El sistema teórico conceptual constituye el basamento fundamental de la investigación y el eje conductor de la misma. En este estudio se abordó a partir de las ideas básicas dadas por los diferentes autores. Este ejercicio posibilitó conocer, analizar e interpretar las concepciones de los teóricos que han abordado las diversas temáticas, lo que se hizo necesario en el momento de investigar las características y los aportes de la poesía de la Villa de los Molinos al desarrollo cultural de Las Tunas. Para elaborar el posicionamiento científico fue necesario atender a las ideas expresadas por diversos estudiosos, entre los que figuran Néstor García Canclini, Alfredo Guevara, Marvin Harris, Cintio Vitier, Camila Henríquez Ureña, José Antonio Portuondo y nuestro “Héroe Nacional” José Martí.
La investigación científica presente se fundamentó en la teoría del estudio de las representaciones sociales, la cual permitió la conformación del capítulo teórico a través del análisis y la interpretación de las ideas emitidas por los autores tratados, en los términos cultura, identidad y poesía, lo que constituye un acercamiento teórico en el acontecer de la poesía puertopadrense de la segunda mitad del siglo XX.
Esta teoría permitió entender la realidad, acercarse a ella y comprender la diversidad de criterios de los estudiosos de las temáticas planteadas en el eje teórico. Posibilitó además estudiar y resumir los datos y las informaciones que fueron surgiendo en el proceso investigativo. Ella se amplía hacia las representaciones sociales de los poetas estudiados, fieles exponentes de la cultura y la identidad cultural, rasgos que se evidencian en su obra. Contribuyó, de igual modo, a entender la vida cotidiana y las interacciones sociales de las personas involucradas en el proceso investigativo. Igualmente facilitó abordar teóricamente el objeto de estudio para luego interactuar con los creadores puertopadrenses en su hacer cotidiano, en sus espacios, unido a las representaciones y los procesos culturales que se producen de forma individual y colectiva en la sociedad. Ella es, esencialmente, una teoría del conocimiento social que existe tanto a nivel individual como colectivo, impregnando todos los aspectos de
nuestra vida social. Se generan y transforman en las actividades de la vida cotidiana y en la forma en que interactúan las personas.
Estas formas de pensar y crear la realidad social están constituidas por elementos de carácter simbólico ya que no son sólo formas de adquirir y reproducir el conocimiento, sino que tienen la capacidad de dotar de sentido a la realidad social. Su finalidad es la de transformar lo desconocido en familiar. La teoría de las representaciones sociales permitió conjuntamente, estudiar los elementos de carácter simbólico que han utilizado los artistas puertopadrense para representar en sus obras diversos temas entre los que se destaca el mar, para generalizar las características individuales y elaborar las propias del género en el municipio. Considerado uno de los momentos más importantes del quehacer científico, el posicionamiento siempre se sustenta sobre ejes temáticos esenciales que permiten establecer determinadas posiciones y cuestionar desde los diferentes presupuestos teóricos las ideas de algunos autores sobre el sistema teórico a utilizar, constituido este por: cultura, identidad y poesía, términos que se relacionan mutuamente y poseen cada uno a su vez el basamento teórico suficiente para que se complementen y se entienda mejor el otro, a pesar de las diversas interpretaciones que al respecto emiten los autores tratados.
La cultura es uno de los términos más estudiados en el mundo y ha sido preocupación continua en el desarrollo de la humanidad a partir de la inquietud del hombre por explicar su relación con la naturaleza, la sociedad, el conocimiento, entre otras cuestiones; por estas razones la cultura interviene en la conciencia, la conducta y en la vida en general desde sus disímiles esferas.
La cultura es un proceso visto e interpretado desde las condiciones específicas que posee cada individuo, grupo o generación, en el momento histórico que le ha tocado vivir. Teniendo en cuenta las interpretaciones y estudios que existen con respecto a ella, así resultó este análisis.
