En la década siguiente, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) comenzó a plantear un nuevo enfoque para el estudio de las necesidades y solución de problemas sociales en el mundo en general y América Latina en particular. Fue así como el denominado enfoque de desarrollo humano emergió en el seno del PNUD con bastante fuerza ya a comienzos de la década de los años 90. Este nuevo paradigma se caracterizaba básicamente por mantener la relevancia de continuar el estudio tanto económico como estadístico de conceptos como ingreso, inversión y crecimiento, pero además formaban parte de su filosofía sustentadora nuevas ideas relacionadas con la calidad de vida que pudiesen alcanzar las diversas sociedades en el planeta. El informe de esta institución para el año 1992, por ejemplo, ya centraba su atención de las dimensiones internacionales del desarrollo humano que había planteado el economista y Premio Nobel Amartya Sen, incorporando de manera conjunta los efectos que las políticas de inmigración, las barreras comerciales y la deuda internacional producían en las disparidades económicas y sociales existentes entre países ricos y pobres.1
En este mismo informe del PNUD, el nuevo enfoque del desarrollo humano era definido como el proceso de ampliar la gama de opciones de las personas, brindándoles mayores oportunidades de ocupación, atención médica, ingreso y empleo, abarcando el espectro total de las posibilidades humanas, desde un entorno físico en buenas condiciones hasta libertades económicas y políticas. En un comienzo, esta idea general habría sido mal interpretada por algunos estudiosos, quienes afirmaban que daba demasiada importancia al tema de la distribución y poca al de la generación de ingresos, enfatizando en lo social y no en la creación de bienes y servicios.2
Más aún, otras interpretaciones sobre el enfoque de desarrollo humano afirmaban, equivocadamente, que se trataba de una visión exclusivamente sectorial en salud, educación y servicios sociales, y que las estrategias que implementaba este enfoque sólo eran válidas en las sociedades más pobres, cuyo objetivo central era alcanzar la satisfacción de necesidades básicas.
Los aspectos de carácter teórico relacionados con el desarrollo humano antes referidos, así como otros que surgirían con el avance en la discusión sobre el tema, estuvieron acompañados de las primeras mediciones comparativas a escala internacional. Fue así como, por ejemplo, en el Informe del año 1990 del PNUD se incluyó un nuevo indicador conocido como Índice de Desarrollo Humano (IDH), el cual ponderaba antecedentes cuantitativos de las variables ingreso, esperanza de vida y educación. Los primeros cálculos dieron por resultado un cambio en la ubicación de la clasificación de numerosos países: Canadá desplazó a Japón del primer lugar en los países desarrollados, mientas que Guinea reemplazó en su último lugar a Sierra Leona, en el grupo de países en vías de desarrollo.3
A inicios de la década actual, se consolidaba aún más la idea de que el problema central de los países pobres no sólo era cuanto crecimiento debían alcanzar en el menor tiempo posible, sino qué tipo de crecimiento.
Esta dualidad cantidad-calidad se reflejaba claramente en otro informe del PNUD, correspondiente al año 1998, en el cual se incluyó una amplia serie de indicadores y se estimó un buen número de cifras bajo esta perspectiva y referentes a países de todo el mundo. A través de ellos se enfatizaba aún más la diferencia entre crecimiento de ingresos y desarrollo humano.
En los Cuadros números 1.2 a 1.5 aparecen datos relevantes sobre aspectos del bienestar de la población y para varios países seleccionados por categorías.
