LA DIRECCIÓN DE RESULTADOS EN LAS EMPRESAS PRIVATIZADAS
Julián Castaño Guillén
El primer factor a tener en cuenta es la inestabilidad política internacional derivadas de la inestabilidad de algunos Gobiernos y economías, el desencadenamiento de hostilidades, actos de terrorismo o cambio de las legislaciones nacionales relacionadas con el tráfico aéreo.
El desarrollo de la actividad aérea depende de la utilización de las infraestructuras aeroportuarias en unas condiciones adecuadas. En la actualidad, muchos de los principales aeropuertos están saturados1, ello limita el crecimiento de las compañías aéreas y afecta a la calidad del servicio.
La congestión de los cielos y las restricciones en el control del tráfico aéreo representan otra circunstancia que dificulta la operatividad de las aerolíneas y perjudica su servicio.
En Europa, la falta de organización del espacio aéreo, problema denunciado por las empresas del sector y asociaciones como IATA y AEA, es el principal motivo de saturación del tráfico aéreo lo que provoca retrasos y dificultades operativas.
Por otro lado, el negocio aéreo está estrechamente vinculado a la evolución de la economía mundial, que a su vez se ve afectada por la creciente globalización. Existe según los expertos cierta correlación entre la evolución del PIB y la rentabilidad conjunta de las aerolíneas.
Existe una proporción significativa de costes no negociables, como las tasas de aterrizaje, de aproximación, estacionamientos y otros servicios aeroportuarios, tasas de navegación y otras comunicaciones.
La estructura de gastos de una compañía aérea, en comparación con otros sectores, tiene un elevado peso de gastos fijos debido, entre otros, a los costes ligados a la adquisición de flotas y costes de personal.
La liberalización del mercado en Europa ha abierto oportunidades tremendas para las LCC, que están consiguiendo tasas de crecimiento de hasta un 25% anual. Con ello los consumidores se han visto beneficiados pues ha aumentado la competencia, más destinos, frecuencias de vuelo mayores y mayor diversidad de tarifas. Entre tanto, las grandes aerolíneas están retirándose de rutas o reduciendo el tamaño de sus aviones.
La proliferación de la venta de billetes vía Internet ha supuesto para muchas aerolíneas ahorros significativos en comisiones de ventas de billetes, pero al mismo tiempo está presionando las tarifas a la baja, pues el viajero informado y más sensible al precio esperará hasta el último momento para hacer su reserva, ya que para la aerolínea, conforme se acerca el momento del despegue aumenta la posibilidad de descenso del nivel de ocupación y pérdida de parte de su inventario perecedero: “ plaza”.
Como destaca Vidal (2000), Internet no sólo ofrece ventajas a las líneas aéreas, tales como reducción de costes de distribución; también plantea amenazas, como que la erosión de precios que trae consigo no se vea compensada por los beneficios derivados de su introducción en términos de ingresos y costes.