4.2.1. Estrategias para el desarrollo socio emocional
Las estrategias de intervención para el desarrollo emocional son sobre todo acciones socio-educativas llevadas a la práctica. Según Álvarez (2001), la implantación de una intervención dependerá de las características del centro y de la disponibilidad del profesorado. A continuación presentamos diversas estrategias sugeridas por Álvarez (2001) para la implantación de programas en el ámbito de la educación emocional. Las utilizaremos como referencia, puesto que nuestro interés es conocer las posibles estrategias para el desarrollo de las competencias emocionales.
ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN |
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Basado en Álvarez (2001: 52-53)
Estamos de acuerdo con Álvarez (2001), cuando comentan que probablemente la estrategia más apropiada para desarrollar actividades de educación emocional sea a partir del Plan de Acción Tutorial, aunque se podría utilizar de manera inicial a través de los programas en paralelo y las asignaturas optativas.
4.2.2. Destinatarios y agentes
Soldevilla, Ribes, Filella y Agulló (2006) comentan que <<Los programas de educación emocional centran su intervención en la adquisición de competencias básicas para afrontar situaciones que la vida, y a su vez, fomentan el desarrollo integral del individuo. Pueden tener tanto carácter preventivo como de tratamiento>>.
El desarrollo de las emociones es fundamental y necesario para cualquier individuo, incluso debe ir dirigido no solo a los alumnos, sino a los profesores de todos los niveles educativos. Sabemos que tanto los niños, los adolescentes, como los adultos necesitan interaccionar con su medio. Por lo tanto, el desarrollo integral del ser humano, incluye desarrollar las competencias emocionales, con la finalidad de capacitar al individuo para afrontar los retos de la vida cotidiana, con el objetivo de aumentar el bien estar personal y social (Bisquerra, 2000: 243).
Basado en Álvarez (2001:55)
Como vemos, todos pueden ser destinatarios de los programas de desarrollo emocional. No obstante, para que estos agentes puedan impartir conocimientos sobre emociones y contribuir al desarrollo emocional, es indispensable que su formación sea la apropiada. De esto se deriva la necesidad de considerar al profesorado como destinatarios de la educación emocional. Sólo así podrán llegar a ser agentes efectivos (Álvarez, 20001: 55).
Como se ha mencionado, la finalidad de la educación emocional es el desarrollo de las competencias emocionales-tema de nuestro interés. A partir de esta conceptualización hemos realizado una recogida de programas de intervención que contemplara el constructo estudiado.
Bisquerra (2003) afirma que la educación emocional es una innovación educativa que se justifica en las necesidades sociales. La finalidad es el desarrollo de competencias emocionales que contribuyan a un mejor bienestar personal y social. Para ello se requieren una serie de condiciones interrelacionadas: en primer lugar diseñar programas fundamentados en un marco teórico. Para llevarlos a la práctica hay que contar con profesorado debidamente preparado; para apoyar la labor del profesorado se necesitan materiales curriculares; para evaluar los programas se necesitan instrumentos de recogida de datos, etc.
4.2.3. La formación de los docentes
Otro punto, que debemos tener en cuenta es el de la formación del profesorado, aspecto fundamental para desarrollar las actividades de intervención. Castro (2005) comenta que la falta de formación de los docentes para iniciar un proceso educativo de intervención puede fracasar si el profesorado no tiene una buena formación.
“Formar competencias reales durante la etapa escolar general supone una transformación considerable de la relación de los profesores con el saber, de sus maneras de <hacer clases> y, a fin de cuentas, de su identidad y de sus propias competencias profesionales” (Perrenoud, 1999).
Los docentes necesitan formación conceptual, procedimental y actitudinal para el desempeño de distintas funciones:
Crear un clima escolar positivo: • Incorporar nuevas estrategias de aproximación curricular: |
Basado en Castro (2005: 13-14)
De los mencionados por Castro, tenemos como foco principal las competencias emocionales. Vemos que para que el profesor promueva un clima escolar positivo, a priore él necesitará de herramientas, y no sólo de la formación del “saber hacer” pero si no más bien del “saber ser”. Para desarrollar en el alumnado buenas competencias emocionales es necesario que el profesor también las tenga buenas competencias emocionales. En este sentido tal como ha sido mencionado, tener Consciencia emocional, auto-control, buenas capacidades comunicativas y etc. Son muy importantes en la labor educativa, por no decir que son fundamentales.
Siguiendo el enunciado de Darder (2003: 37) la educación emocional tiene como objetivo educar las emociones. Y en primer lugar tenemos que educar las nuestras, porque como educadores, como padres y / o como adultos, representamos ante los chicos y las chicas un valor modelo que tiene que ser el reflejo de una actitud afectivo-emocional integradora. Educar con actitud emocionalmente sana implica adoptar una actitud vital:
- Relajada y receptiva,
- Cálida y cercana;
- Honesta y dignificante;
- Responsable y comprometida;
- Voluntariosa y flexible.
Es muy conveniente que el educador (en este sentido los propios padres, madres, maestros o responsables de la educación de los niños o niñas) tenga una base teórica-práctica de las emociones. Saber manejar las emociones, transmitirlas y regularlas, así como tener una postura empática y en resumen, ofrecer lo que hay de mejor al entorno es una propuesta innovadora y creemos que posible.
4.2.4. Programas de desarrollo emocional
Los programas de intervención en educación emocional, trabajan dimensiones de las competencias emocionales. Suelen abordar aspectos como las habilidades emocionales, sociales y de resolución de conflictos. En el cuadro a continuación se resumen los modelos de educación emocional más representativos fuera y dentro de España.
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Fuente: Sala et al (2002). |
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Los programas que presentamos, podemos decir que se relacionan con los aspectos de la compresión emocional tanto propia como de los demás, la expresión emocional, la autoestima y las relaciones interpersonales. Son programas para trabajar en el contexto del aula o en tutorías. Son programas y que en el marco educativo tienen un papel fundamental para la socialización del individuo con su entorno y su auto eficacia percibida. |
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