APORTACIÓN AL INICIO DE UNA EXPERIENCIA DE DESARROLLO SOCIO-ECONÓMICO; BASADA EN LOS PRINCIPIOS COOPERATIVOS, EN UNA COMUNIDAD INDÍGENA DEL ESTADO DE YUCATÁN. EL CASO DE TELCHAC PUEBLO

APORTACIÓN AL INICIO DE UNA EXPERIENCIA DE DESARROLLO SOCIO-ECONÓMICO; BASADA EN LOS PRINCIPIOS COOPERATIVOS, EN UNA COMUNIDAD INDÍGENA DEL ESTADO DE YUCATÁN. EL CASO DE TELCHAC PUEBLO

Gustavo Barredo (CV)

Volver al índice

Modelos de financiamiento e intercooperación financiera y económica

INTRODUCCIÓN.

En primera instancia, y en consonancia con lo planteado por Ruiz Durán, partimos de que “hay abundante evidencia de que el nivel de desarrollo financiero es un buen predictor del crecimiento económico, la acumulación del capital y el cambio tecnológico que tendrá la economía en el futuro” (Ruiz, 2004: 564), debido a que “el mayor acceso al sistema financiero contribuye a que disminuya la pobreza, ya que los servicios financieros están en posibilidad de orientar el ahorro hacia inversiones productivas” (Ruiz, 2004: 564).

Sin embargo, desde un enfoque de más hechura y mayor profundidad, partimos de que es “imposible que un país pueda desarrollarse sin un sistema financiero fuerte… La principal función de este es: financiar el desarrollo” (Mejía, 2004: 584).

Debido a que en México y en los países en desarrollo, se tiene un alto sector de la población sin acceso a los servicios financieros tradicionales (en México el 80%), se ha desarrollado un mecanismo alterno denominado: Microfinanzas, aunque el término fue acuñado por el Dr. Muhammad Yunus, ya desde el Código de Amurabi, existen indicios de la existencia del uso de crédito. Sin embargo las microfinanzas, en una acepción más amplia no se limitan al crédito sino a la prestación de otros servicios como el del ahorro, seguros y remesas.

Es erróneo el pensar que el sólo acceso al crédito garantiza, a la persona o empresa que lo consigue, acceso a la bonanza económica, ya que muchas veces la utilización incorrecta del crédito puede resultar contraproducente, dejando una dependencia hacia este que a la larga puede terminar con el quiebre de una empresa y, muchas de las veces, con el aniquilamiento del patrimonio familiar.
Aunque es un hecho que la función principal de las microfinanzas, es la de servir de ataque frontal contra la pobreza, hoy también se reconoce que es un vehículo para el desarrollo económico; brindando la oportunidad a las personas de tener una experiencia productiva, empresarialmente hablando.

Empecemos la reflexión acerca de cómo, en los países y comunidades más pobres del mundo, los pobres se las arreglan para poder subsistir. Hablar de subsistencia requiere de alguna forma de lo que en términos financieros modernos se conoce como transferencia de fondos; es decir, alguien presta pequeñas sumas de dinero para poder conseguir lo necesario para satisfacer las necesidades más apremiantes del momento. Sin embargo, existe el compromiso moral de devolver lo prestado a la persona que dio esos fondos o a cualquier otra persona de la comunidad que lo requiera.

¿Cómo se realizan estos eventos? ¿Qué experiencias podemos estudiar para acercarnos a esta realidad? ¿Basta el financiamiento puro para generar desarrollo económico en las economías familiares?

AHORRO-PRÉSTAMO.

Para hablar de préstamo, necesariamente tenemos que referirnos a un ahorro; ya que sin éste, sería imposible tener el excedente necesario para realizar la transferencia de ese fondo. Es difícil creer que en una comunidad pobre sea posible siquiera pensar en el ahorro. Sin embargo; la experiencia parece mostrar que si se mira con atención, este “hecho” es realmente posible.

Sobra decir la necesidad imperante de financiamiento para mantener una economía sana, en constante crecimiento y desarrollo. Desgraciadamente el dinero parece existir sólo para los que presumen de él, y no para los que lo necesitan. Tal vez el caso más famoso sea el que relata la experiencia de Muhammad Yunus con la creación del banco Grameen. Pero existen muchos casos; muchos intentos, unos de éxito, otros de fracaso para poder acercar ese privilegio (poder ahorrar) a las comunidades más empobrecidas y necesitadas. No en vano existe un proverbio indio que reza: “Toda buena comunidad tiene un buen pozo y un buen prestamista” (Rutherford, 2002: 24).

