La antropofagia en los mitos clásicos y su visualización en las artes plásticas
Franziska Koch
Resumen:
Con el presente trabajo se pretende analizar el tema de la antropofagia en la mitología clásica y su representación en el arte. Partiendo del argumento de que siempre ha habido ilustraciones de temas mitológicos en el arte, se va a examinar si también se han ejecutado obras artísticas sobre estos mitos caníbales y con qué frecuencia se han hecho, ya que la antropofagia es un tema que genera rechazo debido a lo brutal e inhumano del acto. Además se va a mostrar qué relación tienen las obras de arte sobre los mitos clásicos caníbales con las otras muchas imágenes sobre el canibalismo que aparecen a partir del siglo XVI en Europa.
Palabras clave: Antropofagia, canibalismo, mitología clásica, arte, Europa
* * * * *
1. La antropofagia
El término de antropofagia se compone de dos palabras griegas: de “anthropos” (hombre) y de “phagein” (comer) y se refiere a alguien o algo que come carne humana. A finales del siglo XV surgió el nuevo término de “canibalismo” derivado del descubrimiento de América y las islas del Caribe por Cristóbal Colón1.
Hay distintas pruebas que confirman que el canibalismo es, probablemente, casi tan antiguo como la existencia de la humanidad2. Por ejemplo, el homo antecessor que vivió hace 800.000 años y los neandertales ya eran caníbales, demostrado por las marcas de cortes en los huesos encontrados3. En la Antigüedad se acusaba de prácticas caníbales a los bárbaros que vivían en los límites del mundo conocido, como los hindúes, escitas o masagetas4 y en la Edad Media se acusaba a las personas que eran marginadas por la sociedad, como brujas, gitanos o judíos5. Durante la conquista del Nuevo Mundo, los viajeros descubrieron distintas tribus de las que también se decía que comían carne humana6. Pero existen mucho más casos de canibalismo que sucedieron a lo largo de la historia como, por ejemplo, durante la hambruna en 1016 y en 1315-17 en Europa7, durante la guerra de los Treinta Años (1618-48), durante la Segunda Guerra Mundial en Leningrado, en el accidente de avión en los Andes en 19728. También algunos casos actuales demuestran que, aunque vivimos en una sociedad civilizada, el canibalismo todavía existe como corroboró el “caníbal de Rotenburg” en el año 20019.
Se pueden diferenciar distintos grupos de víctimas según su sexo y edad. Los términos que las definen serían: la androfagia cuando se come a hombres, la ginofagia es la ingestión de mujeres y se habla del infanticidio cuando las víctimas son niños. También había tribus que practicaban la necrofagia, es decir, que se comían a los muertos después de haber pasado días o semanas10. Además, existe un tipo de canibalismo que la mayoría de la gente realiza frecuentemente en esta sociedad: el autocanibalismo que sería, por ejemplo, comerse las uñas11. Dentro de la antropofagia de las tribus del pasado se distinguía también entre endocanibalismo y exocanibalismo. El endocanibalismo se refiere a familiares y miembros de una tribu que son comidos por su propia gente, y al contrario, el exocanibalismo en el que se consume a personas que no pertenecen a la propia tibu12.
Los motivos para llevar a cabo uno de estos tipos de canibalismo pueden ser diversos, como: hambre, venganza, costumbre, placer, religión, locura, ritual, comunión, cultura13. También existe un canibalismo involuntario, es decir, que la persona que come carne humana no sabe realmente lo que está comiendo por haber sido engañado por otra14.
El canibalismo no solamente se refleja en la historia con hechos reales, sino se manifiesta también en todas las formas de expresión humana, por ejemplo, en mitos, religiones, cuentos de hadas, epopeyas, novelas, poemas, canciones, películas, chistes y en el arte15.
1.1 La antropofagia en el arte
Aunque este trabajo se concentra solo en la antropofagia en los mitos clásicos y su visualización en el arte, también hay que resaltar que hay muchas más ilustraciones en el arte sobre este tema y se puede decir que existía una gran tradición artística sobre imágenes caníbales16. Según Charles Zika, antes del siglo XVI había pocas representaciones sobre el canibalismo en el arte17. Sin embargo, a partir del siglo XV se empezaron a ilustrar relatos y libros de viajes sobre Asia y América con escenas caníbales en las que se ve a los bárbaros cortando carne humana, preparándola y devorándola (fig. 1)18. Además se escribieron libros de viajes de ficción o imaginarios en los que aparecen personajes caníbales, como, por ejemplo, en el libro del escritor francés François Rabelais, Gargantúa y Pantagruel (1532)19.