Al respecto es significativo distinguir las ideas expresadas en el libro Cultura, Ideología y Sociedad cuando se plantea que la cultura es el conjunto de formas y resultados de la actividad humana difundidos en el marco de alguna colectividad, consecuencias de la tradición, la imitación y el aprendizaje.(2) (1983:16)
Evidentemente ella constituye la principal manera para que se pronuncie, consolide y difunda socialmente la actividad humana de manera que pueda contribuir a crear un modelo dentro de la sociedad, sin ella esta carecería de valores, tradiciones, identidad. Es a través de su aprendizaje que el hombre encuentra su razón de existir y un modelo digno de imitar.
La cultura es y constituye un eficaz componente donde el hombre con su espiritualidad, emociones, sentimientos, conocimientos, unido a las cosas materiales que ha logrado construir a partir de este, logre participar de forma activa, socializando lo logrado para agrupar a toda la sociedad bajo su influjo y contribuir al desarrollo cultural de la sociedad, como plantean Luis Álvarez Álvarez y Juan Ramos Rico cuando expresan que la cultura constituye un poderoso mecanismo espiritual y material, de socialización, es decir, de estructuración, consolidación y desarrollo de la sociedad y una actividad humana de carácter colectivo e individual. (3) (2003:48)
Sin dudas esta manifestación está compuesta por ese conjunto de acciones, juicios, estilos de vida, dogmas, cualidades y anhelos de los pueblos en un determinado período, lo que nos trasmiten desde que somos pequeños y día a día contribuye a enriquecernos como cubanos, como humanos en una interrelación infinita.
Ella sostiene toda la formación de una nación y contribuye a socializar lo logrado por esta, a formar, instruir y crear, como bien declara en sus ideas Julio Carranza Valdés cuando dice que la cultura es el conjunto de valores, conocimientos, creencias, maneras de hacer, actitudes y aspiraciones de los pueblos en una época determinada, vistas además en una interinfluencia creciente. Es el tejido esencial de la sociedad y su mayor fuerza interna. (4) (1999:32)
La cultura es ese legado de nuestros antepasados en aquellas épocas virtuosas de fábulas, creencias, tradiciones, que han trascendido para suerte nuestra y permiten que el hombre conserve, produzca y cree nuevos valores para transformar el medio donde vive y a su vez el espacio dentro de la sociedad en que este se desarrolla.
Es precisamente una característica esencial humana desde los tiempos antiguos porque permite que el hombre conozca y reproduzca todo lo creado por la humanidad.
Como bien recoge en sus palabras Néstor García Canclini cuando afirma que ella es el conjunto de realizaciones humanas que ha trascendido a nuestro tiempo y permite al hombre conservar, producir y crear nuevos valores para la transformación de su medio natural y social. Es el rasgo singular de lo humano, toda realización pretérita y presente, tangible y espiritual creada por la humanidad. (5) (1982: 14)
En ella figuran las costumbres y los modos de vida que son adquiridos en tanto somos parte importante de la humanidad, siempre incluyendo la conducta de los hombres, es por esto que cobran tanto valor las diferentes actividades que realizan como parte importante de la sociedad y como miembros activos de ella, en tanto Marvin Harris expresa que la cultura es el conjunto aprendido de tradiciones y estilos de vida socialmente adquiridos de los miembros de una sociedad, incluyendo su conducta. (6) (1998:19)
La cultura resulta de la interacción del hombre con la sociedad, a la que cambia y humaniza para convertirla en el centro de su acción y en sujeto permanente que se relaciona e interactúa con otros miembros a través de la comunicación pues según Elba Leyva Barciela la cultura es el resultado de la actividad del hombre tanto cognoscitiva, práctica, valorativa, como comunicativa, es construida por los miembros de la sociedad en la interacción con la realidad, a la que transforma, humaniza y convierte en objeto de su actividad. (7) (2004:157)
Es indudable que ella se comprende como ese transcurso de la existencia que contribuye a desarrollar en el individuo la capacidad de entender el mundo en que vive, de transformarlo según sus necesidades y deseos –partiendo del legado cultural de sus antepasados– incluyendo su conducta, modo de vida, comportamiento, creación artística y espiritual para enriquecer la vida del hombre a partir de sus propias creaciones; declarando esta que la cultura debe ser comprendida como el proceso de la vida social que tiene como finalidad desarrollar en el individuo no sólo la capacidad de entender el mundo en que vive, su pasado y su presente, sino de transformarlo, incluyendo por tanto las diversas formas del ser, pensar y actuar.
