La tradición de la separación de la emoción y la razón preconizada por Descartes se extendió durante siglos. Tal supuesto se reflejó en la psicología y a la vez se alojó en la educación. Así como vemos, el modelo de enseñanza conocido hasta hace poco tiempo, estaba totalmente dirigido al desarrollo cognitivo del alumnado, el cual adquiría un conocimiento instrumentalizado, sabido que los alumnos no eran vistos como seres con inspiraciones, sentimientos y emociones. La enseñanza negó durante mucho tiempo la parte más subjetiva del alumnado, su emocionalidad. Eso porque una de las creencias fuertemente arraigadas en nuestra cultura ha sido durante muchos siglos la de que la razón y las emociones constituyen dos aspectos claramente diferenciados en el ser humano Sastre y Moreno (2002).
Vemos en la rutina académica alumnos que sufren diversos tipos de déficits emocionales, que podrían ser remediados si la escuela proporcionara condiciones para potenciar sus competencias emocionales. Es común encontrar en el aula alumnos que tienen dificultades en expresar sus sentimientos. A veces tienen un buen desempeño en las evaluaciones semestrales, pero no tienen seguridad emocional para hablar en público y defender sus ideas. Muchos de estos alumnos están lejos de tener una comunicación asertiva, no saben decir lo que sienten, no saben expresar sus inquietudes y mucho menos decir no. El temor a ser criticados por los colegas y profesores paraliza cualquier actitud manifiesta; sienten miedo de ser subyugados y con esto se corta la posibilidad de cualquier tipo de interacción. Este tipo de caso es muy frecuente en las escuelas. A lo mejor el verdadero origen de la falta de interacción de estos alumnos es el resultado de una baja autoestima, vergüenza, miedo, falta de credibilidad en los demás, o sea, algún tipo de habilidad emocional que falta ser desarrollada, pero que se reflejaría muchísimo en el crecimiento del individuo como un todo. Según Abarca (2000) buenas competencias emocionales del alumnado es un aspecto fundamental para el alumno interactuar en el contexto escolar de forma adecuada.
Por otro lado, hay también alumnos conflictivos en el aula, que no respecta ni los compañeros, ni tampoco los profesores. Son alumnos que no tienen Consciencia emocional y transgreden las reglas necesarias para mantener la buena convivencia. Por otro lado el profesorado muchas veces no saben cómo actuar, qué estrategias utilizar para invertir tal cuadro.
De esta manera, entendemos que la educación debería hacerse cargo del desarrollo del individuo tanto en el ámbito cognitivo, como emocional. No basta tener un alto Coeficiente Intelectual para triunfar en la vida. Castro (2005) comenta que está demostrado a través de varios estudios llevados a cabo sobre personas superdotadas intelectualmente, que a pesar de esta virtud, no han conseguido tener éxito por falta de habilidades emocionales fundamentales para la comprensión del sujeto y la adecuación a su medio. Son muchas las dificultades inherentes al desarrollo existencial, y estas sólo pueden ser superadas si tenemos motivación, perseverancia, autoestima, auto-control, habilidades sociales, empatía… palabras sencillas pero indispensables para seguir adelante.
Sin embargo, paulatinamente algunas instituciones escolares van abriéndose a nuevas experiencias. Hoy en día, son una realidad los programas de educación emocional que están siendo introducidos en las escuelas con la finalidad de mejorar las capacidades emocionales, con vistas a la integración del alumnado con su entorno. En este contexto, la educación formal ejerce no sólo el papel de desarrollar cognitivamente al individuo, sino también de aportar condiciones para su desarrollo emocional, posibilitando que el mismo interactúe de forma positiva con el medio. A través de los programas pautados en la educación emocional, el alumnado aprende habilidades emocionales para afrontar las situaciones del día a día evitando las conductas emocionales inadecuadas; de esta manera favorecen la resolución de conflictos tanto en el ámbito personal, como en el interpersonal.
Bisquerra (2000: 243) define la educación emocional como un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional siendo un complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral. Para ello se propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones con objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que plantea en la vida cotidiana. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social.
El término educación emocional es relativamente nuevo, sin embargo, muchos trabajos ya habían sido llevados a cabo en las escuelas bajo otras definiciones, pero con la misma finalidad de capacitar emocionalmente a los individuos. Uno de los trabajos pioneros en el ámbito escolar es citado por Daniel Goleman (1995), quien señala la experiencia vivida por la directora de una escuela privada Karen Stone McCown (creadora del programa Self Sciense). Se refiere a un estudio que fue aplicado en Nueva Learning en San Francisco-California, cuya experiencia puede considerarse como un curso modelo de inteligencia emocional, ya que se trata de orientar la toma de Consciencia del yo, el aprendizaje no sucede desvinculado de los sentimientos de los alumnos.
El programa ABC de la inteligencia emocional, se orienta a que los estudiantes aprendan a identificar y manejar mejor sus emociones, reconociendo sus sentimientos, posibilitando el auto-control y despertando la necesidad de comprender a los demás, mejorando de esta forma las relaciones interpersonales. En este sentido lo entendemos como un modelo de mejora al desarrollo de las competencias emocionales, el cual contribuye a la prevención de resolución de conflictos tanto en el nivel personal como interpersonal.
