Existen sistemas que se caracterizan por la implementación de reformas importantes en los modelos educativos, cuyo éxito o fracaso depende de la capacidad de los docentes para transformar sus prácticas evaluativas. Las diferentes estrategias de evaluación ayudarán a que los profesores modifiquen técnicas de aprendizaje. Se percibe a la evaluación de los aprendizajes como el momento de la verdad, porque se descubre lo que los alumnos aprendieron efectivamente y porque el enfoque adoptado para evaluar refleja una concepción de la intervención pedagógica. No es nada sorprendente que los profesores sientan que carecen de herramientas apropiadas y se vean, a veces, amenazados por la instancia de evaluación. Esta sensación de inseguridad se ve incrementada por el acento que pone sobre el juicio profesional del profesor y la incertidumbre en cuanto a lo que debería ser una evaluación constructivista basada en competencias.
Como lo subraya Scallon (2004), la aprobación de programas construidos por competencias en un marco de inspiración constructivista supone una reflexión sobre las maneras de evaluar y la instauración de nuevos medios de evaluación. Sin embargo, la novedad no significa una ruptura total. En este sentido, es útil recordar algunas dificultades que son inherentes al acto evaluativo.
Es necesario no olvidar la función de la evaluación. La política de evaluación de los aprendizajes establece una distinción en la regulación a menudo asociada a la evaluación formativa que puede aplicarse a toda la competencia o a algunos de sus componentes. Por su parte, el reconocimiento puede tener como finalidad la selección, el balance, la certificación. Según la intención del evaluador, el dispositivo que debe establecerse podrá variar; por ejemplo, en situación de regulación se tratará de adaptar el proceso al alumno, mientras que en otras circunstancias se justificaría imponer condiciones uniformes.
Se deben concebir dispositivos que permitan reducir el error y los sesgos. Es necesario no sólo concebir tareas que correspondan a lo se pretende evaluar, también garantizar que el proceso de inferencias no está contaminado por distintas fuentes de error. Por ejemplo, el recurso a un juez (sea un inspector, un docente o los alumnos mismos) puede ser problemático al constatarse que su evaluación varía según el momento o las personas. Del mismo modo, algunas tareas pueden sesgarse cuando favorecen o penalizan a un grupo de alumnos. Es importante comunicar la evaluación de manera conveniente. La comunicación de los resultados es lo que se otorga al proceso. Perrenoud (1991) indica que la regulación, que se define como una evaluación formativa, supone que algunas condiciones estén cumplidas para que en la interacción profesor- alumno intervengan distintos protagonistas que deben ser tenidos en cuenta: padres, equipo escuela o equipo ciclo, servicio de admisión. Es importante que los resultados se presenten de manera clara, exacta e instructiva.
El cambio de enfoque no involucra que los requisitos clásicos de validez, confiabilidad y comodidad no se apliquen; es decir, las practicas de evaluación que se conformen con las tendencias actuales debe conjugar este aspecto con juicios fundamentados. Los modos de evaluación deben reflejar el contenido esencial de nivel de competencia donde se focaliza la evaluación. También es importante que las conclusiones de la evaluación sean estables a través de las diversas facetas del proceso: los momentos de la evaluación, las personas que juzgan y las tareas que apuntan a la misma competencia. Además, hay que tomar en cuenta la realidad de la clase no sólo porque impone límites sobre los modos de evaluación, sino también porque esa realidad se ve transformada por el acto evaluativo, lo que implica que debamos preocuparnos por el impacto del mismo.
La evaluación de las competencias requiere que se preste una atención especial a la concepción de las tareas; no se debe excluir la construcción de cuestionarios de respuestas breves o cerradas (generalmente ITEMES de selección) cuando el propósito es el diagnóstico o para desempeños que no se observan fácilmente; sin embargo, será necesario en la mayoría de los casos, proponer tareas más complejas y más contextualizadas para evaluar el conjunto de una competencia. En este apartado se hace una reflexión sobre conceptos como mercado del trabajo, calificación y su implicación en aprendizajes tecnológicos, competencias y capacitación, ya que ambos conceptos una vez en la práctica tienen un significado muy estrecho. Su aplicación en la economía de un país modifican enormemente su impacto en la economía; por tal motivo, serán analizadas.
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