La tarea de educar forma parte de la labor tanto de los padres como de los profesores. El educador es un transmisor de valores, normas y conducta. Cada educador tiene su estilo personal de educar, se basa en su propio aprendizaje y sus conocimientos.
En este sentido, los estilos educativos son subrayados por Sala (2002: 544) <<como una de las variantes que mayor influencia ejerce en el desarrollo emocional y social del niño>>. De los estilos educativos parentales más difundidos reconocemos de Berk (1999); Maccoby y Martin, (1983). Veamos:
Modelos de estilos educativos parentales |
- Estilo democrático: Combina la exigencia y la receptividad al exigir el cumplimiento de demandas acordes a la madurez del niño y mostrar al mismo tiempo afecto, escuchar sus opiniones y fomentar en él la toma de decisiones. Los estudios apuntan que los niños criados por padres con estilo democrático tienen un buen desarrollo de habilidades emocionales y sociales y se implican en el aprendizaje escolar. - Estilo autoritario: Exige el cumplimiento de las normas y recurre al castigo y la fuerza para hacerlas cumplir si el niño no responde, a quien no escucha ni da la posibilidad para desarrollar su independencia. Sus hijos corren el riesgo de volverse ansiosos y pueden reaccionar hostilmente cuando están enfadados, y en la escuela se desarrollan bien aunque abandonan más fácilmente las tareas que revisten dificultades. - Estilo permisivo: El padre permisivo, aunque se muestre receptivo al niño, no impone ningún tipo de normas y espera que el niño por sí solo tome decisiones para las que no está preparado por su edad. Estos niños podrían volverse inmaduros y propensos a desobedecer, serían muy dependientes de los adultos y no manifestarían perseverancia en las tareas escolares. - Estilo no implicado: El estilo del padre no implicado, describe al padre que ni establece ningún tipo de normas, ni es receptivo al niño y que sólo atienden a los cuidados mínimos de alimentar y vestir al niño. En casos extremos los niños podrían presentar graves déficit en el apego, en el desarrollo emocional y social como el desarrollo cognitivo. |
La importancia del estilo educativo de los padres en el desarrollo de las competencias emocionales de los niños es incontestable. Sin embargo, no podemos olvidar el papel del profesor en todo este proceso. En este sentido, los profesores tienen su propio estilo de educar al alumnado, pudiendo contribuir o no al desarrollo integral del niño.
Magaz y García (1998) elaboraron un test para medir los estilos educativos de los profesores, en base a los supuestos de Toros (1981). Los estilos se clasifican desde cuatro perfiles:
Ante la consideración que tanto los estilos parentales como los estilos educativos del profesor pueden influir en el desarrollo emocional y social del niño, comprendemos que las prácticas educativas están estrechamente relacionadas con la socialización emocional del mismo. En este aspecto, Parke et al (1989) señalan que la familia educa las CE de los niños a partir de influencias directas o indirectas en el curso de la socialización emocional.
Es decir, la socialización directa es aquella en que los padres favorecen una conducta emocional de sus hijos, normalmente a través de un rol instructivo o organizador, por ejemplo dirigiendo a los niños a través de las expresiones emocionales apropiadas (como puede ser decirle que va herir los sentimientos de una niña si se ríe de ella), interpretar las manifestaciones emocionales de los otros o como regular las emociones.
La socialización indirecta son las influencias no explícitas o intencionales de modificar la conducta emocional del niño. Los niños observan las expresiones emocionales de los padres y pueden aprender por aprendizaje vicario y la interacción emocional con el niño puede influir en estilo educativo. Sin embargo también debe considerarse que las interacciones de padres e hijos se producen en sentido bidireccional (Eisenberg, Fabes y Losoya, 1997), por lo que el temperamento del niño repercute en las manifestaciones emocionales de los padres y por tanto en los modelos que estos proporcionan, y que emotividad generan a su vez en el pequeño.
Desde la teoría del aprendizaje social las personas aprenden determinadas respuestas a través de la experiencia directa o/ y observando la conducta de los otros. Teniendo como ejemplo la agresividad, se entiende que las conductas agresivas están relacionadas con el aprendizaje social de una determinada concepción del mundo y la familia juega un papel importante U
No obstante, los padres no son los únicos agentes de socialización con quienes se encuentran los niños en su vida, incluso siendo muy jóvenes. Los amigos y conocidos de los niños también les enseñan a actuar en ciertas situaciones, sirviéndoles de modelos y recompensándoles con aceptación o incluso con a probación abierta cuando se comportan de manera que los otros consideran apropiada (Berkowitz, 96: 191).
Por otra parte, la escuela como espacio de socialización de las emociones influirá directamente a través del diseño curricular base, los proyectos curriculares de centro y el currículo planificado por el profesor. Ya las influencias indirectas son aquellas determinadas por el currículo recibido por el niño y el currículo oculto (Colom, 1997). Por lo tanto, los profesores influirán directamente a través de la formación intencionada e indirectamente a través del modelado y sus interacciones con sus alumnos.
En eumed.net: |
1647 - Investigaciones socioambientales, educativas y humanísticas para el medio rural Por: Miguel Ángel Sámano Rentería y Ramón Rivera Espinosa. (Coordinadores) Este libro es producto del trabajo desarrollado por un grupo interdisciplinario de investigadores integrantes del Instituto de Investigaciones Socioambientales, Educativas y Humanísticas para el Medio Rural (IISEHMER). Libro gratis |
15 al 28 de febrero |
|
Desafíos de las empresas del siglo XXI | |
15 al 29 de marzo |
|
La Educación en el siglo XXI |