LA DIRECCIÓN DE RESULTADOS EN LAS EMPRESAS PRIVATIZADAS
Julián Castaño Guillén
Aunque es posible encontrar antecedentes que datan de finales del siglo XIX, no es hasta los últimos años de la década de los setenta cuando se sientan las bases de las privatizaciones como fenómeno a escala mundial, proceso que se aceleró en la década de los noventa. Pese a la amplia aceptación que las privatizaciones han alcanzado a nivel mundial, se observa como el peso de Europa Occidental sobre el volumen total de las ofertas ha sido muy superior.
El tratamiento de la privatización, vista como un fenómeno global, y utilizada como instrumento en la modernización del sector público empresarial a escala mundial, convierte el proceso privatizador no en una simple transferencia de propiedad del Estado al sector privado, sino en una fórmula para mejorar la eficiencia y la competitividad de la empresa dentro de un contexto actual, donde los mercados son cada vez más globales y cambiantes.
Para comprender la importancia que los programas de privatización han tenido como agentes de cambio económico, Megginson (1998) resalta los siguientes aspectos:
- Menos de diez años después del colapso del comunismo, se ha reducido espectacularmente la propiedad estatal en los antiguos países comunistas.
- Desde 1979, más de 60 Gobiernos nacionales han obtenido cerca de medio billón de dólares a través de la ofertas públicas de acciones de unas 600 empresas.
- Desde 1988, más de 70 países han recurrido a la venta directa de activos para despojarse de las empresas propiedad estatal.
En España empieza a crearse un tejido empresarial público tras la guerra civil, el cual se consolida con el nacimiento del Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941. Tras varias décadas de nacionalización e intervención pública en la actividad económica, llegamos a 1985, año en que empiezan las primeras privatizaciones.
En Europa, las privatizaciones se iniciaron tras la segunda guerra mundial, impulsadas por el Gobierno de Margaret Thatcher en 1979,y seguidas en Alemania con la privatización de Volkswagen. Los objetivos perseguidos por el Gobierno británico eran, entre otros, aumentar la eficiencia económica, disminuir la intervención del Estado en la economía, someter las empresas públicas a la disciplina del mercado, aumentar la competencia, ... amen de desarrollar un mercado nacional. El éxito del Gobierno británico, no exento de tensiones políticas y sociales, impulsó a otros países a seguir su ejemplo y vender empresas públicas. Así, los Gobiernos franceses de Chirac, Balladur y Jospin han privatizado una buena cantidad de empresas públicas, siendo la mayor France Telecom, realizada por el Gobierno Jospin. En definitiva, varios Gobiernos europeos, incluido el español, han lanzado grandes programas de privatización en los 90.
A nivel internacional, también el precursor de las privatizaciones son las nacionalizaciones, así los Gobiernos poscoloniales de Asia, África y América Latina buscaron un crecimiento rápido a través de la nacionalización.
Pues bien, los Gobiernos asiáticos llevaron a cabo un exitoso programa de privatizaciones también en los años noventa, aumentando la capitalización del mercado de valores considerablemente y encontrando situaciones dispares por el diferente desarrollo económico de los países del continente y los diferentes Gobiernos.
En América Latina se han privatizado muchas empresas destacando, entre otros, Chile, México y sobre todo Brasil por el tamaño del programa y de su economía. La severa crisis de los ochenta fue la que provoco la necesidad de una profunda reestructuración económica, destinándose una parte importante de los ingresos logrados al cumplimiento de los compromisos derivados de la deuda externa.
Aunque su desarrollo ha sido el más lento, en la mayor parte de los casos debido a la carencia de instituciones financieras y a la falta de voluntad política, en algunos países del continente africano se han llevado a cabo privatizaciones en la última década, a menudo actuando bajo presión de instituciones acreedoras, con el objeto de estimular el sector privado y atraer inversión extranjera y tecnología.
La última zona en iniciar las privatizaciones ha sido la de los países del bloque comunista, en orden a orientar sus economías hacia la de mercado. No obstante, y a diferencia de lo que ocurre en los países occidentales que privatizan empresas de mediana o gran dimensión, en las economías en transición se privatizan desde pequeños negocios hasta la propia vivienda que era propiedad del Estado.
Según el Banco Mundial la participación en el PIB de las empresas públicas descendió del 9% al 6% entre 1978 y 1991. No obstante, pocos Gobiernos han transferido completamente la propiedad y el gobierno corporativo al sector privado, observándose, además, diferencias en los procedimiento de transferencia de recursos; mientras que algunos países optan por la venta directa a inversores institucionales, otros intentan vender a un número muy grande de inversores privados, haciendo grandes ofertas. En el primer caso se pretende aumentar el ingreso de la privatización, entregando el control de la sociedad y en el segundo capitalizar el mercado de valores y / o fomentar el capitalismo popular, entre otras cuestiones que analizaremos más adelante.
De hecho, el crecimiento de las ventas de empresas públicas a inversores privados, ha marcado un cambio en la política pública de participación del Estado en el comercio mundial, siendo abrumadora la magnitud del fenómeno. Las privatizaciones han sido una estrategia de globalización de muchas economías y ha provocado el crecimiento del mercado de valores, diversificando las oportunidades de los inversores.