Samuel D. Moreno Rincón S.J.
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Introducción
El presente trabajo, tiene como objetivo mostrar desde diferentes puntos de vista, la historia de Japón, y también, mirar qué es lo que ha llevado a este país a convertirse en una potencia. Para eso tendremos en cuenta muchos acontecimientos e hitos que nos orienten, a nivel forma general, sobre la geografía, el clima, la vida de los japoneses en la antigüedad, la religión, los periodos de mandato que marcaron la historia, el nacimiento del Japón moderno, el gobierno, la diplomacia, la seguridad nacional, la economía, el control de calidad, el deporte y por último la educación; parte importante que vale la pena resaltar y analizar, puesto que ha sido quizá la clave del desarrollo del Japón, y la fuente de donde se alimentan muchos de los acontecimientos.
Geografía
El archipiélago japonés esta situado frente a la costa oriental del continente asiático, forma un estrecho arco de 3.800 Km. de longitud, extendiéndose desde el paralelo 20+ 25’ al 45+ 33’ de latitud norte. La superficie total de Japón es de 377. 815 Km. cuadrados, ligera mente superior a la del Reino Unido, pero sólo una novena parte de la extensión de la India y veinticinco veces menor que la de los Estados Unidos, lo que representa menos de un 0,3 % de la superficie total de la tierra.
El archipiélago está formado por cuatro islas principales: Honshu, Hokkaido, Kyushu y Shikoku (de mayor a menor), una serie de cadenas de islas y unas 3900 islas menores. Honshu representa, más o menos, el 60 % de la superficie total.
Las islas japonesas forman parte de la gran cadena de montañas que se extienden desde el Sudeste asiático hasta Alaska. Por un lado, ésto ha dotado a Japón de una costa alargada y rocosa con muchos puertos pequeños pero excelentes. Por otro lado, se han formado gran cantidad de zonas montañosas con numerosos valles, ríos que fluyen velozmente y lagos de aguas cristalinas. Las montañas constituyen el 71% de la superficie total de Japón, según un estudio adelantado en 1972, por el Instituto de Estudios Geográficos del Ministerio de la construcción.
Más de 532 de estas montañas tienen una altitud superior a los 2000 metros. La más alta es el Monte Fuji, cuyo cono perfecto se eleva a unos 3.776 metros. Aunque no se han producido erupciones en él desde 1707, el monte Fuji está clasificado como uno de los 77 volcanes activos del Japón. Estos proporciona al país unas de sus diversiones más placenteras: las fuentes termales, que alimentan numerosas estaciones de aguas termales atraen a millones de japoneses de vacaciones en busca de descanso y esparcimiento. Junto a esta actividad volcánica, Japón se ve sometido a movimientos sísmicos y a algunos terremotos ocasionales.
La complejidad de la topografía de Japón proporciona a la tierra un gran belleza y escenario de dramáticos contrastes: lagos formados por aguas del deshielo en medio de las montañas; gargantas rocosas y ríos turbulentos; picos graciosos y graciosas cascadas. Todos estos accidentes topográficos constituyen una fuente de inspiración y deleite tanto para los japoneses como para los visitantes extranjeros.
Clima
Las islas del Japón están situadas en la zona templada y constituyen el extremo nororiental de la región de los monzones que se extiende desde Japón hasta la India, pasando por la Península de Corea, China y el Sudeste Asiático. El clima es generalmente suave aunque varía constantemente de una región a otra, debido en gran parte a las corrientes de aire continental del noroeste, que dominan en el periodo estival.
Hay cuatro estaciones claramente diferenciadas en la mayor parte de Japón. El verano, que es cálido y húmedo, comienza a mediados del mes de julio y está precedido por una estación de lluvias que suelen durar un mes, excepto en Hokkaido, la isla más septentrional de entre las más importantes y en la que no existe esta estación de lluvias. Los inviernos suelen ser suaves en la costa del pacífico, con muchos días soleados, mientras que la costa del mar de Japón tiende a estar cubierta de nubes.
La primavera y el otoño son las mejores estaciones del año, con días suaves y sol brillante en todo el país, aunque septiembre trae consigo tifones capaces de azotar el interior con sus lluvias torrenciales y fuertes vientos. Las lluvias son abundantes, variando entre los 1000 y los 2500 milímetros anuales.