De igual manera se considera que Alfredo Guevara aborda importantes cuestiones que le atañen a la cultura pues según su criterio se manifiesta en todas las acciones que realizamos, lo que constituye nuestro carácter y autenticidad y ha sido heredado de nuestros antepasados, es el caso de las formas de expresión, los hábitos, las tradiciones, las maneras de mostrar cariño, lo que hace a unos pueblos y culturas ser diferentes de otros y permite que nos reconozcamos en cualquier parte del mundo y que otros nos conozcan.
El autor va detallando cada elemento de la cultura, enfatizando en los aspectos que para el tienen mayor importancia, viéndola como el motor impulsor del progreso social, al exponer que cultura es la sociedad, su idiosincrasia, sus carencias y sueños, sus aspiraciones. La cultura es motor del desarrollo, la vida espiritual libre y colmada, el pensamiento, el arte, la experiencia de amor, la religión y la información.
(8) (2000:42)
La cultura contribuye al fortalecimiento y socialización de la tradición que nos precede; se pronuncia a favor de nuestra realidad y esperanzas; a través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí, cuestiona sus realizaciones, busca nuevos significados y crea obras que trascienden. La cultura incluye además, el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, las costumbres, modos de vida, los valores y otras prácticas y capacidades adquiridas por el hombre a su paso por la vida.
Para seguir siendo lo que somos y establecernos de manera ascendente en un proceso evolutivo debe estar presente la cultura como proceso de creación material, espiritual y colectiva, por lo que a pesar de las valoraciones anteriores, se hace necesario para lograr una mayor profundización del tema a investigar, a partir de las ideas antes tratadas, realizar un análisis del término identidad para contribuir a un entendimiento en toda su dimensión del análisis antes hecho.
Estos criterios antes confrontados se encuentran en relación dialéctica con la identidad, término abordado desde disímiles interpretaciones por filósofos, escritores y especialistas, que en este estudio se impone abordar.
Es la identidad una de las manifestaciones de la cultura, lo que posibilita que nos reconozcamos a partir de que se manifiesta cuando notamos una diferencia, porque justamente son las características individuales que poseemos lo que nos hace ser distintos de los demás y a un tiempo iguales dentro de un colectivo, lo que hace que nuestra cultura sea rica y variada, esto tiene que ver directamente con los valores, las tradiciones, lo que nos trasmitieron desde que somos pequeños y nos forma de acuerdo a la historia y los principios de nuestra nación, para educar nuestra conciencia y crearnos un sentido de pertenencia porque ello posibilitó que sintamos parte importante de este proceso.