Cuadro Nº 1.2
Índice de Desarrollo Humano y PIB per Cápita 1998
(Selección de algunos países con desarrollo humano alto)
Países |
Esperanza de Vida al Nacer |
Tasa de Alfabetización de Adultos |
Tasa Bruta de Matriculación |
PIB per Cápita |
Valor del Índice de Desarrollo Humano |
1. Canadá |
79,1 |
99,0 |
100 |
23.582 |
0,935 |
2. Noruega |
78,3 |
99,0 |
97 |
26.342 |
0,934 |
3.Estados Unidos |
76,8 |
99,0 |
94 |
29.605 |
0,929 |
4. Australia |
78,3 |
99,0 |
114 |
22.452 |
0,929 |
5. Islandia |
79,1 |
99,0 |
89 |
25.110 |
0,927 |
6. Suecia |
78,7 |
99,0 |
102 |
20.659 |
0,926 |
7. Bélgica |
77,3 |
99,0 |
106 |
23.223 |
0,925 |
8. Países Bajos |
78,0 |
99,0 |
99 |
22.176 |
0,925 |
9. Japón |
80,0 |
99,0 |
85 |
23.257 |
0,924 |
10. Reino Unido |
77,3 |
99,0 |
105 |
20.336 |
0,918 |
11. Finlandia |
77,0 |
99,0 |
101 |
20.847 |
0,917 |
12. Francia |
78,2 |
99,0 |
93 |
21.175 |
0,917 |
13. Suiza |
78,7 |
99,0 |
80 |
25.512 |
0,915 |
14. Alemania |
77,3 |
99,0 |
90 |
22.169 |
0,911 |
15. Dinamarca |
75,7 |
99,0 |
93 |
24.218 |
0,911 |
16. Austria |
77,1 |
99,0 |
86 |
23.166 |
0,908 |
Fuente: Mallock, Mark; Jolly, Richard; Fukuda, Sakiko et al, Informe de Desarrollo Humano 2000, PNUD, pp. 157-160, Mundi Prensa Libros, Nueva York, Estados Unidos, 2000.
Cuadro Nº 1.3
Índice de Desarrollo Humano y PIB per Cápita 1998
(Selección de algunos países con desarrollo humano medio)
Países |
Esperanza de Vida al Nacer |
Tasa de Alfabetización de Adultos |
Tasa Bruta de Matriculación |
PIB per Cápita (PPA dólares) |
Valor del Índice de Desarrollo Humano |
47. Saint Kitts y N |
70,0 |
90,0 |
79 |
10.672 |
0,798 |
48. Costa Rica |
76,2 |
95,3 |
66 |
5.987 |
0,797 |
49. Croacia |
72,8 |
98,0 |
69 |
6.749 |
0,795 |
50. Trinidad y T. |
74,0 |
93,4 |
66 |
7.485 |
0,793 |
51. Dominica |
76,0 |
94,0 |
74 |
5.102 |
0,793 |
52. Lituania |
70,2 |
99,5 |
77 |
6.436 |
0,789 |
53. Seychelles |
71,0 |
84,0 |
76 |
10.600 |
0,786 |
54. Granada |
72,0 |
96,0 |
76 |
5.838 |
0,785 |
55. México |
72,3 |
90,8 |
70 |
7.704 |
0,784 |
Fuente: Mallock, Mark; Jolly, Richard; Fukuda, Sakiko et al, op. cit, pp. 157-160.
Cuadro Nº 1.4
Índice de Desarrollo Humano y PIB per Cápita 1998
(Selección de algunos países con desarrollo humano bajo)
Países |
Esperanza de Vida al Nacer |
Tasa de Alfabetización de Adultos |
Tasa Bruta de Matriculación |
PIB per Cápita (PPA dólares) |
Valor del Índice de Desarrollo Humano |
140. Lao, R.D.P. |
53,7 |
46,1 |
57 |
1.734 |
0,484 |
141. Madagascar |
57,9 |
64,9 |
40 |
756 |
0,483 |
142. Bhután |
61,2 |
42,0 |
33 |
1.536 |
0,483 |
143. Sudán |
55,4 |
55,7 |
34 |
1.394 |
0,477 |
144. Nepal |
57,8 |
39,2 |
61 |
1.157 |
0,474 |
145. Togo |
49,0 |
55,2 |
62 |
1.372 |
0,471 |
146. Bangladesh |
58,6 |
40,1 |
36 |
1.361 |
0,461 |
147. Mauritania |
53,9 |
41,2 |
42 |
1.563 |
0,451 |
148. Yemen |
58,5 |
44,1 |
49 |
719 |
0,448 |
149. Djibouti |
50,8 |
62,3 |
21 |
1.266 |
0,447 |
150. Haití |
54,0 |
47,8 |
24 |
1.383 |
0,440 |
151. Nigeria |
50,1 |
61,1 |
43 |
795 |
0,439 |
152. Congo |
51,2 |
58,9 |
33 |
822 |
0,430 |
Fuente: Mallock, Mark; Jolly, Richard; Fukuda, Sakiko et al, op. cit, pp. 157-160.
