Antes de analizar las concepciones de los autores sobre el papel del mercado y el plan en la economía socialista, consideramos sea prudente realizar un breve repaso de estas categorías en su tratamiento desde la económica política y desde la teoría económica convencional.
Enfocándolo desde la economía política, el mercado, más allá de ser el lugar físico donde se encuentran compradores y vendedores, es una forma de organización y coordinación de la producción social. Es básicamente un sistema, y como todo sistema tiene leyes y regularidades que lo gobiernan en su funcionamiento. Histórica y lógicamente el surgimiento y desarrollo del mercado está asociado a fenómenos como la aparición del excedente económico, el surgimiento del intercambio regular de productos y especialmente a la aparición de la producción mercantil, en un proceso mediado por las distintas divisiones sociales del trabajo.
Debe entenderse el hecho fundamental de que no toda forma de mercado indica necesariamente la presencia de una economía capitalista. De hecho, desde el punto de vista histórico el mercado antecede al capitalismo. Si se entiende que el mercado y muchas de sus categorías (precios, ganancias, salarios, etc) existen mucho antes que el capitalismo, debe observarse el hecho de que este iba ganando fuerza en el desarrollo mismo de la humanidad, pasando de ser una forma secundaria en cada modo de producción hasta convertirse en elemento esencial en el modo de producción capitalista.
La ley fundamental que controla y regula el funcionamiento del mercado, y de hecho de la producción mercantil, es la ley del valor. Esta es una ley objetiva que provoca que los productos del trabajo se intercambien de acuerdo con la cantidad de trabajo social que se ha invertido en producirlos, y por lo tanto establece la presencia de un intercambio equivalencial1 .
Otra forma de definir la esencia de esta ley del valor la da Mandel: “Llamamos «ley del valor», la ley que gobierna el cambio de mercancías y, por intermedio de ésta, el reparto de la fuerza de trabajo, y de todos los recursos productivos, entre las diferentes ramas de actividad. Se trata de una ley económica que se funda esencialmente en una forma de «organización del trabajo», en relaciones establecidas entre los hombres diferentes de las que presiden la organización de una economía planificada según las costumbres o las elecciones conscientes de productores asociados”2 .
En las condiciones de una economía mercantil, basada en la propiedad privada capitalista, existe consenso en cuanto a las funciones que desempeña la ley del valor, siendo las siguientes:
Ya desde el punto de vista de la teoría económica ortodoxa, o la llamada Economics, el tratamiento del mercado asume una connotación mucho más técnica e instrumental además de ahistórica que la realizada por la economía política marxista. Así, para Paul Samuelson: “un mercado es un proceso mediante el cual los compradores y los vendedores de un bien interactúan para determinar su precio y su cantidad”3 y para N. Gregory: “Un mercado es un grupo de compradores y vendedores de un determinado bien o servicio” 4. Genéricamente existen tres tipos fundamentales de mercado: el mercado de trabajo, donde se compra y se vende la fuerza de trabajo y el precio asume la forma de salario5 , el mercado de capitales, donde se compra y se vende capital, y el precio asume la forma del interés, y el más difundido que es el mercado de bienes y servicios donde los precios presentan su forma estándar o natural por así decirlo. Por su alcance el mercado puede ser nacional, regional, mundial, etc; y también se clasifica en cuanto a su estructura como
mercados de competencia perfecta 6, mercados de competencia monopolista7 , mercados oligopólicos8 , etc.
Aun cuando puedan ser evidentes las diferencias conceptuales, metodológicas y finalmente ideológicas entre las dos formas de análisis, existe un consenso en cuanto a que el mercado aparece como la forma de coordinación económica más coherente con el sistema capitalista, en la cual existe un alto grado de espontaneidad y automatismo, y donde las asignaciones de recursos se realizan ex post, es decir, a partir de las señales que ofrece el mercado, especialmente mediante su mecanismo de precios.
En cuanto a la planificación esta también se ha desarrollado como una importante disciplina dentro de las ciencias económicas y como instrumento en manos de los gobiernos para llevar a cabo la actividad económica. Desde el punto de vista de la teoría, también existen diversos conceptos. Así, según Andrés Fernández: “La planificación no es una simple técnica de elaboración de planes. La planificación, cuando es efectiva, es algo más complejo, es un proceso social en el que en base a unos juicios de valor se plantea activa y racionalmente la situación económica de un sistema en su perspectiva dinámica. En este planteamiento se consideran conjuntamente los medios y objetivos encaminados a un progreso armónico y equilibrado, en el sentido más amplio”9 . Siguiendo a Loutfy, la planificación posee una serie de características distintivas, entre ellas que posee siempre un determinado nivel y grado de coordinación, previsión y centralización, por demás, la planificación ha de ser global, y debe tener en cuenta las necesidades y recursos de todas las regiones10 .
Según Alfredo Gonzáles: “La planificación es el principal instrumento para llevar a la práctica la estrategia de desarrollo y la política económica. La planificación es una fase necesaria en la dirección de cualquier actividad, que en el caso de la economía nacional consiste en esencia en un proceso de previsión, fijación de objetivos, balanceamiento de tareas y recursos, y optimización”11 .
Para William Alexander Robson: “por planificación económica se entiende el proceso de elaboración y aplicación de un plan económico. Las diferentes unidades de consumo y de producción, las instituciones financieras, la administración pública, etc, formulan sus planes económicos cuando adaptan los recursos y medios de que disponen a la consecución de ciertos objetivos, a la vista de ciertos elementos que se les imponen en forma de datos sobre los que no pueden actuar para cambiarlos”12 .