En los siglos XVI y XVII se imprimieron volantes20 que informaban sobre distintos acontecimientos, entre estos, casos de canibalismo que ocurrieron en Europa como en la hambruna en Rusia y Lituania en 157321. También había muchas ilustraciones y representaciones en el arte entre los siglos XV y XVII sobre la figura de la bruja, ya que se creía que se comían a niños en la noche del aquelarre y que usaban carne humana u otras partes del cuerpo humano para preparar diversas pócimas mágicas. La mayoría de las imágenes no muestra la ingestión de humanos, sino que resalta solo la bestialidad al reflejar la preparación y la presentación de la carne humana (fig. 2)22.
Escenas caníbales se pueden encontrar también en las pinturas religiosas cristianas, como en obras de arte sobre el Juicio Final donde una gran boca devora a los pecadores.23 En Alemania en los siglos XV y XVI existía la figura del comilón de bufones (“Narrenfresser”) que es un bufón con su disfraz que se come a otros bufones. La imagen de este estaba muy extendida y participaba también durante las procesiones de carnaval (fig. 3)24. En Suiza, en Austria y en el sur de Alemania, entre los siglos XVI y XVIII, había muchas ilustraciones sobre un hombre que es parecido al hombre del saco. Un personaje ficticio que se come solo a los niños y que se empleaba para asustar a los más pequeños y que fueran más obedientes (fig. 4)25. También había ilustraciones en libros de cuentos de hadas sobre personajes caníbales, como la bruja en Hänsel y Gretel26, aunque las imágenes sobre estos no muestran el acto de la ingestión de humanos. Mediante la caricatura la sociedad ha utilizado durante muchos siglos el tema del canibalismo para divertirse o para criticar situaciones sociales, políticas o religiosas. En el arte de los siglos XX y XXI el tema tampoco ha desaparecido. Concluyendo, se puede señalar que el canibalismo es un tema recurrente en el arte a lo largo de la historia.
2. Los mitos clásicos
Cada cultura tiene sus propios mitos, que son leyendas, cuentos o historias que se transmiten por vía oral o escrita. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española ofrece la siguiente definición: el mito es una “narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico”27. Los mitos clásicos tematizan necesidades humanas y conflictos familiares, sociales y políticos. También intentan explicar, por ejemplo, el origen del mundo, fundaciones de ciudades, fenómenos de la naturaleza, ritos o instituciones y los mitos permiten diferentes lecturas e interpretaciones sobre ellos.
En los mitos clásicos hay muchas leyendas que tratan sobre el tema del canibalismo. En estos mitos los dioses comen a otros dioses, los dioses comen a humanos, los humanos comen a otros humanos, y los animales y los monstruos de leyenda devoran también a humanos. Pero la versión completa del trabajo28 se enfoca solo en las primeras tres opciones anteriormente citadas, con los mitos de: Crono y sus hijos; Zeus y Metis; Tántalo y Pélope; Licaón y sus hijos; Atreo y Tiestes; Tereo, Procne y Filomela; Tideo; Miníades; Lamia; Antífates y los lestrigones; Clímeno y Harpálice.
A continuación se presentará el mito caníbal probablemente más conocido y solo algunas obras de arte que lo reflejan.
2.1 El mito de Crono y sus hijos
En la mitología griega, Crono era uno de los doce hijos de Urano y Gea, y se casó con su propia hermana Rea con la que tuvo hijos. Pero a causa de una profecía de sus padres, la cual decía que uno de sus propios hijos le iba a destronar, Crono devoró a todos sus hijos recién nacidos. La desesperada madre Rea, cuando se quedó embarazada de nuevo, buscó consejo de sus padres. Ellos le recomendaron dar a luz a su hijo Zeus en una cueva en la isla de Creta y entregar a Crono una piedra envuelta en pañales. Crono no se enteró del engaño y devoró a su supuesto “hijo” sin problema. Zeus que a lo largo del tiempo había crecido en silencio, decidió vengarse de su padre29 con la ayuda de su futura esposa, Metis, que le preparó una pócima. Zeus obligó a su padre Crono a tomársela y a regurgitar a sus hermanos30 que se habían hecho adultos en su estómago31. Los romanos lo identificaron como Saturno.
