Raúl Calixto Flores
Universidad Pedagógica Nacional
proyectosustentables2027@gmail.com
Resumen
La educación ambiental en el plan de estudios 2011, incluye contenidos transversales que se abordan, con diferentes énfasis, en varias asignaturas. En este plan de estudios de pueden identificar elementos de la sustentabilidad fuerte, se propician entre otras cuestiones una formación en los estudiantes para que reconozcan los compromisos y las responsabilidades que les atañen con su persona y la sociedad en que viven, se propicia así la participación reflexiva del alumno ante los problemas ambientales; los programas se orientan hacia la formación de competencias referidas a la comprensión de la relación entre la sociedad y la naturaleza para favorecer el desarrollo sustentable y la valoración de la diversidad natural de la entidad.
Sin embargo, aunque la sustentabilidad fuerte implica la reflexión y el cuestionamiento del desarrollo económico hegemónico, así como la toma de conciencia del predominio de un estilo de vida consumista, fundamentado en la explotación de los recursos naturales, muchas veces se aborda de forma general o superficial, al carecer de docentes preparados para abordarla.
Se concluye que la dimensión ambiental en los programas de estudios constituye un avance importante, pero que muchas veces no ha sido posible su desarrollo, ya que los tomadores de decisiones de las políticas educativas carecen de una formación para reconocer la importancia de la educación ambiental; se priorizan generalmente en las decisiones de la política educativa la perspectiva de la sustentabilidad débil.
Palabras clave: Educación ambiental, adolescentes, programas, sustentabilidad
Abstract
Environmental education in the 2011 curriculum includes transversal contents that are addressed, with different emphases, in several subjects. In this curriculum can identify elements of strong sustainability, among other issues promote a training in students to recognize the commitments and responsibilities that concern them with their person and the society in which they live, thus promoting participation reflective of the student before the environmental problems; the programs are oriented towards the training of competences related to the understanding of the relationship between society and nature in order to favor sustainable development and the appreciation of the natural diversity of the entity.
However, although the strong sustainability implies the reflection and the questioning of the hegemonic economic development, as well as the awareness of the predominance of a consumer lifestyle, based on the exploitation of natural resources, it is often dealt with in a general way or superficial, lacking teachers prepared to address it.
It is concluded that the environmental dimension in the study programs is an important advance, but that many times its development has not been possible, since the decision makers of educational policies lack training to recognize the importance of environmental education; The perspective of weak sustainability is generally prioritized in educational policy decisions.
Key words: Environmental education, adolescents, programs, sustainability
Para citar este libro puede utilizar el siguiente formato:
Raúl Calixto Flores (2018): “Investigaciones y prácticas pedagógicas en educación ambiental ”, Biblioteca virtual de Derecho, Economía y Ciencias Sociales (febrero 2018). En línea:
//www.eumed.net/2/libros/1714/index.html
Presentación
La educación ambiental constituye un campo pedagógico, que en el sistema escolarizado a lo largo de aproximadamente 25 años en México, ha tenido una trayectoria en los distintos niveles escolares. En el caso del nivel de secundaria o medio básico, ha tenido numerosos avances, como la incorporación de la dimensión ambiental en las distintas asignaturas. En este documento se analiza el plan de estudios 2011, con los atributos de la sustentabilidad propuestos por Gudynas (2009); en la actual reforma se detecta un retroceso en este campo, en los aspectos comprendidos en el Acuerdo número 07/06/17 (SEP, 2017).
A lo largo del documento se hace evidente la importancia de la educación ambiental en este nivel educativo para la construcción de conocimientos, el desarrollo de actitudes y la formación de valores en los adolescentes.
Educación ambiental y la sustentabilidad
A lo largo de los últimos 50 años, la educación ambiental ha interactuado con el concepto de desarrollo sustentable, dando lugar a diferentes propuestas, como la “Educación para el Desarrollo Sostenible” (UNESCO, 1992), ”Educación para el Desarrollo de las Sociedades Sustentables y Responsabilidad Global” (Consejo de la Tierra, 1992), la “Educación para un Futuro Sostenible” y “Educación para la Sostenibilidad” (UNESCO, 1997), “Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible” (UNESCO, 2005) y “Educación ambiental para la sustentabilidad” (SEMARNAT, 2016).
Y como una alternativa que ha tenido una trayectoria propia, se encuentra la educación ambiental popular; la educación para la sustentabilidad ha retomado muchos de los conceptos y aspectos de esta educación.