Hablar de posibilidad de desarrollo, requiere por fuerza, hablar de necesidades de financiamiento. Lo ideal; tal vez, sería modificar las políticas públicas para que los fondos de los diferentes niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) puedan llegar a comunidades y proyectos con desarrollo sustentable. De todas formas, para eso son. Sin embargo, tratando de ser realistas y pragmáticos; de no sentarse a pensar en sueños atópicos (que es diferente a la utopía), se tratará de estudiar cómo podemos reforzar los procesos invisibles de ahorro que se dan en comunidades pobres y de ahí brindar la asesoría y apoyo necesario para crear “microsistemas financieros” adecuados a las necesidades propias de la comunidad.

No por esto, se pierde de vista la posibilidad de poder incidir en la política púbica para un mejor y más efectivo aprovechamiento de los fondos, que en teoría, sirven para poder sacar de la pobreza a las comunidades inyectando capacidades para un verdadero desarrollo local autosustentable.
Vamos a partir de lo general, para ir aterrizando en lo que aprovecharemos para nutrir el estudio y se presentará posteriormente en la propuesta de este trabajo.

Partiendo de la premisa de que aún para el más pobre es posible ahorrar, la pregunta sería ¿Por qué lo hace? ¿Qué es lo que lo motiva? Parece que la respuesta se debe a tres factores principales:

Las necesidades propias de la vida, ahí podemos mencionar, el parto de un nuevo hijo, las fiestas religiosas y civiles, y también podemos mencionar la muerte (gastos de defunción).

Las urgencias, aquí está por demás mencionar las enfermedades que a menudo se presentan en las familias.

Oportunidades de negocio. Este punto es fundamental, ya que cuando una comunidad se educa, entendiendo esto como ser instruida, formada en sus capacidades de desarrollo, resulta más común que se puedan identificar diferentes áreas en las que se pudiera encontrar una oportunidad productiva de negocio.

En segundo término, después de analizar las motivaciones, está el ¿cómo se obtiene el dinero necesario para satisfacer estas necesidades?

En la práctica, según Rutherford, suelen ser tres formas:

Vender activos. De esta forma se obtiene una suma importante de dinero a cambio de un bien material irrecuperable.

Empeño de activos. Se obtiene una suma importante de dinero a cambio de un activo, pero a diferencia de la venta, existe la posibilidad de recuperar el bien.

Estas dos formas tienen la limitación de que existe una dependencia a los activos, algo que los pobres no tienen, o en el mejor de los casos, no poseen títulos de propiedad. Este problema es definido y estudiado por Hernando de Soto en su libro “Los misterios del Capital.”

Convertir los pequeños flujos de dinero en montos globales. En este caso existen fundamentalmente tres formas:

Ahorro ascendente. Se da cuando se van juntando pequeños montos de dinero hasta juntar un monto global, que se puede utilizar para cualquiera de los fines mencionados.

Ahorro descendente. Contrariamente al anterior, se da cuando primero se recibe el monto global (préstamo) para después ir pagando en forma de pequeños abonos, que hacen realmente la función de ahorro.

Ahorro prolongado. Existe como combinación de las dos formas mencionadas, y fundamentalmente se clasifican en: Seguros y Clubes de Ahorro como afirma Rutherford.

En el caso de los dos primeros esquemas de ahorro, tanto ascendente como descendente, la problemática fundamental se centra en dos aspectos: 1) el costo y 2) el no tener acceso a estos servicios. Sin embargo, parece ser el segundo el mayor de los dos, ya que hay evidencia de los altos costos que se está dispuesto a pagar, de una manera consciente por estos servicios, cuando se tiene acceso a ellos.

AHORRO ASCENDENTE.

Como ejemplos del ahorro ascendente, tenemos a los llamado “Recaudadores de depósitos”, son recaudadores ambulantes, que llegan a comunidades muy alejadas, donde los clientes se comprometen a ahorrar una cantidad determinada con una frecuencia determinada, al final el dinero ahorrado se les devuelve menos una comisión, que en términos nominales es del 9%, y en términos reales sería el equivalente al 30% anual. Es decir, no sólo no ganan, sino que pierden. Una mujer entrevistada, clienta de estos servicios dijo: “que lo hacía para pagar la colegiatura y ropa de sus dos hijos que eran de edad escolar. Ella sabía que necesitaba aproximadamente 800 Rs a principios de julio, o se quedaría sin inscribir a sus hijos en la escuela. Ella no podía confiar en que su esposo, un jornalero, consiguiera tanto dinero al mismo tiempo, y además, ella sentía que cuidar la educación de sus hijos era responsabilidad de ella, y no de él. Ella sabía que no podía guardar una cantidad tan grande en casa, con tantas necesidades inmediatas del escaso efectivo que había. Yo le pregunté si entendía que estaba pagando el 30% al año por el privilegio de guardar su dinero con Jyothi. Ella contestó que sí, y aún así pensaba que era una ganga” (Rutherford, 2002: 36).

