CARACTERIZACIÓN DEL DISCURSO DE SIMÓN RODRÍGUEZ Y SU INCIDENCIA EN LA CONCEPTUALIZACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

Guillermo Briceño Porras

 2ª Premisa. Vigencia del marxismo.

Pierre Masset (1977), EL marxismo en la conciencia moderna, demuestra la actualidad del marxismo. Todo juicio sobre el marxismo, no puede ser válido si no lo preside un examen de los múltiples aspectos que reflejan la doctrina marxista. Sartre (1960), Crítica de la razón dialéctica, presenta al marxismo como: «la filosofía insuperable de nuestra época» por la indisolubilidad como construyó las relaciones entre lo social, político e ideológico–cultural. Al plantear temas sobre el patrimonio cultural, es necesario aceptar o negar la concepción ideológica del marxismo porque, temas y términos referidos al ámbito patrimonial, denotan o connotan una interpretación de la realidad vinculada a los modos de pensar, sentir y actuar convertidos en ideología por Carlos Marx.
Pablo VI (1967), Carta Encíclica: El Desarrollo de los Pueblos, advirtió, en nota a pié de página, que se empleaba el concepto de planificación porque «ya es aceptado como expresión y término sin la connotación marxista original». Lo mismo sucedió con los aportes de Roger Garaudy, Henri Lefebrvre, Gilbert Mury, Louis Althusser, Jean–Paul Sartre. Igual, en la práctica teológica con los grupos de Izquierda Cristiana; Cristianos por el Socialismo; Teología de la Liberación, que ven en el marxismo un efectivo método de análisis de la realidad. De esta manera, el concepto de lucha de clases se incorporó a la terminología de los sectores progresistas de la iglesia. Un documento del Episcopado francés de 1972, estableció la pluralidad de pensamiento antes desconocida: «un hecho nuevo irrumpe hoy en la actualidad social. Cristianos de diversos medios ¾obreros, rurales, intelectuales¾ expresan sus vivencias en términos de lucha de clases.».
Alfred Ancel, (1977), obispo–vicario general de Lyon, publicó: La interpretación cristiana de la lucha de clases. La argumentación concuerda con las ideas expuestas por Simón Rodríguez, pero hubo que esperar doscientos años para que un obispo se atreviera a expresarse en términos de lucha de clases lo planteado por Simón Rodríguez.  La Sociología es terreno donde la influencia de la ideología marxista ha sido más consistente. Las siguientes nociones de origen marxista, según el Diccionario de Comunismo Científico (1981), se encuentran en los escritos de Simón Rodríguez: clase social, modo de producción, plusvalía, proletariado, dialéctica, relaciones de producción, capitalismo, crítica y autocrítica, división del trabajo, explotación del obrero, revolución, reforma social, colonialismo, masas sociales.
En la lingüística es notoria la influencia marxista. Stalin lo comprueba en su estudio: A propósito del marxismo en lingüística, citado por Pierre Masset (1977):
El lenguaje no pertenece ni a la base ni a la superestructura. No está determinado solamente por el nivel de producción material y por eso las estructuras de una lengua tienen una vida mucho más larga que la de las estructuras económicas por lo que, aunque sufre las consecuencias de las influencias de clase, el lenguaje no es simple ideología.

Joseph Ballart Hernández y Jordi Juan i Tresserras (2001), Gestión del patrimonio, consideran que la interpretación del patrimonio se convierte en un instrumento de planificación entro de la estrategia de desarrollo territorial porque: «la interpretación del desarrollo es siempre un arma ideológica que puede afectar la forma de vida de la población». Gran parte de la planificación de las actividades culturales requieren contar con tiempo libre. Carlos Marx señaló acertadamente: «La medida de la riqueza ya no será… el tiempo de trabajo sino el tiempo libre. Mientras mayor sea el tiempo libre mayor será el tiempo dedicado al fomento de la cultura» […] Ahorrar tiempo laboral equivale a aumentar el tiempo libre, es decir, el tiempo para el desarrollo pleno del individuo».
György Lukacs:
Pero cuando se reflexiona con la mirada puesta en la realidad, resulta, por el contrario, que solamente a través de la mediación de una esfera tal pueden ser comprendidas científicamente las interrelaciones e interacciones entre el mundo económico-social y la vida humana. Los hombres ―en su particularidad― se adaptan a las formas sociales que sus fuerzas productivas hacen nacer cada vez concretamente.
   
La siguiente referencia de Xavier Zubiri, esclarece la interpretación que Simón Rodríguez hace de la trascendencia del ser en el tiempo. Un tiempopara que el hombre busque su vida, para que se instruya, pero de la misma manera es el tiempo que se niega al Proletario.

Xavier Zubiri:
Nadie puede proyectar exhaustivamente la realidad que va a resultar de la realización de su proyecto, aun en el supuesto de que no se interpusiera ningún otro elemento. Y esto porque la realización agrega inexorablemente el carácter de realidad a lo que no era sino proyecto. La realización del proyecto trasciende constitutivamente del proyecto mismo; es más, pura y simplemente, por el hecho de ser realización. La realidad trasciende el proyecto tanto porque el proyecto emerge de ella como porque es en ella donde se va a insertar el proyecto.
  
Simón Rodríguez: [Se subrayan conceptos]
El tiempo se nos irá en escoger, entre los caracteres sobresalientes, lo que sobresalen más,, i, todos sobresalen a un tiempo, porque todo es exterioridad.―Una desconfianza general afecta todas las clases― unas a otras se temen, sin poder determinar la causa. (T. I. 332)
Les dirán que quieren hacerlos trabajar POR POCO, para que no tengan tiempo de aprender lo que no les toca saber que los tratan de PROLETARIOS, que quiere decir gente buena para hacer CRÍA. (T. I. 319)

El análisis del tiempo libre, de la alienación y la dialéctica, conlleva una obligada referencia a la clásica obra de Thorstein Veblen (1963), Teoría de la clase ociosa, escrita en 1899 y puesta en vigencia en Latinoamérica en la década de los años 60. La diferencia de clase se fomenta por la herencia de riquezas y de hidalguías o al trocar el título universitario en el título nobiliario.
La descripción de la entrega de Simón Bolívar a la custodia de Simón Rodríguez es una clara referencia a la clase ociosa:
Nosotros, y especialmente yo, María Antonia, hemos profesado siempre un extremado amor a este hermano […] siendo de la primera distinción en la ciudad, y de superabundantes rentas para conservar el decoro y honor que heredó de sus padres. […] no es decoroso a la distinguida jerarquía de nuestro hermano don Simón, ni correspondiente a sus rentas y facultades que se le destine a una escuela pública […] porque gozando como goza de superabundantes rentas que alcanzan a ocho mil pesos anuales, es más justo y decoroso, que se le señale con competente dotación, un ayo, o sacerdote secular, u otra persona de probidad, instruida, virtuosa y adornada de todas las circunstancias y cualidades necesarias para que se encargue de darle noble educación correspondiente a su nacimiento,  […] Se le expone a olvidar los sentimientos de honor, de hombre de bien, y de su nacimiento, y a que se abandone, se profugue y se pierda. […] y lo que es peor, en juntas de otros muchachos no de su clase… (T. I. 164-172)

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