En la estructura científica de México el sector social está integrado por las academias y colegios, asociaciones profesionales, fundaciones, organizaciones civiles y comunidades, pero toda esta clasificación hace referencia a los grupos gremiales con un reconocimiento oficial por parte del Estado, es decir, contempla sólo aquellos que cuentan con un registro ante la Red Nacional de Grupos y Centros de Investigación, coordinada por el CONACYT [CONACYT, 2003].
Ahora bien, hay que recordar que las sociedades profesionales (en cualquiera de las denominaciones antes mencionadas) son un tipo de organización derivado tanto de la organización del conocimiento por disciplinas, ya que la aparición de nuevas especialidades en las disciplinas, generalmente viene aparejada con el surgimiento de sociedades profesionales de este tipo, como de las iniciativas de individuos agrupados gremialmente a fin de formar organizaciones burocráticas administrativas fuera de sus ámbitos laborales, con el fin de tener una representación y defensa de sus intereses ante el Estado.
Como se planteó en la sección sobre el proceso de institucionalización de la ciencia, las asociaciones profesionales en un inició tuvieron un importante papel en cuanto a difusión científica, las innovaciones tecnológicas, las convenciones, las publicaciones, el reconocimiento del trabajo individual de sus agremiados; para después adquirir funciones, sobre todo en Europa, como el otorgamiento de títulos de capacidad profesional, definiendo estándares para garantizar la calidad de los estudios, incluso fijando tabuladores salariales y normas para el derecho del trabajo.
Los materiales simbólicos auto descriptivos e identitarios de una disciplina o de una profesión, son creados principalmente por las asociaciones, sociedades científicas y academias, ya que son ellas, las que al fijar los requisitos de admisión y membresía que establecen la distinción entre los miembros y los no afiliados, las reafirmaciones de las virtudes particulares del campo, los reportes sobre el progreso del campo, los premios y los homenajes concedidos a miembros sobresalientes y a los miembros con mayor antigüedad, el código de ética profesional y los homenajes a personajes destacados ya fallecidos, van creando símbolos que delimitan las fronteras de su disciplina o profesión y marcan la diferencia con los otros campos profesionales o disciplinarios.
Sin embargo, en México las asociaciones profesionales están más orientadas hacia el reconocimiento de trayectorias de sus agremiados, la difusión científica, la realización de convenciones, y publicación de los avances en el campo. Incluso algunas asociaciones que están ligadas a partidos políticos tienden a la promoción de sus agremiados hacia puestos de liderazgo político o les ayudan a ubicarse en posiciones importantes dentro de la jerarquía política mexicana [Pontón, 2000: 41].
Así, inciden poco en definir los estándares de calidad, en la expedición de títulos o en la fijación de tabuladores salariales, asuntos que competen más bien a las instituciones del sector público.
Ahora revisaremos cómo estos límites fijados por las normas encierran valores, que conforman el sistema de valores de la comunidad científica. Todo esto es motivo de análisis de nuestro siguiente capítulo.
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