CARACTERIZACIÓN DEL DISCURSO DE SIMÓN RODRÍGUEZ Y SU INCIDENCIA EN LA CONCEPTUALIZACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

Guillermo Briceño Porras

2.  Gestión y praxis. Papel crítico del Patrimonio.

Alex Muccielli (2001), Diccionario de métodos cualitativos en ciencias sociales, indica que la perpetua evolución de la sociedad hace que las concepciones epistemológicas cambien, al considerarlas en la dimensión de la investigación cualitativa: «Cuyos fundamentos fenomenológicos, interaccionista simbólico y dialéctico provocarán que se ponga en marcha un proceso que tenga en cuenta la complejidad de las situaciones, sus contradicciones, la dinámica de los procesos y los puntos de vista de los actores». El modelo habermasiano seguido en la investigación enfatiza: «la filosofía analítica se ha mantenido como una prosecución de la teoría del conocimiento con otros medios». Habermas manifiesta que la hermenéutica es «esencialmente conservadora», un tipo de conocimiento que se apoya en un autoentendimiento de una «comunidad de procedencia» «El aseguramiento hermenéutico del núcleo vivo de una tradición depende de algo dado de manera aproblemática como acuerdo sustentador».Esta realidad no se dio en la América Latina de Simón Rodríguez por su postura de denuncia y donde la crítica política es crítica social y cultural.
Las siguientes citas lo comprueban:
El fundamento del Sistema Republicano está en la opinión del pueblo, y esta no se forma sino instruyéndolo. (T. II. 342)

La OPINIÓN no es sino un PARECER ENVEJECIDO; pero nunca la opinión envejecida podrá llamarse RAZÓN. (T- II. 386)

La opinión, en los asuntos públicos es una expresión general del Estado de las ideas sociales ― los Pueblos se dan a conocer por ella: por ella se ve si están civilizados o no. Debe, pues, cada pueblo tener un especial cuidado en formar una opinión que lo recomiende. (T. II. 390)

Cuanto más vieja es la opiniónque protege un error, mas resiste a la evidencia que la condena. (T. I. 339)

Las citas identifican la separación que Simón Rodríguez estableció entre la esfera de la vida privada y la esfera de la opinión pública y que Habermas considera: «La acomodación de la acción comunicativa a la lógica de las interacciones regidas por los medios y la deformación de las estructuras de una intersubjetividad vulnerable, no son en modo alguno procesos decididos de antemano de los que quepa hacerse cargo con unos cuantos conceptos globales».
Si se busca un momento fundador de esta identidad hay que remitirse al campo epistemológico de las estructuras subyacentes del conocimiento. La episteme es, según Ferrater Mora (2001): «el lugar en el cual el hombre queda instalado y desde el cual conoce y actúa. […] El estudio de una episteme no es por ello una historia. No es ni historia global ni historia de las ideas sino arqueología».
La teoría de la arqueología del saber de Foucault es una referencia oportuna. Según Ferrater Mora (2001):
El discurso es para Foucault una serie de procedimientos mediante los cuales se establecen líneas divisorias entre lo admitido y lo no admitido. A menudo se identifica discurso con discurso admitido ―como ocurre con la santidad y la verdad, que son los discursos admitidos, frente a la locura y la falsedad, que han sido discursos excluidos.

La hipótesis de Foucault, (2005), El orden del discurso, es:
Pienso en la oposición razón y locura. Desde la más alejada Edad Media, el loco es aquél cuyo discurso no puede circular como el de los otros: llega a suceder que su palabra es considerada como nula y sin valor, no conteniendo ni verdad ni importancia, no pudiendo testimoniar ante la justicia, no pudiendo autentificar una partida o un contrato, no pudiendo ni siquiera, en el sacrificio de la misa, permitir la transubstanciación y hacer del pan un cuerpo: en cambio, suele ocurrir también que se le confiere, opuestamente a cualquier otra, extraños poderes, como el de enunciar una verdad oculta, el de predecir el porvenir.54

Foucault emplea el símil de la locura como un «procedimiento de exclusión» «El loco es aquél cuyo discurso no puede circular como el de los otros» Simón Rodríguez se vio en las situaciones descritas por Foucault y sus palabras, consideradas de un loco, «nunca eran recogidas y escuchadas».
Simón Rodríguez:
Hace 24 años que estoy hablando, y escribiendo pública y privadamente,
sobre el sistema Republicano
y, por todo fruto de mis buenos oficios, he conseguido que me traten de LOCO.
“Los niños y los locos dicen las verdades”. (T. I. 225)

Foucault (1991), La arqueología del Saber:
…una formación discursiva no es el texto ideal, continuo y sin asperezas, que corre bajo la multiplicidad de las contradicciones y las resuelve en la unidad serena de un pensamiento coherente; tampoco es la superficie a la que viene a reflejarse, bajo mil aspectos diferentes, una contradicción que se hallaría a la vez en segundo término, pero dominante por doquier. 

Formular estrategias para la gestión y praxis de políticas patrimoniales, supone considerar la estructura temporal de la historia. Para Xavier Zubiri:
En cuanto a realización de posibilidades, la acción no es un mero hecho: es suceso. El suceso es el hecho en tanto que realización de posibilidades, en tanto que por mi opción he terminado a las potencias a ejecutar su acto de acuerdo con las posibilidades, por las que he optado. La realización de posibilidades es opción y, recíprocamente, opción es realización, cuando menos incoativa, de posibilidades.
    
Constantemente se ha interpelado el concepto de patrimonio: ¿De quién? ¿Para quiénes? Porque la posibilidad de optar es de alguien en concreto, definido necesariamente por su posición de clase. Y, cuando es el pueblo el que debe optar, la confrontación y el antagonismo de clases se manifiestan en lo referente al patrimonio y a su gestión. Para Ignacio Ellacuría se trata de una «apropiación de posibilidades» porque la conceptualización tradicional del patrimonio cultural es una apropiación como producto, según la interpretación de las «hegemonías» de Antonio Gramsci. Esta noción de hegemonía, es apropiada para identificar lo patrimonial y la gestión del patrimonio en el paso de un patrimonio de la clase dominante a un patrimonio de la clase dominada; de un patrimonio elitesco a un patrimonio popular. Para Gramsci, «La supremacía de un grupo social se manifiesta en dos momentos: como poder de dominación y como dirección intelectual y moral.

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