CARACTERIZACIÓN DEL DISCURSO DE SIMÓN RODRÍGUEZ Y SU INCIDENCIA EN LA CONCEPTUALIZACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

Guillermo Briceño Porras

1. Libertad de cultos y proyectos de colonización.

Dos asuntos que Simón Rodríguez, vinculó a la identidad nacional y a lo patrimonial. [Se subrayan conceptos]
CULTOS. Todos los que hacen sectas o las encabezan son Sectarios, i los que las siguen.. Secuaces; pero los Gobiernos deben considerar que la pluralidad de Cultos no es admisible en todos lugares, en todos tiempos ni en todas circunstancias. (T. I. 344)

La introducción de CULTOS en Suramérica es intespectiva. ¡Qué vendrán los Misioneros a enseñar, que nuestros Clérigos no estén ya cansados de saber? Estos han estudiado, meditado, elegido, adoptado… ¿No saben los Misioneros que la América Española, está ocupada, hace tiempo, por Católicos Romanos? ― ¿ i que los Ministros de este culto cuidan de propagarlo entre los Indios? Si lo saben y vienen debe ser… o con el fin de establecer nuevos cultos, o con el de usurpar destinos en el servicio del altar: lo uno es introducir la discordia entre los fieles ― lo otro es tratar de ineptos a nuestros sacerdotes: perdonen los señores Misioneros,, su empresa anuncia algo de terrestre ―algo de Soberanía temporal.
Si el fin es facilitar al comercio, el ejercicio público de su culto, la empresa es entonces Mercantil ― es un medio de atraer el mercado ― es una condición puesta por los comerciantes a su permanencia en el país. (T. I. 353)

También se toca en el Pódromo la libertad de cultos; no como cultos, sino como motivo de enredar. Los hijos de los Españoles gozan de la inapreciable ventaja de no conocer sino un culto ¿para qué traerles 74? No pretendan los Ingleses introducir la cherchomanía en el Sur, como la introdujeron en el Norte de la América, y nada se dirá sobre los efectos de la diversidad de cultos en otros países. Muy buenos serán alla―quédense, pues, allá, y dejen a los americanos tocar sus campanas (que bastante tienen) a su modo: déjenlos en paz por este lado (que bastantes motivos de discordia tienen) (T. II. 88)

El argumento de mayor peso se fundamenta en el negocio mercantil que está detrás de la introducción de los nuevos cultos evangélicos: «Si el fin es facilitar al comercio, el ejercicio público de su culto, la empresa es entonces Mercantil ― es un medio de atraer el mercado ― es una condición puesta por los comerciantes a su permanencia en el país».
A través de la noción de Kultur de Georg Simmel (1986b), Sociología: Estudios sobre las formas de socialización, se vislumbró la posibilidad de acercar la cultura subjetiva a las exigencias del orden social. La principal contribución de Simmel es el análisis de los procesos de individualización y socialización que se observan claramente en la obra de Simón Rodríguez. El concepto de cultura ―tal como lo entendió Georg Simmel― (2000), El conflicto de la cultura moderna, es probablemente el de mayor similitud al expresado por Simón Rodríguez a partir de dos dimensiones: una filosófica y otra sociohistórica. Desde la perspectiva filosófica, ambos definieron por cultura, al cultivo que los individuos ejercen sobre su interioridad. El hombre sólo cultiva, en un sentido estricto, aquellas fuerzas, capacidades, facultades, que se encuentran latentes y son constitutivas de su ser. Se desprende que el ser humano puede hacer de su propio cultivo una finalidad, y establecer los medios objetivos para orientar sus fuerzas volitivas, la aspiración del alma a realizarse. La dimensión sociohistórica del concepto de cultura posee un marco temporal y espacial definido, esto es, la cultura objetiva del lenguaje y de los saberes. En este sentido, Simón Rodríguez le asignó importancia al mundo del trabajo según el pensamiento de Marx. Mundo de la infraestructura económica como la base de la sociedad, como epifenómenos, cristalizaciones o efectos mecánicos de la infraestructura.

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