La investigación biográfica-narrativa permite ampliar el conocimiento sobre lo que realmente sucede en el contexto escolar, a través del punto de vista de los implicados, personas anónimas que aportan, por medio de testimonios escritos, una mirada personal e íntima de su proceso educativo recuperando su propia voz al hacerla pública.
Dos formas de conocimiento científico en el estudio de la acción humana (Bruner)
La investigación biográfica y narrativa en educación se asienta, dentro del “giro hermenéutico”. De la instancia positivista se pasa a una perspectiva interpretativa, en la cual el significado de los actores se convierte en el foco central de la investigación. El “textos”, tiene valor y significado, primariamente, vienen dados por la autointerpretación que los sujetos relatan en primera persona, donde la dimensión temporal y biográfica ocupa una posición central.
El método biográfico puede utilizar tres tipos de narrativas diferentes (Pujadas, 1992):
La utilidad del método biográfico reside en su capacidad para sugerir, ilustrar, o contrastar hipótesis; proporciona mayor control sobre la información no solamente a través de la narrativa del sujeto biografiado, sino que puede complementarse con las declaraciones de las personas que constituyen el entorno social inmediato; y en proporcionar nuevos hechos que sirvan para una mejor comprensión del problema de investigación.
Connelly y Clandinin (1995: 12), advierten que la narrativa se puede emplear, al menos, en un triple sentido:
1. El fenómeno que se investiga (la narrativa, como producto o resultado escrito o hablado)
2. El método de la investigación (investigación narrativa, como forma de construir/analizar los fenómenos narrativos)
3. El uso que se pueda hacer de la narrativa con diferentes fines (por ejemplo, promover -mediante la reflexión biográfico-narrativa- el cambio en la práctica en formación del profesorado).
En opinión de estos autores debemos entender que la narrativa es tanto el “fenómeno” que se investiga como el “método” de la investigación. Es tanto una estructura como método para recapitular vivencias.
No confundir entre narrativa misma (el relato oral o escrito), investigación narrativa (modos de recordar, construir y reconstruir) y uso de narrativa (como dispositivo usado para promover el cambio en la práctica). Y aunque guardan relación una cosa es el fenómeno que se investiga (objeto) y otra el método (investigación narrativa).
Narrativizar la vida en un autorrelato es –como dicen Bruner o Ricoeur– un medio de inventar el propio yo, de darle una identidad (narrativa). En su expresión superior (autobiografía) es también elaborar el proyecto ético de lo que ha sido y será la vida (Bolívar, 1999).
Los autores Bolívar, Domingo y Fernández (2001: 18) utilizan el término “investigación biográfico-narrativa” como una categoría amplia que incluye un extenso conjunto de modos de obtener y analizar relatos referidos, como dice Gusdord (1990), al territorio de las escrituras del yo: historias de vida, historia oral, escritos y narraciones autobiográficas, entrevistas narrativas o dialógicas, documentos personales o de vida, relatos biográficos, testimonios; es decir, cualquier forma de reflexión oral o escrita que utiliza la experiencia personal en su dimensión temporal. El modo de recoger información (auto) biográfica se caracteriza por ser variado: el cuestionario biográfico, la demanda formal de que escriba una autobiografía o autoinforme, la recogida de una autobiografía por conversación, o recurrir a la entrevista autobiográfica.
Cabe destacar que de entre los diversos instrumentos interactivos a utilizar en la investigación biográfica, la entrevista –en sus diversas variantes y posibles formatos- es la base fundamental de la metodología biográfica.
En opinión de Lindón (1999) los relatos de vida o narrativas autobiográficas son un recurso para reconstruir experiencias ya vividas, acciones ya realizadas; no son la acción misma, sino una versión que el autor de la acción da posteriormente acerca de su propia acción ya pasada.
Piña (1989) sostiene que en las narrativas autobiográficas el narrador construye un “personaje central” –un “héroe”- con sus propias experiencias.
El narrador en su relato hila experiencias que ha vivido y que considera significativas. Esto supone que al escoger y articular las vivencias para exponerlas de manera comprensible para otros, el narrador recurre a su memoria y también a un contexto sociocultural en el que esas experiencias cobran sentido, conectando así acontecimientos y situaciones cotidianas (Crespi, 1997).
La invitación a contar la propia vida o parte de ella desencadena en el individuo un patrón lingüístico concreto, aprendido desde la infancia, como es la narración. El relator al narrar su vida la vuelve a pensar, busca establecer conexiones entre acontecimientos, construye secuencias de eventos en las que se selecciona unos para incluirlos y excluye otros. El narrador vuelve a pensar su biografía con relación a esquemas cognoscitivos incorporados con posterioridad a las vivencias narradas, pero anteriores al presente.