En todas sus vertientes, la educación ambiental, tiene entre sus componentes a los valores, actitudes y conocimientos ambientales; sin embargo existen diferencias entre estas propuestas. Estas diferencias se identifican en los atributos de la sustentabilidad en que se fundamentan.
Para Gudynas (2009), se pueden identificar tres tipos de sustentabilidad: débil, fuerte y súper-fuerte, derivadas de la propuesta de Gudynas (2009); para este autor la sustentabilidad débil, incluye soluciones técnicas para los problemas ambientales; la sustentabilidad fuerte, la que utiliza principalmente soluciones técnicas y de la valoración económica, pero también considera la necesidad de otros componentes para lograr la sustentabilidad y; la súper-fuerte, propone cambios mayores, que incluye el desarrollo de valores ecológicos, estéticos, religiosos y culturales.
La sustentabilidad débil acepta cambios en los procesos productivos actuales para reducir el impacto ambiental; la conservación es necesaria para el crecimiento económico. Se enfatizan las soluciones técnicas a los problemas ambientales; la sustentabilidad fuerte, acepta la necesidad de cambios radicales en el modelo económico y en la sociedad para facilitar un reparto equitativo de los costos y beneficios ambientales (equidad intra e inter-generacional). Subraya la necesidad de asegurar la supervivencia de especies y la protección de ambientes críticos, más allá de su posible uso económico; y la sustentabilidad súper-fuerte acepta que el ambiente sea valorado de muy diferentes maneras, además de la económica: también existen valores culturales, ecológicos, religiosos o estéticos, que son tanto o más importantes; el concepto de “Patrimonio Natural”, es entendido como un acervo que se recibe en herencia de nuestros antecesores y que debe ser mantenido, legado a las generaciones futuras, y no necesariamente vendible o comprable en el mercado.
La sustentabilidad débil se asocia más a las directrices del desarrollo sustentable; entonces se generan propuestas como la “Educación para el Desarrollo Sostenible”, la “Educación para un Futuro Sostenible”, “Educación para la Sostenibilidad”, ya que proponene, en términos generales, aprovechar los recursos no sólo económicos sino también los naturales con la intención de producir los satisfactores que la sociedad demanda en vías de que continúe su aprovechamiento en el futuro. También resalta la idea de cuidar los ecosistemas mediante la administración eficiente de los recursos.
En la Educación para el Desarrollo de las Sociedades Sustentables y Responsabilidad Global, “Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible” y “la Estrategia de Educación Ambiental para la sustentabilidad”, se pueden identificar elementos de la sustentabilidad fuerte, al incorporar de forma sustantiva elementos sociales en sus acciones, se consideran aspectos ambientales, sociales y políticos; comprende contenidos referidos al equilibrio real entre las especies vivas y la utilización de los recursos; se considera la satisfacción de las necesidades futuras de los otros con miras al desarrollo económico y se enfatiza en el cuidado el medio ambiente al llevar a cabo cualquier actividad.
En la propuesta de educación ambiental popular, se identifican elementos de transición hacia la sustentabilidad súper-fuerte, se plantean las primeras líneas para reconocer a la educación como una propuesta transformadora, que aporta elementos para un cambio de creencias, actitudes, hábitos, conocimientos y comportamientos, que impacten de una manera positiva en el ambiente, favoreciendo una relación más amigable del ser humano con el ambiente.
El conocimiento de los problemas ambientales y las cuestiones de sustentaibilidad se entretejen con las habilidades y la motivación para aplicar los conocimientos a sus propias acciones en nivel local, nacional, regional y mundial.
La educación ambiental en el sistema escolarizado
La situación ambiental en México no es favorable, ya que se multiplican los problemas ambientales, y persisten estilos de vida que inhiben una convivencia sana y saludable con el medio ambiental social y natural; la economía se fundamenta en un modelo de desarrollo que prioriza el gasto superfluo, el consumismo y el menosprecio a la biodiversidad.
Así, por ejemplo es común observar el incremento del consumo de alimentos de escaso valor nutritivo, el aumento de la violencia, el maltrato a las mujeres, el desperdicio del agua potable, la deficiente gestión de ambiental, entre otros.
