LA ÉTICA PROFESIONAL DE LOS INVESTIGADORES EN TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN

Virginia Morales Sánchez

3.3.1 La disciplina en Sistemas

El concepto de sistema tiene sus antecedentes desde el siglo IV a. C., pues fue Aristóteles quien dijo con un sentido filosófico que “el todo es más que la suma de las partes”, proposición que aún en el presente es el problema sistémico fundamental [Bertalanffy 1967: 137].
Sin embargo, no fue sino hasta 1920 que Bertalanff publica un nuevo método de investigación nombrado por él como “biología organísmica”, en el que explicaba la teoría de sistemas del organismo. Este método fue posible por la aparición de las matemáticas relacionales, prove­nientes de la aplicación de la matemática a los métodos Gestalt [Bertalanffy, 1967: 141]. Poco después se sustituyó el término organismo por el de “entidad organizada” y para 1930, von Bertalanff la dio a conocer primero oralmente y después de la segunda guerra mundial en varias publicaciones, la teoría general de sistemas [Bertalanffy, 1967: 141].
La aplicación de la teoría de sistemas a disciplinas como la psicología, fisiología, física, bio­logía, ciencias sociales, entre otras, propicia la creación de distintas variaciones de la teoría expresadas en modelos, como los sistemas abiertos, autómatas lógicos, retroalimentación, entre otros; técnicas matemáticas, como la teoría de ecuaciones diferenciales, la de conjuntos y grafos, y los métodos de computación; conceptos y parámetros de nueva acuñación, como información, juego, decisión, entre otros.
La propagación de aplicaciones de la teoría de sistemas configura una gran concurrencia de investigadores y científicos de muy distintas áreas del conocimiento, pero convergentes en la teoría de sistemas, lo que llevó a la constitución en 1954 de la Sociedad para la Investigación de Sistemas Generales, conocida inicialmente como Sociedad para la Teoría General de Sistemas, relacionada a la Asociación Estadounidense para el Progreso de la Ciencia.
Más tarde vinieron numerosos grupos locales, así como una gran cantidad de grupos de tra­bajo similares, asambleas y publicaciones en Estados Unidos y Europa [Bertalanffy, 1967: 142-143].
Así, lo que inició como un método de investigación, terminó configurado como una disciplina científica, estructurada de la forma como se muestra en la tabla 3.1.
No obstante que los enfoques de sistemas forman parte de la ciencia de los sistemas, la ma­yoría de ellos son desarrollados de forma independiente a la teoría de sistemas y suelen ser el producto de las necesidades tecnológicas, surgidas a partir de la segunda guerra mundial, y muestran muchas analogías con la teoría general de sistemas, por ser ésta uno de sus soportes teóricos más importantes.
Cabe señalar que cada una de las ramas que integran la estructura de la disciplina de sistemas, fueron incorporándose poco a poco, conforme surgieron nuevos problemas y nuevas aplica­ciones de sistemas, por lo que algunas de ellas son más recientes como la Inteligencia Artificial y los Sistemas Expertos que aparecen hasta la década de lo sesenta.

Algunos de los enfoques fueron proclamados como disciplinas independientes poco después de su aparición. Sin embargo, si aplicamos los criterios que expusimos en la sección anterior, no todos los enfoques podrían ser reconocidos como disciplinas.

Fuente: Elaborado a partir de [Arbones, 1991; Bertalanffy, 1968; De la Raza, 2001]

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