Tokio, la capital de Japón, disfruta de inviernos relativamente moderados con un bajo índice de humedad y nevadas ocasionales, que contrastan con las elevadas temperaturas y humedad de los meses veraniegos. La combinación formada por abundantes lluvias y clima templado en la mayor parte del archipiélago origina bosques frondosos y una rica vegetación que cubre todas las campiñas. La compleja topografía japonesa representa un contraste con su relativamente benigno clima.
Vida de los japoneses en la antigüedad
La vida japonesa en la edad Arcaica era la propia de una sociedad primitiva, es decir, una colectividad en la cual no existía claramente una estructura de clase o de poder. Sin embargo, la expresión “edad primitiva” se aplica libremente al periodo que comienza en la edad prehistórica –hace unos 300.000 años, cuando el archipiélago japonés estuvo geográficamente separado del continente surasiático- hasta la creación del Estado Imperial, hacia el Siglo VI D. C..
Hace unos 10.00 años, los habitantes del Japón abandonaron sus viviendas en cuevas y se establecieron en casas toscamente cubiertas con tejados, conocidas como “tate-anajukio” (viviendas foso), soportadas por pilares, construidas sobre cavidades en el suelo. Estos hombres primitivos vivían de la pesca y de la caza, o lo que se puede llamar “una economía de acopio de alimentos”.
La separación geográfica del archipiélago japonés fue uno de los factores que impidió que durante mucho tiempo la cultura japonesa se desarrollase más allá de la etapa neolítica. Entre los Siglos III Y II A. C., una cultura de origen chino, que ya poseía una cultura del metal altamente desarrollada llegó al Japón.
La cultura durante la cuál se utilizaron lo utensilios de metal, se llama Yayoi, distinguiéndose de la anterior cultura Jômon. Otra característica del periodo Yayoi, fue la aparición de utensilios de madera tales como cucharones, martillos, arados y morteros. Los artículos de bronce incluían espadas, lanzas y dôtaku, o sea objetos en forma de campana cilíndrica con lados y rebordes planos, empleados para rituales.
La fundación del país (710 a. J. C.)
La historia antigua del Japón se mezcla con la mitología. Al igual que el resto de las naciones, Japón está orgulloso de su larga historia, ilustrada por la mitología y por los descubrimientos arqueológicos. El país no fue unificado en un Estado antes del siglo cuarto, durante el cuál se estableció la dinastía Yamato.
Religión
El sintoísmo era la religión principal. Es una religión propia de Japón, cuyo origen y fundador se desconocen. Se caracteriza por el respeto hacia la naturaleza, los antepasados y los héroes nacionales. La creencia en la divinidad del emperador sería en aquel entonces una de sus principales características. Los dos santuarios más antiguos que se construirían, se dice que en la época de la mitología de los dioses, son el santuario de Ise y el santuario de Izumo Taisha, cerca de matsue.
Durante el Siglo sexto el Budismo importado de Corea y de China se extendería por el país ejerciendo una importante influencia en todos los ámbitos. Durante los siguientes siglos, el budismo desempeñaría un importante papel en la creación de la cultura única del Japón.
A principios del siglo séptimo, el regente Shotoku Taishi llevaría a cabo reformas políticas y establecería un gobierno constitucional. Además, contribuiría a desarrollar la cultura de la educación. Este príncipe, de ardiente devoción por el budismo, hizo construir numerosos templos, siendo el más importante el templo Horyuji, considerado como el edificio de manera más antiguo del mundo.
El desarrollo del Budismo en la época de Nara (710 – 784)
Hasta el 710, la capital se desplazaría cada vez que un nuevo Emperador subiera al trono. Sin embargo, en el 710, la corte imperial se fijaría definitivamente en Nara. Durante los 84 años de este periodo, siete Emperadores se irían sucediendo en Nara. El budismo se desarrolla y miles de templos se construirían uno tras otro por todo el país. Además, aparecerían otras esculturas y otras formas de arte influenciadas por el budismo, de los que algunas muestras se han conservado hasta nuestros días. La escultura más impresionante es la imagen de bronce de Buda, realizada en el 752 en el templo de Todaiji, en Nara. Es la estatua más grande realizada en bronce de Buda en Japón. Incluso hoy en día Nara se enorgullece de sus antiguos templos y de los panteones de la familia imperial.
