Tutupika Carrillo de la Cruz1
Universidad Autónoma de Nayarit
Resumen
El presente trabajo forma parte de los resultados del proyecto “La telesecundaria de la adolescencia indígena rural. La construcción de cohesión social desde la escuela”, financiado por SEP/SEB-CONACYT 2009, en la que participo y de la cual la Dra. Lourdes Pacheco es responsable.
Existen pocos marcos de referencia en el tema de las adolescencias, y más aún en relación a las adolescencias indígenas rurales. La poca literatura, desde un punto de vista más psicológico y físico, ha considerado que esta etapa es la más complicada y turbulenta previa a la adultez. Es sabido también que todos estos cambios, físicos y psicológicos, reflejan un estado social de la persona, interpretado muchas veces como rebeldía, inquietud, vagancia, inmadurez, entre otras. De ahí que la sociedad contemporánea, particularmente la occidental, establezca la adolescencia como un espacio de reconfiguración familiar y social del individuo, incremento de conocimientos y, por lo tanto, se establezca una postergación de roles reproductivos y laborales, en aras de priorizar el rol educativo. De esta manera, el presente trabajo pretende explorar la percepción de las y los adolescentes indígenas en relación a su rol social, partiendo de las actividades que realizan dentro de su casa, la comunidad y la escuela, así como el papel de la telesecundaria en la construcción o deconstrucción de esos roles.
Las otras adolescencias vs Telesecundarias
Hoy en día, con los grandes cambios sociales que se han venido dando de manera acelerada en muchos campos de la vida social, es importante voltear la mirada hacia otras nuevas posibilidades de concebir la educación, de repensar las prácticas educativas desde una visión más incluyente, considerando las otredades ignoradas. Desde el tema que nos ocupa, es necesario incluir otros aspectos que tradicionalmente se han dejado al margen de la educación formal “mayor documentación acerca de las características de las adolescencias, de sus intereses, sus necesidades, sus prácticas y sus relaciones con las instituciones educativas” (Reyes, 2009), con la finalidad de entender de mejor manera lo que ocurre con los adolescentes de las telesecundarias rurales, los procesos sociales que dan origen a las múltiples dimensiones de estas nuevas realidades cada vez más cambiantes por los procesos globalizadores, de tal manera que no se subordine ni se excluya la diversidad cultural e identitaria que transcurre por los pasillos, las aulas, las canchas de juego, las bibliotecas y en los imaginarios colectivos.
Es pertinente señalar que la forma en cómo transcurre la adolescencia rural es diferente a la forma en como ocurre en las zonas urbanas, debido a múltiples factores, entre ellos rescatamos lo que en Pacheco (2009), señala:
Desde luego, estos factores propician una mayor exposición de las y los adolescentes, los sitúan en un lugar de mayor vulnerabilidad social. Es común que las y los adolescentes indígenas rurales se incorporen al trabajo familiar y comunal a muy temprana edad, al mismo tiempo que permanecen en la escuela. De la misma forma, la concepción de la familia ocurre de manera más pronta, a diferencia de cómo transcurren estos mismos hechos en el contexto urbano.
De esta manera, en este trabajo el interés está centrado en encontrar a la adolescencia desde su condición, pero también desde los procesos de construcción de su identidad que ocurren en su entorno, como las actividades laborales que desempeñan y que son asignados en función del género, así mismo, entender el papel de la escuela telesecundaria en la formación de estas adolescencias, de tal manera que se pueda abrir camino en un campo poco explorado por las investigaciones sociales en México y particularmente del estado de Nayarit. Los hallazgos presentados en este trabajo son en relación a las funciones sociales de género de las adolescencias indígenas, particularmente las relacionadas con actividades laborales, que nos permitan entender como estas guardan una particular relación con lo que ocurre en su entorno, la familia y la comunidad, y el papel que juegan las escuelas telesecundarias en la reconfiguración de estos roles.
Al final, se pretende abonar pistas para responder a la pregunta ¿Qué alternativas de solución se pueden implementar desde la escuela telesecundaria para la atención de estas adolescencias? ¿Cuáles son los retos que se debe plantear la telesecundaria para ofrecer una educación incluyente y pertinente al contexto?
La escuela telesecundaria en Nayarit
La escuela telesecundaria está presente en prácticamente todos los municipios del estado de Nayarit, hasta el 2010 se tenían registrados 294 planteles que trabajan bajo esta modalidad, divido en 12 zonas escolares, que atendían un total de 11,746 estudiantes adolescentes, de edades entre los 12 y 15 años principalmente.
