LA DIRECCIÓN DE RESULTADOS EN LAS EMPRESAS PRIVATIZADAS
Julián Castaño Guillén
En la historia de la corporativización y privatización Rusa podemos distinguir tres períodos:
- El primero abarca desde 1993 a 1995: en este periodo se lleva a cabo un programa de privatización en masa, convirtiendo la mayoría de las empresas en sociedades por acciones. Dos tercios de las acciones de las grandes y medianas empresas se transfirieron a manos privadas. Más de 41 millones de rusos se convirtieron en accionistas, privatizándose 76.000 empresas, el 80% de las empresas públicas, que pasaron a propiedad de obreros y directivos.
- Posteriormente entre 1995 y 1996, el Gobierno vende a través del sistema de subasta miles de empresas, haciéndose con el control del gobierno corporativo los directivos y gerentes frente a los obreros y ciudadanos, obstaculizando además la entrada de inversores exteriores. Este proceso carece de transparencia y disminuye la credibilidad de la corporativización.
- Por último, desde 1997 a la actualidad, la privatización se lleva a cabo entidad por entidad, sobre todo en las empresas mayores, buscando inversores estratégicos, mediante oferta competitiva o subasta. Para ello se nombran consejeros independientes que preparan a la empresa pública para la venta y posteriormente la venden.
En Rusia, después de la caída del sistema comunista las empresas públicas fueron privatizadas rápidamente, creándose bolsas de valores y adoptádose un código legal corporativo, pero a finales de los 90 el valor de las acciones era prácticamente cero. Los precios reflejaban un problema muy serio en el gobierno corporativo, mala administración de recursos y movimientos de tesorería que se producían para beneficiar a personas influyentes y proyectos improductivos.
En general, un buen gobierno corporativo es aquel que maximiza el valor de la empresa para sus propietarios. La mala experiencia en Rusia es consecuencia de la estructura de propiedad y los límites que esta puede jugar en el gobierno corporativo.
Se identifican cinco motivos para no alcanzar la maximización de beneficios:
- Operaciones continuadas de destrucción de valor en las firmas.
- Fracaso en el uso eficiente de la capacidad existente.
- Mala inversión de los recursos generados internamente.
- Rechazo los proyectos con valor neto positivo, para no asumir riesgo.
- Fracaso en la identificación de proyectos con valor neto positivo.
Los arquitectos del programa de privatización creyeron que era necesario realizar un programa de privatización muy rápido, pensando que los recursos fluirían rápidamente como consecuencia de los mecanismos de mercado, pero infravaloraron los controles que las condiciones iniciales impondrían hasta reasignar los recursos. Estas condiciones iniciales eran las siguientes:
- Empresas en una situación límite.
- La previa corporativización que se realizó transfiriéndose empresas públicas a propietarios privados a gran velocidad, preferentemente directivos y empleados. Estos directivos usaron todo tipo de mecanismos para frustrar el acceso al control de las empresas de empleados e inversores exteriores, haciéndose con el gobierno corporativo.
La conclusión más importante a la que llegan Megginson y Netter (2001), es que el uso de información privilegiada por parte del directivo ha hecho fracasar las privatizaciones en URSS y sobre todo en Rusia, concentrándose la propiedad en manos de los mismos1.
Fox y Séller (2000) concluyen que las conductas no convencionales de los ricos rusos enlazan una serie de patologías que desembocan en los fracasos continuados de los gobiernos corporativos rusos, con efectos negativos sobre la economía. Lo sucedido en Rusia contradice la teoría empírica de que el control corporativo por grandes accionistas contribuye a aumentar el valor de la empresa.