Cuadro Nº 1.5
Índice de Desarrollo Humano y PIB per Cápita 1998
(Selección de algunos países América Latina y El Caribe)
Países |
Esperanza de Vida al Nacer |
Tasa de Alfabetización de Adultos |
Tasa Bruta de Matriculación |
PIB per Cápita (PPA dólares) |
Valor del Índice de Desarrollo Humano |
35. Argentina |
73,1 |
96,7 |
80 |
12.013 |
0,837 |
38. Chile |
75,1 |
95,4 |
78 |
8.787 |
0,826 |
39. Uruguay |
74,1 |
97,6 |
78 |
8.623 |
0,825 |
48. Costa Rica |
76,2 |
95,3 |
66 |
5.987 |
0,797 |
55. México |
72,3 |
90,8 |
70 |
7.704 |
0,784 |
56. Cuba |
75,8 |
96,4 |
73 |
3.967 |
0,783 |
59. Panamá |
73,8 |
91,4 |
73 |
5.249 |
0,776 |
65. Venezuela |
72,6 |
92,0 |
67 |
5.808 |
0,770 |
68. Colombia |
70,7 |
91,2 |
71 |
6.006 |
0,764 |
74. Brasil |
67,0 |
84,5 |
84 |
6.625 |
0,747 |
80. Perú |
68,6 |
89,2 |
79 |
4.282 |
0,737 |
81. Paraguay |
69,8 |
92,8 |
65 |
4.288 |
0,736 |
83. Jamaica |
75,0 |
86,0 |
63 |
3.389 |
0,735 |
87.R.Dominicana |
70,9 |
82,8 |
70 |
4.598 |
0,729 |
91. Ecuador |
69,7 |
90,6 |
75 |
3.003 |
0,722 |
Fuente: Mallock, Mark; Jolly, Richard; Fukuda, Sakiko et al, op. cit, pp. 157-160.
En primer término, en el Cuadro Nº 1.2 se incluyen 16 países entre los que destacan en Canadá, Noruega, Estados Unidos, Australia Islandia y Suecia en los primeros lugares, con indicadores de esperanza de vida al nacer que sobrepasan los 75 años, tasas de alfabetización de adultos de un 99%, PIB per cápita por sobre los US $ 20.000.- anual e índice de desarrollo humano por sobre el nivel de 0,900. Se observa que, si bien los indicadores son relativamente parejos en el grupo, los mayores ingresos per cápita de Estados Unidos (US $ 29.605.-) y Dinamarca (US $ 24.218) con respecto a Canadá (US $ 23.582.-) no son suficientes para definir un estado de mayor calidad de vida que éste último país reflejado en el máximo índice de desarrollo humano (IDH) de todo el grupo, que alcanza el valor 0,935.4
En segundo lugar, en el Cuadro Nº 1.3 aparece un grupo de países clasificados como de “desarrollo humano medio” por el PNUD, cuyo rango de IDH varía desde 0,500 (inclusive) y hasta 0,800 (exclusive). Se aprecia que entre los primeros de este grupo están Costa Rica, Trinidad y Tobago, Dominica, Granada y México, con valores de IDH que oscilan entre 0,784 y 0,790, es decir unos 100 puntos por debajo de los países con mayor calidad de vida determinada por el PNUD para fines de la década de los 90. Es notoria, además, la diferencia en niveles de ingreso per cápita entre este grupo de países y los anotados en el Cuadro Nº 1.2, de aproximadamente un 100%.
