Dicen que debes comportarte con dignidad. (Tercera persona del plural)
- Cuando buscas una cosa en un armario, se encuentra siempre lo más insospechado. (Se genérico)
                                                                                                              (Idem)      
Nos parece relevante señalar también que este singular arbitrario4 puede emplearse con distintos referentes para re-crear el mapa de la interacción (Moccero, 2003: 349). María Leticia Moccero distingue cinco casos 5:

  • El hablante trata de alinearse con el oyente, reforzando la imagen de ambos al expresar acuerdo. Ejemplo (las dos primeras formas complementarias):

teda broca, o sea, la incoherencia y la falta de ética, tanto en sus discursos como en sus acciones es lo que más teenvenena, digamos, digamos, porque si vos tenésuna posición y tenés argumentos para defenderla, bueno, defendela, pero si te equivocaste, reconocelo

  • El locutor usa la segunda persona del singular para referirse a los “otros”, que tienen esas actitudes que censura. Como ejemplo, vea las restantes marcas de la segunda persona del singular desfocalizadora en el fragmento anterior.
  • El hablante intenta reforzar su imagen, buscar apoyo, utilizando la segunda persona dirigiéndose a su interlocutor. Ej.:        

Yo necesito tener herramientas, por ejemplo, como te toca a vos si querés hacer la licenciatura de investigación conocer todas las corrientes.

  • Para crear afiliación, el hablante se refiere al mundo compartido. Ej.:

…está bien, hay algunos que fuman, pero es como que por ahí, porque como son pocos te conocés más, como se conocen más, bueno, por ahí te respetan más.

  • El hablante pasa de la tercera persona al singular arbitrario para personalizar la situación y crear afiliación, incluyéndose a sí mismo y a su interlocutor. Ej.:

Es difícil, porque la presión que le ejercen al estudiante es, eh, condición de que esté en una situación que podría llamarse entre comillas de privilegio, porque sos estudiante (…) Porque esta idea de que si no trabajasestudias ¿no? Es esa presión de que tenés que aprobar el curso, porque si no qué hacés
                                                                                          (Ibid: 350-351)
De estos casos desechamos el primero por no implicar una verdadera referencia deíctica dentro de la interacción verbal ni fuera de ella, pues hay una generalización: el sujeto del enunciado puede ser cualquiera. También prescindimos del tercero por implicar una referencia específica dentro de la interacción, o sea, una definición: el hablante se dirige directamente al interlocutor, con lo cual realiza la focalización del centro deíctico personal. Fusionamos el cuarto y el quinto porque en ambos hay una referencia a un mundo compartido. Por tanto, de acuerdo con nuestros intereses, reducimos los cinco casos a sólo dos:

  • El locutor emplea la segunda persona del singular para referirse a los “otros”.
  • El emisor utiliza la segunda persona del singular para referirse a un mundo compartido por él y su interlocutor.

