LA DIRECCIÓN DE RESULTADOS EN LAS EMPRESAS PRIVATIZADAS
Julián Castaño Guillén
La evolución histórica del mercado de valores demuestra que las privatizaciones han tenido mucho que ver con este crecimiento, sobre todo porque las empresas privatizadas han sido las mayores en casi todos los países del mundo. Las empresas privatizadas son, a menudo, un porcentaje importante del total de la bolsa del país y también se corresponden con importantes porcentajes de capitalización del mercado total. Dos de las manifestaciones más importantes del ascenso del capitalismo intelectual y económico han sido el rápido crecimiento del volumen de operaciones y capitalización del mercado de valores y la extensión de los programas de privatización. Además, recientes estudios empíricos han llegado a resultados concluyentes sobre la relación entre el desarrollo del mercado de capitales y el crecimiento económico.
Según Boutchkon y Megginson (2000), la capitalización del mercado de valores en países desarrollados, excepto Japón, se multiplicó por 10 entre los años 1983 y 1999. En los países en desarrollo el aumento en esos 16 años fue de 26 veces. El volumen ha aumentado más aún, de 1,2 billones de dólares pasó a 37,5 billones dólares. Como porcentaje del PIB, la capitalización pasó del 51,8% en 1983 al 81,6% en 1998 ( en España del 22,6 % al 52,5%) y por volumen de operaciones del 29 al 79,3% del PIB (en España del 8,3 al 126,2%). Otro dato que avala el crecimiento espectacular del mercado de valores es que las emisiones de valores se han quintuplicado entre 1990 y 1999.
Como documentan Megginson et al.(2001), los Gobiernos han utilizado generalmente las ofertas públicas de venta para privatizar las grandes empresas públicas, incrementándose espectacularmente el número de propietarios individuales, atraídos en parte por las buenas condiciones de las ofertas. Muchos Gobiernos han promovido también la cultura de la propiedad accionarial con los programas de privatización, privatizando las empresas mayores y más atractivas económicamente. Con todo ello se ha conseguido que los programas de privatización tengan una influencia notable en el crecimiento de las bolsas de valores y en la participación individual o institucional en la propiedad de las empresas privatizadas.
La mayor recompensa del aumento de eficiencia y liquidez del mercado de valores1, además de la posibilidad de financiación de oportunidades, es la posibilidad de control. Por otra parte, el crecimiento del mercado de capitales, además de apoyar el crecimiento económico, permite a las empresas consolidar oportunidades de inversión (Megginson et al., 2000).
Un reto importante para todas las economías es crear las condiciones necesarias para la existencia de un vigoroso mercado de capitales. No es tarea sencilla, habida cuenta que se trata de una estructura compleja de instituciones legales y de mercado, tendentes a asegurar que se recibe información fiable y las decisiones adoptadas son adecuadas (Black, 2001).