En México, se han realizado varias acciones para hacer frente a los problemas ambientales y fomentar el desarrollo de Ecología y Educación Ambiental, entre otras, la creación en 1983 la Subsecretaría de Ecología, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, incluyó dentro de su organigrama una dirección de área dedicada a la educación ambiental; en este mismo año, la creación del Programa Nacional de Educación Ambiental (PRONEA); en 1986, la promulgación del Decreto de Instrucción a la Secretaría de Educación Pública, para que la Secretaria de Educación Ambiental (SEP), tome medidas encaminadas hacia una pedagogía ecológica nacional; en 1993 la promulgación de la Ley General de Educación, donde se incluyen aspectos del desarrollo sustentable; en 1999, se creó la Dirección General de Educación Ambiental dentro de la Comisión de Ecología del Departamento del Distrito Federal; también en 1999, se reformó el artículo 39 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en el que se reconoce la necesidad, de crear metodologías en todos los niveles educativos para trascender el objetivo de informar, y estar formado acerca de los asuntos ambientales; en 1994, en el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (1994), se hace referencia explícita de la educación ambiental; en 2006 con la Estrategia Nacional de la Educación Ambiental para la Sustentabilidad (2006) la educación ambiental en los programas del nivel medio básico van incorporando una orientación hacia la sustentabilidad; y en 2011, se incluyen contenidos ambientales con una orientación hacia la sustentabilidad en las distintas asignaturas (Ciencias, Geografía de México y del Mundo, Historia, Tecnología y la asignatura Estatal). Además se inician las asignaturas estatales, en donde se da la oportunidad de incorporar contenidos referidos a la educación ambiental para la sustentabilidad; en 2017, en el acuerdo secretarial número 07/06/17 por lo que se establece el Plan y los Programas de Estudio para la Educación Básica: Aprendizajes clave para la educación integral, no se aborda la educación ambiental, se hace mención al cuidado del medio ambiente y el desarrollo de actividades prácticas para este cuidado. Si en la reforma de educación básica 2011, se observa elementos de la sustentabilidad fuerte, en la actual reforma, se regresa a una sustentabilidad débil.
Las experiencias desarrolladas en la Estrategia Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad, no han sido tomadas en cuenta, y aún menos las de la educación ambiental popular.
3. La educación ambiental para la sustentabilidad en las escuelas secundarias
El crecimiento del sistema educativo mexicano ha sido constante, de poco más de tres millones de estudiantes en 1950 a más de 33 millones en 2009. En la actualidad, la escolarización de los niños y jóvenes entre 5 y 14 años de edad es casi universal. En el caso de los estudiantes matriculados en educación secundaria en el ciclo escolar 2013-14, de acuerdo a estimaciones de la Secretaría de Educación Pública es de 6,571,858.
Por otra parte, de acuerdo a datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), 2012, la proporción de estudiantes que completó la educación secundaria aumentó del 33% en 2000 al 45% en 2009, y entre 2000 y 2009 el número de jóvenes de 15 años de edad inscritos en la escuela aumentó en casi 15 puntos porcentuales, pasando del 52% al 66%.
Estas cifras, son indicativas de la importancia del nivel de secundaria, como la etapa culminante en la formación de los niños y jóvenes mexicanos.
En cuanto a la incorporación de la dimensión ambiental en los planes y programas de estudio, en la reforma del 2011 se tomó en cuenta las reformas curriculares determinadas en el acuerdo número 348 por el que se estableció el nuevo Plan y programas de estudio para educación secundaria, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de mayo de 2006. A partir de este acuerdo, inicia el proceso de revisión de los planes de estudio y del conjunto de programas.
El proceso de inclusión de los contenidos ambientales a la educación ambiental fue gradual, como se observa en los siguientes datos:
Tabla 1. Proceso de incorporación del enfoque de la educación ambiental para la sustentabilidad en los niveles de educación básica, 2008-2012.
En estos datos se observa un creciente interés por el fomento de la educación ambiental en la educación básica.
En el “acuerdo 384” referido a la educación secundaria, se señala que estos contenidos están conformados por temas que contribuyen a propiciar una formación crítica, para que los estudiantes reconozcan los compromisos y las responsabilidades que les atañen con su persona y la sociedad en que viven. Estos contenidos se encuentran organizados en tres ejes o campos de estudio:
• Educación ambiental.
• La formación en valores.
• Educación sexual y equidad de género.
Respecto al primer eje, la educación ambiental, se proponen entre otros aspectos que aborden los problemas ambientales en el plano local, nacional y mundial.
