Ignacio Ellacuría (1990), Filosofía de la realidad histórica, el jesuita mártir, muerto en El Salvador por la extrema derecha militar, culminó su escritocon la siguiente reflexión, oportuna para plantear los requisitos que requiere la Teoría como prueba de verdad. [Se destaca la idea principal]
La verdad de la realidad no es lo ya hecho; eso sólo es una parte de la realidad. Si no nos volvemos a lo que está haciéndose y a lo que está por hacerse, se nos escapa la verdad de la realidad. Hay que hacer la verdad, lo cual no supone primariamente poner en ejecución, realizar lo que ya se sabe, sino hacer aquella realidad que en juego de la praxis y teoría se muestra como verdadera. Que la realidad y la verdad han de hacerse y descubrirse, y que han de hacerse y descubrirse en la complejidad colectiva y sucesiva de la historia, de la humanidad, es indicar que la realidad histórica puede ser el objeto de la filosofía.
Si, a la praxis patrimonial se le adjunta la realidad concreta de la pobreza, ésta le incorpora el momento de realización del bien común, exigencia de la justicia social. Olvidarlo sería hacer del patrimonio cultural una práctica alienante convertida en manipulación.
Mario Bunge (1975), Teoría y realidad, plantea la elección de los medios para comprobar la verdad de la teoría, para lograrlo, propone: «grupos de síntesis de la verdad que pueden denominarse sintácticos, epistemológicos, metodológicos y filosóficos». Bunge deriva veinte criterios de prueba de los cuales se analizaron aquellos que tienen mayor relación con la Teoría cuya formulación se transcribe para facilitar la aplicación de los principios sugeridos por Mario Bunge:
Mediante la dilucidación del discurso de Simón Rodríguez se hace posible reinterpretar el concepto de patrimonio cultural, a partir de la filosofía de la pobreza latinoamericana, como lo realmente heredado por el pueblo, al identificar las contradicciones sociales, producto de los antagonismos de clase y de las injustas relaciones de producción.
1º Corrección sintáctica. Está referida a la correcta manera de unir las palabras indispensables para formar oraciones y expresar conceptos. La Teoría constituyó el resultado final para lograr la mayor simplicidad del lenguaje.
2º Unidad conceptual. La Teoría se caracterizó por ser un sistema conceptual unificado. Los conceptos están ligados entre sí, y su lectura demuestra que las ideas fundamentales se vinculan entre sí: concepto de patrimonio cultural; importancia de la filosofía de la pobreza latinoamericana;
3º Requisitos semánticos. La Teoría fue redactada con exactitud semántica para evitar la ambigüedad, vaguedad y oscuridad. Se eliminaron la mayoría de los conectivos marcadores del discurso.
4º Interpretabilidad. Paul Ricœr (2006) Del texto a la acción, se pronuncia por la lógica de la hermenéutica y por un nuevo concepto de interpretación al considerar que toda lectura es posible porque el texto no está cerrado en si mismo, sino abierto hacia interpretaciones.
5º Representatividad. La Teoría reconstruye acontecimientos que explican las contradicciones sociales, antagonismos de clase y las injustas relaciones de producción.
6º Requisitos epistemológicos. La Teoría se formuló como contribución al conocimiento sobre la cultura latinoamericana y el patrimonio reconociendo que lo expuesto no concuerda con el concepto comúnmente tenido de patrimonio.
7º Capacidad explicativa. La Teoría resuelve las cuestiones de la investigación. Mario Bunge: «capacidad explicativa = alcance + exactitud» y Enrique Dussel:
La filosofía latinoamericana, que tiende a la interpretación de la voz latinoamericana, es un momento nuevo y analógico en la historia de la filosofía. […] retoma lo semejante de la filosofía pero al entrar en el círculo hermenéutico desde la nada distinta de su libertad el nivel de semejanza es análogo. La filosofía de un pueblo como el latinoamericano, es analógicamente semejante (y por ello es una etapa de la única historia de la filosofía) y distinta y por ello única, original e inimitable.
Andrés Ortiz-Osés (1997) plantea dialécticamente la comprensión de la Ética del mal: «Se trata entonces de tomar en serio el mal, el cual no es un mero accidente o privación del bien sino la accidentación misma de lo real. Para que la Teoría respondiera al planteamiento de Bunge (1975): «capacidad explicativa = alcance + exactitud», se aceptó el método dialéctico, el concepto de praxis y la teoría del conocimiento expuesta por Carlos Marx.
8º Capacidad predictiva.
Mario Bunge:
…la Teoría ha de predecir por lo menos aquellos hechos que puede explicar después de acaecidos. Pero en la medida de lo posible, debería también predecir hechos y relaciones nuevos e insospechados (sic): de no ser así, se fundará sólo en el pasado. En otras palabras, la capacidad predictiva puede descomponerse en la suma de propiedades de predecir una clase conocida de hechos y la capacidad de prever nuevos efectos.
La dilucidación del discurso de Simón Rodríguez consiste en explicar, contenidos no explícitos, en razón de hacerlos comprensibles. Bunge (1975) afirma: «La estructura lógica de la predicción es la misma que la de la explicación pero no es lo mismo que la capacidad predictiva.
9º Profundidad. Ninguna teoría es sólo un resumen de enunciados, de conjeturas. La Teoría, introduce el concepto de pobreza en el sentido que Bunge le da a las propiedades «diafenoménicas» o «trasobservacionales» (sic)para distinguirlas de las correspondientes a lo fenomenológico. Bunge:
Explicar lo observable por lo inobservable. De allí su teoría de «caja negra» en las investigaciones: aquella clase de planteamiento que atañen más a la conducta global que de la estructura interna de un fenómeno. […] las teorías de la caja negra […] satisfacen un genuino desideratum científico, a saber, el de contar con cuadros generales y globales de los sistemas reales.
10º Originalidad. La Teoría es novedosa al resaltar aspectos no descubiertos por quienes han tratado el tema del patrimonio cultural. Bunge:
Las teorías más influyentes no son las más seguras, sino las que estimulan más el pensamiento y, en particular, las que inauguran nuevas vías de pensamiento. Bunge hace suya la sentencia de Freeman J. Dyson (1958) «No hay ninguna esperanza para cualquier especulación que no parezca demencial a primera vista.
Para Bunge el requisito más importante de toda investigación es la Consistenciadesde el punto de vista de la concepción del mundo. Esta exigencia ocupó el primer lugar de atención para acceder a la problemática de la racionalidad del patrimonio. Bunge concluye con la pregunta:
¿Existen otros criterios? La aplicabilidad práctica es bastante irrelevante con relación a la verdad. El carácter operativo no puede ser satisfecho si se permite que intervengan predicados métricos y/o trascendentes (teoréticos) cosa que debe ocurrir si la teoría pretende ser exacta.
La pregunta de Bunge se adecua con la finalidad de la Teoría cuyos fundamentos trascendentes se analizan en el próximo capítulo.
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