En México, la segunda opción es el conocido como ahorro del “colchón”; es decir, la cantidad de dinero que se guarda dentro de la casa en lugar de hacerlo en lugar ex profeso para ello. Esto sucede por dos razones fundamentales: 1) la situación geográfica del ahorrador, ya que muchas veces no existe acceso a un servicio de esta naturaleza y 2) el costo tanto de apertura como de mantenimiento de los fondos entregados. Aunque como se ha visto, la gente está dispuesta a pagar altos porcentajes de dinero con tal de tener acceso a estos servicios, ya que una vez más se manifiesta la inmensa necesidad de contar con ellos.

AHORRO DESCENDENTE.

Como ejemplo del ahorro descendente está el prestamista, que tiene muchas similitudes con el caso de los recaudadores de depósitos, en cuanto que el préstamo no es otra cosa que un adelanto de sus ahorros; es decir, primero se les da el monto global, una vez descontado el interés respectivo, y después se les va cobrando los abonos regularmente hasta cubrir el monto total del préstamo. Otra característica que asimila este esquema con el ahorro ascendente, es que pueden repetirse los ciclos, de manera que después de varios ciclos ya no se identifica si primero se ahorró o se obtuvo el monto global.

Sin embargo, existen principalmente dos diferencias importantes. La primera es que en al ahorro ascendente, el monto de ese ahorro es decidido por el ahorrador; sin embargo, para el ahorro descendente es el prestamista el que decide el monto máximo a prestar en función de la capacidad de ahorro. Así también, este tipo de ahorro es más caro. Tomando un ejemplo en la India citado por Rutherford, el costo nominal de un préstamo es de un 15%; sin embargo, considerando el costo real, alcanzaría el 180% anual.

AHORRO PROLONGADO.

En cuanto al ahorro prolongado, existe la figura de asociación de ahorro y crédito rotativo (ROSCAS por sus siglas en inglés), también conocidos como “Carrusel”, y en México son conocidas como “tandas”. Existe documentación de un caso de estudio en los barrios bajos de Nairobi, Kenya:

“Esto es lo que hacen: Todos los días sin excepción, cada una de ellas (15 en total) ahorra 100 chelines. De manera que cada día se ahorra un total de 1,500 chelines (aproximadamente 40 dolls.). Cada día una de las 15 mujeres se lleva los 1,500 chelines. Después de que les haya tocado a cada una de las mujeres llevarse el premio, lo cual tarda 15 días, empieza de nuevo el ciclo” (Rutherford, 2002: 41).

Las grandes ventajas que ofrece esta modalidad son, en primera instancia su flexibilidad, ya que se puede adaptar al ciclo de efectivo necesario manejando la frecuencia de inversión así como el número de socios. En segunda, el costo, ya que no existe pago de comisiones ni de intereses, uno recupera exactamente lo que invierte, aunque la organización de estos eventos requiere de costos no monetarios.

En el caso de México, la incapacidad del gobierno para incorporar a la vida productiva a gran porcentaje de la población, así como el darwinismo económico que inyecta el mercado, ha propiciado la formación dentro de la sociedad civil, de diversas organizaciones informales de ahorro.

En México, las “tandas” son la forma más popular de ahorro, que como ya se explicó, consiste en pequeñas sumas de dinero de un grupo de personas aportadas con la frecuencia definida, rifadas y entregadas a personas diferentes del grupo hasta que a todas ellas les es entregado una cantidad igual a la que ahorro, a diferencia de que se lo entregan en una sola exhibición y la paga en varios pagos iguales.

La tercera opción es la caja popular, cuyo origen en México es atribuido a la Iglesia Católica, en cuyas sacristías se administraban los “montepíos”, donde se daba una solución a las necesidades económicas de sus fieles. En 1951, el Pbro. Pedro Velázquez que dirigía el Secretariado Social Mexicano, crea las tres primeras cajas populares en la ciudad de México.

La figura del “fondo”, hace que las ventajas del ahorro ascendente y descendente se puedan conjuntar con las del ahorro prolongado, y al mismo tiempo minimiza sus desventajas. Esta figura se asimila al de las roscas o tandas, pero con la diferencia que todo el ahorro se vierte en un fondo del cual se puede hacer uso para préstamos, pero no de una manera obligatoria, sólo si se desea. Tiene las ventajas conjuntas de pagar un interés positivo por el ahorro, y al mismo tiempo el costo de obtener préstamos es menor al de recurrir a prestamistas y agiotistas.

Sin embargo; el fondo tiene dos características que en el fondo pone en riesgo la sustentabilidad de la disciplina del ahorro:

La uniformidad del tamaño del depósito

La regularidad del depósito.

Es por esto que se han creado modelos como el de safesave, que siendo el resultado de 20 años de investigación y ejercicio de Rutherford, presenta como innovación una mayor flexibilidad que los esquemas mencionados, ya que presenta la posibilidad diaria de ahorro, a través de sus recaudadores que visitan a sus ahorradores en sus casas o lugares de trabajo, aunque no existe obligación fija ni en monto ni en frecuencia para el ahorro.

