Dr. C (PhD). Renan García Tamayo
Profesor Titular- Universidad de Ciencia Médica de Santiago de Cuba
Profesor catedrático en universidad de Lurio Nampula Mozambique
MSC. Mercedes De La Caridad Soler Lahittebignott
Profesora auxiliar, en universidad de Lurio Nampula Mozambique
PhD. Sergio Latorre Artega
Profesor auxiliar. Facultad de ciencias de la salud, Universidad de Lurio Nampula Mozambique
renangarciatamayo@gmail.com
Publicado sin revisión por pares
5.5El proceso didáctico y las tareas de investigación
Como en todo proceso formativo, los avances significativos que va teniendo el estudiante en su formación como investigadores, deben ser controlados a fin de comprobar los resultados. Tratándose de un proceso profundamente personalizado, en el cual los resultados pueden ser diferenciados individualmente, juegan un papel muy importante las tareas científicas, entendidas como aquellas que se van realizando con una secuencia conscientemente determinada y con ayuda de los correspondientes métodos de investigación para ir cumpliendo las etapas necesarias en el camino de la solución de los problemas científicos.
Las tareas científicas permiten estructurar y concretar la lógica de la investigación e ir obteniendo los resultados esperados en cada etapa, los cuales se van constituyendo en conclusiones parciales del proceso de investigación.
En la investigación científica, la delimitación de las tareas científicas se formulan a manera de orientaciones concretas dirigidas a un fin, gracias a las cuales la solución de los problemas se descompone en etapas cognoscitivas separables, estas tareas permiten organizar toda el trabajo de los investigadores en un coherente sistema dirigido a un fin que permite controlar y relacionar los resultados obtenidos.
Con la diferenciación de las tareas en la investigación científica está relacionado el conocimiento de las condiciones que se deben tener en cuenta en el estudio de los objetos y en la formulación de las diferentes formas del conocimiento. Gracias a esto el investigador puede plantear la investigación y obtener los resultados deseados en cada etapa concreta de la misma.
Las tareas científicas se dan en relación orgánica, sus resultados permiten constatar los avances del proceso, de ahí el valor didáctico que adquiere la regulación de dichos resultados en la formación de competencias investigativas.
Según la naturaleza de la etapa investigativa en que se trabaje, las tareas pueden identificarse como empíricas o teóricas. Las empíricas se relacionan con la revelación de los datos, que permiten la comprensión e interpretación de la realidad, en el estudio detallado y pormenorizado de los hechos acerca de los objetos estudiados y sus causas, así como la separación y selección de los hechos que caracterizan a determinados objetos. Cualquier reflexión teórica sustenta su objetividad en este proceso empírico. En la ciencia, para la solución de las tareas empíricas, se elaboran métodos especiales de conocimiento como: la observación, la medición y el experimento, los que se emplean tanto en el estudio de los objetos revelados en la investigación científica, como en la determinación de los presupuestos, lo cual implica determinadas operaciones prácticas, tanto con los objetos estudiados como con los medios o instrumentos de conocimiento utilizados.
Para citar este libro puede utilizar el siguiente formato:
Renan García Tamayo, Mercedes De La Caridad Soler Lahittebignott y Sergio Latorre Artega (2018): “La investigación científica y el método clínico para la formación del profesional de la salud”, Biblioteca virtual de Derecho, Economía y Ciencias Sociales (febrero 2018). En línea:
//www.eumed.net/2/libros/1703/investigacion-cientifica.html
Las tareas teóricas, por su parte, están dirigidas a revelar aquellas causas concretas, relaciones, dependencias, interdependencias, interacciones y procesos que posibilitan interpretar el comportamiento de los objetos estudiados. En este sentido, las tareas científicas de carácter teórico permiten al investigador salirse de los marcos de las características directamente observadas, debe construir y fundamentar proposiciones acerca de aquellas causas concretas, acerca de los procesos o mecanismos que determinan el cambio observado y, consecuentemente, dan la posibilidad de comprender, explicar e interpretar desde la observación los hechos establecidos.
Lo anterior en cuanto a esos tipos de tareas: empíricas y teórica no entra en contraposición con lo asumido en capítulos anteriores, al referirse a los aspectos teórico y empírico con aspectos contradictorio de un proceso investigativo y de creación del conocimiento, se significa entonces que lo teórico y lo empírico siempre están en unidad dialéctica dado que uno es condición del otro en la creación del conocimiento científico, lo teórico siempre tiene de lo empírico y lo empírico siempre tiene un sustento teórico.