La cultura de la corte próspera durante la época de Heian (794- 1192)
La capital sería trasladada en el 794 a Kioto. Japón comienza una época de prosperidad. Durante la época de Heian, las culturas y las ideas importadas serían gradualmente asimiladas y poco a poco japonizadas. La invención de una nueva escritura japonesa aportaría los primeros desarrollos de la literatura y la poesía. Las artes tales como la pintura, la escultura o la arquitectura mostrarían además el carácter único de la cultura japonesa en aquella época. El dicho de Genji, el relato de ficción más antiguo del mundo, es su mejor ejemplo. Al principio del periodo Heian, la corte imperial disfrutaba de un gran poder y era próspera, pero durante la última parte de esta época, los clanes militares ganarían en influencia. Una serie de guerras civiles llevaría a Japón hasta la época feudal
El periodo Kamakura (1192- 1333)
Japón entra en el periodo feudal una vez que el gobierno militar se estableciera en Kamakura en 1192. la dinastía Genji, al ganar la batalla contra la dinastía Heike, dominaría al Japón. Yoritomo, jefe de la dinastía Genji fundó su gobierno Taicún en Kamakura. Este sería el primero de una serie de gobiernos militares que durarían alrededor de 700 años hasta la restauración de Meiji en 1868.
Durante esta época, varias sectas budistas se crearían; Jodoshu, Rinzaishu, Jodoshinshu, Sotoshu, Nichirenshu, y Jishu. La angustia general les permitía reclutar numerosos adeptos de entre el pueblo. Las sectas de Jodo y Nichiren, así como el nuevo movimiento Sokagakkai son incluso más importantes en la actualidad.
La escuela zen obtendría un cierto éxito en la clase militar. La vida era simple y rigurosa. El principio de zen influenciaría mucho el arte y la literatura. Una nueva moda, masculina, reemplazaría a aquella tan elegante del periodo Heian.
Los periodos Muromachi y Azuchi-Momoyama (1336 – 1603)
En 1336, la dinastía Ashikaga establecería su gobierno feudal en Kioto, reemplazando al gobierno de Kamakura. Hasta mediados del siglo XV, los Shogun llevarían una vida brillante y los pabellones de oro y plata construidos por ellos mismos son un buen ejemplo de la prosperidad de aquella época. Otra obra maestra es el jardín de piedras del templo Ryoanji, buen ejemplo de arte inspirado por el budismo zen.
Sin embargo, la última mitad del periodo Muromachi y el periodo Azuchi-Momoyama que le siguió, serían dominados por las guerras civiles. Las luchas se sucederían durante más de un siglo por todo el país.
Durante estas guerras civiles, el arte y la literatura no cesarían de progresar: el teatro nô, la ceremonia del té, los adornos florales y el diseño de los jardines que imitaban los países naturales tomarían poco a poco forma y las reglas que se establecieron entonces, aun permanecen en vigor. Por otra parte, los majestuosos castillos aparecerían, no solamente con el objetivo de la defensa militar, sino además para demostrar el poder del señor feudal a sus súbditos.
El periodo Edo (1603 – 1897)
TOKUGAWUA Leyasu, llegaría al poder y establecería su gobierno en 1603, en Edo, el Tokio de la actualidad. La estructura política, que imitaba a la de Shogunat de Kamakura, sería sin embargo más sistemática y se concebiría para controlar de cerca de los señores locales. Es la razón principal por la que el periodo Edo duró 260 años.
En 1633, todos los pueblos abiertos al comercio internacional se cerrarían, a excepción de Nagasaki donde los holandeses y los chinos estaban autorizados a comerciar. Su presencia estaba estrictamente limitada a un pequeño distrito de la ciudad. Este era el único punto a través del cual los japoneses podían percibir lo que sucedía en el mundo. Durante este tranquilo periodo, las diversiones de cualquier tipo estarían muy de moda. El teatro Kabuki y el tallado de madera agradarían al público. La calidad de las mercancías de porcelana, los brocados en seda y las lacas mejorarían. Sin embargo, a mediados del siglo XIX, los desarrollos de la economía y el comercio, de una cultura y de un modo de vida urbano muy sofisticados pondrían en evidencia el carácter antiguado del sistema feudal adoptado por el Shogunat de los Tokugawa.
