Niall Ferguson (1999), Historia Virtual. ¿Qué hubiera pasado si…? Cuando los acontecimientos se quieren revivir se corre el riesgo de hacer historia contrafactual, llamada también historia alterna, o ucronía: aquella que es fuente de ficción. La vida de Simón Rodríguez se presta para ello. No se podría tener una verdadera comprensión del pasado si se intentara dar respuestas a preguntas como: ¿Qué hubiera sucedido si el general y presidente de Bolivia, Antonio José de Sucre hubiera aceptado el proyecto educativo de Simón Rodríguez?
Sucre se dejó gobernar por cuatro simples, entre ellos el señor Jámes y un capellán de monjas llamado Centeno, se empeñaron en limitar todo a Cochabamba, con desprecio a los demás departamentos. […] Las putas y los ladrones eran los hijos del país. Esto es, los cholitos y las cholitas que ruedan en las calles y que ahora serían más decentes que los hijos y las hijas del señor Calvo. (II. 377)
Cabe especular: de no haber existido la confrontación entre Simón Rodríguez y Sucre, el proyecto de educación popular que se iniciaba evitaría muchos de los problemas que confronta Latinoamérica.
Si el Gobierno de Bolivia, en el año 26, se hubiese tomado el trabajo de examinar el plan, hubiera conocido su importancia ― si hubiese elegido de los que desaprobaban las razones en que debían fundarse, e impuesto silencio a los que se oponían bajo pretextos frívolos, el Alto Perú sería hoy un ejemplo para el resto de la América meridional: allí se verían cosas verdaderamente nuevas.
¿Qué hubiera sucedido si… Bolívar no hubiera propuesto la Constitución de Bolivia que le originó graves dificultades con el Perú y la Nueva Granada? ¿Si… no se hubiera enemistado con Santander? ¿Si… no se hubiera perpetrado el atentado de la nefasta «noche septembrina»?Posiblemente Simón Rodríguez no se habría expresado:
Dos ensayos llevo hechos en América y nadie ha traducido el espíritu de mi plan. En Bogotá hice algo y apenas me entendieron; en Chuquisaca hice más y me entendieron menos… Sólo usted sabe, porque lo ve como yo, que para hacer repúblicas, es menester gente nueva; y de la que se llama decente lo más que se puede conseguir es el que no ofenda. (T. II. 510-511)
La reminiscencia es el fundamento de la comprensión del pasado cuando se asume que la historia puede ser interpretada a través del círculo hermenéutico. Wittgenstein lo concibió así:
Recordar no tiene contenido vivencial.―¿Acaso no se puede recordar esto por introspección? ¿No muestra ésta precisamente que no hay allí cuando busco un contenido?―Esto sólo lo podría mostrar en algunos casos. Y no me puede mostrar ciertamente lo que significa la palabra «recordar», es decir, ¡donde habría que buscar ese contenido! La idea de un contenido del recordar me viene sólo por una comparación entre conceptos psicológicos. Es parecido a la comparación entre dos juegos. (En el fútbol hay goles, en el voleibol no.)
La interpretación de Ignacio Ellacuría (1991), La historia como actualización de posibilidades, se consideró viable para fundamentar una filosofía del patrimonio sin la cual la gestión y praxis patrimonial carecerían de sustentación.
Lo histórico consiste, entonces, en la transmisión tradente de formas de estar en la realidad, en cuanto éstas se convierten para el hombre en posibilidades. Ahora bien, dada la indeterminación de las posibilidades, sólo se puede hacerlas reales por apropiación. La apropiación es histórica, no por lo que tiene de opción personal, sino por lo que tiene de actualización de posibilidades.
El concepto de tradición tradente justifica la filosofía del patrimonio porque lo tradente deviene del término latino traditio-onis, lo trasmitido y del verbo trado-tradidi-traditum, aquello que se trasmite a la posteridad: aliiquid memoriae traditur. El latín expresa el profundo sentido que tiene la tradición cuando se deja constancia de lo trasmitido, de lo entregado por una generación a la posteridad. Ellacuría aboga por recobrar el sentido primigenio de la tradición en su significación de lo tradente, de lo entregado a conciencia, a plenitud, superando las alienaciones. Hugo Zemelman (1992), Los horizontes de la razón. Historia y necesidad de utopía, desarrolló el tema: El análisis social como análisis del presente. Planteó el problema de la conciencia histórica y las posibilidades que tienen distintas perspectivas del análisis hitórico–social.