Es por eso que se toman algunas de las ideas de la Doctora Graciela Pogolotti que Pedro Pablo Rodríguez esgrime, cuando plantea que: la identidad empieza a manifestarse en el momento en que nos percatamos de una diferencia. Forma parte de un determinado bien común, que tiene que ver con la conciencia y los valores. Es una tendencia de integración. (9) (1995:97)
Necesariamente tiene que ser una tendencia de integración donde se combinen nuestras características individuales para crear lo más autóctono de nuestras cultura, de nuestra sociedad, sólo así podremos irradiar o no colectivamente identidad. Ciertamente, la identidad no sólo pertenece a los procesos culturales pues a lo largo de la historia se ha manifestado y arraigado en la formación de la nación cubana pues ha trasmitido rasgos únicos que enriquecen la historia y la espiritualidad de los individuos dentro de la sociedad, lo que la hace única e inigualable, como expresa Enrique Ubieta Gómez en sus ideas, en las que la identidad cobra inusitada importancia como fenómeno transformado y transformador en el propio proceso histórico y social, siempre previsto para el cambio; él apunta que: la identidad no acude sólo a lo cultural sino a procesos históricos, socioeconómicos y espirituales que permiten considerarse como un fenómeno único en su diversidad, idéntico a sí mismo y distinto a los demás. Así se perfila como autorreconocimiento individual y colectivo. (10) (1993:12)
Siendo este, lo que nos identifica, diferencia y une dentro de un colectivo, idea que ha sido manejada por otros autores, dirigida a la observación de los rasgos comunes y diferentes a la vez, lo cual no se establece de un momento a otro, sino mediante un proceso de comprensión y entendimiento mutuo.
Como se ha expresado en las anteriores valoraciones, la identidad posee un carácter colectivo que Manuel Cruz define como la entidad que nos atribuyen los otros y a esta idea agrega que disponer identidad es siempre una forma de estar en manos de los demás (11) (2002:9) de ser aceptado por los demás, donde nuevamente le otorga una importancia especial a la integración que los individuos logran a partir de su identificación con las tradiciones, memoria histórica, cultura, que han sido aprehendidas por la sociedad, para conquistar un colectivo e identificarse socialmente, siempre defendiendo sus particularidades pero también logrando un sentido de pertenencia social.
Podemos decir que la identidad es nuestro destino porque de acuerdo a las características de nuestra nación y al grupo social con el que convivimos, es posible poseerla, asumirla y expresarla, para de alguna forma también construirla en el día a día.
Disponiendo de ella formamos parte del conjunto de aspiraciones y comportamientos de los diferentes sujetos sociales con los que compartimos la vida en sociedad, siendo ese conjunto de rasgos y características que nos hacen diferentes a unos de otros y al mismo tiempo iguales, cuando de defender un objetivo común se trata.
Para precisar otros rasgos reveladores de la identidad, es importante atender a lo diverso, lo propio, así como a la significación que reviste en tal sentido la historia de la nación, las expresiones de la cultura artística y popular, la idiosincrasia del cubano y lo más auténtico que ha permitido que nuestra identidad se consolide y arraigue, como esboza en sus ideas Consuelo Martín cuando expresa la identidad conduce en los momentos de crisis y está condicionada por la posición que le ha tocado vivir. Retomando esta idea, es necesario apuntar que existen diversas situaciones por la que atraviesa la sociedad, en que se hace necesario buscar en el sistema de valores y comportamientos que diferencian a unos pueblos de otros y en sus expresiones como la cultura popular y otras para así conducirla. También Consuelo plantea que para que exista identidad debe existir actividad (12) (1995:37). Esta se da en diferentes niveles como individuales y sociales. Desde esta investigación se precisa que la identidad es un proceso práctico, social, donde participan todos los miembros de la sociedad en tanto su sentido de pertenencia se lo indique.
En las ideas que ofrece Cintio Vitier se aprecian elementos manejados anteriormente por otros autores, los que son expresados en las palabras raíces, tronco, rama, flor y fruto. Plantea que: la identidad se compara con raíces, cuando se dice raíces, se dice tronco, rama, flor y fruto. Es el proyecto creado con el que reconocemos, una interminable fecundación, a partir de unas raíces que cada vez quieren acercarse, parecerse más, ser más idénticos a su propia flor, a su renaciente fruto. (13) (1996:23) Precisamente en la formación del cubano la identidad necesitó sentirse protegida, velada, así creció sana y fue flor y luego fruto porque desde el propio Triunfo de la Revolución se protegen y defienden todos los valores que permiten identificarnos y reconocernos mejor con aquellos rasgos de épocas precedentes para mantenerla viva, resplandeciente, para parecernos más a las primeras raíces, a las admirables flores, a los frutos que estén por surgir. Estas ideas reafirman la autoctonía como un elemento propio de la identidad; aunque se ha de atender también a la diversidad y variedad del género humano y a la vez con una locuaz utilización de la metáfora refleja el valor de lo autóctono en el cubano, de las peculiaridades que nos hacen diferentes de otros pueblos.