4.3 SERVICIOS DE INTERMEDIACIÓN FINANCIERA.

Los servicios de intermediación financiera se pueden clasificar de acuerdo con los criterios de quién es el dueño o el administrador del servicio. En este orden de ideas, la clasificación puede ser de tres:

Clubes de ahorro.

Administradores.

Proveedores informales.

CLUBES DE AHORRO.

Según Rutherford, la característica que distingue a los clubes de ahorro es la de ser propiedad de sus socios y estar administrados por ellos. Fundamentalmente sus variantes pueden ser: 1) Tipo rosca y 2) tipo fondo.

De acuerdo a Rutherford, la definición más aceptada para el club de ahorro de tipo rosca es la siguiente: “Una asociación formada con base en un núcleo de participantes quienes hacen abonos regulares a un fondo que es entregado, en parte o en su totalidad a cada contribuyente en forma rotativa” (Rutherford, 2002: 55).

La principal ventaja de este esquema es la extraordinaria eficiencia en la repartición de los fondos globales, así como de forma extraordinaria, el ingenio de los pobres. Como ejemplo tenemos a un grupo de hombres en extrema pobreza de Bangladesh que crearon la “rosca bicitaxi”. Funciona de esta manera:

“Los hombres pobres que se ven obligados a dejar sus comunidades por la pobreza, llegan a Dhaka en  donde  el único  trabajo  que pueden  conseguir es alquilar un bicitaxi, pagando digamos 25 takas al día (aproximadamente $0.63 de dólar) con la esperanza de poder obtener una utilidad diaria neta de digamos 80 takas (aproximadamente $2 dólares). En la década de las ochentas dichos hombres, analfabetos y sin conocer la ciudad, y sin ayuda de las ONG y otras fuentes, idearon un sistema regular de rosca que ha sido ventajoso para varios miles de ellos. Se reúnen grupos de ellos y convienen aportar 25 takas al día en una polla, que en el ínterin, guarda una persona externa en quien confían (con frecuencia es el que administra la tienda en donde toman su té al final del día). Aproximadamente cada 10 días hay suficiente en la polla para comprar un bicitaxi nuevo, mismo que es entregado por sorteo a uno de los socios. El proceso continúa así hasta que cada uno de los socios tenga su propio bicitaxi… Pero una de sus mejores innovaciones es la regla de que una vez que un socio se haya ganado su bicitaxi en el sorteo, diariamente debe hacer un abono doble. En esto hay una justicia natural, en vista de que ya tiene su propio bicitaxi, no tiene ya que pagar por alquilar uno, y por lo tanto no empeora su situación. Se considera que es una forma justa de compensar por su espera a los que ganan al último” (Rutherford, 2002: 65s.).

Hasta este momento, podemos decir que las características de esta modalidad de club de ahorro es el de ser 1) simétrico y 2) limitado en el tiempo. En este sentido las Asociaciones de Ahorro y crédito intentar romper estos límites inyectando ingenio a las características de los servicios financieros que ofrecen dando origen a infinidad de innovaciones para la infinidad de necesidades financieras que existen. Una de estas necesidades es ofrecer protección contra el riesgo de pérdida (accidentes, enfermedad, muerte, etc.) una de las innovaciones: el seguro.

ADMINISTRADORES Y PROVEEDORES.

En cuanto a los administradores y proveedores, la característica fundamental es que son administradas por personas diferentes a sus socios. La diferencia fundamental es que los administradores son organizaciones, en su mayoría no lucrativas como las iglesias, que administran los clubes financieros de otros. En cambio; los proveedores, son personas que venden los servicios financieros, por ejemplo: los prestamistas.

Según Rutherford existen cuatro tipos de provisión informal de servicios financieros (Rutherford, 2002: 96).

Depósitos.

Recaudación de depósitos (ahorro ascendente) Recaudación y custodia de depósitos de ahorro. Anticipos (ahorro descendente)
2.   Anticipos de un flujo de depósitos de dinero en efectivo.

Se entrega un monto global a cambio de una serie de pagos por pequeñas cantidades.

3.   Anticipos de activos. Empeños e hipotecas.
4.   Anticipo a la venta de producción agrícola.

Se reembolsa un monto global con la cosecha.

4.4 PROMOTORES.

Hasta ahora, la visión financiera está más enfocada a “paliar la pobreza” que a generar un proceso ad hoc de desarrollo. Se analizará por lo tanto la figura de promotores en sus dos modalidades:

Grupos de autoayuda.

Bancos comunales.

Si bien es cierto que la esencia de los servicios financieros es la de convertir pequeños montos de ahorro en mayores montos globales; también lo es que el “desarrollo” requiere de mucho más. Entre otras cosas: empoderamiento de la mujer, reducción de la pobreza, desarrollo de liderazgo, creación de conciencia, crecimiento empresarial, desarrollo de negocios. Esto es lo que marca la visión fundamental, en primera instancia de los grupos de autoayuda donde se recomienda una membrecía de entre 12 y 30 personas, socios de la misma comunidad y que se reúnen con regularidad. En donde el mismo grupo funge como aval social al ejercer presión por cumplir el compromiso de ahorro ya sea ascendente o descendente.

