CARACTERIZACIÓN DEL DISCURSO DE SIMÓN RODRÍGUEZ Y SU INCIDENCIA EN LA CONCEPTUALIZACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

Guillermo Briceño Porras

Corolario

Después de su salida de Venezuela en 1797, Simón Rodríguez no regresó y son extremadamente fuertes los conceptos emitidos sobre su patria. En carta a José Ignacio París fechada en Túquerres, el 30 de enero de 1847:
Yo estoy cansado de verme despreciar por mis paisanos. Abogaré si, por la primera enseñanza, como lo he hecho siempre, porque mi patria es el mundo, y todos los hombres mis compañeros de infortunio. No soy vaca para tener querencia, ni nativo para tener compatriotas. Nada me importa el rincón donde me parió mi madre, ni me acuerdo de los muchachos con quienes jugué al trompo. (T. II. 538)

Su discurso se realiza desde la utopía. Este «desde», según Horacio Cerrutti Guldberg (2006), Identidad y dependencia culturales, «…alude a un espacio social. Asume la perspectiva de los marginados o excluidos de los beneficios del sistema imperante. No en cuanto tales, sino en cuanto a la justicia que les es debida».108 La Ilustración europea fue el proceso de aculturación y con mayor precisión de transculturación, según el concepto acuñado por el cubano Fernando Ortiz, (1940), Engaño de las razas: «lo transcultural está formado por el doble proceso de desculturación y neoculturación en el tránsito de una cultura a otra como resultado del choque o interacción en un mismo medio de dos o más grupos culturales».

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