En tercer lugar están los países más pobres de la tierra, entre los cuales se han seleccionado algunos de ellos en el Cuadro Nº 1.4 y que van desde un mayor a menor nivel de vida. En este caso se observa no sólo que los niveles de PIB per cápita son muy bajos, sino que la esperanza de vida al nacer cae por debajo de los 60 e incluso 50 años en los últimos de la lista de la fuente original (no mostrados aquí en este cuadro). El PNUD clasificó a todos estos países como de “desarrollo humano bajo” con una puntuación de IDH inferior a 0,500, perteneciendo un buen número de ellos al continente africano. Con todo, no se puede dejar de mencionar el hecho de que un país latinoamericano aparece en esta lista, Haití, con un PIB per cápita de US $ 1.383.- y un IDH de apenas 0,440. 5
Por último, en cuarto lugar, el Cuadro Nº 1.5 nos muestra la situación de varios países latinoamericanos de tamaño geográfico relevante en 1998 y según la tabla del PNUD. La República Argentina encabeza el grupo seguida de cerca por Chile y Uruguay con el indicador IDH por sobre el valor 0,800, quedando clasificados como países de desarrollo humano alto. El resto de las naciones incluidas alcanzan un IDH entre 0,700 (inclusive) y 0,800 (exclusive), por lo que quedaron clasificadas como de “desarrollo humano medio”. Vemos aquí nuevamente un aspecto interesante respecto a la dualidad crecimiento y bienestar: si bien México, Colombia y Brasil poseen un PIB per cápita más alto que el de Costa Rica, este último país logró un IDH de 0,797 superior al de aquellos. Con todo y de acuerdo a los antecedentes estadísticos expuestos en los Cuadros números 1.2 a 1.5, es posible afirmar que los países de América Latina como promedio requieren aún avanzar y mejorar significativamente en materias de salud, educación e ingresos para alcanzar estándares de países de “alto desarrollo humano”.
A mediados de la presente década, el PNUD planteaba nuevas propuestas que ciertamente han enriquecido la línea de pensamiento sobre desarrollo humano iniciada por Amartya Sen.
En este Informe 2005 el PNUD aporta un interesante y profundo debate sobre el desarrollo humano reconociendo avances importantes en los dos últimos decenios, con notorias mejoras en la esperanza media de vida en lugares como América Latina-El Caribe, Asia Oriental-Pacífico, Estados Árabes y Asia Meridional, aunque con cierto grado de estabilidad en Europa Central-Oriental y un retroceso en el caso de África Subsahariana.6
En otros ámbitos también se habrían verificado tendencias positivas, como en educación y pobreza extrema, pero los resultados no han sido tan alentadores en materias relevantes como los conflictos, progreso de la democracia y saneamiento, considerando datos a partir del decenio de los años 90.
Los niveles de alfabetización de los países en desarrollo se incrementaron desde un 70% a un 76% en el último decenio, si bien persistían brechas estructurales que se han ido corrigiendo, como que de los 800 millones de personas en el mundo que carecían de alfabetización mínima, dos tercios correspondían a mujeres. En el último decenio del estudio, a partir del año 2000, se ha logrado reducir en unos 30 millones de niños en edad de cursar la escuela primaria que no asisten a la escuela y la brecha de género se acortó bastante. 7
1 Draper III, William H., Prefacio, en Ul Haq, Mahbub; Kaul, Inge et al, Desarrollo Humano: Informe 1992, p. 13, PNUD, Tercer Mundo Editores, 1ª edición en español, Santafé de Bogotá, Colombia, abril de 1992.
2 Ul Haq, Mahub; Kaul, Inge et al, ibid., pp. 18-19.
3 Ul Haq, Mahub; Kaul, Inge et al, op. cit., pp. 20-21.
4 El PNUD clasificó en este informe a un total de 46 países con un IDH desde el nivel de 0,800 (inclusive) como países de alto desarrollo humano.
5 Mallock, Mark; Jolly, Richard; Fukuda, Sakiko et al, op. cit, pp. 160 y 161. El último país de la lista es Sierra Leona, en el puesto número 174, con un PIB per cápita de apenas US $ 458.- y un IDH = 0,252.
6 Watkins, Kevin; Fu, Haishan; Fuentes, Ricardo et al, Informe sobre desarrollo humano 2005. La cooperación internacional ante una encrucijada ayuda al desarrollo, comercio y seguridad en un mundo desigual, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Ediciones Mundiprensa, pp. 21 y 22, México, 2005. En particular véanse las Figuras Nos. 1.1 y 1.2 del Informe.
7 Watkins, Kevin; Fu, Haishan; Fuentes, Ricardo et al, op. cit., p. 22.
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