En Alisa Delgado Tornés se aprecian elementos tratados por otros autores cuando expresa que: la identidad, cuya base es la cultura, acompaña prácticamente, todos los actos de nuestro hacer cotidiano. Este hacer está en constante contradicción y armonía, lucha y unidad, negación y asimilación, como un todo relativo y relacionante en cuya identidad cuentan con la misma fuerza la cultura y la historia. (14) (2002:21) Ciertamente, la identidad tiene como base la cultura, acompañando todas las expresiones de la vida cotidiana al vincularse directamente con nuestro carácter, comportamiento, sistema de valores, prácticas culturales, memoria histórica; las que van a formar una identidad social, fenómeno transformable, enriquecedor y enriquecido donde se relacionan la cultura y la historia indisolublemente a partir de la continuidad del individuo y su sentimiento de pertenencia de los valores que le precedieron. Argumentación precisa que hace referencia a rasgos que identifican y hacen reconocerse a sí mismos a un grupo o individuo, a un pueblo o nación, donde se comparten ideas y acciones, de común interés.
En este sentido son muy reflexivas y de ajuste a la etapa actual, así como a esta indagación, las palabras de Georgina González Alonso cuando expresa: la identidad integra elementos diversos en objetivos comunes, definiéndola de manera que sea expresión de los individuos y la sociedad, de los valores estéticos y morales. (15)
(1997:3)
Más adelante, apunta que incluye los aspectos políticos, sociales, culturales, ideológicos, económicos, entendida a partir de una realidad socio-histórica que se concientiza por medio de un proceso reflexivo y crítico; determinado en última instancia por las relaciones socio-económicas, aunque no siempre; retoma ideas tratadas anteriormente, pues la identidad permite que unos y otros se conozcan y reconozcan, tanto a sí mismos como a los que les rodean en una atmósfera socio- histórica y cultural sujeta a transformaciones individuales y colectivas.
Para construir este complejo proceso, se impone que reflexionemos qué nos aporta y qué aportaremos nosotros para que constituya una verdadera integración.
Los autores que han sido abordados anteriormente tratan con profundidad el término identidad y sus ideas constituyen un apreciable recurso, mas, se hace necesario declarar que la identidad proviene de lo más profundo de nuestro ser, a partir de las memorias que han trascendido hasta nosotros. Es una tendencia de actividad, de integración. Acompaña todos los actos de nuestro hacer cotidiano. Es una forma de existir socialmente, donde cuentan con la misma fuerza la cultura, la historia, las tradiciones, las costumbres, la idiosincrasia, los valores y la espiritualidad de cada individuo.
A pesar de las valoraciones antes tratadas se impone atender al término poesía como una de las manifestaciones de nuestra cultura que está indisolublemente ligada a la identidad, siendo la revelación de la inocencia que alienta a cada hombre y mujer, iluminando los sentidos y devolviendo la maravilla con la magia de la expresión.
Ella es definida por Camila Henríquez Ureña como: rica en emoción, persuasiva, emplea símbolos que son cuadros o imágenes. Su recurso principal es la intensidad de la expresión verbal lo que implica una intención de transformar los poderes del lenguaje (16) (1975:34); evidentemente, pues al escuchar poesía se experimenta una infinidad de sentimientos difíciles de explicar, mezcla de nostalgia, añoranza, deseo, que sólo la fuerza expresiva de la palabra cantada nos puede trasmitir.
