LA DIRECCIÓN DE RESULTADOS EN LAS EMPRESAS PRIVATIZADAS
Julián Castaño Guillén
En la primera etapa del proceso de privatización (1985-1992), destaca el proceso de reestructuración de todo el sector público empresarial español. El buque insignia y la pieza más significativa de este proceso fue TENEO, donde se agruparon todas las empresas del INI que eran rentables o viables1. En estos años, las privatizaciones persiguen mejorar la eficiencia de la empresa pública a través de su internacionalización y la incorporación de nuevas tecnologías. Asimismo, se pretende reducir la dependencia de la empresa pública de los Presupuestos Generales del Estado, que desde 1989 a 1995, habían recibido aportaciones por valor de más 5.000 millones de €.
Tras un período de ajuste, se inicia a partir de 1986 un proceso de privatizaciones silenciosas y sin gran convicción, justificadas por supuestas exigencias técnicas, que motivó una primera caída del peso de la empresas pública (Cuervo, 1997), como muestra el gráfico 9.1 del anexo II.
Para Trigo (2004), las razones alegadas para la privatización por los responsables fueron agrupadas en tres: la supresión de las circunstancias que, en su día, llevaron a la nacionalización para evitar problemas políticos o sociales en una región o sector determinado; las empresas que operaban en sectores estratégicos y habían perdido su condición de tales; y algunas que tenían déficit en el momento de su privatización.
Durante esta primera etapa de privatizaciones el método usado fue la venta de activos, a través de subasta o negociación directa. La elección de este método se sustenta según Gámir (1999b), en los siguientes motivos:
- La mayor parte de estos casos de privatización eran empresas en pérdidas, cuestión que dificultó la venta de acciones, ya que este método es más fácil de implementar cuando las empresas que se enajenan registran beneficios.
- No se pudieron realizar ventas a los directivos de las compañías porque las empresas eran demasiado grandes, de manera que requerían un importante esfuerzo tecnológico y financiero.
- Se consideró que, dado el reducido tamaño y el grado insuficiente de desarrollo del mercado de capitales español, la entrada de nuevos valores en la bolsa hubiera afectado el comportamiento de la misma y que el mismo mercado bursátil hubiera sido incapaz de absorber tal cantidad de títulos.
Además, es importante tener en cuenta que la mayor de estas operaciones de venta se realizaron con un coste para el Estado.
En esta fase se llevan a cabo las primeras operaciones a través de OPV, Endesa 1988 y Repsol 1989, que supusieron una clara mejora de la técnica privatizadora. Al mismo tiempo, la propia técnica de la OPV se fue perfeccionando a lo largo de estas operaciones con la introducción de progresivas modificaciones, especialmente en el campo del tramo minorista que es el que presenta características diferenciadas con respecto a los tramos minoristas de otros países1. Estas características han dado lugar a que algunos autores hablen de un modelo español de colocación, algunos de cuyos rasgos han sido exportados a otros países como Italia ( Mañas, 1998).
Con este proceso llegamos a 1992 en el que el peso del sector público empresarial era similar al de 1985.