En 1853, el Comodoro Perry de la marina de los Estados Unidos llevó su flota al puerto de Uraga, cerca de Tokio y obligaría al gobierno japonés a comerciar con los Estados Unidos. En consecuencia, dos puertos, Shimoda y Hakodate, se abrirían al comercio internacional.
Este encuentro inesperado con el oeste y sus tecnologías avanzadas contribuiría a la caída del gobierno de Shogunat de los Tokugawa. Japón se encontraría así en la necesidad de ponerse al nivel de los países occidentales. Este sería el principio de un nuevo periodo.
El nacimiento del Japón moderno
En 1868, el gobierno imperial de Meiji se estableció en la capital Tokio. Este fue un gobierno constitucional absolutamente nuevo. Japón se introduciría en un proceso de modernización rápido. Las culturas occidentales penetrarían en Japón rápidamente y se asimilaría rápidamente por los habitantes.
Se creó el sistema postal; los servicios de ferrocarriles y portuarios se inaugurarían. Se puede decir que la revolución industrial de Japón se concluiría rápidamente antes del final de la era Meiji que no duraría más que cuarenta y cinco años. Tras la segunda guerra mundial, se llevaron a cabo verdaderas reformas para trasformar a Japón en una verdadera democracia.
El Japón de hoy
Japón, aislado del mundo exterior durante más de tres siglos, creó una cultura y unas tradiciones únicas. Después una ola de modernidad sacudió el país en el momento de la restauración de Meiji en 1868. en la actualidad Japón es uno de los principales países industrializados.
El modo de vida de los japoneses está considerado como elevado por varios métodos de medida. Actualmente, los japoneses son cada vez más proclives a adoptar el modo de vida occidental, particularmente en lo que se refiere al mobiliario y a la alimentación. El alto nivel de higiene, al igual que el índice de criminalidad excepcionalmente baja es especialmente destacable.
El gobierno
La nueva constitución que entró en vigor el 3 de mayo de 1947 estipula que el poder supremo reside en el pueblo y que el Emperador es un mero símbolo de la nación. La independencia con respecto al poder legislativo, al ejecutivo y al judicial está reconocida. El pueblo elige a la Dieta, que es el cuerpo legislativo y representa la fuente de poder más importante de las tres. Tiene además el derecho de opinar en la elección de los jueces de la Corte Suprema de Justicia. Cualquier ciudadano con edad igual o superior a los veinte años, sea hombre o mujer, tiene derecho de voto en las elecciones legislativas para la Diéta, así como para las gubernativas y cualesquiera otras elecciones locales.
Diplomacia
El objeto fundamental de la política exterior del Japón es contribuir a la paz y prosperidad mundiales, y al mismo tiempo, mantener su propia seguridad y bienestar de forma consecuente con su posición como miembro del mundo libre y como país de la región pacífico- asiática.
De entre sus relaciones con otros países democráticos, los lazos que unen a Japón y los Estados Unidos, fundamentados en acuerdos de defensa bilaterales, son la piedra angular de la política exterior japonesa. Se puede decir que las relaciones entre Japón y Estados Unidos se han fortalecido gradualmente en el periodo de la posguerra, y a pesar de las recientes fricciones económicas, de una seriedad sin precedentes, los dos países están cooperando estrechamente en la solución de sus problemas, al reconocer que los temas económicos no deberían desequilibrar la armonía global de sus relaciones.
Seguridad nacional
El establecimiento de la paz permanente, considerada por la Constitución como un alto ideal y noble propósito, es el más vivo deseo del pueblo japonés. De acuerdo con su Constitución pacifista, Japón se está esforzando en desarrollar su todavía moderada capacidad de defensa efectiva de acuerdo con su política básica de mantenimiento de una actitud exclusivamente defensiva y de no llegar a ser una potencia militar que pudiese inquietar a los países vecinos.