…para elaborar una normativa crítica [histórica] se debe encontrar un eje que sirva para dar cuenta de la apertura del pensamiento, en la medida en que se trata de construirlo desde su misma historicidad. Se requiere para ello de una organización lógica que facilite un acto imaginativo y de invención para aprehender las diferentes formas en que se articulan los mundos inéditos y cristalizados de la realidad.
Edward Carr (1995), ¿Qué es la historia? introduce una significativa alusión al pensamiento de Marx:
En la síntesis final de Marx, la historia significa tres cosas, inseparables una de otra y que constituían un todo racional y coherente: el definir los acontecimientos según las leyes objetivas y primordialmente económicas; el correspondiente desarrollo del pensamiento siguiendo un proceso dialéctico; y la consiguiente acción en forma de lucha de clases que reconcilia y une la teoría y la práctica de la revolución.
En la Ley de Educación del 13 agosto 2009 se indica: «La educación regulada por esta Ley se fundamenta en la doctrina de nuestro Libertador Simón Bolívar, en la doctrina de Simón Rodríguez». Esta declaración debería nutrir las categorías de la gestión patrimonial.Marcelo Perine (1999), Sentido histórico y ético de la irrupción de los pobres en la historia y en la conciencia latinoamericana:
La historia reciente de casi todos los países latinoamericanos da testimonio de significativos avances en los movimientos populares en el plano social y político, conquistando derechos que hasta entonces no eran reconocidos en el plano jurídico–político, y que no pudieron ser alcanzados ni siquiera por los grupos sociales o los partidos políticos que pretendían representar los intereses de los pobres.
Para explicar esta nueva situación, Marcelo Perine emplea el término «breakthrough» que significa un salto cualitativo, una trasformación decisiva, un cambio de la clave interpretativa. «Un breakthrough significa el paso de una realidad anteriormente vivida, comprendida o interpretada de una determinada forma, a un nuevo modo de expresión, de significación y de vivencia de esa realidad». «reakthrough», en su origen de [break-through], tiene el significado de logro, innovación, avance, gran adelanto, progreso,cambio radical. Reencontrar el hilo de la historia ante nuevas direcciones que se vislumbran y que transforman una antigua forma de vida, preservando la identidad de aquello que le da unidad a la conciencia histórica. Perine:
…ahora podemos preguntar si la irrupción de los pobres en la historia y en la conciencia latinoamericanas puede ser interpretada como un «breakthrough» […] lo que aquí llamamos irrupción de los pobres como hecho de libertad, conlleva en sí también virtualidades que, de actualizarse, podrían convertir ese hecho en un auténtico «breakthrough» en la historia y en la conciencia latinoamericana.
Marciano Vidal (1982), La preferencia por el pobre, criterio de moralidad: «La condición de pobre, en cuanto condición de pobre, es el lugar privilegiado en el cual se manifiesta la sensibilidad ética y en la cual surge la praxis moral». Esta sensibilidad ética está presente en todo el discurso de Simón Rodríguez quien exigió un proceso histórico alternativo para los pobres lo que constituye la doctrina de la que habla la Ley de Educación. Pero es tan insólita la interpretación que se hace de su vida que uno de sus biógrafos, escribe:
Rodríguez para calmar la impaciencia que le producía no ver aparecer al Libertador, se dedicaba de lleno a ayudar a las esclavas de los señores, que no podían cuidar a los recién nacidos (hijos de los amos) y en la misma casa donde daba clases, habilitó una sala para cuidar a estos bebés. Lo ayudan las muchachas de diez y doce años. Construyó unos cajones con ruedas y ahí paseaban a los pequeñines o los llevaban a sus madres, cuando querían el alimento y ellas hacían sus faenas más tranquilas.
Al dilucidar su discurso bajo la perspectiva de la filosofía crítica se descubre la existencia de una base filosófica para «fundar la patria criolla…» como con gran tino, lo percibió Antonio López Ortega (1998), Sociedades americanas de Simón Rodríguez:
La escritura de Rodríguez aspira a una sola dimensión significante: aquella que pueda servir a la transformación de las conciencias. Para fundar la patria criolla, Rodríguez se inventa un discurso que señala vicios y activa las conciencias. Es un discurso unidimensional en la medida en que imagina un solo destino para América toda, un destino soberano de integración racial y de autonomía social.