Del arte de la Antigüedad quedan unas pocas representaciones de Crono, y entre ellas se conserva un relieve del siglo II d. C. Este ilustra la entrega de Rea a Crono de la piedra envuelta en paños (fig. 5)32, pero no quedan representaciones en las que se vea la visible ingestión de sus hijos33.
Al final del siglo XV, un artista italiano realizó dos series de grabados en cobre, los llamados Tarots, que se atribuyen a Andrea Mantegna34. En uno de los grabados se ve a Crono de mayor, con barba, una guadaña y totalmente vestido (fig. 6). A sus pies se encuentran cuatro niños y otro lo tiene cogido con la mano izquierda y se lo está llevando hacia la boca para comérselo. De este tipo de representaciones existían varias en el siglo XVI ya que al ser grabados se difundieron rápidamente por Europa.
El siguiente ejemplo es un grabado de Jakob Bink del año 1530 (fig. 7)35. Crono, que está totalmente desnudo, nos muestra su espalda y solo gira su rostro violento levemente. Crono ya está dando un buen mordisco al niño.
Una pintura muy conocida sobre el mito de Crono es la obra “Saturno devorando a un hijo” (1636-37) de Peter Paul Rubens que se encuentra en el Museo Nacional del Prado de Madrid (fig. 8)36. El pintor muestra a Crono encorvado y apoyándose en su guadaña. El dios sostiene con el brazo izquierdo al niño, al que está dándole un mordisco en el pecho. Este que no se puede defender, solo puede abrir la boca para gritar y un poco de sangre corre sobre la parte que el dios está mordiendo. La imagen sobrecoge por la firme posición de Crono, por la convicción que parece tener, por la mirada violenta y por el acto caníbal, en general, que lleva a cabo con su propio hijo.
En el siglo XVIII la pintora Giulia Lama representaba la misma escena del dios en una de sus obras (fig. 9)37. En ella muestra a Crono sentado y al hijo que está cogido por los brazos del padre, en un paisaje de rocas y plantas. Una luz que ilumina la escena, se concentra en la figura del niño que además está situado en el centro de la obra. Crono parece estar a punto de hincar sus dientes en el cuerpo de su hijo. A su vez, esta escena parece menos salvaje, debido al entorno en el que se encuentran y a la falta de expresión en las caras de las dos figuras, una porque apenas se ve y otra porque no refleja la crueldad.
Otra pintura famosa es de Francisco de Goya, “Saturno devorando a un hijo” (1821-22) que se halla en el Museo Nacional del Prado de Madrid (fig. 10)38. De la cantidad de obras de arte que hay sobre el mito de Crono, este es probablemente el cuadro más espeluznante. En plena oscuridad solo se ve a Crono como un hombre huesudo e inclinado. Entre sus manos tiene un cuerpo ensangrentado de una persona a la que ya le faltan la cabeza y el brazo derecho. El dios, que tiene los ojos muy abiertos -las pupilas oscuras destacan sobre el blanco de sus ojos- se lleva el cuerpo que no muestra ninguna señal de vida, hacia su boca para darle otro gran mordisco.
Como el nombre de Crono tenía el mismo sonido que la palabra griega para tiempo, Crono simbolizaba el tiempo a lo largo de los siglos39. La imagen o el mito de él devorando a sus hijos, se interpretaba como una personificación del tiempo, ya que el mismo tiempo crea las cosas, pero también las destruye con el paso de los años, de los siglos, etc. para al final crearlas de nuevo40. Esta interpretación del mito, es una de las razones por las que la imagen de Crono se transmitió en el arte durante tantos siglos.