En la reforma del 2011 se proponen una serie de rasgos deseables para el estudiante como resultado del proceso de formación a lo largo de la Educación Básica, entre los que se encuentran, el rasgo de que se promueve y asume el cuidado de la salud y del ambiente como condiciones que favorecen un estilo de vida activo y saludable. Para lograrlo se proponen los siguientes campos de formación en la educación básica:
• Lenguaje y comunicación.
• Pensamiento matemático.
• Exploración y comprensión del mundo natural y social.
• Desarrollo personal y para la convivencia.
Respecto al campo de formación: Exploración y comprensión del mundo natural y social, se integraron diversos enfoques disciplinares relacionados con aspectos biológicos, históricos, sociales, políticos, económicos, culturales, geográficos y científicos. En este campo de formación se pretendió entre otras cuestiones que los estudiantes desarrollaran la perspectiva de explorar y entender el entorno mediante el acercamiento sistemático y gradual a los procesos sociales y fenómenos naturales. Entre los que se encontraban los temas ambientales a nivel regional, nacional o mundial, conforme se avanza en los grados escolares. Como se observa en el mapa curricular:
En el mapa curricular, se observa la integración de las asignaturas en cada uno de los bloques de formación.
En educación secundaria, con las asignaturas de Ciencias, Geografía de México y del Mundo, Historia, Tecnología y la Asignatura Estatal se culmina el campo de formación exploración y comprensión del mundo natural y social. En el Plan de Estudios 2011, se describen cada una de las asignaturas de educación secundaria. De esta Plan, se retoman algunos de los principales aspectos de las asignaturas anteriormente referidas.
En la asignatura de Ciencias, los estudiantes se aproximan al estudio de los fenómenos de la naturaleza y de su vida personal de manera gradual y con explicaciones metódicas y complejas, y buscan construir habilidades y actitudes positivas asociadas a la ciencia. Así como favorecer la toma de decisiones responsables e informadas a favor de la salud y el ambiente.
En la asignatura Geografía de México y del Mundo, se pretende que los alumnos logren asumirse como parte del espacio geográfico, valoren los componentes naturales de la superficie terrestre, la biodiversidad, la dinámica de la población mediante los componentes sociales y culturales, así como la desigualdad socioeconómica para fortalecer su participación de manera informada, reflexiva y crítica ante los problemas sociales, el cuidado del ambiente, la vulnerabilidad de la población y la calidad de vida en las escalas nacional y mundial.
En la asignatura de Historia, tiene como objeto de estudio a la sociedad, es crítico, inacabado e integral; pretende que los estudiantes comprendan el mundo donde viven para ubicar y darle importancia a los acontecimientos de la vida diaria, y usar críticamente la información para convivir con plena conciencia ciudadana.
En la Asignatura de Tecnología, a los estudiantes se les orienta en el estudio de la técnica y sus procesos de cambio, considerando sus implicaciones en la sociedad y en la naturaleza; entre otras cuestiones se busca que sepan tomar decisiones de manera responsable en el uso y la creación de productos y procesos técnicos.
En la Asignatura Estatal, se propone a los estudiantes la oportunidad para integrar y aplicar aprendizajes del entorno social, cultural y natural; así como fortalecer contenidos específicos de la región y la entidad, y apoyar el desarrollo del perfil de egreso de la Educación Básica y de las competencias para la vida, mediante el trabajo con situaciones y problemas particulares de la localidad, y el contexto donde viven y estudian. Se cursa en el primer grado de la educación secundaria. La Secretaría de Educación Pública establece lineamientos nacionales donde se especifican campos temáticos: 1) La historia, la geografía y/o el patrimonio cultural de la entidad; 2) Educación ambiental para la sustentabilidad; 3) Estrategias para que los alumnos enfrenten y superen problemas y situaciones de riesgo y, 4) Lengua y cultura indígena.
La educación ambiental en la anterior reforma de educación secundaria, se orienta a fomentar la participación reflexiva del alumno ante los problemas ambientales, los cuales constituyen una realidad compleja que necesariamente debe ser abordada desde todas sus dimensiones. Entre los principios pedagógicos de la educación básica, señalado en el Plan de estudios 2011, se hace referencia a la necesidad de incorporar temas de relevancia social, para que los estudiantes aprendan actuar con responsabilidad ante el medio natural y social, y se refieren a la educación ambiental para la sustentabilidad, entre otros más.