El principio fundamental de esta modalidad son las clases televisadas, donde se presenta una lección a través de un televisor que obtiene señal de la Red EDUSAT, y los contenidos son discutidos con el apoyo del profesor y los materiales. Estos materiales de apoyo que poseen tanto los docentes como los alumnos está conformado por dos libros: uno que contiene conceptos básicos y el segundo es una guía de aprendizaje. El profesor emplea un material que guía los aprendizajes por grado.
El trabajo de campo realizado permitió observar que las carencias de las comunidades son también las carencias de las telesecundarias, continuamente los profesores señalaban las necesidades que apremian a la escuela y que impedían el cumplimiento de sus funciones, como lo señala el profesor Juan Leonel Rodríguez, de la telesecundaria ubicado en la comunidad de Potrero de la palmita:
“Aparte de la situación económica, mira el problema que tenemos ahorita gravísimo aquí en la comunidad y en la escuela es el agua potable, el agua, no hay agua…, Y bueno, ya entrarían ahí otras cosas, nosotros tenemos el aula de medios, no sé si escuchaste ahorita la planta, tenemos un aula de medios, con treinta computadoras con aire acondicionado, funciona, pero eso funciona a través de una planta de diesel, donde bueno, ahí hay que traer el diesel desde la ciudad de Tepic y todo he pero, estamos equipados, te digo pero, el problema es ese no, el agua, principal”
Así mismo, el profesor de la comunidad de Zapote de picachos, Victor Ventura Tejeda, hace mención a las mismas necesidades:
“Pues aquí es, como le digo, el problema pues lo de la luz, pero y aparte no hay este, ahorita no está conectado, no hay red EDUSAT”
El profesor Gerardo señala:
“Aquí, pues que equipen mejor las escuelas desgraciadamente son lugares que no están en condiciones para darles estudios, si usted ve el aula es de lámina es muy caliente, las sillas están más parchadas que nada, más equipamiento”
Como se puede observar los problemas de energía eléctrica, agua potable, y falla en los equipos de televisión y satélite son muy comunes en las comunidades rurales indígenas, no obstante los contenidos y programas son los mismos para todo el nivel secundaria. Esto carencias marcan la diferencia en la calidad de la educación impartida en estas escuelas, ya que impiden el buen funcionamiento de la institución.
Además de lo anterior, enseguida se hace mención de otras diferencias que existen entre la telesecundaria rural y la secundaria general/técnica, y que en muchas ocasiones se traducen como desventajas, tomado de Pacheco (2009).
Diferencias de la Telesecundaria con otras modalidades del mismo nivel
Característica |
Telesecundaria |
General y Técnica |
Docente |
Un docente general |
Un docente por materia |
Preparación del docente |
Indistinta |
Especializada por materia |
Textos |
Elaborados por expertos específicamente para esa modalidad |
Aprobados por la SEP-DGMME |
Selección de textos |
Los selecciona la SEP |
Los selecciona el docente de los aprobados por SEP |
Medios didácticos |
Utiliza señal Edusat y textos |
Utiliza pizarrón y textos |
Relación con la comunidad |
Vinculación con la comunidad |
No necesaria la vinculación con la comunidad |
Análisis de datos del estudio
Una vez revisado y discutido lo referente a las adolescencias y telesecundarias indígenas rurales en Nayarit, pasamos a la presentación de los resultados que arrojaron la muestra seleccionada. La muestra está compuesta por adolescentes de escuelas telesecundarias indígenas rurales de las comunidades de Atonalisco, Pochotitan, Jesús María Cortes, El casco, Las blancas, Potrero de la Palmita y Zapote de Picachos, de los municipios de Tepic y Del Nayar. En total se pudo recolectar una tamaño de muestra de 438 estudiantes, entre los 12 y 17 años, de la cual la edad media muestral es de 14 años, con una desviación estándar de 1.1 años, es decir, que la mayoría de los encuestados tiene entre 13 y 15 años de edad, para ser más exacto el 85% de la muestra. Lo anterior se puede constatar en la gráfica 1, que se presenta a continuación.
En la siguiente gráfica se presenta información relativa a la proporción de hombres y mujeres que componen la muestra. De esta manera podemos observar en la gráfica 2, que tenemos una muestra que es representativa para hacer generalizaciones para ambos géneros, tenemos que el 53.4% es masculino y el 46.6% es femenino.
