Europa forma parte y colabora activamente con la OMC. Por tanto, acepta y aplica el principio de Nación Más Favorecida a todos los países miembros y aplica el Sistema de Preferencias Generalizadas a los países menos desarrollados. Además, mantiene acuerdos específicos con determinados grupos de países.
Conviene clasificar a los países no europeos en los siguientes grupos:
2º ACP
Con respecto a los países del sur del Mediterráneo que, por su proximidad geográfica, por sus afinidades históricas y culturales y por los flujos migratorios existentes y potenciales, representan unos socios de im portancia fundamental, la Unión ha llevado a cabo, tradicionalmente, una política de integración regional denominada "enfoque global mediterráneo". Los vecinos mediterráneos de la Unión estuvieron entre los primeros en establecer con ella relaciones económicas y comerciales particulares. Estos países constituyen socios importantes para la Unión. No sólo son socios comerciales de primera fila, sino que además, lazos históricos y culturales especiales vinculan a algunos de ellos con determinados Estados miembros.
La Unión está vinculada con la mayoría de los países mediterráneos por acuerdos de asociación o de cooperación.
Chipre, Malta y Turquía están vinculados a la Unión por acuerdos de asociación, destinados a establecer progresivamente una unión aduanera con ésta. Todos ellos han presentado oficialmente su candidatura a la adhesión (Turquía en 1987, Chipre y Malta en 1990), pero solamente la candidatura chipriota ha obtenido el dictamen favorable de la Comisión.
Los Países del Magreb (Argelia, Marruecos y Túnez), del Machrek (Egipto, Jordania, Líbano, Siria y los Territorios palestinos) así como Israel, están vinculados a la Unión mediante acuerdos de cooperación que abarcan el comercio, la cooperación industrial y la asistencia técnica y financiera.
En noviembre de 1995 la Unión Europea sentó las bases de la nueva asociación euromediterránea en la conferencia de Barcelona, en la que participaron todos los Estados miembros de la UE y los Estados ribereños del Mediterráneo (con excepción de Libia, de Albania y de los países de la antigua Yugoslavia). Esta conferencia permitió definir las bases de una nueva asociación que incluía la intensificación de las relaciones económicas y comerciales interregionales. El aspecto principal es la realización de una zona de libre comercio euromediterránea de aquí al año 2010, de conformidad con las normas de la Organización Mundial del Comercio. Con ello, los productos fabricados podrán circular exentos de derechos en el mercado transmediterráneo, que se convertirá en la mayor zona de libre comercio del mundo, con más de 600 millones de consumidores.
La Unión Europea participa en varios proyectos importantes de desarrollo económico y social en los países mediterráneos, en particular, mediante la intervención del Banco Europeo de Inversiones en forma de préstamos a largo plazo. La Unión Europea se ha convertido así en el principal donante para el desarrollo de los Territorios palestinos (45% de la ayuda internacional), y contribuye plenamente a la reforma de las estructuras económicas y políticas de los países del sur del Mediterráneo.
Edificio del Consejo de la Unión Europea en Bruselas |
El proceso de descolonización iniciado al comienzo de los años sesenta exigió la transformación de los vínculos con las antiguas colonias de los países miembros en una asociación de carácter diferente entre países soberanos, con arreglo al artículo 310 (antiguo artículo 238) del Tratado CE. En la actualidad, 71 países de África, del Caribe y del Pacífico (ACP), tienen una relación privilegiada con la CE en virtud de los Convenios de Lomé. Estos convenios van acompañados de una dotación financiera en forma de subvenciones y préstamos bonificados que se destinan a financiar, a través del Fondo Europeo de Desarrollo (FED), programas de inversiones económicas y sociales en los países ACP. La cooperación con dichos países abarca también a los sectores industrial y agrario.
El Convenio permite que el 99 % de los productos industriales de los países ACP penetren en el mercado de los Quince sin pagar derechos de aduana y sin reciprocidad. El Stabex, es un acuerdo similar a un contrato de seguro que concede cierta garantía de estabilidad a los ingresos que los países ACP obtienen de sus exportaciones de 48 productos agrícolas. El Stabex actúa en el caso de graves trastornos climáticos o de los precios internacionales de dichos productos. El mecanismo se aplica también a los recursos mineros (Sysmin). El Convenio de Lomé establece también unas relaciones políticas institucionalizadas, a través del Consejo de Ministros, del Comité de Embajadores y de la Asamblea Paritaria ACP-UE, en la que los parlamentarios europeos representan al Parlamento Europeo.
La cooperación entre la Unión y los países de Asia y América latina está menos estructurada. Los países en vías de desarrollo de dichas regiones gozan del sistema de preferencias generalizadas, que concede a sus exportaciones un trato preferencial y ciertas ayudas financieras. Se han firmado acuerdos marco de cooperación entre la Unión y Argentina, Brasil, México y Uruguay, así como con los países del Grupo Andino (Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela) con el objetivo de apoyar la integración económica regional. Tras el Consejo Europeo de Madrid de diciembre de 1995, tendente a reforzar la asociación entre la Unión Europea y los países de América Latina, la Comunidad decidió profundizar su cooperación en torno a tres ejes: la reforma institucional y la consolidación del proceso democrático, la lucha contra la pobreza y la marginación social, y finalmente, el apoyo a las reformas económicas. Distintos encuentros, tales como la conferencia de San José o la reunión del Grupo de Río, reunieron a los socios regionales y a los representantes de la Unión Europea. Además de estos encuentros, se establecen progresivamente acuerdos marco interregionales con Mercosur, Argentina y México.