Según Robson, la planificación económica se caracteriza formalmente por tres elementos: 1. Una estimación de la evolución futura de la economía, a partir de la cual van a tomarse las decisiones de política económica; 2. Un esquema global y coherente de los objetivos de dicha política, y 3. La coordinación de los medios de política económica pertinentes13 .
Siguiendo a Robson podemos definir las dos variantes principales de plan, las que se definen como plan imperativo y plan indicativo. El plan imperativo se caracteriza porque los órganos de planificación, dependientes del gobierno, son los encargados de organizar los procesos de producción y distribución de la renta. En los países en que existe una planificación imperativa hay órganos de planificación central, local y a nivel de cada unidad de producción que fijan las tareas y los medios para su cumplimentación, procediendo de esta manera a asignar los bienes de producción y el trabajo a los diferentes sectores de la economía. Por tanto, el plan actúa como mecanismo de asignación de recursos, sustituyendo en esta tarea al mercado14 . Por su parte, los planes indicativos coexisten con los mecanismos del mercado, a los que corresponde la misión fundamental de asignar descentralizadamente los recursos a través de las decisiones tomadas por las unidades elementales de consumo y de producción, de acuerdo con el sistema de precios. De esta manera, a la planificación se le reserva otro papel: el de formular una previsión sobre la evolución de la economía y, junto a esta previsión, proponer unas medidas correctivas de política económica. Las disposiciones de dicho plan tienen carácter vinculante sólo para el sector público, siendo meramente indicativas para el sector privado, al que se le proponen unas sugerencias sobre los fines que se consideran adecuados y sobre el que se actúa a través de los mecanismos de mercado”15 . En general, se entiende que históricamente la planificación imperativa o forzosa está relacionada con la economía socialista debido a su condición de propiedad social o estatal dominante, mientras que la planificación indicativa se relaciona con las economías capitalistas mixtas estructuradas sobre el predominio de la propiedad privada, pero donde la propiedad pública también alcanza un espacio importante.
Así la planificación aparece como la forma de coordinación económica más coherente o apropiada con el sistema socialista16 , en la cual existe un alto grado de previsión y donde las asignaciones de recursos se realizan ex antes, ajustando las distintas variables económicas a las necesidades sociales previamente reconocidas e identificadas por el aparato planificador.
1 Acá es importante observar como la consolidación del papel fundamental de la ley del valor está asociada al lugar fundamental que ha ganado el trabajo en el proceso económico. Así, según Mandel: “cuanto más se generaliza la producción de mercancías, tanto más se regulariza el trabajo y la organización de la sociedad se concentra alrededor de una contabilidad fundada en el trabajo”. Mandel. E. Iniciación a la economía marxista. Versión On line. p. 6.
2 Mandel, E. Introducción al Marxismo. Versión On Line. www.revoltaglobal.net. p. 19.
3 Samuelson, P. Economía. Parte I y II. Ministerio de Educación Superior. p. 60.
4 Gregory, M. 2002. Principios de Economía. Segunda Edición. Mc Graw Hill. p. 41.
5 Para la Economics lo que se compra y se vende es el trabajo mismo, no la fuerza de trabajo. (YSL).
6 La competencia perfecta es el modelo económico de un mercado que posee las características siguientes: “cada agente económico actúa como si los precios estuviesen dados, es decir, cada uno de ellos actúa como un tomador de precios; el producto es homogéneo; hay libre movilidad de los recursos, incluida la libre entrada y salida de las empresas productoras; y todos los agentes económicos que intervienen en el mercado poseen un conocimiento completo y perfecto”. Ferguson C.E y Gould, J.P. 1975. Teoría Microeconómica. Fondo de Cultura Económica. México, Madrid, Buenos Aires. p. 230.
7 “Existe un monopolio puro cuando sólo hay un productor en el mercado. No hay competidores o rivales directos en el sentido popular ni en el técnico. Sin embargo, la política de un monopolio puede estar limitada por la competencia indirecta de todos los bienes, por el ingreso del consumidor y los bienes que son sustitutos razonablemente adecuados, y por la amenaza de competencia potencial cuando es posible la entrada al mercado”. Íbidem, p. 267.
8 “Se dice que existe el oligopolio cuando hay más de un vendedor en el mercado, pero no en tal cantidad que la contribución de cada uno de ellos se vuelva imperceptible”. Íbidem, p. 336.
9 Fernández Díaz, A. 1969. Introducción a la teoría de la planificación. p.32.
10 Loutfy, A. 1964. La planificación de la economía. Editorial Droz.
11 Gonzáles, A. 2008. La planificación. En: Fundamentos de Economía Política del Socialismo. Colectivo de Autores Versión digital. p. 252.
12 Alexander Robson, A. 1973. La planificación económica. pp. 44 – 45.
13 Íbidem, p. 48.
14 Alexander Robson, A. 1973. La planificación económica. pp. 59 -60.
15 Íbidem, p. 60.
16 “la planificación centralizada es el modo de ser de la sociedad socialista, su categoría definitoria y el punto en que la conciencia del hombre alcanza, por fin, a sintetizar y dirigir la economía hacia su meta, la plena liberación del ser humano en el marco de la sociedad comunista”. Guevara, E. 1964. La planificación socialista. Su significado. Artículo publicado en Nuestra Industria, Revista Económica, n° 5, pág. 16, febrero.