En su condición de único país del mundo que ha, sufrido un bombardeo atómico (las bombas atómicas lanzadas por los Estados Unidos, que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945), Japón se adhiere firmemente a los Tres principios de No- Nuclearización, de “no poseer armas nucleares, no producirlas y no permitir su introducción en territorio japonés” , y lo considera asunto de política nacional. Japón rectificó el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, en junio de 1976 y se obligó, asimismo, como Estado sin armas nucleares, a no producir ni adquirir ningún artefacto explosivo nuclear.
La actual política de seguridad del Japón se fundamenta en tres pilares principales: primero, mantener una firme y estrecha alianza con los Estados Unidos, fundamentada en el Tratado de Mutua Cooperación y Seguridad entre Japón y Estados Unidos; segundo, mejorar paulatinamente la capacidad de autodefensa del Japón, dotando de mejores medios a las Fuerzas de Autodefensa; y tercero, proseguir con una diplomacia activa para favorecer un entorno internacional más pacífico y estable.
Economía
La economía de Japón es un floreciente complejo de industria, comercio, finanzas, agricultura y todos los demás elementos de una estructura económica moderna. La economía de la nación se encuentra en una avanzada etapa de industrialización, con el auxilio de un contingente masivo de información y redes de trasporte altamente desarrolladas.
La agricultura y la pesca han desempeñado un papel importante en la economía japonesa. Sin embargo, recientemente la industria ha evolucionado paralelamente a la modernización de Japón y ha llevado a numerosos agricultores a las ciudades comerciantes e industriales.
Los campos cercanos a las grandes ciudades se han convertido en zonas residenciales. Desde hace algún tiempo, el modo de vida y el régimen alimentario en Japón se han occidentalizado de una manera significativa, así pues, varios productos alimentarios han tenido que ser importados de muchas partes del mundo, sobre todo de los Estados Unidos. Japón, siendo un país insular, la pesca ha proporcionado para los japoneses su principal fuente de proteínas. La pesca industrial, muy moderna, sigue siendo una actividad importante para este país. La ganadería está expandiéndose desde hace poco, pero deben importarse grandes cantidades de carne para responder a las necesidades de los consumidores.
De otra parte encontramos que cada año deben importarse aproximadamente nueve mil toneladas de mineral de hierro, para fabricar coches, barcos etc. Podemos decir que la producción de acero está estrechamente relacionada al desarrollo de las industrias. La industria de transformación es el centro de la actividad industrial del Japón. Las máquinas herramientas, máquinas de coser, automóviles, barcos, máquinas fotográficas y relojes son los principales productos de ésta industria y son artículos muy buenos para la exportación. La industria automovilística representa una gran parte de la industria de transformación, lo más importante en lo que concierne a los productos fabricados en el país. Japón se ha convertido ahora en el segundo país en el mundo para la producción automovilística.
Control de calidad
Hay que conocer la verdadera calidad que cumple los requisitos de los consumidores. “El control de calidad se hace para lograr aquella calidad que cumpla los requisitos de los consumidores. El primer paso es saber el verdadero significado del concepto de calidad. Antiguamente, muchas industrias japonesas carecían de respuestas para las siguientes preguntas: ¿Qué es un buen automóvil? ¿Qué es un buen receptor de radio? ¿Qué es una buena placa de acero? Los consumidores pueden saber la respuesta a estas preguntas o ignorarlas”.
Los ingenieros o encargados de la operación de una fábrica suelen ofrecer respuestas ingeniosas como ésta: “Si tales y tales cifras concuerdan con las normas para el producto, se podrá considerar que el producto es bueno”, o bien, señalan un cuadro y dicen: “el producto está dentro de los límites de tolerancia del diseño, por tanto es bueno”. Estas respuestas pasan por alto el hecho de que las normas para productos y los límites de tolerancia en el diseño son muy poco confiables.