GRUPOS DE AUTOAYUDA.

Se habla de grupos de autoayuda como punto de entrada al desarrollo social y político. Un gran ejemplo de este esquema es el desarrollado por el Dr. Muhammad Yunus, el conocido Banco Grameen (Banco rural o de la aldea), donde se descubrió que formar un grupo era esencial para el éxito de la empresa (Yunus, 2000: 152).

Se forman grupos de 5 miembros de personas ajenas a la familia pero con las mismas aspiraciones y el mismo nivel económico y social. Se presta primero a 2 personas del grupo y si se reembolsa regularmente durante 6 semanas, entonces se extiende el crédito a otras 2 personas. El responsable del grupo es el último en ser beneficiado.

En ésta misma línea, Muhammad Yunus descubre que el monto de los créditos que requieren una gran mayoría de personas destinadas a la esclavitud por la dependencia de capital de trabajo a intermediarios y coyotes es increíblemente pequeña, de hecho el primer préstamo que otorgó, aportándolo de su bolsillo, fue de 856 takas (moneda corriente en Bangladesh), es decir menos de 27 dólares a un grupo de 42 personas; de las cuales una de ellas vivía esclavizada a intermediarios por no tener 5 takas, es decir .15 de dólar (Yunus, 2000: 23,28).

Esto tiene un significado profundo, ya que si bien es cierto que no son problemas fáciles de solucionar, tampoco sería justo decir que es imposible. Al menos con frecuencia se tiende a buscar soluciones complejas a problemas simples (Yunus, 2000: 85).

Otro gran aporte en la metodología de este esquema es el darse cuenta “a medida que avanzaba el proyecto… de que si el crédito se otorgaba a mujeres producía cambios más rápidamente que si se otorgaba a hombres. En términos relativos, el hambre y la pobreza son asuntos de mujeres más que hombres” (Yunus, 2000: 130).

En cuanto al sistema de reembolso, de acuerdo a Yunus “los pagos serían tan ínfimos que quien pidió dinero ni siquiera se daría cuenta del pago” y este reembolso tiene las siguientes características:

Préstamos por un año.

Entregas semanales de un monto fijo.

El reembolso es efectivo una semana después de la concesión del préstamo.

Tasa de interés del 20%

El reembolso es de un 2% semanal durante 50 semanas.

Los intereses representan un monto de 2 takas por semana para un préstamo de 1,000 takas (Yunus, 2000: 158).

Por otro lado es importante considerar opiniones antagónicas al respecto. En su artículo “Jobs, not microcredit, is the solution” Karnani hace una crítica fuerte a la teoría del microcrédito, en cuanto a la equívoca definición de microempresario, de tal forma que solamente un poco porcentaje de microempresarios realmente lo son, el resto son trabajadores independientes en economía de subsistencia, cuya deuda crediticia empeora la situación en vez de mejorarla (Karnani, 2006).

BANCA COMUNAL.

La banca comunal es otro esfuerzo importante por encontrar el desarrollo comunitario. Esto se realiza cuando un grupo de 30 personas aproximadamente acuerda con una ONG empezar un Banco. “La ONG despeja el balón al prestarle al banco (digamos) $1,500 que se comparten inmediatamente con las socias de manera que cada una reciba un préstamo de $50. Las socias convienen en pagar los préstamos a su banco en estrictos pagos semanales durante 16 semanas. Con cada pago semanal también se pagan intereses fijos.

Al cabo de 16 semanas el banco reembolsa a la ONG, con todo e intereses. Los banqueros comunales se refieren a este flujo de efectivo de la ONG, a través del banco, a los socios y luego nuevamente a la ONG, también a través del banco, como la cuenta externa, ya que tienen que ver con fondos externos que maneja el banco. A la hora del desembolso, el banco automáticamente es candidato para un segundo préstamo, en condiciones similares y con un ciclo similar a las 16 semanas.

Sin embargo desde la primera semana, el banco también tiene una cuenta interna que administra el efectivo que se origina con los mismos socios. Un elemento de esto es el ahorro semanal que hace cada socio además del desembolso del préstamo. Se espera que a lo largo de 16 semanas cada socio ahorrará el equivalente al 20% de su préstamo: en nuestro caso, esto sería $10 por socio, resultando en un ahorro total de $300 para el banco durante el primer ciclo del préstamo.

La ONG reconoce y recompensa este ahorro. Lo hace aumentado el monto del segundo préstamo por la cantidad ahorrada. De esta manera el segundo préstamo será de $1,500 y
$300 adicionales (también recursos de la ONG), que dan un total de $1,800 y cada socio recibirá un segundo préstamo de $60” (Rutherford, 2002: 114).