De acuerdo a la orientación de las asignaturas referidas al campo de formación exploración y comprensión del mundo natural y social, se espera que los estudiantes de educación secundaria, además de conocer diversos temas relacionados con el medio ambiente, desarrollen las competencias para la vida que les permita obtener la sensibilidad hacia los acontecimientos y problemas ambientales de nuestro tiempo y la habilidad para identificar y descubrir problemas ambientales, como también las habilidades para idear métodos y medios para contribuir a resolver o reducir esos problemas. Así como desarrollar la conciencia de los problemas ambientales, y los valores y actitudes, para la protección y conservación del medio ambiente.
Entre los rasgos del perfil de egreso de los estudiantes en este nivel educativo:
Emplea los conocimientos adquiridos con el fin de interpretar y explicar procesos sociales, económicos, culturales y naturales, así como para tomar decisiones y actuar, individual o colectivamente, en aras de promover la salud y el cuidado ambiental, como formas para mejorar la calidad de vida (SEP, 2006,3).
En la adolescencia se consolidan las actitudes y comportamientos pro ambientales aprendidos en la niñez. La adolescencia temprana coincide con la etapa de estudios de la educación secundaria, con la cual se concluyen los estudios de la educación básica. Por lo general estos estudios se realizan a los 11 o 12 años, y concluyen a los 14 o 15 años. Con base a estos elementos, resulta necesario tomar en cuenta a la educación ambiental en la formación de los jóvenes adolescentes.
El papel de los docentes en la escuela secundaria
La principal limitante para el desarrollo de los programas en educación ambiental en las escuelas secundarias, se relaciona con la formación en este campo de los docentes, ya que por lo general, predomina en ellos la visión de educación ambiental cómo sinónimo de la Ecología o de la Biología; para la mayoría resulta desconocida la sustentabilidad, o bien solo identifican las características de la sustentabilidad débil.
Al realizar un estudio con profesores de educación secundaria, se encontró que la sustentabilidad y el desarrollo sustentable no forman parte de sus representaciones del medio ambiente (Calixto, 2013).
Una de las principales recomendaciones que los mismos programas incluyen, es que los docentes se apropien de los aprendizajes de la asignatura, los cuales no se restringen a los elementos naturales y adquieran a su vez, las competencias necesarias para que desarrollen atributos de la sustentabilidad súper-fuerte. Sin embargo en la oferta de cursos relacionados con la educación ambiental, para profesores de educación secundaria y en general para los profesores de todos los niveles es muy reducida. En los cursos y diplomados que se ofrecen con cobertura estatal, y en los de cobertura nacional a los profesores en servicio de escuelas secundarias, para el ciclo escolar 2012-2013, no existían propuestas relacionadas con la educación ambiental. Sólo se ofrecieron cuatro cursos de cubertura nacional, como se observa en la tabla 3.
En la oferta de los cursos de formación continua existen pocas opciones en educación ambiental para los profesores de educación secundaria, en 2017, las ofertas se han reducido, ya que los cursos y diplomados en educación ambiental se dirigen hacia profesores del nivel medio superior y superior.
En la oferta de cursos referidos a la educación ambiental para los profesores de educación secundaria, se requiere la incorporación de una perspectiva crítica hacia los problemas ambientales, se requiere que los profesores acepten
…el desafío de abordar el conflicto en los temas ambientales, implica que el docente sea capaz de “soportar” las preguntas de sus alumnos… Pensar la realidad les permite desarrollar su juicio crítico y fundamentado, que será particularmente necesario y útil en aquéllos que se inserten en la sociedad desde roles activos y comprometidos con el cuidado y la preservación del ambiente local, nacional o global…” (Damin y Monteleone, 2002, pp. 68 y 69).
En este sentido los docentes, requieren de apoyos institucionales y de formación y/o actualización en educación ambiental; de tal forma que puedan desarrollar con el ejemplo, y con sus actividades cotidianas los contenidos de los programas, pero también incidir en la formación de los valores ambientales.
En esta reforma a la educación ambiental se le propuso como un campo o eje transversal, que entre otras cosas se ocupa de los asuntos ambientales a nivel local, nacional y mundial.
Conclusiones
Los cambios actuales propuestos a la reforma de la educación básica 2011, es preocupante, ya que para la educación ambiental significa un retroceso, en cuanto a minimizar la importancia de una formación integral de los niños jóvenes; si la educación ambiental se reduce sólo al cuidado ambiental, sin tomar en cuenta el origen de esta falta de cuidado, sin propiciar la reflexión y el cuestionamiento de las causas, se corre el riesgo de fomentar un activismo sin sentido educativo; pero por otra parte, reduce la identidad del sujeto, como un “emprendedor”, preparado para ingresar a las filas del consumismo.
