LA DIRECCIÓN DE RESULTADOS EN LAS EMPRESAS PRIVATIZADAS
Julián Castaño Guillén
La experiencia negativa de la privatización en América Latina y en algunos países del mundo empujó al Gobierno Boliviano a optar por el método de capitalización, consistente en la captación de un montante similar de inversiones a los que generaría la privatización, sin dejar de ser propietarios de la porción que pertenecía a los bolivianos1.
El programa de capitalización difiere de otros métodos de privatización en varios aspectos clave. Sus principales elementos son los siguientes:
- El Gobierno no vende las empresas de propiedad estatal, sino que crea sociedades de capital mixto en las cuales un socio privado aporta el 50% de la inversión en capital.
- La contribución del socio privado permanece en la sociedad de capital mixto, incrementando sustancialmente su valor.
- La sociedad de capital mixto se transforma en una empresa privada durante este proceso, mientras que las tenencias del Gobierno en la sociedad de capital mixto se canalizan a un programa de pensiones que proporciona ingresos vitalicios a los ciudadanos bolivianos mayores de 65 años.
Se capitalizaron seis empresas, cuyo valor en libros ascendía a 648 millones de $. La capitalización logró captar un montante de compromisos de inversión equivalente a 1.671 millones de $ en menos de cinco años.
Otra meta que buscaba el Gobierno de Bolivia era encontrar empresas capitalizadoras líderes a nivel mundial, ya que incrementaba la solidez del proceso y la credibilidad de la comunidad internacional en las empresas de Bolivia.
Cossio (2001), realiza un análisis coste beneficio, y pronostica beneficios netos para la sociedad boliviana. Además, comprueba como el proceso de privatización y capitalización permitió atraer inversión extranjera, y contribuyó a crear un marco regulador que garantiza la seguridad jurídica a la inversión privada y permitía salvaguardar los derechos y obligaciones de los distintos partícipes en el sistema económico; además, promocionó la competencia y además las finanzas públicas se vieron beneficiadas directamente por la capitalización, pues desaparecieron las cargas presupuestarias del Gobierno por las pérdidas originadas en las empresas públicas y sus necesidades de financiación.
Concluye Cossio que el impacto de la capitalización ha fortalecido el sistema económico, ha mejorado las finanzas públicas, ha contribuido a una mayor eficiencia y cobertura de los servicios básicos y ha incrementado el patrimonio neto de la sociedad.