En la determinación de las tareas científicas a desarrollar por cada investigador en formación, debe tenerse en cuenta que el formula los conocimientos teóricos en tal forma que puedan ser corroborados, valorados o comprobados empíricamente. Este a su vez, se relaciona con el sistema de conceptos dado en forma de ley, teorías e hipótesis.
En la solución de las tareas científicas de carácter teórico ejercen un importante papel los procedimientos lógicos del pensamiento como: el análisis, la síntesis, la inducción, la deducción y otros.
La investigación de las causas concretas de los procesos, que permiten explicar los cambios observados o los hechos establecidos, se realizan en consecuencia con la lógica de la investigación, que en general, no se pueden revelar directamente en los mismos cambios o hechos y para eso hay que construir diversos supuestos, desarrollar hipótesis, buscar nuevas ideas, nuevos tratamientos.
La precisión de las tareas científicas de acuerdo con las etapas generales del proceso investigativo, permiten definir los alcances que deben ir logrando los estudiantes en cada etapa del proceso. A continuación se ilustra cómo podrían definirse esas tareas de acuerdo con los resultados esperados en cada etapa de investigación, según las dimensiones de caracterización, abstracción y modelación del objeto por considerar que son las que más dificultades ocasionan en la formación de los investigadores y cómo esto se articula con la formación de las competencias indagativas, argumentativas e imnovativas.
El valor didáctico que le aporta al proceso formativo la definición de las competencias investigativas y su articulación con las tareas científicas a desarrollar, consiste en la posibilidad de ir regulando dicho proceso a partir de los resultados parciales y finales a los que el estudiante debe ir alcanzando, cuestión que debe hacerse sin perder la visión de que el proceso investigativo, por su propia complejidad, no debe ser reducido a una serie de tareas u operaciones sencillas, cada tarea científica en sí, encierra la riqueza del proceso investigativo mismo, es decir, ir desarrollando las tareas de la investigación debe ser entendido como la ejecución de investigaciones parciales en toda su complejidad y como expresión de la totalidad del proceso, pero saber qué resultados debe aportar la ejecución de cada tarea, le confiere al proceso investigativo la posibilidad de dirigirlo y regularlo didácticamente.
La dimensión de caracterización del objeto de investigación, como ya se ha explicado anteriormente da cuenta del movimiento interno del proceso de investigación desde la identificación, valoración y formulación del problema, pasando por la caracterización del objeto de investigación, hasta llegar a la definición del objetivo de la investigación.
Se podría entonces definir como una primera tarea científica a desarrollar:
Los resultados que se obtengan del desarrollo de esta tarea deben dar cuentas de la objetividad, la actualidad y la novedad del problema de investigación planteado, por lo tanto debe orientarse el trabajo del investigador en formación de manera que al término de ellas quede convenientemente fundamentado el problema de investigación.
Para ello, el estudiante debe, a partir del desarrollo de sus competencias indagativas, recopilar toda la información fáctica, tendencial y teórica acerca del tema de investigación para brindar como resultados científicos la determinación de los indicadores a través de los cuales realizará el análisis, los datos y la información más relevante para su estudio, lo que le permitirá alcanzar un primer nivel de comprensión de su objeto.
La competencia argumentativa le posibilitará la interpretación de todos los hechos y fenómenos que caracterizan el comportamiento factoperceptible del problema y llegar a las conclusiones parciales que demuestran la objetividad y la actualidad del mismo, poniendo de manifiesto su competencia imnovativas en la medida que anticipa cuáles podrán ser soluciones novedosas a ese problema, lo que permitirá comprobar su cientificidad.
La otra tarea científica propia de la dimensión de caracterización es propiamente:
También es propio de las investigaciones en las ciencias sociales y de salud, recurrir a una caracterización histórica del objeto lo que permite descubrir el comportamiento de sus tendencias en el tiempo y poder extraer conclusiones válidas para la comprensión de su comportamiento actual a partir de su evolución histórica.
En este caso, el investigador demuestra sus competencias indagativas en el estudio de la literatura que le permite asumir sus referentes históricos fundamentales, lo que a su vez le posibilita identificar los indicadores que usará para el análisis y llegar a una cronología de dichos indicadores que no es más que la valoración de cómo esos indicadores se van comportando en el tiempo.