Concluyendo, se puede decir que en la época clásica no se representaba esta escena caníbal o si se hacía, ya no existen obras que lo demuestren. En la Edad Moderna, Crono hace el gesto de llevarse al niño a la boca hasta un poco más tarde darle un gran mordisco. Parece que a lo largo de los siglos los artistas han perdido los escrúpulos en mostrar un acto caníbal tan horrible. Quizás esto esté relacionado con el descubrimiento de América y con las muchas ediciones que se publicaron sobre los viajes a dicho continente y que ilustraron a las tribus comiendo carne humana. Parece que en esta época y en las posteriores la sociedad estaba acostumbrada a mostrar y ver este tipo de imágenes.
3. Conclusiones
Este trabajo ha demostrado que el canibalismo ha acompañado y acompaña a la humanidad desde el principio de los tiempos y que quizás nunca dejará de hacerlo. El arte desde siempre ha sido un medio muy importante a través del cual los humanos expresan sus sentimientos, pensamientos y problemas. Y el canibalismo, aunque sea tan inhumano e inconcebible para nosotros, no está excluido de estas temáticas.
La antropofagia ya era conocida en la sociedad griega y romana. Los griegos, aunque acusaban a otros pueblos de prácticas caníbales, trataron una serie de casos antropófagos en sus propios mitos, los que creían que habían sucedido realmente en un pasado lejano. A pesar de que se sabe que la mayoría de estos son solo leyendas y cuentos, algunos de ellos contienen en el fondo una verdad histórica que confirman los cultos con sacrificios humanos en honor a un dios como, por ejemplo, en Olimpia.
Las conclusiones del trabajo se pueden dividir en dos partes: una analiza los mismos mitos bajo distintos aspectos (caníbal, víctimas, motivos) y la otra estudia las representaciones artísticas sobre los mitos (similitudes y diferencias entre las obras, etc.). Esta segunda parte se puede resumir en que estos mitos han sido representados tanto en la Antigüedad como en épocas posteriores, aunque las obras de arte son pocas y un solo mito, el de Clímeno y Harpálice, no ha encontrado su representación artística. Pero solo en dos obras de arte sobre dos mitos distintos se muestra un canibalismo visible y la preparación de la comida caníbal. El resto de las obras representa, o bien, el momento anterior al canibalismo, como por ejemplo, el asesinato de la víctima, o el momento posterior, como por ejemplo, el castigo de los dioses. Solo las obras de arte sobre un mito, el del dios Crono y sus hijos, muestran siempre a este devorando a sus propios hijos.
Estos mitos no han tenido una gran resonancia en el mundo del arte, quizás porque sus temas -crueles actos de asesinatos y de canibalismo- no son nada agradables. Algunos de ellos quizás no se hayan representado bastante porque no contienen ninguna función narrativa positiva41 o quizás porque no aportan una lectura especial. El mito de Crono, por ejemplo, se puede interpretar de manera alegórico-moral o físico-astral y por eso, su imagen se ha transmitido frecuentemente en el arte. Pero los otros mitos son simplemente historias, cuentos y leyendas que, quizás, no merezca la pena que sean representados por ser poco conocidos o porque en sí no contienen grandes héroes o aventuras.
Comparando las obras de arte sobre los mitos con las otras ilustraciones sobre el canibalismo se puede observar que las últimas casi siempre representan la preparación y la directa y visible ingestión de carne humana, mientras las obras artísticas sobre los mitos evitan mostrar estos momentos e ilustran, al contrario, otras escenas claves del mismo, como la transformación en animales. Pero también hay que decir que el canibalismo no es lo que caracteriza estos mitos, el canibalismo no es lo importante del mito, más bien es un medio que ayuda a realzar el drama de este. En cambio, lo que caracteriza, por ejemplo, a las tribus del Nuevo Mundo, a las brujas, a los judíos, a los gitanos, etc. y lo que les diferencia de la sociedad “normal” es el canibalismo, por lo tanto se les representan durante estos actos crueles e inhumanos.
El canibalismo, tan viejo como la historia de la humanidad, ha sido, es y será uno de los temas que inquieta y atrae a la sociedad y que ha encontrado su expresión en el mundo del arte. Especialmente ha estado presente en la cuna de la cultura europea, es decir, en Grecia.
Notas:
1. RIßE, M., Abendmahl der Mörder. Leipzig, Militzke Verlag, 2007, p. 14.
2. Ibídem, p. 8.
3. PANCORBO, L., El banquete humano. Una historia cultural del canibalismo. Madrid, Siglo XXI de España editores, 2008, pp. 45-47.