Además, sólo a través de los poderes del lenguaje se pueden alcanzar los más amplios fines poéticos y con ello persuadir, crear armonía, brindar conocimiento, enamorar y convertirse en una mejor persona.
Desde el nacimiento de la poesía esta se ha considerado el arte puro de la palabra y la sensibilidad. Intentar definirla ha sido de alguna manera el quehacer de buena parte de poetas y estudiosos. Por estas razones, José Antonio Portuondo expresa: la poesía es el arte de expresar los valores estéticos por medio del lenguaje; el esfuerzo del hombre por expresar en cada tiempo, el movimiento eterno de la vida.
(17) (1986:82)
Ha sido y es el esfuerzo de revelar en cada tiempo el pensamiento, las tendencias, corrientes, pues los poetas son el reflejo de la realidad de su época, desde la fantasía, el romanticismo y la belleza, plasmando en sus obras sus imágenes y símbolos, para representarse la vida a través de aquellos temas que calan hondo en sus corazones y logran hacerse universales porque trascienden, siendo manejados por un buen número de sujetos líricos.
Sin embargo, se considera que Portuondo sólo enuncia los valores estéticos, sin hacer hincapié en otros como los artísticos, sociales, culturales, que la definen como arte.
También José Antonio Portuondo citando a Percy Bisshe Shelley expone: la poesía es algo divino. Ella es, a un mismo tiempo, el centro y la circunferencia del conocimiento, pues comprende todas las ciencias y todas a ella se deben referir. (18)
(1922:194)
El autor a través de una imagen señala que la poesía es algo divino, como una gracia de significar a través de la lírica los más profundos e inexplicables sentimientos humanos en cada época vivida. El poeta crea, traspone y supera con su fantasía los límites reducidos y normales de la realidad, va más allá, a lo infinito e indescifrable.
Además, le concede un significado especial cuando la coloca en el centro del conocimiento, pues de ella deben beber —como de un manantial de vida— todas las ciencias, porque según el autor, a todas las comprende. Asimismo el hombre en su incesante andar por la vida se sensibiliza y aprende a vivir mejor al admirar y respetar la poesía.
Al mismo tiempo cita a Martín Heidegger cuando expresa: la poesía es fundamentación del ser por la palabra. Revela la realidad del mundo descubierta por los poetas. Es el lenguaje primitivo de los pueblos. (19) (1938:234)
Partiendo de que es definida por un filósofo, es a través de la palabra que el hombre conoce y manifiesta lo que sus vivencias han atesorado para hacerlo poesía y esparcirlo, logrando que otros se inspiren y creen, siempre para suerte nuestra y de los que saben apreciarla.
Además, es cierto que revela la realidad del mundo de cada poeta que a su vez conforma la humanidad toda; ella se constituye como el lenguaje de los pueblos, porque desde su surgimiento sirvió de forma de expresión de las esencias de cada sociedad, formando parte de las tradiciones y la expresión cultural de cada individuo dentro de la sociedad.
Portuondo también cita a Wilhelm Dilthey y manifiesta, la esencia de la poesía consiste en expresar de tal modo lo vivido y representar de tal modo la objetividad de la vida, que se exhiba con toda su fuerza el acontecimiento destacado por el poeta en su significado para el todo de la vida. (20) (1994:191)
Convengo en que la esencia de la poesía es expresar de forma sensible, emotiva, persuasiva, las experiencias y esencias del transitar del poeta por la vida.
Sin embargo, el autor no atiende a aquellos acontecimientos que incluyen al poeta como ser social, como hombre transformador de su tiempo.
Sobre esta misma temática L. Timoféiev expresa que la poesía desborda los límites de la expresión del mundo interior del propio poeta. Describe las vivencias humanas a la luz de los ideales sociales. En ella el lenguaje tiene un tinte vivo y emocional. (21)
(1979:226)
Es interesante el planteamiento del autor pues la poesía desborda los límites del mundo interior de los seres humanos, aunque no tiene límites visibles, porque es tan rico y vasto el corazón de un poeta que las ideas tienen que estallar como una erupción volcánica.