A través de la competencia argumentativa alcanza la interpretación de todo lo que ha localizado, saca conclusiones, y es la competencia imnovativas la que le permitirá llegar a resultados más relevantes, entendidos en este momento en términos de los períodos históricos a través de los cuales el objeto de investigación se ha ido manifestando de forma cambiante y así mismo las tendencias que lo caracterizan como síntesis de su evolución con relación a la caracterización teórica referida anteriormente y que el investigador realiza según la naturaleza del objeto, si se trata de una investigación de las ciencias pedagógicas, debe hacerse una caracterización gnoseológica que es la que permite descubrir las peculiaridades epistemológicas del objeto según las ramas de la ciencia que explican su existencia y comportamiento.
En este caso, igualmente a partir de la puesta en práctica de las competencias indagativas, el estudiante puede localizar sus referentes teóricos fundamentales, estudiarlos a profundidad y a través de su comprensión, llegar a definir cuáles asume para la caracterización gnoseológica de su objeto de investigación.
La competencia argumentativa permite la cabal interpretación de los rasgos que cualifican al objeto, sus particularidades y las competencias imnovativas posibilita alcanzar las conclusiones acerca de cuál será el sistema de conceptos, principios, leyes, teorías o paradigmas que el investigador define para explicar el objeto, derivándose de ello, el sistema de conceptos, principios, leyes, teorías y paradigmas que explican el objeto según su naturaleza, sistema categorial con el cual se alcanza la interpretación del objeto para su posterior modelación.
De la misma manera que se caracteriza el objeto desde el punto de vista gnoseológico, se hace pedagógica, didáctica, psicológica, filosóficamente y de tantas formas como la naturaleza del objeto requiera a fin de revelar todos los rasgos esenciales que dan cuenta de sus peculiaridades con vistas a poderlo modelar y transformar en el proceso científico, lo que significa, solucionar el problema de investigación del cual se partió.
Profundizar en las teorías pedagógicas, didácticas, psicológicas o filosóficas para poder asumir los referentes que utilizará el investigador para penetrar en los aspectos esenciales del objeto, significa aplicar las competencias indagativas para poder comprender la riqueza del objeto desde los presupuestos científicos que se asumen y establecer las características pedagógicas, didácticas, psicológicas o filosóficas que permiten llegar a su interpretación hermenéutica.
Una vez que se han definido los rasgos esenciales del objeto y el campo de acción de la investigación, tanto desde el punto de vista gnoseológico, como pedagógico, didáctico, filosófico o psicológico, el estudiante está en condiciones de realizar su propia concepción del objeto, la manera en que él se lo representa a partir del sistema categorial fundamental que ha definido y las relaciones que se dan entre las categorías, expresadas en términos de regularidades. Ello es lo que le permitirá dar respuesta a las exigencias de la dimensión de abstracción. Las tareas científicas propias de esta dimensión son:
Ambas están estrechamente relacionadas, en la medida que el estudiante es capaz de determinar los rasgos esenciales y sus relaciones, precisando además si esas relaciones son contradictorias lo que permite precisar cualidades trascendentes del objeto y el campo, podrá comenzar a construir la hipótesis de su investigación.
Esto significa que ha alcanzado la madurez científica necesaria para modelar su objeto y campo de investigación y con ello, aportar nuevas maneras de interpretarlo, nuevas formas de configurarlo, desde una perspectiva científica, lo que hará posible que pueda realizar aportes significativos a la rama del saber en la que se localiza su objeto de investigación.
La posibilidad de poder plantear la hipótesis de una investigación muestra la capacidad y originalidad del investigador para poder generar su propia concepción del objeto que investiga, ello demuestra el alcance de las competencias investigativas en su más alta expresión, ya que ser capaz de formular una hipótesis, contentiva de las relaciones esenciales que identifican a su objeto, es expresión de haber alcanzado una interpretación propia del mismo, es haber utilizado los métodos de investigación para apropiarse de la cultura científica necesaria que permitirá sustentar ideas científicas novedosas y sólidamente argumentadas.
A través de la concepción didáctica del proceso formativo de investigadores, cualesquiera que sean pero específicamente de estudiantes de doctorado, se percibe la posibilidad de ir estructurando el mismo en propósitos bien definidos que brindan a los propios estudiantes y a sus profesores y tutores los recursos didácticos necesarios para orientar y regular la marcha del proceso.