Ignacio Ellacuría sostiene que «la unidad real de la sociedad ―no tal o cual sociedad― sino la sociedad entera del género humano llega a constituir un estricto cuerpo social por la alteridad intelectivamente aprehendida»83. Platón elaboró una sutil idea de la categoría de alteridad (heterotes) como lo contrario o enemigo del ser; lo otro del ser; lo diferente a él, aquello a lo que se le debe hacer la guerra. En el pueblo griego, romano y hebreo, privó la idea de equiparar al extranjero al concepto de barbarie, de falta de cultura. Justiniano lo describe como «aquel a quien se le niega el pan y el agua» (peregrimus fit is cui aquae et igni interdictum est) [Pandectas. 28.5 y 6] La alteridad hace relación al otro, la «otredad» de la que habló el poeta Antonio Machado. En la filosofía actual, Emmanuel Lévinas (1993), Entre nosotros: ensayos para pensar en otro, dio a conocer el sentido de la alteridad con la significación ética que caracteriza este concepto. Para Lévinas el verdadero sentido del ser sólo se consigue en la relación con el otro. Enrique Dussel (1997), Alteridad y liberación interpretar la connotación de los términos alteridad y del otro: «La filosofía latinoamericana, que tiende a la interpretación de la voz latinoamericana, es un momento nuevo y analógico en las historia de la filosofía humana… la voz latinoamericana, palabra siempre reveladora y nunca oída ni interpretada».
Simón Rodríguez dejó como legado el reto de hacer de su discurso, un medio de realización humana, una conciencia del nosotros y en consecuencia de reconocernos a partir de la alteridad. Paul Ricœr, Caminos del reconocimiento:
Ser reconocido, si alguna vez acontece, sería para cada uno recibir la plena garantía de su identidad gracias al reconocimiento por parte de otro de su dominio de capacidades.
Es en el “entre” de la expresión “entre protagonistas del intercambio” donde se concentra la dialéctica de la disimetría entre el yo y el otro y la mutualidad de sus relaciones. Y precisamente en la plena significación de este “entre” contribuye la integración de la disimetría en la mutualidad dentro del intercambio de dones.
La Latinoamericana no sale de las contradicciones heredadas. Aún no se han superado las ideologías de dominación subyacentes, a pesar que Francis Fukuyama, (1992) autor de El fin de la historia y el último hombre, declarara en defensa de la economía neoliberal:
La segunda manera cómo el desarrollo económico alienta la democracia liberal es por su tremendo efecto nivelador, debido a su necesidad de una educción universal. Las viejas barreras de clase se rompen a favor de una condición general de igualdad de oportunidades. […] La economía, así, crea una igualdad de facto antes de que se establezca de jure.
La actualidad del discurso de Simón Rodríguez se manifiesta en la concepción que tuvo sobre la libertad de imprenta.
«El estado actual de la América pide serias reflexiones…
Aprovechen los Americanos de la Libertad de Imprenta que se han dado, para consultarse sobre el importante negocio de su libertad. (T. I. 261)
Simón Rodríguez como diarista, (comunicador social) según la terminología de la época, asumió el tema de la libertad de prensa tanto para defenderla como para alertar sobre sus abusos. Con esta experienciaapreció el valor y la influencia que ejercía la imprenta sobre la opinión pública.
Opinión del autor
sobre la
LIBERTAD DE IMPRENTA
Solo dos especies de hombres abren Libros
los Curiosos y los Críticos
y en cada especie hay dos variedades. (T. II. 163)
El tema de la libertad de imprenta culmina con la siguiente afirmación:
Hagámonos perder esta impropiedad
(con otras que nos notará la Posteridad)
Dejando IDEAS dignas de nuestras LUCES
Pero,
las LUCES se ponen en algo….
¿Dónde pondremos las nuestras?....
en un CANDELABRO, sin duda,
porque son muchas
este CANDELABRO es
La IMPRENTA. (T. II. 167-169)
Blanca Muñoz (2005), Modelos culturales: «La construcción social de la realidad se enfoca como construcción mediática de la vida social. Cotidianidad y comunicación se hacen inseparables. Frente a la Teoría Critica, la ideología apenas es considerada como formación de la opinión pública». En carta a Manuel Carvajal, el 16 de diciembre de 1835, desde Concepción de Chile, le expresa la imposibilidad de opinar sobre la libertad de imprenta tal como se lo solicitó Carvajal:
Quisiera hacer… en el corto tiempo que V. me da … la exposición de mi parecer sobre la libertad de Imprenta (mejor sería decir Libertad de Instruirse, porque los manuscritos, las conversaciones y las lecciones públicas entrarían en la idea). No puedo fundarme sin discurrir, y los discursos muy reducidos o son insuficientes o dan en la oscuridad. (T. II. 518)
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