Este modelo en realidad puede ser un modelo de promoción de pequeños negocios, que busca la inversión asistida en negocios. Se tiene el interés de promover las metas de desarrollo social y económico, sobre todo que los pobres participen como dueños y administradores de las instituciones y en el desarrollo de sus negocios (Rutherford, 2002: 117).

LA EXPERIENCIA DE LAS AMAP.

Las “AMAP” (Asociación para el Mantenimiento de una Agricultura Campesina) son asociaciones de tipo cooperativo entre productores y consumidores. En el contexto de la agricultura, devuelven la importancia a los productos frescos, cultivados con calidad y lejanos de la producción extensionista e industrial basada en químicos para su cultivo. Por otro lado se da importancia a las condiciones de distribución basada en la idea de cercanía ente el productor y el consumidor final. (Barredo & Ruiz, 2009).

La idea no es nueva, puesto que surgió en los años 60 en Japón, con las asociaciones conocidas bajo el nombre de Teikei, que actualmente existen cerca de 1,000 en Japón y otras 2,000 en los Estados Unidos. Por otra parte desde 2006, el carácter internacional del movimiento parece acentuarse, puesto que los promotores del concepto de “cesta solidaria” en Francia, Denise y Daniel Vuillon tomaron la iniciativa de desarrollar una red internacional de los AMAP (en particular, hacia Portugal y hacia los países anglófonos, donde estas experiencias están en plena expansión).

Una apertura hacia los países de América Latina, con todas las adaptaciones necesarias, sería pues completamente posible, dado que tales movimientos han empezado a gestarse y se ha iniciado un cambio en la conciencia tanto de productores como de consumidores en el sentido de encontrar esquemas de organización más adecuados para el consumo de productos más sanos, al tiempo que se garantiza un cultivo en mejores condiciones para los productores.

Lo importante es descubrir que existen lógicas diferentes para vincular el campo de la ciudad, formas más equitativas de relación entre campesinos y consumidores citadinos que buscan formas más saludables de alimentación. Es importante descubrir que existen posibilidades concretas para mejorar la calidad de vida del campo y de retornar hacia proyectos productivos basados en una agricultura sostenible y ética, que pueda reducir la tensión social existente en las sociedades occidentales.

Resulta interesante vislumbrar un esquema alternativo al agrobusiness capitalista, permitiendo por el lado de los consumidores crear una conciencia solidaria y ecologista, y por el lado de los productores, retornar a una agricultura más respetuosa de las personas, los animales y la naturaleza en general, de forma que pueda ser ambientalmente sustentable, es decir, que las decisiones de hoy no afecten el bienestar de las generaciones venideras.

Por otro lado al crear esquemas de acceso directo entre productores y consumidores, se desarrollan herramientas financieras como el pago anticipado por producción de manera que ayuda a disminuir de forma importante la dependencia hacia los bancos, permitiendo canalizar más recursos al proyecto y al bienestar familiar.

Una “asociación para el mantenimiento de la agricultura campesina” (AMAP) es básicamente una asociación entre una producción local y un grupo de consumidores que desea un consumo diferente y apoyar una agricultura de proximidad. La filosofía cooperativa permite agrupar nuevos grupos de campesinos que produzcan ya sea los mismos productos buscando un incremento en el volumen del mercado, o productos que sean complementarios que pudieran interesar al mismo mercado ya creado.

El funcionamiento de una AMAP se basa en un sistema de distribución de “cestas” compuestas de los productos de la explotación (a ser posible biológicos, en cualquier caso siempre productos agrícolas y temporada). El campesino y el grupo de consumidores fijan el precio de la cesta conjuntamente. La colaboración cooperativa de tipo AMAP se basa pues en un contrato solidario que se fundamenta en el compromiso financiero del consumidor que compra de antemano su parte de la cosecha (lo recuperara durante la temporada de producción). La compra por anticipado es un compromiso del consumidor en la medida que este anticipa el pago sin saber a priori cuáles exactamente serán los productos que se le propondrán durante la temporada, los cuales se entregan en forma semanal.

Por otro lado, este contrato basado en el pago por anticipado garantiza una renta estable al agricultor, renta pactada de manera previa a la producción lo que hace que los ingresos del campesino “están garantizados hasta cierto punto” por este sistema. (Barredo, 2009)

El aspecto de ruptura de los vínculos de dependencia con los bancos y organismos de crédito es muy importante en el modelo económico que los AMAP intentan desarrollar y promocionar. Al fin y al cabo, permite mantener la actividad agrícola basada en un método “razonado”, permitiéndole aplicar una inteligencia creativa y ecológica a la evolución de su actividad.