Los cambio ambientales globales fragmentan la identidad planetaria, se reduce a la posición de objetos, de recursos y una forma de que no es acorde al metabolismo natural del planeta.
Los jóvenes de las escuelas secundarias, son muy susceptibles a los mensajes publicitarios que trastocan su identidad, que estratifica a población y cosifica a las personas.
La educación ambiental puede contribuir al fomento de una identidad planetaria en los jóvenes, a identificarse como parte “pensante” y no solo como consumidora;
Los seres humanos a lo largo de la vida, asumen distintos roles, en la adolescencia se consolidan aquellos rasgos que se manifestarán en la adultez, donde se toman la mayoría de las decisiones de la vida pública en una sociedad ¿qué jóvenes se están formando respecto a los problemas del medio ambiente?
En México, la Estrategia Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad, constituyo una propuesta con muchos aciertos, pero también con errores, ¿por qué no tomar en cuenta estas experiencias en el diseño de los nuevos planes y programas?
La educación ambiental de los jóvenes mexicanos es una de las tareas formativas de las escuelas secundarias que al construir conocimientos, propiciar actitudes y formar valores, no puede restringiese sólo a algunas clases; por el contrario, debe ser considerada por la escuela como un todo y abordarse desde la perspectiva de cada asignatura. En los últimos años ha existido un esfuerzo constante por integrar temas de la educación ambiental, a los contenidos de la educación básica. Así se incluye a la educación ambiental con contenidos transversales que se abordan, con diferentes énfasis, en varias asignaturas. Es necesario resaltar que la educación ambiental en el nivel medio básico, representa una oportunidad para consolidar los valores ambientales de los adolescentes. La teoría valor-creencia-norma (VCN), propone la existencia una cadena de elementos que se activan sucesivamente ante un problema ambiental, y que conducen a comportamientos ambientalmente sustentables. De acuerdo a esta teoría, los primeros activadores son los valores, los valores personales están enraizados en los rasgos de personalidad y actitudes, por lo que activan las creencias (Aznar, Fernández y Raga, 2006).
Toda acción orientada a la educación ambiental, debe estar cimentada en el fortalecimiento de los valores ambientales, los cuales permiten a los sujetos preferir determinadas acciones sobre otras. Los valores, normas y creencias forman parte de las representaciones de los sujetos, las cuales pueden servir como guías para los comportamientos ambientales.
Los valores no se dicen, se viven. Se da testimonio de ellos en gestos ejemplares, vividos y sufridos. Ellos son los que convencen y cautivan. Y, a través de ellos, el pensamiento se deja provocar.” (Boff,1998, p. 9). Los valores son referentes sustanciales en la toma de decisiones respecto a las acciones que pueden tomarse respecto al medio ambiente.
La educación ambiental para la sustentable, o educación ambiental sustentable, ha retomado elementos de la sustentabilidad súper-fuerte, con los cuales es posible que los estudiantes de las escuelas secundarias construyan los conocimientos sobre el origen y efectos de los diversos problemas ambientales locales, regionales, estatales y globales.
Toda reforma, además, requiere de la formación ambiental de los tomadores de decisiones, de los distintos niveles del sector educativo, pero también de los docentes, quienes requieren de una formación sólida en educación ambiental; se requiere además seguimiento de los proyectos ambientales generados por los estudiantes de escuelas secundarias, así como la sistematización de experiencias de los distintos proyectos de intervención y de investigación que se han desarrollado en los últimos años.
Referencias
Aznar, F.J., Fernández, M. y Raga J.A. (2006). “Valores, actitudes, creencias y conductas: ¿cómo fomentar conductas ambientalmente responsables?, Unidad de Zoología Marina, Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva, Universidad de Valencia, en: http: www.cibersociedad.net/public/documents/47_bj8r.pdf, consultado el 19 de marzo, 2016.
Boff, L. (1998). Brasas y bajo las cenizas, 2ª. Edición, Barcelona: Trotta
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Damian, R. y Monteleone, A. (2002). Temas ambientales en el aula. Una mirada crítica desde las ciencias sociales, Buenos Aires: Paidós
Gudynas E. (2009). “Desarrollo sostenible: posturas contemporáneas y desafíos en la construcción del espacio urbano”, Vivienda Popular, No. 18, Montevideo: Facultad de Arquitectura, 12-19.
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Recibido: Febrero 2018 Aceptado: Febrero 2018 Publicado: Febrero 2018