La familia de las y los adolescentes
Primeramente, revisaremos los datos en relación al grado de escolaridad del padre y la madre de los adolescentes indígenas rurales. En la gráfica 3, podemos ver claramente que el 47.5% de los padres de los adolescentes solamente terminó hasta la primaria, tan solo el 7.8% de los padres pudo cursar más allá de la secundaria, y un 21.5% no fue a la escuela. En la gráfica 4, relativo al grado de escolaridad de la madre, los datos no muestran diferencias significativas entre el grado de escolaridad del padre y la madre. Solo se puede notar un pequeño aumento de 2% en el nivel preparatoria en la escolaridad de la madre, aunque una disminución del mismo porcentaje en el nivel de licenciatura en relación a la escolaridad del padre. De lo anterior podemos señalar que tanto el padre como la madre poseen un grado de escolaridad básico y un porcentaje considerable (en promedio el 23%) sin nivel de instrucción.
Las actividades o roles asignados tradicionalmente a hombres y mujeres dentro de la comunidad y la familia son muy marcados, como lo podemos ver claramente en la gráfica 5 y 6, en relación a la ocupación del padre y de la madre según la opinión de los hijos (adolescentes). De estos datos podemos decir dos cosas muy interesantes, por un lado, se hace visible el hecho de que el padre es quien provee de lo necesario para vivir y la madre es quien se encarga de la crianza de los hijos, el hogar es su área de trabajo; de esta manera estos roles asignados han permitido que el hombre presente mayor diversificación en sus actividades laborales, como el trabajo independiente, obrero, empleado y campesino, esta última siendo la principal ocupación a la que se dedican los padres de los adolescentes. Por otro lado, la ocupación principal de la mujer es el trabajo en el hogar, por lo menos el 79% de los adolescentes lo perciben así, de esta manera se confirma que el padre es quien mantiene la imagen del proveedor y la madre es la que se dedica al hogar, la familia y la crianza. Aunque en otros estudios rurales se ha demostrado que la mujer también ocupa un lugar muy importante en las tareas agrícolas, sin embargo, este estudio está tomando solamente la visión del adolescente en relación a la ocupación del padre y la madre.
Es sabido que los referentes familiares son muy importantes en las aspiraciones de los adolescentes, además de los padres, los hermanos mayores de los adolescentes sirven de prospectiva para reformular sus planes de vida, tanto en lo individual como en lo colectivo. De esta manera en la gráfica 7, presentamos los datos en relación al último grado de estudio de su hermano o hermana mayor. Los resultados arrojaron que un porcentaje muy pequeño, apenas el 11.4 % alcanzó el nivel licenciatura, el grueso de la muestra (41%) señaló que su hermano solamente terminó la educación secundaria seguido de la preparatoria. De tal forma que los referentes familiares son en principio un mecanismo que no proporciona un panorama con mayor prospectiva en la construcción de su vida académica.
El trabajo de las adolescencias indígenas rurales
En relación a este punto, primero revisaremos cuantos de los y las adolescentes rurales además de estudiar trabajan, los datos recolectados muestran que los hombres son quienes mayormente llevan a cabo actividades laborales además de estudiar (72.6%), sin embargo, estas diferencias no son tan marcadas en relación a las mujeres (67.2%), gráfica 8. Por lo tanto un porcentaje importante de hombres y mujeres adolescentes tienen actividades laborales además de estudiar. Esto es común en las comunidades indígenas, debido a que la escuela generalmente es vista por los padres como una segunda opción después del trabajo, incluso, muchos padres de familia sacan de la escuela a sus hijos para llevarlos a los campos agrícolas o, en su caso, a la pesca. Por otra parte, las mujeres, particularmente en esta zona de Nayarit, se dedican a la elaboración de artesanías y a las actividades domésticas. Más adelante revisaremos las actividades que realizan las mujeres y hombres adolescentes. Es importante señalar que las becas de oportunidades son un factor que ha promovido el ingreso y la permanencia de los adolescentes. Sin embargo, muchas veces esto no es suficiente.
Ámbito laboral y si este es remunerado o no.
Empezaremos por revisar los datos de las y los adolescentes en relación al ámbito laboral en el que apoyan y si esta actividad es remunerado o no. En la tabla 1 presentamos un resumen de los datos, tomando al total de adolescentes que respondieron esta sección. Derivado de esta información se puede señalar que existen actividades que desempeñan los adolescentes que son remunerables y otras en las que no se recibe ningún tipo de pago, y es visible que los hombres desempeñan más actividades donde generalmente es pagado a diferencia de las mujeres. Es interesante mencionar lo que sucede con las actividades del campo, los hombres presentan un porcentaje mucho más alto a la respuesta de sí pagan en relación a la respuesta de las mujeres, 39% vs 6.2%, por lo que esto nos lleva a pensar que el trabajo de las mujeres en el campo es menos desvalorado.
