Las anteriores formas de medir la pobreza nos hacen ver una realidad en términos absolutos y en porcentajes. Sin embargo, el propósito de nuestra investigación ha sido el estudio de manera relativa. De forma tal que nos indique el grado de distribución de la riqueza. Para ello es necesario auxiliarnos del índice de Gini, mismo que podemos analizar a través de un informe de la concentración del ingreso. Este indicador nos permite medir la pobreza a través de la distribución que se da del producto mundial.1
INDICE DE GINI MUNDIAL (1960-1990)
Fuente: Banco Mundial
En el cuadro anterior se puede observar, en términos generales, que la distribución del ingreso está casi estancada. Para el este de Europa la distribución es bastante equitativa y para América Latina y África se torna de las más desiguales. E incluso, para fechas más recientes observamos que sigue siendo el espacio latinoamericano es el más desigual del mundo, dado que el coeficiente está ubicado entre 0.45 y 0.60 Ello puede representar situaciones explosivas de carácter social.
Para fechas más recientes la desigualdad no cambia y en los años que van de 1997 al año 2002, América Latina sigue manteniéndose como el área con la mayor desigualdad en el mundo. Le sigue África Subsahariana y Asia del Este y del Pacifico. Lógicamente Europa del Este y Asia Central, así como los países de la OCDE, están en los primeros lugares con una desigualdad menor.
Fuente: CEPAL.
Hay algunos otros autores que han analizado el coeficiente de Gini de manera independiente, aunque tomando datos del Banco Mundial, como el caso que nos muestra Branco Milanovic en la gráfica siguiente en donde se pueden observar tres etapas. La primera es aquella que va de 1950 a 1964, en donde hay una tendencia a la mala distribución del ingreso. Después, de 1964 a 1978 hay una cierta mejora que se ve interrumpida en 1980 al empezar a empeorar y sube de manera logarítmica. De todos modos, al hacer un recorrido global observamos que existe una tendencia general a la polarización de la riqueza.
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Fuente: Center for Global Justice. Javier Villanueva. Tomado a su vez de Branco Milanovic, página del Banco Mundial. Patricia Bond.
Para años más recientes el PNUD nos da un coeficiente de Gini que nos arroja datos que hacen ver que la situación no ha mejorado significativamente, ya que es muy parecido a las cifras que nos muestra la gráfica anterior en donde era de 0.53 en 1998 y se pasa a 0.67 en 2005.
DESIGUALDAD DEL INGRESO, PAÍSES Y REGIONES. (2005) (Coeficiente de Gini, Distribución del Ingreso (PIB per cápita, PPA en US)
El cuadro nos detalla el coeficiente de Gini y algunas áreas están por debajo del promedio. Tal es el caso de América Latina.
Si desglosamos el índice de Gini por países y para un año más reciente tenemos que remitirnos al siguiente cuadro en donde escogimos una muestra que nos indica el grado de distribución de diferentes países.
ÍNDICE DE GINI POR PAISES. (2005)
Fuente: elaborado por el autor con datos del Informe Sobre Desarrollo Humano. 2005.
Al referirnos a las naciones anteriores observamos que algunos, como el caso de Brasil, Chile, México y Argentina, se encuentran en condiciones muy malas, ya que tienen cantidades por arriba que algunos países de África. El mismo Estados Unidos se encuentra abajo de Viet Nam o Egipto.
Haciendo un análisis más centrado en América Latina, concluimos que la desigualdad se ha estado haciendo más marcada y el decil más alto está obteniendo mayores beneficios, mientras que el decil más bajo tiende a disminuir. Esta situación se ve reflejada claramente en la gráfica siguiente, en donde se observa que el 40 por ciento más pobre no alcanza a ganar lo que gana el 10 por ciento de la población más rica en los países seleccionados.
