En cierto sentido no debe ser objeto de alarma el descubrir datos estadísticos sobre el aprendizaje y aprovechamiento de las ciencias, ya que si bien es cierto, las ciencias naturales, no son la única disciplina en crisis. Sin embargo es el objeto de estudio en este trabajo, por lo mismo se resalta la urgencia de realizar acciones que disminuyan la crisis en la educación científica.
La educación científica abarca distintos aspectos, a saber: actitudes, concepciones de las ciencias y su aprendizaje o utilidad, falta de relevancia de los contenidos y poca o nula relación de lo que se enseña con la vida diaria del estudiante, motivo por el cual el alumno la reconoce como ajena a él mismo y tarea o actividad para unos cuantos.
Por lo tanto, no resulta difícil imaginar que de seguir así la situación de las ciencias naturales, la balanza se inclinará más hacia la falta de interés de los alumnos, ya que es la menor parte de ellos la que aspira a llegar a ser un científico o quienes identifican que la formación y aplicación científica puede aportarles un plus, o al menos la diferencia, en el logro de sus metas sin importar la naturaleza de las mismas. Ya que como se ha mencionado, no es exclusivo de las ciencias naturales, pero sí una parte importante de ellas, el desarrollo de capacidades y habilidades únicas para un razonamiento y desempeño adecuado ante la vida y ante distintos problemas, así como para la solución de conflictos específicos y toma de decisiones.
El enfoque por competencias no es una receta mágica que resolverá todos los problemas y retos educativos a los que nos enfrentamos en la actualidad, sino más bien es un enfoque que surge como una alternativa de implementación del paradigma educativo actual. No se opone a ninguno de los paradigmas ya existentes y aplicados ya que tiene su fundamento en distintas corrientes de psicología y demandas que van desde lo económico, social y cultural. Su enfoque es multidisciplinar, por lo tanto se enriquece de distintas áreas y disciplinas. Entonces, la labor del docente tiene una transformación activa dentro y fuera del aula.
El enfoque por competencias va más allá de los objetivos de las distintas asignaturas de un plan de estudios para la construcción de espacios educativos complejos que respondan a las exigencias del mundo actual. En este sentido se requiere un cambio del papel docente.
Al revisar el perfil del egresado y consultar las 11 competencias genéricas, es posible reconocer que al menos 9 de estas competencias se desarrollan y refuerzan mediante las ciencias naturales:
Una persona competente, no se limita al actuar o saber hacer sino que moviliza la gama de conocimientos y técnicas aportando un valor agregado a su ejecución, ya que el desempeño es una de las claves para la “demostración” de las competencias profesionales.
En cuanto a los docentes de ciencias naturales en EMS, se requiere un docente que:
Además de:
Dominio de los contenidos procedimentales en sus distintos niveles referentes a la información: 1) adquisición, 2) interpretación, 3) análisis y realización de inferencias, 4) comprensión y organización conceptual y 5) comunicación. Que a su vez se relacionan con las 5 dimensiones del aprendizaje: 1) actitudes y percepción, 2) adquirir e integrar el conocimiento, 3) extender y refinar el conocimiento, 4) uso significativo del conocimiento y 5) hábitos mentales.
Respecto al trabajo realizado se podrá mejorar al realizar entrevistas con distintas personas tanto que tienen experiencia en la enseñanza de las ciencias naturales como con estudiosos del tema. Además se puede preguntar directamente a los grupos involucrados cuál es su modelo del “profesor perfecto” que facilite el proceso de enseñanza-aprendizaje. Así como la implementación de pruebas piloto tanto de enfoques, formas de presentar la información a los alumnos y la gama de actividades diseñadas para una impartición adecuada desde el enfoque por competencias.
Aún falta el conocimiento concreto de los docentes sobre las implicaciones que acarrea este enfoque a su labor áulica, queda mucho por hacer y por investigar sobre el tema específico de las competencias docentes para un área disciplinar específica. Sin embargo, en el marco de la RIEMS y las exigencias actuales, es necesario continuar en la práctica de nuevas técnicas que permitan una interpretación ajustada y, sobretodo, una implementación de procedimientos actualizados mediante la reflexión y autoevaluación del docente en distintos momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje de las ciencias naturales.
La educación científica se enfrenta a distintos retos en el siglo XXI, a saber: actitudes, concepciones de las ciencias y su aprendizaje o utilidad, falta de relevancia de los contenidos y poca o nula relación de lo que se enseña con la vida diaria del estudiante, motivo por el cual el alumno la concibe como ajena a sí mismo.