El campesino se compromete efectivamente a excluir todo producto químico y a favorecer las variedades existentes en el país, en el marco de métodos de cultivo a menudo biológico,

biodinámico y duradero. Esta relación se basa en la confianza recíproca: por una parte el productor que quiere comprometerse en la agricultura sostenible y vivir correctamente de su trabajo y por otra parte, el consumidor que se compromete en la perspectiva de ayudar a la agricultura sostenible, así como consumir a lo largo del año productos sanos, frescos y de temporada. Hay una especie de división de las ventajas y de los riesgos… Una vez más, estamos hablando de experiencias de tipo cooperativo. La confianza y responsabilidad del cliente hacen de este sistema un modelo de economía socialmente equitativo y ecológicamente sano.

Aunque en la praxis podemos encontrar sistemas dependientes del territorio, globalmente existen una serie de principios comunes que son la base de la organización de estos mini- mercados. (Barredo, 2009)

El primer punto que debe destacarse es que el valor de la cesta que debe constituirse se fija contractualmente, pero calculándose en función de los costes de producción y no del peso de los productos (por ejemplo, en Francia hay dos tipos de cestas de verduras: a 12 € ó a 18 €. Las variedades ofrecidas cambian según la temporada. La oferta al consumidor puede ser múltiple: verduras, frutas, y también, cuando varios productores se ponen de acuerdo y se coordinan, se puede encontrar también, huevos, queso, pan, pollos, carne de ternera, de puerco o de res, etc.

A nivel “logístico”, se puede subrayar que se elige un lugar de distribución (fácil de acceso y estacionamiento) donde el consumidor debe acudir, en general, una vez por semana. Escoge los productos de su cesta, según el principio aclarado arriba, con los productos frescos del día que se le proponen sobre una pizarra (sin que se sepa de antemano cuáles van a ser estos productos, que dependen de la producción de la semana y que ésta, sujeta a los riesgos climáticos, no es nunca completamente previsible de antemano por el productor). La cantidad de cada producto que le corresponde se indica también sobre la pizarra en función del importe semanal de su contrato. Cuando varios productores de productos diferentes (frutas, verduras, huevos, queso, pan, aves, carne…) son capaces de coordinarse, se asiste al nacimiento de un mini-mercado, basado en la relación solidaria. (Barredo, 2009)

Para poder personalizar esta relación comercial en estos mini-mercados, se entiende que el agricultor debe también estar presente a cada distribución de cosecha para dar a conocer sus productos y para discutir con los consumidores las condiciones de producción, así como las características de los mismos. Se aprovecha el momento para conversar del trabajo realizado por el productor, así como las condiciones en las cuales lo ejerce. Generalmente, el impacto del funcionamiento en AMAP (al menos para una parte de su actividad) cambia el modo de ejercicio  del  oficio  de  los  agricultores  que  se  comprometen.  Es  muy importante  que  los agricultores que están en el “juego” se abran y discutan con sus clientes-socios. Este aspecto es importante, ya que este “mercado” es un momento y espacio de intercambio importante en que la comunidad AMAP tiene la oportunidad de dar a conocerse y donde se crean amistades que serán las bases a partir del cual las relaciones de cooperación, confianza, compromiso común hacia otro tipo de desarrollo, serán posibles.

Los AMAP tienen por objetivo de favorecer la biodiversidad, de mantener las tierras fértiles, de apoyar la instalación de jóvenes agricultores y de establecer muestras sobre estas experiencias para sensibilizar a la sociedad sobre la naturaleza y el medio ambiente. Los aspectos éticos son centrales en este tipo de experiencia. Se está desarrollando en el campo de una economía local potente, social y solidaria, con una fuerte orientación alternativa. Se permanece obviamente en el sector productivo, pero favoreciendo la calidad, la naturaleza y el carácter local de las transacciones. El objetivo es romper con las lógicas capitalistas que empujan irremediablemente hacia la producción intensiva, mecanizada, los circuitos largos, por lo tanto la calidad de los productos, las cadenas logísticas complejas y los costes adicionales de todos los tipos: costes de mecanización, embalaje, refrigeración, almacenamiento, transporte, intermediación, de publicidad y promoción (Barredo, 2009).

Todas estas prácticas, clásicas en el agrobusiness, se reflejan en términos de costes sufragados por la supply-chain de producción/distribución y en consecuencia en términos de precio de venta de los productos y en términos de impacto ecológico. Al contrario, en el sistema AMAP, la proximidad de la producción es un principio básico (como máximo 100 km del lugar de consumo) lo que minimiza los transportes y el uso de embalaje. La “comercialización”, si tiene aún un sentido, se desarrolla esencialmente por medio del funcionamiento comunitario (que funciona como una especie de buzz social).

Eso permite, al fin y al cabo, aprovecharse de productos de una calidad incomparablemente mejor a precios que no son más elevados que lo que se encuentra en la gran distribución. Para afirmar y “cerrar” estos principios, existe desde 2003 una carta de los AMAP que se basa en la garantía de la ética de las prácticas agrícolas y de la ética social. En esta carta se incluye también la calidad de los productos propuestos, los cuales deben diversificarse, deben ser de temporada, sin pesticidas, sin herbicidas, ni abonos químicos de síntesis. El dispositivo garantiza pues una trazabilidad absoluta, una alimentación sana, de los productos cultivados en cumplimiento de la ley de la naturaleza, y disponibles a medida que maduren (Barredo, 2009).