Tabla 1. Ámbitos laborales remunerables de las y los adolescentes indígenas |
|||
Ámbito |
Si pagan |
No pagan |
|
Campo |
Femenino |
6,2% |
18,6% |
Masculino |
39,0% |
36,2% |
|
Casa |
Femenino |
17,1% |
35,7% |
Masculino |
13,2% |
34,1% |
|
Trabajo doméstico |
Femenino |
10,7% |
46,7% |
Masculino |
6,7% |
36,0% |
|
Trabajo esporádico |
Femenino |
24,4% |
16,0% |
Masculino |
39,5% |
20,2% |
|
Otro trabajo |
Femenino |
15,7% |
20,0% |
Masculino |
32,9% |
31,4% |
Motivaciones para continuar estudiando
En relación a las motivaciones que manifiestas los y las adolescentes indígenas para seguir estudiando, prematuramente podríamos pensar que es para convivir y relacionarse con los amigos. Los datos que se presentan en la gráfica 9 muestran que la mayor motivación, tanto para hombres como para mujeres, es la de estudiar para trabajar y ganar dinero. Lo anterior nos lleva a reflexionar en la influencia y el papel del entorno, la familia y la comunidad; particularmente porque el contexto rural privilegia el trabajo, además de que existe una visible pobreza económica en la zona donde se recolectó la muestra. Es interesante mencionar que la opción Para tener amigos en promedio el 91.5% de hombres y mujeres dijeron No para tener amigos. En principio se esperaría que esta última opción tuviera un porcentaje mucho más alto en el Sí para tener amigos. Este dato permite sustentar la idea de que para los adolescentes indígenas rurales es claro que la escuela telesecundaria es camino de tránsito hacia la vida laboral, y no precisamente para la construcción de relaciones de amista.
En la gráfica 10, se presenta la información sobre lo que para los adolescentes indígenas rurales es más importante para conseguir trabajo, derivado de estos datos resultó que la escuela es lo más importante para conseguir trabajo (81.5%), seguido de la comunidad y al final los amigos. Son interesantes estos datos, ya que no se esperaba que la opción de Amigos presentara bajo porcentaje, además, esto abona a la idea de que la escuela es vista como tránsito a la vida productiva, al menos desde la visión de los adolescentes.
Tiempos y características del trabajo adolescente indígena
Primeramente revisaremos los datos en relación al tiempo que dedican al día, tomando como referencia lo que realizaron el día anterior a la encuesta. Los resultados se resumen en la gráfica 11, donde se muestra que los adolescentes que trabajan, por lo menos dedican una hora de trabajo, aunque un 23% de hombres y un 16% de mujeres señalaron trabajar más de dos horas por día.
La edad a la que empiezan a trabajar los adolescentes indígenas es relativamente muy corta, y si tomamos en cuenta la variable género, podemos ver que un 53.4% de las mujeres dijo no trabajar, y la gran mayoría de las mujeres adolescentes señaló empezar su vida laboral entre los 10 y 15 años de edad, esto lo podemos ver en la gráfica 12. En cambio, el 45% de los hombres adolescentes afirmó empezar a trabajar antes de los 10 años, y solo un 19% de ellos manifestó no trabajar. Los datos nos dan la pauta para confirmar que en las zonas indígenas la inserción al campo laboral de los adolescentes es a muy temprana edad, particularmente en la agricultura, y más aún en el caso de los varones. Por eso es que el grado de ausentismo en las escuelas telesecundarias es muy alto, sobre todo en temporadas de cosecha o de pesca, porque los padres prefieren sacar temporalmente a sus hijos de la escuela para llevarlos a trabajar a los campos. Este fenómeno también es percibido por los profesores, como lo señala la profesora María Julia Montaño Sánchez:
“Dentro de la escuela pues una problemática lo económico a lo mejor podría ser, este porque de hecho faltan mucho porque se van a trabajar a la carretera, que ya viene el corte de no sé qué cosa y este eso… que no tengo dinero maestra tengo que trabajar entonces por eso faltan mucho. Yo siento que es lo económico”
La actividad laboral en la que se iniciaron fue principalmente la agricultura seguida de la pesca, debido al contexto de las comunidades, tres de las comunidades donde se encuentran las telesecundarias que se visitaron están relativamente cercas de la PH. Aguamilpa, por el embalse del río Santiago, el resto de las comunidades tiene como principal actividad económica la agricultura.