“A primera vista, la clase de Self Sciense parece algo tan normal que uno difícilmente cree que pueda llegar a solucionar los dramáticos problemas a los que se enfrenta. Pero, al igual que ocurre con la educación en el hogar, las lecciones, pequeñas pero eficaces, se imparten de manera regular a lo largo de muchos años. De este modo, el aprendizaje emocional va calcando lentamente en el niño y va fortaleciendo ciertas vías cerebrales, consolidando así determinados hábitos neurales para aplicarlos en los momentos difíciles y frustrantes. Y, aunque el contenido cotidiano de las clases de alfabetización emocional pueda parecer trivial, sus efectos -el logro de seres humanos completos- resultan, hoy en día, más necesarios que nunca para nuestro futuro” (Daniel Goleman, 1995: 384).
Así pues, se refiere a un programa de educación emocional, el cual tiene como objetivo ofrecer el fortalecimiento de las capacidades de la competencia emocional en los individuos. Poseer capacidades no asegura que éstas se utilicen bien. Una de las tareas de la educación emocional es enseñar estrategias a los individuos para saber utilizar dichas capacidades, o sea volverse competente emocionalmente.
Durante la década de los 90, nace la organización CASEL- Collaborative For The Advancement Of Social And Emotional Learning, fundada en el Departamento de Psicología de la Universidad de Illinois de Chicago (EE.UU.), que se constituye como un movimiento crítico a la psicología escolar tradicional, la cual había dejado en segundo plano las emociones y sentimientos, valorando sobre todo la lógica y la lingüística. En este contexto, CASEL presta apoyo para que los educadores lleven a cabo el desarrollo de programas para el aprendizaje emocional destinado a los estudiantes preescolares y escolares. A su vez dichos programas combinan elementos desde diversas perspectivas y preconiza el desarrollo de las competencias emocionales, proporcionando habilidades para que el individuo interaccione de forma adecuada en la escuela, en la familia y en la comunidad en la que vive.
En esta misma línea citamos el GROP (Grup de Recerca en Orientació Psicopedagògica) del Departamento MIDE (Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación) de la Universidad de Barcelona, se trata de un grupo de investigación constituido desde 1997, coordinado por el Dr. Rafael Bisquerra Alzina. Entre las diversas actividades desarrolladas por el GROP, destacamos:
- Cursos de educación emocional;
- Orientación, información e formación con relación a la educación emocional;
- Diseño y evaluación de programas de educación emocional.
En la actualidad el GROP está implicado en la creación de materiales curriculares a utilizar por el profesorado en los programas de educación emocional. En este contexto podemos destacar que el GROP busca proporcionar herramientas tanto para todo aquello relacionado con la investigación, ofreciendo herramientas para que la escuela continúe desempeñando un papel fundamental en la formación de la potencialidad tanto en el ámbito cognitivo, como también en el emocional.
Desde la Universidad Autónoma de Barcelona, tenemos el DPE (Desenvolupament Personal i Educació) grupo de investigación interdisciplinar e interdepartamental en el ámbito de las emociones.
Dentro los proyectos y líneas de investigación llevados a cabo por el grupo DEP, enunciamos :
A parte de los estudios realizados por el DEP en la Universitat Autónoma de Barcelona, merece especial atención los estudios de Sala (2002) sobre “La docencia y las competencias emocionales en estudiantes de ciencias de la educación” , la cual averigua las competencias emocionales y los estilos educativos y contrasta los estilos educativos de los estudiantes de las diferente especialidades de las Ciencias de la educación. Para ello, utilizó el test EQ-i (Bar-On, 1997) y los estilos educativos de Magaz y García (1998), en una muestra conformada de 249 estudiantes de diferentes cursos. En términos generales, se concluyo que las competencias emocionales inciden en las ideas previas de los futuros docentes, y se plantea la necesidad de considerar estas competencias en los curriculums de los profesionales de la educación.
Otra experiencia de estudio, que tiene en cuenta que la competencia emocional es importante a lo largo de todo ciclo vital del ser humano, es el Equipo de Orientación Psicopedagógica de la Universidad de Lleida y Equip Escola Gran de Lleida, están llevando a cabo un programa piloto de educación emocional dirigido a personas mayores que tiene como finalidad proporcionar el bienestar personal y social posibilitando capacidades para el afrontamiento de diversos tipos de problemas personales. Por lo tanto, educar las emociones es un medio de uno sentirse emocionalmente bien, independiente de la edad.
Para finalizar este apartado, observamos que nunca es tarde para educar nuestras emociones. Siempre es hora de aprender a ser mejor como ser humano, saber vivir en armonía consigo mismo y el entorno. En este contexto la escuela como medio formal para el desarrollo del adiestramiento emocional, ejerce un papel imprescindible en la educación de niños y adolescentes. Esta debe proporcionar condiciones para que en el alumnado se despierte la motivación, la autoestima, auto-control… capacidades emocionales pertinentes al equilibrio del individuo con su medio. En este aspecto recordamos la máxima de Socrátes que nos dice <<Conócete a ti mismo>>. Entendemos así, que esta puede tener su viabilidad a través de la educación emocional. De esta manera la persona que se conoce a sí misma, indudablemente sabe identificar y etiquetar sus sentimientos y emociones. La contribución del aprendizaje emocional reside en proporcionar al individuo la formación para la vida, el resultado se traduce en habilidades para afrontar los retos diarios, y por lo tanto, se consigue como fruto la resolución de conflictos tanto personales como de conflictos interpersonales.
En líneas generales, presentamos en los apartados abajo, los aspectos más pertinentes a cerca del desarrollo emocional en la infancia hasta la fase adulta. Inicialmente abordaremos sobre los vínculos de apego con el cuidador en la infancia y la importancia del vinculo de apego para el establecimiento de las relaciones interpersonales en la fases posteriores del desarrollo humano. Comentaremos sobre la expresión emocional, la consciencia y regulación emocional. Todos estos aspectos consideramos oportunos comentar por el hecho de servir de base para nuestro estudio.
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