Las corrientes teóricas de estos tiempos nos dictan que, una de las maneras más asertivas para enseñar es trabajando a través de competencias, que nos lleven a dar un mejor fruto en el rendimiento escolar y para hacer más efectivo el proceso de enseñanza- aprendizaje.
El término competencia viene desde años atrás, según la investigación realizada por Yolanda Argudín (Argudín, 2007) el concepto viene desde la antigua Grecia. Por competencia se entendía el deseo y habilidad de sobresalir y ser el mejor en los juegos olímpicos. Más tarde, con los estudios de Pitágoras, Platón y Aristóteles, el concepto se transforma y se traslada hacia el campo del conocimiento. Alguien con las competencias adecuadas en su área, de trabajo, es aquel con habilidades y destrezas para realizar sus tareas con eficiencia, satisfacción y éxito en el momento adecuado.
En el ámbito laboral, el término tiene mucho tiempo de existir si se le compara con el sector educativo para basar su éxito en las competencias desarrolladas y aplicadas de cada persona (Cázares & Cuevas, 2007) . Tan sencillo como que si una empresa debe decidir entre varias personas para ascenderlas de puesto o recibirlas como empleados, ganará sólo aquel que muestre las competencias necesarias y deseables en el área. Esto es, sólo se permite avanzar a quienes muestran que son capaces de desempeñar una tarea eficaz y eficientemente.
“Las competencias abarcan el conjunto de las capacidades adquiridas al exterior del sistema de enseñanza y, las más de las veces, poco o nada tomadas en cuenta por éste”, esta es la explicación que Guy Le Boterf da al cambio de interés empresarial al pasar de capacitación a competencias (Denyer et al.). En este contexto empresarial una persona “competente” debe ser aquel capaz de tomar decisiones e iniciativas que lo lleven a actuar de una manera sobresaliente en vez de una visión normal y minimalista. Lo que implica una relación “saber-hacer”. Es decir, es igualmente importante tener el conocimiento como saber aplicarlo, por lo tanto, la competencia va ligada al desempeño de ese “saber-hacer” (Argudín, 2001) . Ya que de nada serviría tener el conocimiento y las habilidades pertinentes si no pueden aplicarse en el momento requerido (Perrenoud P. , 2008) .
Dentro del ámbito empresarial, se define a una persona competente como alguien que es capaz de realizar su trabajo eficientemente, el significado de este trabajo está principalmente determinado por el perfil y los atributos que cada institución u organización define para sí misma y sus miembros, éstas se definen desde el interior de la institución y en base a sus necesidades particulares (Argudín, 2001) . En términos generales, una competencia implica que son permanentes y se hacen evidentes en la forma de actuar de una persona en distintas situaciones de forma que la realización de una actividad es exitosa y pueden generalizarse a más de una actividad (Mora, 2009) .
De una forma muy clara, Gardner (Argudín, 2001) establece los elementos de una competencia en cuanto a que se integra del reconocimiento del valor de lo que se construye, los procesos por los cuales se construye y reconocerse como el que ha construido. Tal vez este es el motivo por el cual en el sistema inglés se han establecido cinco niveles de competencia en el ámbito laboral (Posada, 2004) , que va desde el desempeño en acciones rutinarias (nivel 1) hasta la aplicación de una gama de principios fundamentales y técnicas complejas en situaciones impredecibles (nivel 5).
Desde el punto de vista de Alaluf y Stroobans (Alaluf & Stroobants, 1994) , profesores e investigadores de Bruselas, el llamamiento a las competencias se hace a partir de la crisis y un aumento del número de estudiantes a nivel superior. Lo que en todo caso haría posible el funcionamiento del modelo de competencias permitiendo a los empresarios encontrar mayores recursos humanos más capacitados. Siendo así, las competencias son “el uso y la adaptación, por parte de las empresas y en función de sus exigencias, del acervo individual de formación, principalmente escolar”.