Para la CEPAL, el 40% de los hogares ubicados en el extremo inferior capta en promedio el 14%. Sin embargo, por países, la situación se torna diferente. En Bolivia representa el 9.5%, Republica Dominicana el 10.4%, Brasil el 11.3 por ciento, Uruguay el 21.6% y Argentina el 16.5%.
Penetrando más sobre la evolución del ingreso, observamos que en términos generales es muy alto. Para tal efecto, se dividió en cuatro categorías a las naciones de la región que son baja, media, alta y muy alta. Como se ve, en la baja sólo está Uruguay y el resto es para la mayoría de los países.
Existen países en la región que estuvieron en un medio y cambiaron a un escalón alto entre 2000-2002 y 2003-2005, como es el caso de México. Otros, como el caso de Chile, se han mantenido a lo largo del tiempo a pesar de su lucha contra la pobreza. Brasil, por ejemplo, una de las economías más fuertes del área, son de lo más injusto, no sólo de la región, sino del mundo. Hay países que se han logrado recuperar como Panamá, y el Salvador, que pasaron de medio a alto y después volvieron al escalón medio.
Sin embargo, Latinoamérica sufre de una mala distribución de la riqueza. Es una región sumamente injusta. Sus coeficientes rondan promedios muy elevados que ya antes habíamos establecido. Por lo que es importante establecer una serie de cambios que se ubican en mejores ingresos y no en paliativos como hasta la fecha se han visto.
Los datos nos indican que se ha dado un remedio a la pobreza (Banco Mundial) pero otros menos dicen que no es así. Aunque esto fuera cierto, el problema no se centra en rebasar los dos dólares diarios. La pregunta es: ¿quién vive con dos dólares diarios y bajo qué condiciones? Estamos hablando de 22 pesos mexicanos al valor actual (Octubre de 2007 y de 25 pesos en marzo de 2010) habrá que decir que recientes métodos de medición de extrema pobreza han subido a 1.25 como mínimo para medir a los extremadamente pobres.
Una cosa es cierta, en un cuarto de siglo el PIB por habitante ha estado disminuyendo, la pobreza no se ha resuelto y se mantiene constante, los niveles de productividad con respecto a los salarios ha caído. Vivimos cada día con más ricos y la polarización entre la pobreza y la riqueza se hacen más agudas, mientras, se persiste en la mano invisible como el mejor asignador del mercado. Los mercados eficientes sólo funcionan de manera libre; esa es la consigna. Pero vemos que ello culmina en monopolios y en fijación de precios por arriba del sueño liberal. Lo cierto es que la pesadilla ya tarda un cuarto de siglo y parece que sigue afianzándose. La esperanza está en la sociedad para trasformar al Estado. En la lucha hegemónica interna en el seno de las formas de gobierno, ya que de nada sirve insistir en una fórmula que no ha dado resultado, en la medida en que millones de miserables mueren por hambre y desnutrición. Y la pregunta persiste: ¿por qué seguir bajo este mismo patrón de acumulación? La respuesta es importante. Se sigue bajo el mismo modelo ya que permite la acumulación de capital en pocas manos, y en ciertos sectores y países. Se sigue porque el sistema capitalista aparta la riqueza y la acumula en unas manos. De ahí que no ha sido respuesta para mejorar los niveles de ingreso.
1 Recordemos que si el coeficiente de Gini se encuentra entre el 0 y 0.3 quiere decir que es una región sustancialmente equitativa. Si está entre 0.3 y 0.4 es aceptable y si está entre 0.4 y 0.6 es muy grande la desigualdad. Y si es mayor de 0.6 la situación es de cuidado, ya que los conflictos sociales pueden estallar en cualquier momento. De manera objetiva diremos que si la curva se acerca más hacia la recta de Lorenz, estaremos hablando de más igualdad y viceversa. El Coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad ideada por el Corrado Gini. Normalmente se utiliza para medir la desigualdad en ingresos pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución desigual. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). El índice de Gini es el coeficiente de Gini expresado en porcentaje, y es igual al coeficiente de Gini multiplicado por 100.