CARACTERIZACIÓN DEL DISCURSO DE SIMÓN RODRÍGUEZ Y SU INCIDENCIA EN LA CONCEPTUALIZACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

Guillermo Briceño Porras

2. Michel Foucault. Experiencia gnoseológica

Se adoptó el sentido que Foucault da al discurso como: «discontinuidades, cortes, umbrales, y límites. En rigor, no son los hombres los que forman el discurso, sino el discurso el que forma a los hombres». Para Foucault, las prácticas discursivas son el punto de partida de un episteme como base del conocimiento. Saber, poder, ética, resume el trabajo de Foucault, en busca racionalidad, argumentación, «lo impensado de la vida social». En los fragmentos seleccionados, el concepto de conocimiento se entiende como saber en el sentido inicial que le asignó Max Scheler, en: La esencia de la filosofía y la condición moral del conocer filosófico. (1958), Simón Rodríguez: [Se subrayan conceptos]
No hay proyecto que resista a los conocimientos difundidos en las masas (pueden decir estas a los reyes i a los realistas) […] Las Sociedades tienden a un modo de existir, muy diferente del que han tenido, y del que se pretende que tengan. Los hombres […] hartos de verse maltratados a nombre de DIOS! Del REI o de la PATRIA, quieren vivir sin REYES y SIN CONGRESOS, no quieren tener AMOS ni Tutores, quieren ser dueños de sus personas, de sus bienes y de su voluntad… quieren gobernarse por la RAZÓN que es la autoridad de la naturaleza. Razón es figura abstracta de la FACULTAD DE PENSAR. (T. I. 322)

Foucault (2009), La arqueología del saber, ofrece tres principios de originalidad de todo conocimiento: génesis, continuidad y totalización. La siguiente cita de Simón Rodríguez encaja perfectamente entre los criterios enunciados por Foucault:
No es de admirar, pues que los progresos de las LUCES SOCIALES sean tan lentos: todos los conocimientos adelantan….muchos llegan a su perfección….ellas parecen estacionarias. La IGNORANCIA, casi general, en que vive la clase inferior del pueblo….los caprichos de la clase media….y las pretensiones de la superior, son la causa―y todo es IGNORANCIA: porque, el capricho es una voluntad no motivada, y la pretensión mal fundada es voluntariedad. (T. II. 119)
 
El escepticismo y el desencanto generalizado son característicos de los años posteriores a la Independencia. En este contexto, Simón Rodríguez asumió la tarea de construir un conocimiento que respondiera a una nueva manera de interpretar el mundo por lo que es necesario volver a Zemelman: «El descubrimiento de lo real consiste en la adecuación a lo objetivo por lo cual es posible determinar diversos objetos mediante un razonamiento fundado en la función de la crítica». Al ubicar la Teoría como reconceptualización del patrimonio a partir de la pobreza, la experiencia gnoseológica de Simón Rodríguez, significó romper con los límites conceptuales de la identidad y del patrimonio. Sin embargo, según lo afirma Luís Cencillo (1997), Realidad y significado: «…ni la ciencias ni la reflexión (especialmente en gnoseología) han acertado a enfocar ni su naturaleza ni la complejidad de sus componentes, y algo tan humano como la lengua y el valor de su significación  ha sido una y otra vez tergiversado».
El tema del sujeto es clave en Foucault y en Simón Rodríguez, ya que ambos analizan las diversas formas de sujeción a que se ve sometido el ser humano a través de las relaciones entre el conocimiento y el poder. Luís Cencillo señala: «Por eso [las creencias] han de ser tomadas epistemológicamente en serio, ya que constituyen una propiedad universal y constante del «estar–en–el–mundo».10 Esto pone de manifiesto que el patrimonio, dadas sus expresiones simbólicas, pudiera interpretarse como una creencia más, producto de las significaciones que los grupos elitescos de la sociedad le atribuyen. Foucault define poéticamente las significaciones o identidades ocultas: «…en su superficie sin profundidad, en el volumen indeciso desde donde nos llegan, vibrando alrededor de su núcleo inasignable, sobre su suelo que no es más que una ausencia de suelo».
José Muñoz Pérez (1955), Los proyectos sobre España e Indias en el siglo XVIII: El proyectismo como género. Analiza el proyecto como género literario y apunta que tuvo su origen en las Sociedades Económicas españolas fundadas en América, al igual que en España. Muñoz Pérez las define: «una forma de ver, planear y resolver problemas a partir de las experiencias personales». Considera que las ideas de Pedro Rodríguez de Campomanes (1723-1802), Discurso sobre la Educación Popular de los artesanos y su fomento, originaron el proyectismo como géneroy se reflejaron en la creación, por Simón Rodríguez, de la Sociedad Económica en Chuquisaca en 1825. La razón del proyectismo es la preocupación por mejorar la acción de gobierno, presentando vías de solución vinculadas a las experiencias personales.

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