Por otra parte, debemos señalar que el desdibujamiento de la referencia específica no se limita a la desinencia de la forma verbal, sino se extiende a otros elementos con contenido de segunda persona, como los pronombres de objeto o los adjetivos posesivos (Bosque y Demonte, 2000: 1733). En el presente trabajo centramos nuestra atención solamente en los casos donde aparece la segunda persona del singular en su función sujeto, por ser en ésta donde convergen los tres usos objeto de nuestro estudio en virtud de la desfocalización.
A la hora de canalizar nuestro estudio por la función sujeto (puede aparecer omitido o explícito) tenemos en cuenta la advertencia de M. L. Hernanz, quien señala que no toda realización explícita de la segunda persona del singular puede recibir una interpretación indefinida. Si recibe acento contrastivo o se antepone por estar tematizado (generalmente precedido por expresiones como en cuanto a, en lo que concierne a) pierde el valor genérico6 , refiriéndose a una persona concreta. Ejemplo:
a) Si comes dulces, engordas.
b) En cuanto a ti, debes zanjar el asunto enseguida.
                                                                                           (Apud. Ibid: 1734)
De ahí resulta que la sola presencia de la segunda persona del singular es insuficiente para la interpretación genérica, la cual está determinada por factores sintácticos que condicionan la situación lingüística (Vid infra párrafos siguientes) o cotexto. Es decir, el entorno oracional debe reunir determinadas condiciones que favorezcan la transmisión de genericidad. Éstas se relacionan tanto con características particulares de algunos constituyentes oracionales como con aspectos generales de la forma de la oración. Entre las primeras destacan el tiempo y el aspecto del verbo, así como la clase semántica a la que éste pertenece. Entre los segundos tienen una importancia especial los constituyentes de tipo adverbial (de contenido diverso) que activan la genericidad de la oración en su conjunto (Ibid: 1737).
El contexto de aparición de la segunda persona del singular desfocalizadora debe ser también genérico, indeterminado, y no debe aludir a un momento temporal concreto, lo cual se logra preferentemente a través del presente por su falta de referencia temporal específica. Por ejemplo, Ganas un concurso de esos y ya estás en la cima .El verbo (ganas, estás), considerado aisladamente, alude a una persona concreta, la segunda persona del singular; sin embargo, la interpretación total de la oración anula esa referencia temporal (Ibid: 1735).
El aspecto verbal debe ser siempre imperfectivo. Para que haya lectura universal el tiempo debe ser indeterminado; la acción verbal no puede contemplarse como concluida en un punto específico de la línea temporal (aspecto perfectivo) De igual forma, el sentido genérico quedará excluido si la acción del verbo se presenta en un estado de desarrollo (aspecto progresivo, durativo) Verbigracia: Tuviste que ayudar a tus amigos o Estás pensando en tus cosas. Es válido aclarar que en este último caso, al estar el verbo en presente, podría caber la lectura universal de intervenir en él constituyentes adverbiales: (Amenudo) (En lugares así) estás pensando en tus cosas. (Idem).
En cuanto a la clase semántica del verbo, Susana Tabóas y Olga Fernández indican que los modales, al estar relacionados con nociones como la necesidad y la posibilidad, desplazan la realización del evento expresado en la oración a momentos distintos del de la enunciación, con lo que la acción puede tener lugar en otros “mundos posibles”. Esta capacidad de remitir a estados diferentes del mundo es lo que relaciona la aparición de verbos modales como, deber, poder, entre otros, con el alcance universal de la persona . Véase el caso: En Madrid puedes pasear tranquilo por las calles (Ibid: 1736).
Los factores relacionados con el sintagma verbal y la oración son los constituyentes de tipo adverbial -aludidos anteriormente en la parte concerniente al aspecto verbal-  que aportan determinadas nociones (lugar, tiempo, modo). Su misión es situar la indeterminación temporal de la acción en un marco de significado general, por lo cual son de vital importancia para la interpretación universal de la segunda persona del singular, la cual se logra cuando aparecen en una posición desplazada de su lugar canónico en la oración. Ejemplo: En Canarias, no puedes llevar un abrigo de piel o En verano, debes tener cuidado con la mayonesa. En este sentido, se debe señalar que pueden adoptar la forma de condicional lógico, de manera tal que la construcción quedaría sobre la base de dos proposiciones relacionadas por los conectores si, entonces (Ibid: 1737). También pueden presentarse otras formas adverbiales como siempre que, con tal (de) que, a menos que, a no ser que (Apud. Bidot, 2007: 48).
Además de la descripción gramatical del uso en cuestión hecha por Susana Tabóas y Olga Fernández, resulta interesante, de acuerdo con nuestros intereses, referir el criterio de H. Haverkate al respecto. El mismo concibe el fenómeno como una estrategia referencial típicamente desfocalizadora y expresa que desde un punto de vista psicológico, el carácter desfocalizador de la segunda persona del singular del verbo refleja el educto de un proceso de interacción internalizada en la que el homo cogitans se divide en dos interlocutores, un hablante y un oyente, dialogando consigo mismo (Haverkate, 1994: 134).
Aunque formalmente se enfoca la perspectiva del oyente, el hablante puede expresar una generalización basada en una experiencia individual, con lo que intenta crear o mantener una relación de solidaridad con sus interlocutores, lo cual en el plano gramatical se refleja en la actualización de la forma de tratamiento familiar                                                                                                     (Ibid: 136).
Aunque mayoritariamente los criterios referidos se centran en la segunda persona del singular informal, en nuestra investigación estudiamos el uso en toda su magnitud, o sea, incluimos la forma de respeto usted, para la cual el verbo adopta la desinencia de tercera persona.
Las distintas concepciones acerca del uso lingüístico estudiado, así como su descripción y focalización desde la perspectiva de la cortesía verbal, nos sirven de sustento teórico para su descripción y explicación en la ciudad de Puerto Padre. No obstante, para la solución de nuestro problema científico (Vid supra Introducción) se nos presenta la necesidad de abordar aspectos de índole social, lo cual nos lleva a rebasar los límites de los dominios de la pragmática y a adentrarnos en una disciplina colindante: la sociolingüística.

1 Este autor define el tú como la persona no-subjetiva, frente a la persona objetiva que el yo representa, oponiéndose ambas a la forma él (Apud. Arroyo, 2000: 3).

2 En su estudio Tú frente a yo. Problemas de enunciación., la autora habla de una asimilación entre yo y tú para referirse al uso de la segunda persona del singular con valor universal, el cual, como ya hemos mencionado, trabajamos aquí bajo el término de desfocalización del centro deíctico personal, incluyendo también la forma pronominal formal de tratamiento usted.

3 Bobes Naves considera que el llamado TÚ impersonal es muchas veces en realidad una variante de YO (Apud. Haverkate, 1994:135).

4 Este término, acuñado por María Luisa Herranz, es utilizado por Leticia Moccero (2003).

5 Las intervenciones que a continuación se exponen forman parte de un corpus de grabaciones en audio de conversaciones dialógicas entre estudiantes universitarios de entre 20 y 30 años de edad (Moccero, 2003: 346).

6 Haverkate hace un planteamiento similar al de la imposibilidad de genericidad en el caso del tú con acento contrastivo. Para él, la referencia desfocalizadora de la segunda persona del singular es incompatible con el uso del pronombre sujeto tú, porque la coaparición de los dos tipos de referencia crearía una contradicción entre la desfocalización manifestada por la referencia del verbo y la focalización expresada por el pronombre personal. Sin embargo, este criterio no es absoluto y ello quedó demostrado tanto en la tesis doctoral de Irina Bidot como en  la presente investigación, en la que se encontraron textos donde aparece la segunda persona del singular informal explícitamente y con sentido desfocalizador (Vid infra Capítulo 2, subacápite 2.2.2).