Cada etapa de la investigación puede ser sistematizada a partir de las tareas científicas a desarrollar y los resultados parciales o finales esperados, de manera que dichas tareas ganen significación y contenido científico propio para aplicar en las mismas las competencias investigativas, las cuales se irán formando en la misma medida en que el estudiante avance en sus resultados y adquiera mayor independencia para acercarse a las exigencias del proceso científico.
Entendido un programa de formación de investigadores y de doctores en ciencias como aquel proceso diseñado, coordinado e implementado para lograr la formación investigativa de profesionales ampliamente comprometidos con su desarrollo y superación, se puede llegar a las consideraciones didácticas que contribuyen al esclarecimiento de algunos conceptos que deben estar presentes en estos programas. Uno de los conceptos claves trabajados en este sentido es el de las competencias investigativas, reconociendo que las mismas sintetizan el amplio alcance de las cualidades que deben caracterizar a un investigador, tanto en lo axiológico como en lo intelectual. Por tanto, a partir de la propia concepción de qué es y cómo actúa un investigador comprometido, trascendente y flexible, se llega a la definición de las competencias indagativas, imnovativas y argumentativas como las que deben ser formadas a lo largo del desarrollo de un programa de este tipo y es posible precisar algunas de las actividades que pudieran enriquecer el programa con vistas a la formación expresa de estas competencias, independientemente de los contenidos específicos que el mismo debe contener en función de las relaciones epistemológicas y científicas que le dan lugar.
Todo ello permite un acercamiento a la concepción didáctica de los procesos de formación científica, que como todo proceso formativo, tiene que ser concebido y estructurado a fin de lograr los propósitos previstos.
En tal sentido, es posible también acercarse a una concepción didáctica del proceso, en la cual las tareas científicas adquieren relevancia por cuanto son las que permiten ir estructurando el proceso en momentos de significación ya que el estudiante de doctorado va construyendo los resultados parciales que le permitirán acercarse a los resultados trascendentes que deben caracterizar una tesis.
Ello posibilita que el proceso pueda ser orientado y conducido de manera diáfana y que las metas de gran complejidad y riqueza científica que debe irse trazando el estudiante, puedan ser compartidas explícitamente en los colectivos científicos donde él se desempeña, lo que posibilitará el crecimiento personal e investigativo según las exigencias del programa de en cuestión.
En este capítulo los autores se decidieron apartarse un tanto de la investigación concretada en el método clínico para aborda la formación de investigadores en general a través de un programa de formación de doctores, con el objetivo de introducir la necesidad de dicha formación en los contextos donde laboran los investigadoras en Mozambique desde sus experiencia en los centros de estudios de procedencia.
No obstante es prudente aclara que la formación de competencias investigativas también son validad para las investigaciones mediada por el método clínico, y establecer una didáctica en consecuencia desde la formación inicial, para que cuando se arribe a etapas superiores de formación posgraduada, el tránsito a los resultado sea mas trascendente.
CONCLUSIONES GENERALES DEL TEXTO.
En el texto lo autores muestran la relación que hay entre ciencia, investigación científica y conocimiento científico para abordar el proceso investigativo mediado por el método clínica en los profesionales médicos y de salud destinado a solventar los problemas de salud y enfermedad que se presentan en el individuo la familia y la comunidad.
Se devela como el método clínico puede ser abordado desde los diferentes paradigmas investigativo sin eclecticismo, se hace énfasis en el paradigma sistémico y el dialectico, para abordar el método sistémico estructural funcional y el método holístico dialectico como vía o camino para el desenvolvimiento de la investigación científica mediada por el método clínico.
Se aborda además la hermenéutica y su relación con el método clínico, mostrándose en todo el decursar del libro que el desarrollo del método clínico y por tanto de la investigación científica del médico y los demás profesionales de la salud, depende de las característica del objeto a estudiar, la posición epistemológica del investigador y la cultura de ese propio investigador, asa como del contexto donde se desarrolla la investigación.
También se devela la necesidad de formar competencias investigativa, que aunque se signa para la formación de doctores se deja claro su importancia desde la formación inicial de estos profesionales en tanto su profesión en sentido general depende del buen desarrollo del método clínico.
BIBLIOGRAFÍA:
Recibido: Noviembre 2017 Aceptado: Enero 2018 Publicado: Febrero 2018