La indagación de las representaciones que los docentes tienen respecto de sus estudiantes permite acercarnos a las concepciones que sustentan las prácticas de enseñanza y que pueden estar favoreciendo u obstaculizando los procesos de aprendizaje de los alumnos.
Cuando se interrogó a los profesores acerca de cómo creen que aprenden sus estudiantes las respuestas fueron: “escuchando”, “sentándose”, “ejercitando”, “es todo trabajo de ellos y esfuerzo”. Se le otorga cierta autonomía al aprendizaje de los estudiantes que no se condice con las falencias que dicen observar en sus prácticas y hábitos de estudio. Según los docentes de la carrera de Ingeniería de Sistemas es esta última una cuestión central que se convierte en obstaculizador de las trayectorias estudiantiles. “No están familiarizados con pasar horas estudiando”; “no saben o no están acostumbrados a leer libros, por ejemplo, a estudiar de libros, a hacer -como dicen ellos- nuestros propios resúmenes”; “son pocos los que en la escuela secundaria tienen que pasarse toda la tarde sentados estudiando para poder aprobar las materias y acá lo tienen que hacer, sábados y domingos incluidos; entonces eso les complica un poco la existencia”. Como puede apreciarse, los docentes no sólo señalan las deficiencias en los hábitos y prácticas de estudio de sus estudiantes sino que vinculan dicho fenómeno con competencias no adquiridas en el nivel educativo previo. Es decir, no solo se alude a la distancia entre las prácticas de estudio de los alumnos de nuevo ingreso y las exigencias propias de la enseñanza y el aprendizaje universitario; sino que, además, se identifica un responsable por tal situación. Uno de los docentes entrevistados al referirse a la articulación escuela media-universidad sostiene que “es evidente que la brecha se está haciendo cada vez más grande pero cada uno le hecha la culpa al otro”.
Efectivamente, la articulación escuela media-universidad es uno de los temas que desde la agenda educativa nacional e institucional se ha venido abordando a través de la implementación de diferentes proyectos y programas. El “Proyecto de Apoyo para el Mejoramiento de la Enseñanza en Primer Año de Carreras de Grado de Ciencias Exactas y Naturales, Ciencias Económicas e Informática" (PACENI) se propone fortalecer las condiciones institucionales, curriculares y pedagógicas para el mejoramiento de la inserción y la promoción de los estudiantes ingresantes. Por medio del mismo, la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) convoca a las Universidades Nacionales a la presentación de proyectos destinados al fortalecimiento y mejora en la calidad de la formación universitaria en el primer año para el período 2009-2011. Al momento de realizar el trabajo de campo, la Secretaría Académica de la Facultad de Ciencias Exactas estaba abocada a la planificación de la implementación del Proyecto. Según se planteó, una de las iniciativas será el ofrecimiento de “una preparación en forma semi-presencial con un material escrito, a distancia y con apoyo tutorial” para aquellos que no hayan aprobado el curso de ingreso. También se prevé un sistema de tutorías destinado a los alumnos de primer año; para “apoyar los temas que los alumnos no han podido aprender (…) Va a ser responsable el profesor a cargo de la materia, con el material y todo, y vamos a poner un tutor de la misma materia que haya concursado para que apoye a estos chicos”. Como se observa, si bien en otro momento de la entrevista se reconoce que “primer año es el más complicado en cuanto a la inserción y todo eso”, lo cual refleja cierta percepción de la complejidad del asunto en cuanto a la incidencia de múltiples variables; en la práctica el abordaje de la cuestión se torna reducido. Es decir, el apoyo a los estudiantes que no han aprobado el curso de ingreso como a aquellos que se encuentran transitando el primer año, se reduce a una cuestión de contenidos, a elaborar materiales, a preveer que sea el propio docente de la asignatura el responsable de la tutoría. Se olvida aquí que en el éxito y el fracaso de los alumnos intervienen múltiples factores que exceden las dificultades propias del contenido a aprender y que, por lo tanto, requiere de un sistema tutorial que los contemple.
No es solamente la falta de ciertos saberes previos y hábitos de estudio lo que los docentes señalan como características de sus estudiantes -sobre todo de los más noveles- sino también dificultades para “pensar con cierta lógica”, “entender los formalismos y el lenguaje matemático”; aunque también destacan problemas para entender enunciados con lenguaje no específico. Por otra parte, se hace referencia a cierta “falta de actitudes básicas que hay que tener para ingresar a la vida universitaria como son responsabilidad, voluntad, esfuerzo”. Uno de los docentes sostiene que sus alumnos “especulan más (…) se han puesto más especuladores”. Otro profesor hipotetiza acerca del alargamiento de la carrera de Ingeniería de Sistemas diciendo que los propios estudiantes deciden extender sus estudios para no afrontar una nueva etapa como profesional. Afirma que buscan prorrogar nuevas responsabilidades y dilatar el período estudiantil el cual define como ‘espectacular’.
Ante las características que encuentran en sus propios estudiantes algunos docentes plantean: “son estudiantes totalmente distintos”; “les gusta trabajar solos, tienen ese estilo” “estamos ante nuevos chicos”. Frente a esto, fundamentalmente ante las dificultades que observan en sus alumnos al momento de estudiar, una docente sostiene: “es un problema de ellos y también de la cátedra en el sentido de hasta dónde logramos interpretar cómo tenemos que adaptarnos a esos nuevos chicos”. Estas expresiones dan cuenta de una “tensión entre el horizonte de expectativas que hay respecto de la formación universitaria, del caso de las instituciones y de los profesores y qué tipo de expectativa y representaciones sobre los estudiantes universitarios existen, en el momento de toparse con la experiencia de trabajo en el terreno de la enseñanza” (Carli, 2007: 8).
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