Consideramos como tecnologías de la información a aquellas que comprenden todo el conjunto convergente de tecnologías de la microelectrónica, la informática (máquinas y software), las telecomunicaciones y la optoelectrónica [Castells, 2002:56].
Los principales ejes de la transformación tecnológica derivada de las tecnologías de la información han sido la generación, procesamiento y transmisión de la información. Puede decirse que el empleo de las tecnologías de la información ha pasado por tres etapas diferenciadas: automatización de las tareas, experimentación de los usos y reconfiguración de las aplicaciones. De entre éstas, las primeras dos son parte del proceso tradicional de desarrollo tecnológico, ya que indican que la innovación tecnológica progresó mediante el aprendizaje por el uso.
La tercera representa una trasformación significativa del ciclo tradicional del desarrollo tecnológico, e implica que los usuarios han aprendido tecnología creándola ellos mismos, como por ejemplo el software libre para redes y las páginas web de conocimiento creadas por usuarios, lo que ha reconfigurado las redes como el internet, encontrando nuevas aplicaciones. De algún modo los usuarios han tomado también el papel de creadores.
Así, los contextos culturales, institucionales y la acción social interactúan con el nuevo sistema tecnológico, por lo que se ven trasformados por la lógica propia de este nuevo sistema tecnológico, misma que consiste en traducir todos los aportes a un sistema de información común y procesar esa información a una velocidad creciente, con una potencia en aumento, a un costo decreciente, en una red de recuperación y distribución potencialmente ubicua [Castells, 2002:59].
Se observa que la irrupción del nuevo paradigma tecnológico conlleva en sí misma transformaciones no sólo de orden material, sino también de tipo social, económico, político, cultural y psicológico [Foster, 1962].
En la visión de autores como Manuel Castells (1995), Michael Hardt y Antonio Negri (2002) y John Naisbittl (1985), las tecnologías de la información han producido una nueva revolución de dimensiones mundiales, a la cual se ha llamado, la revolución de la información, y a las sociedades punteras de las transformaciones suele conocérseles como sociedades informacionales. Es decir, que estamos frente a un nuevo modo de desarrollo en el que los elementos generadores del mismo y fuente de la productividad son las tecnologías de generación de conocimiento, el procesamiento de la información y la comunicación de símbolos.
El conocimiento y la información siempre han sido elementos decisivos en todos los modos de desarrollo como el agrícola y el industrial, sin embargo, el papel singular que tienen en el modo de desarrollo informacional es la acción del conocimiento sobre sí mismo, como principal fuente de productividad. Es decir, que el procesamiento de la información se centra en la superación de la tecnología existente para ésta función, configurando un círculo en el que las fuentes del conocimiento de la tecnología y su aplicación, sirven para mejorar la generación de conocimiento y sus tecnologías para el procesamiento de la información, creando un nuevo paradigma tecnológico basado en las tecnologías de la información [Castells, 1995: 43].
Pasemos a la definición de las disciplinas, que comprende el campo de conocimientos de las tecnologías de la información.
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