Se entiende también que la poesía tiene la capacidad de describir de forma melodiosa la realidad humana universal a partir de los ideales de la sociedad, donde el lenguaje cobra vida y resplandece con la creación poética.
Es por ello que Fidelino de Figueiredo señala que en la poesía la palabra no es absoluta ni abstracta, es viva, sangrante y palpitante de experiencia, porque encierra el mayor caudal de aprendizaje de la vida y del hombre por el sufrimiento o por la recepción de todo ello en sí. (22) (1920:77)
La poesía es vivaz, colmada de diversos significados según la lectura que haga el receptor de ella, de matices, de experiencias, donde se junta todo lo vivido durante el paso del poeta por la vida, sus tormentos, para llevar al lenguaje poético lo más acabado y sensible de sus fantasías internas. En ella la palabra no es absoluta ni abstracta porque así excluiría toda relación con las emociones, lo anecdótico de la vida, que es precisamente lo que el poeta refleja en sus versos.
No es posible estudiar a profundidad el término poesía si no invocamos la obra de Nuestro Héroe Nacional José Martí, quien en su obra trató intensamente este tema, por ello Mirtha Pernas Gómez lo cita cuando apunta, la poesía es lo heroico y virginio de los sentimientos, puesto de modo que vaya sonando y lleve como alas, o lo florido y sutil del alma humana, y la de la tierra, y sus armonías y coloquios, o el concierto de mundos en que el hombre sublimado se anega y resplandece. (23) (1975: 181)
Con un fino lirismo, Martí alude que en la lírica, como hazaña del pensamiento y el espíritu, así como de los sentimientos y de lo más auténticamente puro está invadida la inspiración y el lirismo de los poetas cubanos. Este tema es tratado por él de una forma significativa respecto a los demás autores pues ve a la poesía desde su propia fantasía de poeta, cuando declara que puede llevar en sus alas las flores y la sutileza del alma humana junto a las armonías de la tierra y a las virtudes del hombre que se ahoga y resplandece, bellísimas imágenes y metáforas que enaltecen la lírica del Maestro.
A tales efectos hay ideas muy valiosas que atender pues la poesía es un término universal que representa creación, es por ello que toda creación puede propiamente llamarse poesía. Es a través de sus imágenes que se expresa con profunda fantasía el universo poético del autor pues en las obras que ella engendra, llenas de belleza y esplendor, se combinan la influencia narrativa de la literatura y la fuerza con que fluye la musicalidad del verso.
Estos pensamientos, pronunciados de forma metafórica están colmados de lirismo pues sin dudas la poesía es una misteriosa entrega de los más profundos sentimientos humanos, enunciados a través de la expresividad que logra con sus imágenes el poeta, transportándonos a un universo de sentimientos inimaginables que dejan en el alma una sensación deleitosa, de regocijo y sabiduría, pronunciándose contra todo empobrecimiento del espíritu.
De tal manera puede señalarse que ha sido esencial valorar las ideas expuestas por los diversos autores en cada uno de los términos tratados. Por ello se considera que la cultura, representa el caudal de experiencias, conocimientos, valores que va acumulando la sociedad en el transcurso de su evolución y desarrollo a partir de la diversidad de aristas que ofrece su estudio y relacionándola con la historia y su concatenación con el cúmulo de experiencias, valores y conocimientos que logra la sociedad; mientras con la identidad se confirma que el hombre existe y es capaz de persuadir, socializar y crear conocimientos, para transformar la sociedad de acuerdo con sus necesidades y aspiraciones, confesando que es el legado y la vida de los pueblos, sus sentimientos, formas de pensar, tradiciones, reflejo todo de la identidad nacional, donde la cultura reviste gran importancia y la poesía como parte de ella contribuye a su difusión y conservación, revelando al pasar de la historia los sentimientos y las esencias de una sociedad.