Las relaciones entre la Unión Europea y Asia se basan en "una nueva estrategia asiática" adoptada en el Consejo Europeo de Essen en diciembre de 1994. Esta estrategia tiene por objeto desarrollar las relaciones comunes en los ámbitos del comercio y de la cooperación industrial y reforzar la cooperación en los ámbitos del fomento de la inversión, la cooperación entre las empresas y la investigación y el desarrollo.
La primer cumbre Europa-Asia en Bangkok los días 1 y 2 de marzo de 1996 fue la ocasión de reforzar el famoso "eslabón débil" del triángulo Europa/Asia/Estados Unidos. Los socios definieron orientaciones comunes, comprometiéndose en favor de un sistema de intercambios multilateral "abierto" y de una liberalización "no discriminatoria". Esta asociación reforzada debería permitir a la Unión Europea consolidar sus posiciones en Asia, su primer socio comercial (23% de los intercambios exteriores de la Unión).
La Unión es el principal socio de los países en vías de desarrollo ya actúe a través de sus instituciones o a través de sus Estados miembros. En el plano comercial, la Unión absorbe el 21,5 % de sus exportaciones, contribuyendo con un 36 % del total de la ayuda pública mundial (la ayuda a los países ACP representó el 33,8% del esfuerzo total de la Unión Europea en 1995, la ayuda a los países del sur del mediterráneo alcanzó el 11%, y los países de América Latina y Asia recibieron un 18 % de dicha ayuda). Las dos terceras partes de esta ayuda se dedican a la financiación de proyectos de desarrollo, destinándose un tercio de la misma a la ayuda alimentaria. ¿Es suficiente ese esfuerzo de solidaridad? Tanto en relación con los nuevos Estados surgidos de la antigua Unión Soviética como con los países del sur del Mediterráneo y de África, Europa tendrá que hacer frente a los inmensos desafíos que representa la cada vez mayor diferencia de ingresos, a la que se suma la diferencia demográfica, que opone a dos zonas próximas geográficamente pero muy desiguales en cuanto a su nivel de desarrollo.
Para Estados Unidos, la Europa en construcción es tanto un aliado que comparte los mismos valores como un competidor tecnológico y comercial. La declaración transatlántica firmada el 20 de noviembre de 1990 entre Estados Unidos y la Comunidad Europea y sus Estados miembros consagra el apoyo político que Washington aporta tradicionalmente a la existencia de un aliado europeo democrático y estable. La alianza política y estratégica que une a numerosos países de la Unión y a Estados Unidos en el marco de la Alianza Atlántica ha contribuido a relativizar el alcance de los conflictos comerciales que han tenido lugar en relación con los productos agrarios, el acero o la aeronáutica. En el marco del nuevo programa trasatlántico adoptado en diciembre de 1995, se organizaron dos cumbres entre la Unión Europea y Estados Unidos para discutir los distintos ámbitos de cooperación. Tras las profundas convulsiones que ha sufrido el panorama internacional al final de este siglo, y en particular el final de la guerra fría, los aliados se encuentran ante la necesidad de una nueva definición del vínculo trasatlántico. La cooperación euroamericana debe fijarse nuevos objetivos y coordinar los esfuerzos para hacer frente a los nuevos riesgos vinculados a la proliferación nuclear, a las reivindicaciones minoritarias, al desarrollo de la delincuencia internacional, al tráfico de drogas y a las presiones migratorias. La Unión Europea es, en términos de intercambios y de inversión, el primer socio de Estados Unidos y el único con el que las relaciones están equilibradas. Debe sin embargo hacer frente a determinadas tentaciones del Congreso de los Estados Unidos de recurrir a medidas unilaterales o extraterritoriales (ley Helms-Burton y Amato-Kennedy) que amenazan los intereses europeos en el mundo. La aparición progresiva del euro y su posible poder de atracción podrían competir con el dólar en su función de moneda de reserva.
Las relaciones con Japón, otro importante miembro del mundo industrializado, revisten también una importancia enorme. Los europeos intentan obtener desde hace mucho tiempo una mayor apertura del mercado japonés, una contrapartida indispensable a la espectacular implantación de los productos japoneses en el mercado europeo. La Unión Europea intenta profundizar en su cooperación con Japón, en particular en el marco del diálogo político y de las relaciones económicas comerciales.
Para citar
este artículo en cualquier documento puede utilizar el siguiente formato:
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Martínez Coll, Juan Carlos (2001): "Las relaciones
comerciales de la UE con terceros países"
en La Economía de Mercado, virtudes e inconvenientes, http://www.eumed.net/cursecon/17/terceros_paises.htm
(y añadir la fecha de consulta).
Grados de integración
económica
Teoría de la integración económica
Proyectos de integración económica
La integración europea
Las
instituciones de la UE
La Política Agrícola Común
La Política Pesquera Común
La Política Industrial Común
Los Fondos Estructurales y el de Cohesión
Relaciones comerciales con países no europeos
Los beneficios del euro
El Sistema Europeo de Bancos Centrales
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