Así mismo, los datos constatan que los adolescentes presentan un grado muy bajo de migración, el 81% de las mujeres señaló no haber migrado alguna vez, y el 67.5% de los hombres afirmó no haber emigrado. Solamente el 23.1% de los hombres señaló haber salido a trabajar alguna vez fuera de la comunidad pero dentro del estado, y un 12.3% de las mujeres confirmó lo mismo. De esta manera queda claro que muy pocos adolescentes salen a trabajar fuera de su comunidad, y cuando salen lo hacen mayormente dentro del estado. Por información de los profesores, se sabe que los lugares a donde emigran son principalmente los campos agrícolas de la costa de Nayarit.
Es interesante lo que los resultados arrojan y que se presentan en la gráfica anterior (13), ya que queda claro que los hombres reciben mejor paga que las mujeres adolescentes. Aunque debemos de dejar claro que también entra en juego la variable tipo de trabajo, y lo que la literatura señala es que los trabajos asignados tradicionalmente a las mujeres son menos desvalorados, por lo tanto, menos pagados. De esta manera, podemos ver en la gráfica 13, que el 38 % de los hombres que contestaron esta opción, señalaron que en su último trabajo recibieron más de $ 100.00 por día, a diferencia de lo que las mujeres adolescentes señalaron, solamente el 11.3% de ellas recibió más de $ 100.00 diarios.
De este apartado, queda hacer mención sobre las actividades cotidianas que hacen las y los adolescentes indígenas rurales. Los resultados se presentan en la gráfica 14, donde se hace evidente que los roles asignados a hombres y mujeres en la comunidad y la familia, también se hacen evidentes en los roles que ocupan los y las adolescentes indígenas. En relación a los quehaceres domésticos, podemos observar que del total de las mujeres un 55.9% señaló llevar a cabo cotidianamente esta actividad, y por el contrario, solamente el 6.4% de los hombres afirmó llevar a cabo este tipo de actividades. Por otra parte, en relación al trabajo agrícola o del campo, podemos observar que los hombres son quienes afirmaron llevar a cabo cotidianamente este tipo de actividades, 37.6%, y solamente el 7.8% de las mujeres afirmó llevar a cabo actividades relacionadas con el campo. Es interesante también que en la actividad de elaboración de artesanías, el 24% de las mujeres señaló que cotidianamente lleva a cabo esta actividad, y el 9.8% de los hombres dijo participar en estas actividades. De esta manera queda claro que los roles de las y los adolescentes indígenas son un reflejo de lo que ocurre en su comunidad y su familia. Los adolescentes presentan mayor participación en diversos tipos de actividades por que los roles en los varones mayores así ocurre también.
Conclusiones
De esta manera presentamos las conclusiones generales del estudio, y por los hallazgos encontrados con la información obtenida, podemos tomarnos el atrevimiento de señalar que la escuela telesecundaria rural se encuentra sobreviviendo en las comunidades indígenas, por lo que las posibilidades de ofrecer una educación con pertinencia cultural para las adolescencias, hombres y mujeres, se encuentra lejos de ocurrir en el corto plazo. Para el logro de sus fines a futuro es necesario superar muchos retos que deben ser planteados en el presente.
Por otra parte, las adolescencias indígenas se encuentran inmersas en una dinámica muy apegada a la realidad de su contexto, acorde a la lógica organizativa de su sociedad, y por lo que hasta hoy puede ofrecer el sistema de telesecundarias, es posible que esta tradición educativa siga negando las adolescencias indígenas rurales en el estado.
Las condiciones familiares de los estudiantes son muy diferentes de la de de los estudiantes de secundarias generales o de las secundarias urbanas. Como lo pudimos constatar en la presentación de los datos, muchos de los padres apenas terminaron la primaria y los hermanos mayores de los adolescentes encuestados presentan a lo mucho un grado de preparatoria, por lo que sus horizontes se ven tocados por estos factores que influyen de manera indirecta en la construcción de su individualidad académica y personal. Así mismo, las condiciones socioeconómicas de las comunidades no ofrecen lo necesario para propiciar un adecuado funcionamiento del sistema de telesecundarias, en la gran mayoría no existe la luz eléctrica ni agua potable. Esta misma situación de marginalidad en la que viven los y las adolescentes, propicia que la prioridad sea la del trabajo por encima de la escuela.
Finalmente, enlistamos algunas propuestas que consideramos debe considerar la escuela telesecundaria para enfrentar de mejor manera la educación de las otras adolescencias, la que transcurre en las comunidades indígenas.
Bibliografía y entrevistas
Pacheco, Lourdes. 2009. “Los retos de la educación de los adolescentes rurales en México”
1 Estudiante de la Maestría en Lingüística Aplicada de la UAN, correo electrónico: wixarika83@yahoo.com.mx, t_aguil@hotmail.com