Las cosas que captamos sufren una modificación en el momento de retroceder a la memoria, en el proceso mismo de su almacenaje, pero también en el momento de reproducirlas como recuerdos. En palabras de Cabanes (1996) “la memoria está hecha de pasado perdido y encontrado para permitir que el futuro ocurra”.
La investigación biográfica-narrativa incluye cuatro elementos:
1- Un narrador que nos cuenta sus experiencias de vida
2- Un intérprete o investigador, que colabora y lee los relatos para elaborar un informe
3- Textos, que recogen lo narrado y el informe del investigador
4- Lectores
Trabajar con material narrativo requiere la escucha dialógica de tres voces: la del narrador; el marco teórico que provee los conceptos e instrumentos para la interpretación; y la reflexión de extraer conclusiones del material.
Se realiza una transformación de los textos del campo a los textos para el lector
Temas: en educación, todas aquellas cuestiones que la Administración Educativa y la investigación educativa no han tenido en cuenta como el contexto del trabajo docente y la vida de profesores y estudiantes.
Personas: informantes que tengan una alta competencia narrativa, esto es, que faciliten la entrevista y relaten mejor la historia que queremos, así como voces disonantes que no estén interesados en el cambio o mejora pues dará mejor modo de comprensión de una determinada comunidad.
Metodología: Una vez seleccionadas las personas hay que dejar claro el objetivo de la entrevista biográfica, el proceso a seguir y establecer un “contrato de confianza” que asegurará el anonimato de los informantes y que no serán juzgados por sus informaciones.
La investigación narrativa se utiliza cada vez más en estudios sobre la experiencia educativa. Tiene una larga historia tanto dentro como fuera de la educación. Según Connelly y Clandinin (1995) la razón principal para el uso de la narrativa en la investigación educativa es que los seres humanos somos organismos contadores de historias, organismos que, individual y socialmente, vivimos vidas relatadas.
Como modo de conocimiento, el relato capta la riqueza y detalles de los significados en los asuntos humanos (motivaciones, sentimientos, deseos o propósitos), que no pueden ser expresados en definiciones, enunciados factuales o proposiciones abstractas, como hace el razonamiento lógico formal.
La investigación narrativa en educación es interdisciplinar. En ese contexto confluyen e interseccionan diversas ciencias humanas y sociales: la teoría lingüística y literaria, antropología social y etnografía, sociología, historia oral, retórica, psicología, narrativa y filosofía hermeneútica.
La enseñanza es un oficio que implica interacciones personales con otros, donde los sentimientos, emociones, estados de ánimo, en suma, el yo y la vida del profesorado está íntimamente unido su labor educativa.
Los “relatos de experiencia” tienen, a la vez, un lado personal (reflejo de la historia particular) y social (consecuencia del contexto social y profesional en que han vivido).
Como “conocimiento práctico personal” se manifiesta en un particular modo de reconstruir el pasado y las intenciones del futuro, al ponerlas en relación con las exigencias de la situación presente.
Como derivación natural de la crisis de la racionalidad técnica, la narración biográfica posibilita captar la riqueza de las experiencias, vincular el conocimiento que surge de la propia acción.
Permite comprender aquello que el razonamiento lógico-formal deja marginado: otorgar voz a la experiencia del actor social con las intenciones y procesos sociales que vive.
La buena enseñanza suele estar asociada, no sólo a conocer el contenido o a ser más eficiente, sino a emociones positivas en las aulas: Los métodos biográficos permiten articular los procesos formativos desde el punto de vista del que se forma y su propia trayectoria profesional, coproducida por los destinatarios.
Los docentes, como personas, poseen un conjunto de conocimientos prácticos o personales que van a condicionar lo que hacen. Así mismo, se va a ir reconociendo que el conocimiento del profesor tiene un carácter biográfico, fruto de la interacción de la persona y el contexto a lo largo del tiempo.
La investigación biográfico-narrativa permite entender los modos como los profesores dan sentido a su trabajo y cómo actúan en sus contextos profesionales.
Triangulación de perspectivas: pretende confrontar y complementar las aportaciones personales ideográficas (de los autoinformes y entrevistas) con a formal-oficial (de los documentos); así como la individual (de cada informante) con la grupal (grupo de discusión, a partir de una exposición de conclusiones y relato polifónico global).
Triangulación de métodos de recogida de información: a una diversidad de perspectivas e informaciones, corresponde una variedad metodológica capaz de integrar estos datos tan diversos y analizarlos de forma adecuada a cada uno de ellos (uso autoinformes, entrevistas en profundidad, la estimulación del recuerdo)
Búsqueda del consenso entre investigador e informantes: basada en el diálogo de los propios narradores y el investigador, negociando y consensuando entre ellos los resultados a nivel individual y grupal.
Diferentes análisis de contenido: mediante empleo de técnicas como ofrecer un relato polifónico del propio proceso de desarrollo a partir de las propias narraciones de sus miembros y de las evidencias que hayamos obtenido con los distintos tipos de análisis y contextualizaciones.