Ramírez et al. (2006) consideran que las competencias son la capacidad de aplicar, en diferentes contextos, un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que son desarrollados en la vida escolar o familiar. El desarrollo de competencias implica un aprendizaje integral que no se da a través de la repetición mecánica, con el paso del tiempo o la simple ejercitación, sino que requiere una planeación adecuada de actividades de aprendizaje que les permita a los estudiantes realizar un recorrido por diferentes facetas escolares e informales.
De esta manera, propiciar el logro de competencias consiste en formar, y permitir, puntos de vinculación entre lo que los discentes viven en su acontecer diario y lo que se les enseña en el salón de clases. Para esto se sugiere, a nivel medio básico y medio superior, emplear el estudio de casos o ejemplos relacionados a temas de su interés y de acuerdo a sus preferencias.
A su vez, la UNESCO hace su propia definición de competencias ante la necesidad de generar conocimiento perdurable que contribuya al desarrollo cultural, social y económico en la sociedad de la información. Mediante la Conferencia Mundial de 1998, la UNESCO determina que una competencia es “el conjunto de comportamientos socio-afectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un desempeño, una función, una actividad o una tarea” (UNESCO, 1998) .
Las competencias que se desarrollan a partir de una asignatura determinada, no son los contenidos propios del programa curricular; aunque están relacionados ya que se dirigen hacia un desempeño de intencionalidad específica y definida previamente. En la tabla 1 se hace mención de la distinción y características de los diferentes tipos de competencias considerados. Debido a que el término de competencia implica un “estar preparado para” o bien un “ser capaz o apto”, en general, aparecerán y serán definidas como un conjunto de saberes de distintas naturalezas y procedencias como lo son los conocimientos y habilidades socio afectivas, destrezas, aptitudes, entre otras (Acevedo, Balderas, & Cruz, 2009) . Por otra parte, una competencia está enfocada a un resultado o producto, en cambio, un objetivo tradicionalmente está relacionado al aprendizaje de un contenido (Argudín, 2001) motivo por el cual quedaría corto hablar de objetivos y contenidos cuando lo que se busca es comprobar y “medir” desempeños.
Cabe señalar que todo este conjunto de saberes y habilidades, se adquieren con el paso del tiempo, algunas veces es mediante la educación formal, si bien no es la única fuente reconocida para adquirir una competencia específica. Es por esto que algunos autores señalan que una competencia no se adquiere ni se desarrolla debido a que son heredadas o aprendidas (Argudín, 2001) , sino más bien son construidas a partir de factores mayoritariamente externos a la persona. De esta forma, las competencias se construyen al tiempo que ayudan a desarrollar habilidades. Por tanto, la intención de la educación basada en competencias es que el discente genere o produzca evidencias de su aprendizaje a la vez que demuestra que ha sido él quien ha elaborado dicho producto que será objeto de la evaluación.
En el área de pedagogía, el término se refiere a la formación que tiene un docente o profesor para contribuir de forma eficaz al proceso educativo. Esta característica se introdujo al ámbito educativo al enfrentarse a la necesidad de compaginar y conciliar el mundo laboral y académico. Surgiendo así diversos planes e investigaciones sobre las competencias que debe tener un docente para ser un buen profesor que facilite el proceso de aprendizaje, y ahora adquisición de competencias, de sus alumnos.
Existen distintas definiciones, o finalidades, de una educación basada en competencias, es tarea de los ministerios, organismos y secretarías encargadas de la educación en cada país o región, definir los propios, como se comentará adelante. Por el momento, se pone a consideración la definición de competencias establecida por Tobón: “las competencias son procesos complejos de desempeño con idoneidad en un determinado contexto, con responsabilidad” (Tobón, 2006) .
A partir de distintas definiciones, se establece que las competencias (SEP, Las Competencias Genéricas en el Estudiante del Bachillerato General) :
Además se agregaría que toda competencia debe ser medible.