4. FULDA, D., “Hungeranthropophagie im Dreißigjährigen Krieg und der europäische Kannibalismusdiskurs”, en RÖCKELEIN, H., (ed.), Kannibalismus und europäische Kultur. Tübingen, edition diskord, 1996, p. 152.
5. RÖCKELEIN, H., “Einleitung. Kannibalismus und europäische Kultur”, en RÖCKELEIN, H., (ed.), Kannibalismus und europäische Kultur. Tübingen, edition diskord, 1996, pp. 12-13.
6. Ibídem, p. 13.
7. PANCORBO, L., Op. cit., p. 51.
8. RIßE, M., Op. cit., pp. 41-53.
9. Ibídem, pp. 87-96.
10. Ibid., pp. 60-61.
11. PANCORBO, L., Op. cit., p. 121.
12. THOMSEN, C. W., Menschenfresser in Mythen, Kunst und fremden Ländern. Erftstadt, area verlag gmbh, 2006, p. 49.
13. PANCORBO, L., Op. cit., pp. XVI y 4.
14. RIßE, M., Op. cit., p. 168.
15. THOMSEN, C. W., Op. cit., p. 40.
16. ZIKA, C., “Kannibalismus und Hexerei. Die Rolle der Bilder im frühneuzeitlichen Europa”, en RÖCKELEIN, H., (ed.), Kannibalismus und europäische Kultur. Tübingen, edition diskord, 1996, p. 88.
17. Ídem.
18. Ibid., pp. 88-90.
19. THOMSEN, C. W., Op. cit., p. 41.
20. Los volantes consistían en una imagen y un texto, es decir, la noticia.
21. ZIKA, C., Op. cit., pp. 95-97.
22. Ibid., pp. 75-76, 78, 98.
23. Ibid., p. 93.
24. Ibid., pp. 93-94.
25. THOMSEN, C. W., Op. cit., p. 35.
26. Ídem.
27. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua española. Madrid, Editorial Espasa Calpe, 2001, vol. 2, p. 1516, s. v. mito.
28. KOCH, F., El canibalismo en los mitos clásicos y su visualización en las artes plásticas. Malaga, 2015, trabajo final del máster.
29. HARRAUER, C./ HUNGER, H., Diccionario de mitología griega y romana. Con referencias sobre la influencia de los temas y motivos antiguos en las artes plásticas, la literatura y la música de Occidente hasta la actualidad. Barcelona, Herder Editorial, 2008, p. 196, s. v. Crono.
30. GONZÁLEZ DE ZÁRATE, J. M., Mitología e Historia del Arte. Vitoria-Gasteiz, Instituto Ephialte, 1997, p. 78.
31. BAUDY, G., “Mythos”, en Der neue Pauly. Enzyklopädie der Antike. Stuttgart, Verlag J. B. Metzler, 1999, vol. 6, p. 865, s. v. Kronos.
32. HARRAUER, C./ HUNGER, H., Op. cit., p. 198, s. v. Crono.
33. LÜCKE, H.-K. y S., Antike Mythologie. Ein Handbuch. Der Mythos und seine Überlieferung in Literatur und bildender Kunst. Wiesbaden, Marix Verlag GmbH, 2005, p. 517, s. v. Kronos.
34. AROLA, R., El Tarot de Mantegna. Barcelona, Alta Fulla Editorial, 1997.
35. ZIKA, C., Op. cit., p. 92.
36. DAVIDSON REID, J., The Oxford Guide to Classical Mythology in the Arts, 1300-1990s. New York, Oxford University Press, 1993, p. 313, s. v. Cronus.
37. http://www.christies.com/lotfinder/paintings/giulia-lama-saturn-devouring-his-child-5443554-details.aspx (Consultado el 14/10/2014).
38. DAVIDSON REID, J., Op. cit., p. 314, s. v. Cronus.
39. LÜCKE, H.-K. y S., Op. cit., p. 510, s. v. Kronos.
40. Ibídem, p. 511.
41. BOARDMAN, J., “Lamia”, en Lexicon iconographicum mythologiae classicae. Zúrich, Artemis Verlag, 1992, vol. VI/1, p. 189, s. v. Lamia.
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