El turismo étnico es la parte más humana de toda la actividad turística porque en el experimentas nuevos conocimientos, descubres sentimientos, te encuentras con la raíz de nuestros antepasados, experimentas la historia en carne propia, vuelves al pasado de un momento a otro con la única diferencia de que ya llevamos un conocimiento, ya que cada vez el turista que busca más este tipo de actividad es porque ya se ha informado de ella, ha investigado acerca de la cultura. Es por eso que hoy en día debemos estar informados de todo lo que nos rodea y, sobre todo, mantener viva nuestra cultura y tradiciones.
El turismo étnico es uno de los tipos de turismo más realizados por gente aficionada a la cultura. Su propósito esencial es fomentar el enriquecimiento cultural de las personas, recorriendo los diferentes lugares en donde se encuentran las sociedades con distintas culturas, las cuales, conjuntamente, integran al mundo.
El turismo étnico consiste en:
“una recorrida por las comunidades aborígenes y las mejores propuestas para conectarse con estas culturas ancestrales (...); es posible conocerlas de boca de sus protagonistas alrededor de un fuego, en medio de una pradera o la selva, a bordo de una canoa o en la cima de un cerro”1 .
Cabe distinguir que el turismo étnico debe ser promovido desde las agencias de las comunidades. Un tipo de etnoturismo se caracteriza por un recorrido de las comunidades indígenas auspiciadas por agencias. “Es un recorrido por los pueblos en los que hay festividades, es un poco introducirse en vivir la fiesta como ellos la viven”2 , con el fin último de captar el punto de vista del nativo: una especie de antropólogo auspiciado por las agencias turísticas.
En cambio, el turismo étnico promovido por las comunidades implica:
“Un viaje que te permite vivir en la comunidad, donde se vive la vida cotidiana de la comunidad. (...). Te quedas una semana en la comunidad, entonces se hacen caminatas, visitas al monte, y mientras te vamos contando nuestras historias, las historias de nosotros... Tienes un sector para acampar, y las carpas se la lleva cada uno. Estás rodeado de las casas de la gente de la comunidad. (...) haces lo que quieras, hay gente tejiendo, haciendo artesanías (mirando una foto donde hay un grupo de señoras de la comunidad que están haciendo collares con semillas junto con dos chicas turistas), puedes hacer en su compañía lo que quieras (...) Comemos lo que se hace en la comunidad, participamos en las fiestas.”3
-La Organización Mundial de Turismo (OMT) hace referencia a los turistas como visitantes, distinguiendo entre “excursionistas” (que permanecen en el espacio receptor por un lapso menor a 24 horas) y “turistas” (quienes permanecen entre 1 y 365 días). A su vez, estos visitantes pueden ser internos, personas de un país que viajan dentro de él por menos de un año, delimitando así el turismo nacional por contraposición al turismo internacional.
Malinowski4 , en referencia al trabajo de campo antropológico, define como su meta: “captar el punto de vista del nativo”, su posición ante la vida y su visión en el mundo. Implícita yace la idea relativista que cada cultura posee valores diferentes.
Explícito yace el ideal movido por el ímpetu humanista de que:
“quizá brote en nosotros un sentimiento de solidaridad con los empeños y las ambiciones de estos indígenas. Quizá comprenderemos mejor la mentalidad humana... Quizá la comprensión de la naturaleza humana, bajo una forma lejana y extraña, nos permita aclarar nuestra propia naturaleza” (Velasco y Díaz de Rada; 1997:22).
El turismo étnico puede concebirse como una solución a dos tipos de problemáticas; Una desde la perspectiva economía, el turismo étnico permite el desarrollo sustentable de estrategias para hacer frente a su situación de marginación y pauperización laboral en el contexto estructural del desarrollo agro industrial.
Desde la perspectiva de etnicidad, a su vez conectado a lo anterior, la identidad se: “Construye en una relación de diferenciación con otras identidades (dentro de) un modelo global de sociedad como tejido conectivo, conceptualizando a las relaciones interétnicas como desarrollo de una dialéctica entre agregación y desagregación de segmentos sociales” (Hocsman; 2004:7).
1 Pablo Bizón, Turismo Étnico Argentina, Clarín Viajes, 3 de octubre de 2004, Pág. 1 y 10.
2 Roberto Díaz, Asociación Kajtus, Registro de campo. 2004
3 Roberto Díaz, Asociación Kajtus, Registro de campo. 2004
4 B. Malinowski, Argonautas del pacífico occidental. 1998
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