Deportes
Casi todas las modalidades deportivas, tanto modernas como tradicionales, tienen una gran acogida en el Japón de hoy. Los periódicos y revistas deportivas son leídas con avidez. Las multitudes llenan los estadios en todos los acontecimientos deportivos importantes, y varios millones más los ven por la televisión. En el campo de los deportes tradicionales, el “sumo” (lucha japonesa), el “judo”, el “kendo” (esgrima japonesa) y el “kudo” (tiro con arco japonés), son singularmente populares. La radio y la televisión han reavivado en gran parte la popularidad del “sumo”. No se pueden determinar los comienzos del estilo tradicional del “sumo”, pero la leyenda se remonta a más de dos mil años. Es un deporte muy formalista pero al mismo tiempo de gran dramatismo, seguido fielmente en la actualidad por casi todos los japoneses.
La educación
Durante el largo periodo feudal que precedió a la restauración Meiji de 1868, funcionaron diversas instituciones educativas para cubrir las necesidades de las diferentes clases sociales. Los señores delas provincias establecieron colegios especiales para los hijos de los guerreros, y las comunidades rurales mantenían escuelas para los miembros más acomodados de las clases mercantil y campesina. Otro tipo de escuela privada fue la “Terakoya”, donde se enseñaba lectura, escritura y aritmética a los niños de la clase media, principalmente en las zonas urbanas.
En 1872 se introdujo en Japón un moderno sistema de educación nacional, al instituir el Gobierno escuelas primarias y secundarias por todo el país. En 1886 se impuso a todos los niños la obligatoriedad de asistencia a la escuela elemental durante tres o cuatro años. En 1900 la educación obligatoria pasó a ser gratuita, y en 1908 su duración fue ampliada a seis años. Después de la Segunda Guerra Mundial este periodo fue de nuevo aumentado hasta el actual sistema de nueve años, que cubren las etapas de la escuela primaria y de la secundaria elemental.
La estructura y principios básicos del actual sistema educativo están trazados en dos leyes aprobadas en 1947: la ley fundamental de educación y la ley de educación escolar. La igualdad de oportunidades educativas para todos es un principio básico anunciado en la Ley Fundamental. La ley prohibe la discriminación por motivos de raza, religión, sexo, condición social, situación económica u origen familiar.
Un objetivo primordial del sistema educativo es la formación de ciudadanos seguros de sí mismos, en una nación pacífica y democrática, que respeten los derechos humanos y sean amantes de la paz y la verdad. La ley hace hincapié en la importancia de la madurez política y la tolerancia religiosa, pero prohibe expresamente toda vinculación de la educación con sistemas políticos u organizaciones religiosas.
El sistema educativo se divide en cinco etapas: jardín de infancia (con una duración de uno a tres años), escuela primaria (seis años), escuela secundaria elemental (tres años), escuela secundaria superior (tres años) y universidad (generalmente cuatro años). La educación es gratuita y obligatoria para todos los niños de seis a quince años. Sin embargo, la gran mayoría de los graduados de las escuelas secundarias elementales optan por continuar sus estudios, y en realidad la etapa de la escuela secundaria superior ha pasado a ser una parte esencial de la educación de los jóvenes. En 1986 el 94 % de todos los estudiantes ingresaron a las escuelas secundarias superiores.
La administración del sistema educativo japonés está descentralizada, y el papel del Ministerio de Educación es en gran parte de coordinador. La responsabilidad de los presupuestos escolares, los programas educativos, la asignación de centros y la supervisión de los colegios de enseñanza secundaria elemental y superior está en manos de las juntas administradoras locales de educación. Los miembros de dichas juntas son seleccionados y nombrados por los responsables administrativos de las autoridades del gobierno local.
Para concluir podemos decir que después de haber hecho un recorrido por los diferentes acontecimientos que desglosados en hitos uno a uno, nos fueron mostrando cómo una cultura que casi estuvo a punto de “desaparecer”, hace algunos siglos atrás, es hoy una potencia, y todo gracias a que ha contado con mandatarios que han sabido administrar políticas estratégicas que han permitido establecer patrones de desarrollo que han llevado y han tratado de organizar el país con una mirada siempre puesta en el futuro y en lo que puede representar el avance tecnológico, sin lugar a dudas, anclado efectivamente en la calidad de la educación, importante para el avance y desarrollo de un pueblo.
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Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Moreno Rincón, S.D.: “Japón, ayer y hoy" en Observatorio de la Economía y la Sociedad del Japón, mayo 2009. Texto completo en http://www.eumed.net/rev/japon/
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