LA ÉTICA PROFESIONAL DE LOS INVESTIGADORES EN TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN

Virginia Morales Sánchez

En 1981 aparecieron en el Reglamento Orgánico algunas puntualizaciones respecto a la activi­dad de investigación entre las que destacan: 1) el departamento estaba organizado para el desarrollo de la investigación a través de las Áreas, que desarrollarán los proyectos de investigación en una especialidad o especialidades afines; 2) compete a los Consejos Académicos aprobar la creación o supresión de las Áreas de los Departamentos a propuesta del Consejo Divisional correspondiente; 3) compete a los Consejos Divisionales aprobar los proyectos de investiga­ción de la división y promover el apoyo presupuestal que se requiera; 4) compete al Consejo Divisional el proponer ante el Consejo Académico la creación de nuevas Áreas, a solicitud del Jefe de Departamento respectivo; 5) en los casos de las áreas que ya existían en términos de dicho reglamento, debían ser ratificadas por el Consejo Académico correspondiente, a más tardar el día último del año. De esta forma, se fueron consolidando las áreas de investigación. De las áreas reportadas en 1985 casi permanecen iguales en 1997 (ver tabla 3.9).
Un cambio importante en la orientación de la investigación se dio a partir de la creación del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en 1984, con ello la investigación pasaba de ser una actividad prestigiada a ser también una actividad remunerada. El SNI y los procesos de evaluación del CONACYT se convirtieron en criterios para la evaluación interna de la UAM, para ratificación, eliminación y creación de áreas.
En 1995 se realizaron adiciones a las Políticas Generales y a la redacción de las Políticas Ope­racionales para definir mecanismos de Evaluación y Fomento de las Áreas de Investigación. A partir de estas iniciativas, se emitió el acuerdo 06/96 del rector, que establecía el Programa de Fomento a las Áreas de Investigación en Proceso de Consolidación. En él se suscribían los requisitos y procedimientos para participar en un programa anual renovable hasta por tres años, mediante el cual, se financiarían los planes de desarrollo de las áreas en proceso de consolidación.

Fuente: Elaborado a partir de los datos en [López, González y Casillas, 148-150, 2000]

Al inicio de la década de los 90, la evaluación de las áreas se convirtió en un objetivo prioritario, para reforzar esa estructura organizativa. Las principales políticas institucionales respecto a la investigación fueron: la planeación, el presupuesto, la evaluación y la valoración. Los valores de medida utilizados con más fuerza para la ratificación o supresión de áreas fueron: la per­tenencia al SNI, la cantidad de proyectos patrocinados, así como las distinciones nacionales y extranjeras.
Bajo este nuevo marco normativo se realizó la evaluación de las áreas, dando inicio en la Uni­dad Azcapotzalco en 1995 y en 1996, en Iztapalapa y Xochimilco.
A lo largo de estos procesos se fueron identificando áreas que no cumplían con los requisitos mínimos y debían suprimirse. También, para las áreas no suprimidas se elaboró una tipología para diferenciarlas según su grado de desarrollo. Se colocaron en forma descendente, primero las áreas consolidadas, enseguida las que se encuentran en proceso de consolidación, y en la posición más baja una nueva categoría, las áreas en reestructuración.
Estas acciones generaron un proceso de reconfiguración de las áreas, y la aparición de nuevas figuras de organización como, los Grupos de Investigación (GI) y los Seminarios.
Para 1997 la estructura de los Departamentos -que son de nuestro interés- eran como se muestra en la tabla 3.10.
Como se ve, al comparar la tabla 3.9 con la tabla 3.10, en la Unidad Azcapotzalco desapareció el área de Control, pero se creó el Grupo de Investigación de Control de Procesos. En la Unidad Iztapalapa se creó el Área de Computación y Sistemas.
También es necesario resaltar que tanto las Áreas del Departamento de Electrónica como del Departamento de Ingeniería Eléctrica se consideran Áreas Consolidadas.

De estas tablas es posible derivar en las áreas que son objeto de nuestro estudio. Este proceso de selección de áreas se hizo en base a las especialidades que definimos para las disciplinas que integran el campo del conocimiento en tecnologías de la información, quedando la selección que muestra la tabla 3.11.
Cabe aclarar que el número de profesores participantes en un área de investigación es variable ya que depende de la creación y renovación de proyectos. El total de docentes reportados en el área de sistemas digitales es de 12, mientras que en sistemas se reportan 58 y en computa­ción y sistemas 19. Las cantidades fueron obtenidas directamente de la información que nos proporcionaron los jefes de departamento.

Fuente: [UAM, 2006a; UAM, 2006b]

En cada área los investigadores se agrupan de acuerdo con sus propios perfiles y temáticas de interés en relación con la investigación formando grupos de investigación. Aunque estos grupos no forman parte de la estructura formal de la UAM, quizá por la movilidad y constan­te rotación de los mismos, pueden ser definidos y de hecho son los que constituyen nuestras especialidades, pues son líneas de investigación existentes en las áreas, la tabla 3.11., muestra estas especialidades.
Resumiendo, podemos decir que nuestras comunidades de interés en la UAM son las tres áreas que hacen investigación en computación y sistemas, dos en la Unidad Azcapotzalco y una en la Unidad Iztapalapa, las cuales se insertan en una estructura departamental con una subdivisión por áreas de investigación y concentran un total de siete especialidades.

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