ECOSISTEMAS DE CREACIÓN DE RIQUEZA Y DESARROLLO.

Es importante mencionar que uno de los objetivos de la creación de redes sea la de construir un ecosistema para la “creación de riqueza y desarrollo social en la base de la pirámide” (Prahalad, 2005: 99).

De acuerdo con Prahalad, por base de la pirámide nos referimos al  hecho de que “La distribución de la riqueza y de la capacidad de generación de ingresos en el mundo pueden captarse bajo la forma de una pirámide económica. En la cima de la pirámide están los ricos, con numerosas oportunidades para generar altos niveles de ingreso. Más de cuatro mil millones de personas habitan la base de la pirámide, con menos de 2 dólares al día” (Prahalad, 2005: 7).

Prahalad emplea el término ecosistema por cuanto cada elemento constituyente del sistema tiene un papel por desempeñar. Son interdependientes (Prahalad, 2005: 102). Sin embargo, en muchos de los casos se deja de tener una visión general de la solución y se le apuesta a partes específicas que no generan la sinergia necesaria para el efecto deseado. Esto se da por éxitos difundidos en situaciones específicas; por ejemplo el Banco Gramen ha generado un furor por las microfinanzas, o las PyMES (Pequeñas y Medianas empresas) por el enorme porcentaje de fuentes de trabajo que generan; sin embargo la generación de PyMES no debe convertirse en la única base de una política de desarrollo.

De acuerdo con Prahalad, Un ecosistema de mercado es el que proporciona el marco más adecuado de actuación para los actores del sector privado y social, que aunque en apariencia presentan contradicciones, en la realidad coexisten en una relación simbiótica (Prahalad, 2005: 101).

Por otro lado Aneel Karnani, hace una crítica del modelo de la Base de la Pirámide (BDP), debido a que se centra en el poder de compra de este sector. Karnani “sostiene que el foco más adecuado para eliminar la pobreza es desarrollar las capacidades de producción de los pobres y no tanto incentivar su consumo” (Karnani, 2007).

Ciertamente esta problemática invita a innovar soluciones, un ejemplo es el de Brendan Martin, que ante la preocupación por el fracaso de muchos esquemas de microcréditos, aporta la idea del crédito justo a tiempo (just in time credit), incorporando a la estrategia de microcrédito con tasas de interés muchas veces  inferiores al índice inflacionario estimado por consultoras privadas, la idea de consultoría en planificación comercial al darse cuenta de que “si bien el advenimiento del microcrédito fue crucial para los cambios en la cultura y  las prácticas del préstamo a los pobres, a menudo este modelo fracasa en la generación de capital y en la creación de crecimiento económico a gran escala” (Brendan, 2010).

El objetivo de la organización sin fines de lucro denominada La Base, es la de “expandir negocios, crear empleos y estimular el crecimiento económico… donde el éxito de La Base no se debe medir por las ganancias ni por la tasa de recupero del crédito, sino por el impacto social que genera la creación del empleos” (Brendan, 2010).

CONCLUSIONES.

De esta investigación se destaca la importancia del las finanzas para el desarrollo socio- económico, desde una pequeña comunidad hasta una extensa economía global. La importancia de la educación financiera resulta inseparable de la praxis financiera; es decir, del ejercicio básico del ahorro y el préstamo. Las crisis financieras han tenido siempre como consecuencia, el rescate del sistema financiero. Esto demuestra, que la columna vertebral de una economía de tipo capitalista es dicho sistema. Sin embargo; de ser cierto: ¿Por qué las comunidades vulnerables mayoritarias en un país no tienen un acceso digno a servicios financieros?

Tal vez; porque no se desea en el fondo romper el paradigma funcionalista, base de la exclusión de estos sectores y su condena a la vulnerabilidad. Esto no sólo obliga a pensar en la necesidad de innovar, como se documentó en este capítulo, sino a la necesidad de cuestionar nuestros valores más profundos y nuestros modelos mentales. De romper paradigmas obsoletos, de ser críticos ante un sistema que lucha para impedirlo.

La innovación financiera juega un papel determinante en el proceso desarrollo comunitario. La gran aportación de los microcréditos de Muhammad Yunus, rompe con el paradigma de la imposibilidad de prestar dinero a los pobres con la aportación del Banco Grammen. Stuart Rutherford, ha innovado ideas de flexibilidad en el modelo safesave. Brendan Martin, con su modelo de just in time credit, ha incluido la problemática de la comercialización y de altas tasas de interés en su proyecto denominado “La Base”. Pero fundamentalmente la gran inventiva de familias y comunidades enteras que en la pobreza hacen para sobrevivir con escasísimos recursos monetarios y muy pocos activos.